03
:・* ¡No sean malvados! *・:
Jimin le había contado a sus padres lo que había pasado en el patio de juegos, aunque los adultos lo sabían también, porque la maestra les había contado todo lo que había sucedido, al menos lo que Yoongi le había contado y lo que había logrado ver.
Sus padres sabían que su hijo era algo torpe al andar, no porque tuviera algún problema en sus piernas o pies, sino porque Jimin era un pequeño tan enérgico, que su cerebro se activaba antes que su cuerpo, por lo que sus piernas tardaban en responder ante la velocidad.
Se preocupaban en ocasiones por su sensible piel de niño, pero intentaban cuidársela ante los raspones y golpes.
―Entonces el chico Yoongi me ayudó a levantarme, porque mis amigos no vieron―siguió con su narración, haciendo que sus padres sonrieran un poco, porque se les hacía lindo que un chico lo ayudara a levantarse.
―Eso es bueno, cariño ¿Le diste las gracias por ayudarte? ―preguntó la mujer mientras se movilizaba para poder colocarse sus tacones, porque estaban a punto de salir y no querían llegar tarde, pero querían escuchar a Jimin.
―Sí, hice un dibujo de una madilina y un gracias, creo que le gustó―asintió con más seguridad, mientras veía a sus padres moverse por toda la sala, porque estaban algo apurados y él ya se encontraba listo con su mochila.
―Eso es adorable, Jiminie―dijo su padre mientras se acercaba al menor, tomándolo por debajo de las axilas para poder levantarlo con cuidado, dejándole un beso en la mejilla―Te puse dos mandarinas en la lonchera, por si quieres comer una con tu nuevo amigo.
Nuevo amigo, un amigo.
Yoongi lo había ayudado a levantarse, por lo que para Jimin, eso significaba que ahora eran amigos, aunque no estaba del todo seguro.
―Gracias, papá. Le preguntaré si quiere comerla, pero lleva en su lonchera―dijo al recordar que el pálido siempre llevaba una mandarina al colegio, aunque sea una o más, incluso.
―Si ya tiene una, puedes regalar la mandarina extra a alguien o traerla de vuelta, como quieras―le ofreció, haciendo que Jimin asintiera.
―Sí, papá. Pero es madilina, no mandarina―se quejó con una mirada compasiva, porque no quería que su papá se sintiera mal por estar diciendo mal la palabra, cuando todos se equivocaban en algún momento.
Los padres rieron enternecidos ante eso, el adulto no pudiendo evitar el apretujar con cuidado a su hijo en un abrazo, haciendo que Jimin chillara emocionado, porque le gustaban mucho los abrazos.
―Se dice mandarina, cariño. Así es la palabra correcta, pero estabas muy cerca―lo corrigió, haciendo que Jimin frunciera el ceño confundido, porque todos la llamaban de forma diferente.
Aunque sabía que sus padres eran muy inteligentes, por lo que si alguno de ellos le decía que era mandarina, seguramente era así.
―Me gusta más madilina―opinó sinceramente, haciendo que sus padres rieran nuevamente, dirigiéndose hasta el auto para poder ir a dejar al menor al jardín―Mandarina es raro.
―Bueno, puedes decirle madilina si quieres, pero recuerda que la palabra correcta es mandarina ¿Sí? ―su papá lo bajó suavemente al suelo, para que pudiera subirse al auto por sí mismo, siendo paciente para no caer.
―Ok, papi.
Jimin estaba muy emocionado de llegar con sus compañeros ese día, especialmente porque tendían la clase de arte y a él le encantaba mucho pintar y colorear, por lo que era su clase favorita del todo el mundo.
Además, había pensado que, ahora que Yoongi era su amigo, podían pintar juntos mandarinas en las grandes páginas blancas que les daba la maestra. Podían utilizar pinturas de colores brillantes, colores o crayones.
Por lo que se despidió rápidamente de sus padres cuando llegaron finalmente, correteando con una gran sonrisa hasta el salón, manteniendo en su mente grandes botes llenos de pintura naranja mandarina.
― ¡Buenos días! ―chilló el rubio cuando llegó el salón, haciendo que los niños que estaban en el lugar se asustaran, incluidos Taehyung y Yoongi.
― ¡Buenos días, Jiminie! ―lo saludó rápidamente Taehyung, levantándose sobre la silla y agitando sus manos de lado a lado, para que su mejor amigo lo viera, aunque había pocos niños en el salón.
Jimin sonrió, hasta que vio que Taehyung tenía un moretón en el rostro, uno que había hecho que su ojo se pusiera morado.
Correteó para poder dejar su maleta en el casillero, para después correr con preocupación hacia Taehyung, quien se había sentado nuevamente en su silla, manteniendo una sonrisa en su rostro, a pesar de lo amoratado.
― ¿Qué pasó? ―preguntó el rubio mientras colocaba ambas manos sobre el rostro de Taehyung, haciendo que el castaño se quejara un poco.
―Mamá se enojó conmigo, pero ahora no está en casa, solo me quedaré con papá―explicó lo poco que sabía, sabiendo que había mucho movimiento en su casa, pero no teniendo idea de mucho―Me gusta estar con mi papá, él me cuida.
Jimin no podía entender, para él los padres eran personas que daban amor a sus hijos, no personas que pudieran golpearlos así.
― ¿Duele mucho? ―preguntó realmente preocupado, Taehyung asintiendo.
―Duele, pero puedo―asintió seguro, colocando ambas manos sobre las manos de Jimin―Me gusta la medicina con sabor a miel que me da papá.
―Bueno, pero se ve que duele―se quejó Jimin, realmente preocupado.
Se acomodaron las sillas para poder comenzar a jugar, Taehyung teniendo en la mesa muchos legos que estaba armando hace un momento, por lo que Jimin lo ayudó a armar el castillo. Se mantenía al pendiente de su amigo, preguntándole si dolía y ayudándole en lo que podía.
Por la sorpresa del golpe en el rostro de Taehyung, Jimin no había sido realmente consciente de que Yoongi estaba en el salón también, por lo que no lo saludó de cerca ni le comentó sobre jugar con ellos, porque su atención estaba principalmente en su mejor amigo.
Sin embargo, cuando llegó Jungkook, Jimin supo que podía ir a saludar a Yoongi, al menos cuando Jungkook estuviera calmado.
El chico de cabello negro comenzó a llorar angustiado cuando vio el moretón en el rostro contrario, Taehyung intentando calmarlo, diciendo que no dolía y que no llorara, sin embargo era en vano. La maestra llegó para poder hablar con ambos niños, intentando que Jungkook dejara de llorar, aunque el menor claramente estaba asustado y preocupado.
Jimin suspiró ante aquello, apartando los legos de la mesa para poder apoyarse en la misma y bajarse de la silla, viendo a Yoongi en una de las mesas vacías.
―Hola, hyung―saludó mientras se acercaba a Yoongi, quien en esa ocasión no lo ignoró, levantando la vista para ver a Jimin.
―Hola...―devolvió el saludo con algo de timidez, no pudiendo pasear su vista por la situación de la maestra y los dos chicos― ¿Qué le pasó en la cara?
Jimin arrastró la silla que estaba al lado de Yoongi, subiéndose con cuidado.
―Su mamá le pegó―comentó mientras se acomodaba en el asiento, haciendo que Yoongi jadeara―Su mamá es malvada, una villana.
― ¿Las mamás pegan? ―preguntó sorprendido Yoongi, porque su madre jamás lo había golpeado, ninguno de sus padres, en realidad.
―Solo las malvadas―Jimin se estiró para poder tomar uno de los botes con la arcilla moldeable, para comenzar a jugar con ella―Dice que no duele, pero le duele.
Yoongi asintió, porque él también había tenido morados en su cuerpo por caídas y sabía que dolían.
― ¿Por qué llora el niño? ―preguntó más, en ese momento refiriéndose a Jungkook.
―Está asustado porque ama mucho a Taehyung―comenzó a aplanar la arcilla, para hacer un gusanito―Entonces llora.
Yoongi volvió a asentir, porque realmente comprendía eso en su poca experiencia, por lo que regresó la vista a la arcilla moldeable, viendo el gusanito que estaba haciendo Jimin.
El pequeño pálido había comentado a sus padres lo que había pasado en aquellos días, en donde había ignorado a Jimin y le había ayudado a levantarse, los padres recomendándole que le diera una oportunidad de ser un amigo al rubio y que jugara con él un poco.
Por lo que, en ese momento, se encontraba algo nervioso, pero intentaba jugar normalmente con Jimin, esperando que no sintiera que era aburrido jugar con él.
―Mamá y papá dicen gracias por ayudarme―dijo Jimin mientras tomaba el pequeño cuchillo de plástico, para poder cortar al gusanito y hacer varios gusanitos más pequeños―Jiminie dice gracias también.
Yoongi lo vio con curiosidad.
―Tú nombre es Jiminie―dijo, haciendo que el rubio asintiera.
―Sí, yo también digo gracias―asintió con seguridad, acercando su gusanito de arcilla a los rollitos de arcilla de Yoongi, para que quedaran juntos.
―No es nada―le restó importancia, comenzando a realizar otro rollito para que hubiera dos, porque Jimin tenía dos gusanitos― ¿A ti no duele?
Jimin negó rápidamente, estando acostumbrado a golpearse cada cierto tiempo.
―No, estoy muy bien―sonrió en grande, viendo cómo la maestra le daba a Taehyung una toallita húmeda, para que le limpiara las lágrimas a Jungkook.
Se mantuvieron un poco más en silencio, hasta que Jimin pensó que era buen momento para intentarlo.
― ¿Quieres ser mi amigo de madilina? ―preguntó repentinamente, haciendo que Yoongi se sorprendiera, viéndolo con un poco de confusión.
― ¿Amigo de madilina? ¿Qué es madilina? ―preguntó confundido.
―Lo que te gusta comer, la cosa naranja, madilina―le intentó explicar Jimin, no comprendiendo cómo no la conocía, si era su fruta preferida.
―Ahh, las mandarinas―explicó, haciendo que Jimin suspirara, porque sonaba feo.
―Es que me gusta madilina―se quejó, haciendo que Yoongi sonriera un poco―Mandarina suena feo.
Yoongi no pensaba que fuera feo, pero le daba un poco igual el decirlo, en realidad.
―Entonces ¿Quieres ser mi amigo de madilina? ―preguntó ansioso, colocándose de rodillas sobre la silla para quedar un poco más cerca, haciendo que Yoongi se pusiera nervioso.
―S-Sí, está bien―asintió Yoongi ante aquello, haciendo que Jimin chillara emocionado y comenzara a aplaudir, haciendo que el pálido se pusiera más tímido, pero que comenzara a aplaudir suavemente.
― ¡Bien, somos amigos! ―celebró Jimin.
En poco tiempo, la maestra se levantó y Taehyung se acercó a la mesa, manteniendo la mano de Jungkook entre una de sus manos, para que dejara de llorar.
― ¿Ya se fue el llanto? ―le preguntó Jimin a Jungkook, quien seguía con el rostro colorado, pero ya no lloraba.
―S-Sí, se fue...―habló con voz baja, Taehyung incitándolo a que se sentara en la silla junto a Jimin, para él sentarse a su lado.
Yoongi los vio con confusión, no entendía por qué se habían sentado ahí, si él solamente había aceptado a Jimin.
― ¿Tu papá vendrá pronto? ―preguntó Jimin a Taehyung.
―No, iré a casa de Jungkookie y sus papás―explicó mientras tomaba dos de los botes con arcilla moldeable, para poder darle uno al chico llorón a su lado y quedarse una él.
Yoongi vio a Jimin, acercándose un poco al rubio, porque no se sentía del todo cómodo con los otros dos niños en la mesa.
―Jimin―lo llamó Yoongi, haciendo que el rubio le prestara atención.
―Dime, hyung.
―Uh ¿Ellos se quedarán aquí? ―preguntó sin mucho disimulo, haciendo que Taehyung y Jungkook lo vieran con el ceño fruncido― ¿Vamos a otra mesa?
― ¡Oye! No seas grosero―se quejó Taehyung, haciendo que Yoongi se asustara, viéndolo con reproche.
―No grites―le pidió molesto, frunciendo su ceño él también para competir contra el chico.
―No le digas qué hacer―lo retó Jungkook también, haciendo que Yoongi bufara y se volviera a concentrar en su arcilla moldeable.
―Además, tú hiciste llorar a Jiminie―lo acusó Taehyung, porque el pequeño tenía buena memoria, especialmente para ese tipo de cosas―Así que no seas grosero, niño grosero.
―Ya, juguemos en silencio―se quejó Jimin mientras comenzaba a sacar todas las arcillas que tenían a la mano.
En cualquier otro momento hubiera regañado a Taehyung, pero verle su ojito morado lo ponía muy triste, así que no iba a decirle nada.
En poco tiempo, Jin llegó al salón, sorprendiéndose al ver que sus amigos se encontraban en otra mesa, por lo que se acercó a ellos después de dejar su mochila en el ganchito correspondiente.
― ¿Por qué están con el niño malo? ―preguntó Jin sin reparos, cruzándose de brazos mientras analizaba a sus amigos, hasta que su vista se posó sobre Taehyung― ¡Ay! ¿¡Qué te pasó!? ―chilló escandalizado.
―Mamá me golpeó―dijo Taehyung sin darle mucha importancia, pero sintiéndose mal al tener que decir eso, aunque era la verdad.
― ¿Qué? ¿Las mamás golpean? ―preguntó confundido Jin, haciendo que Jimin asintiera rápidamente.
―Eso mismo preguntó Yoongi hyung―dijo el rubio mientras le extendía una arcilla a Jin, quien se sentó al otro extremo de Taehyung.
― ¿Duele?
―Poquito.
―Mentiroso―Jin se quejó, pero pronto su vista regresando a Yoongi, quien lo veía con miedo―Tú también fuiste malo.
Yoongi se sentía mal por haber hecho llorar a Jimin antes, él no quería que lo vieran como alguien malo, pero no podía evitar sentirse algo incómodo cuando había muchos niños a su alrededor, por lo que solamente desvió la mirada del mayor e intentó ignorarlo, como hacía siempre que quería evitar ese sentimiento molesto.
―Ahora es mi amigo de madilinas, así que no lo molesten―se quejó Jimin mientras daba un golpe a la mesa con la palma abierta, haciendo que los demás se asustaran y Taehyung se quejara por el punzón en la cabeza―Perdóname Taehyungie.
―Está bien―asintió el castaño con una pequeña mueca.
―No golpees la mesa o la maestra nos va a regañar―se quejó Jin, quien ahora veía con reproche a Jimin también.
En poco tiempo llegaron Namjoon y Hoseok, ambos igualmente sorprendidos ante el cambio de mesa, pero se sentaron sin cuestionar mucho más que el golpe de Taehyung. Para cuando la clase comenzó, tuvieron que moverse a la mesa que les correspondía para las clases, por lo que Yoongi no se sentaba con ellos.
En la clase les colocaron un vídeo sobre las combinaciones de los colores, por lo que los demás no pudieron hablar mucho entre ellos, solamente concentrándose en el vídeo que la maestra les presentaba en la gran pantalla.
Jimin veía de reojo a Yoongi, quien igualmente estaba concentrado en el vídeo, solamente que no respondía las preguntas que hacía la maestra para todo el salón, quedándose callado mientras veía a sus compañeros levantar la mano para agregar comentarios.
―Le he comentado a sus padres sobre una pequeña fiesta de pijamas que haremos la semana que viene―comenzó a decir la maestra, haciendo que todos los niños la vieran con amplia curiosidad―Vamos a traer comida para compartir, vendrán con sus pijamas y peluches y pasaremos un día de fiesta, la madre de Namjoon se ofreció a traer una piñata.
― ¡Es verdad, Noona! ¡Mi mamá me dijo! ―agregó Namjoon en voz alta mientras se levantaba de la silla, haciendo que todos los niños aplaudieran emocionados.
Jimin se agitó ligeramente sobre su asiento, porque él amaba las fiestas, todo era tan colorido y divertido que en verdad le gustaban mucho. Por lo que una fiesta con sus amigos era muy divertido, además de que ahora también jugaría con Yoongi.
El rubio levantó su mano lo más alto que pudo, para que le dieran la palabra.
―Sí, Jiminie.
― ¿Cuántos peluches podemos traer? Es que yo tengo muchos y puedo traer muchos si nos deja, pero no sé cómo traerlos en la mochila, porque no quedan todos...―comenzó la cascada de palabras que caracterizaba a Park Jimin, haciendo que la maestra sonriera, mostrándole las manos para que supiera que quería responder a su pregunta.
―Solamente uno cada uno, para que sea mejor para todos.
Uno era una cantidad muy pequeña para Jimin, pero se conformaría.
Después del anuncio de la fiesta de pijamas, los niños se encontraban demasiado emocionados como para quedarse sentados por más tiempo, por lo que se encaminaron hasta el patio de juegos, para sacar las energías que se retuvieron ante el anuncio.
Jimin buscó con la mirada a Yoongi, logrando verlo en la zona de los balones de goma.
―Jiminie, ven―habló Hoseok con los brazos cruzados, haciendo que Jimin lo viera con curiosidad, porque Hoseok jamás se enojaba.
― ¿Qué sucede? ―preguntó mientras se acercaba, sentándose en el suelo cuando los demás hicieron un círculo.
― ¡No queremos que juegues con el niño Yoongi! ―dijo Namjoon mientras lo señalaba con su dedo índice, haciendo que Jimin bufara.
―Pero yo quiero.
―No, él es raro y te hizo llorar un día―lo acusó Hoseok, quien amaba a todo el mundo, pero al parecer a Yoongi no mucho.
― ¡Eso no importa! Quiere que seamos amigos y yo también quiero ser su amigo―se quejó el rubio una vez más― ¡No sean malvados!
―Nosotros no somos malvados, somos buenos―se quejó Hoseok con lágrimas en los ojos, siendo el más sensible del grupo.
―Si tratan como malo a Yoongi hyung, ustedes son malos―los acusó, levantándose del césped―Menos Taehyungie, porque su ojito está morado.
El ojo de Taehyung estaba ligeramente cerrado, por lo que el castaño tenía que girar más el rostro para verlo.
―Yoongi hyung huele rico, me gusta―dijo Taehyung naturalmente, encogiéndose de hombros.
―Huele a la fruta naranja que no es naranja―asintió Jungkook, a quien se le había pasado el llanto anterior.
― ¿Ven? Los niños malos huelen a moco, no a madilina―se cruzó de brazos Jimin.
No hubo respuesta de los demás, por lo que Jimin se encaminó hasta donde estaban Taehyung y Jungkook, tomándole las manos a sus amigos.
―Nosotros jugamos, ustedes se quedan solos―Jungkook rio ante aquello, mostrándoles la lengua a los mayores y los tres comenzando a corretear hasta la zona de las pelotas de goma.
―Jungkookie malcriado, no muestres la lengua―lo regañó Taehyung, haciendo que el menor riera de nuevo.
―Perdón.
Yoongi se encontraba lanzando la bola de goma en el aro de básquet, el cual no estaban tan alto para que los niños pudieran jugar correctamente.
― ¡Yoongi hyung! ―gritó Jimin cuando llegaron, el mencionado viéndolo con sorpresa, manteniendo la pelota entre sus manos.
― ¿Qué sucede? ―preguntó confundido, viendo a los tres chicos.
― ¿Podemos jugar contigo? ―preguntó Taehyung de repente.
Yoongi lo analizó, viendo las demás pelotas que estaban cerca.
―S-Sí, si quieren―se encogió de hombros, haciendo que los demás asintieran con una sonrisa.
Se acercaron para poder tomar una pelota cada uno, comenzando a realizar una competencia para ver quién lograba encestar más veces, pero los demás siendo bastante malos, especialmente Jimin.
― ¡Ay, no puedo! ―se quejó mientras veía la pelota caer al suelo, botando hasta él.
―Es que...Es que lanzas mal, tienes que tomar la pelota mejor―se acercó Yoongi, dejando su propia pelota en el suelo.
Jimin estaba muy acostumbrado a que sus padres lo ayudaran a hacer las cosas que no comprendía cómo realizar, por lo que se acercó a Yoongi más para que pudiera ayudarlo.
― ¿Cómo es? ―preguntó atento.
―Mh, solo pon las manos así―dijo Yoongi mientras tomaba una de las manos de Jimin, para acomodarlas bien―Y lanzas así, salta un poco, porque eres pequeño.
Jimin se quejó, inflando ligeramente las mejillas.
―No soy pequeño―habló bajo, viendo el aro de juego y agachándose un poco para saltar, chillando cuando dejó ir la pelota.
Jungkook y Taehyung comenzaron a aplaudir cuando la pelota entró al aro y rebotó sobre el suelo después de una victoria inminente.
― ¡Muy bien, Jiminie! ―exclamó Yoongi emocionado al ver el logro del rubio, comenzando a aplaudir al igual que los otros chicos, haciendo que Jimin se emocionara.
No iba a permitir que nadie fuera malvado con Yoongi, ahora era su amigo de madilinas e iba a ayudarlo si era necesario.
mxyoongx
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top