Dudas antes de la boda (parte 7)
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Advertencia: Proceso de dar a luz.
Estabas recostada en la cama que Tangerine y tu compartían en finalmente una posición cómoda que habías encontrado con tu gran panza de nueve meses.
Su doctora les había dicho que en cualquier momento era posible que llegara el momento de dar a luz, y mientras tu estabas algo tranquila, Tangerine y Lemon estaban al borde del colapso mental de lo nerviosos que se encontraban.
Mientras tenías los ojos cerrados, escuchabas al par de hermanos moverse por todos lados murmurando cosas y maldiciéndose mutuamente.
–¿Quieren cerrar la boca? Estoy tratando de dormir aquí.–Les regañaste molesta aún con los ojos cerrados.
–Princesa... mi amor... mi vida, de verdad lamento mucho perturbar tu sueño, pero necesito que te levantes.–Te dijo Tangerine arrodillándose a tu lado en la cama con un tono de voz nervioso.
–¡¿Qué es lo que quieren?! ¡¿Saben lo difícil que es dormir en estos días?!–Exclamaste molesta sentándote lentamente en la cama.
–Lo sabemos, créeme que si. Pero T/N tu bolsa se rompió HACE MEDIA HORA.–Te dijo Lemon donde estaba en la puerta de la habitación con un bolso en el hombro.
Te volteaste a ver a Tangerine que tenía la mandíbula tensa y se notaba nervioso observándote, y luego viste entre tus piernas una mancha mojada en la cama.
–Oh dios...–Murmuraste ligeramente boquiabierta.
–Sí, dios no te va a ayudar ahora, por eso necesito llevarte al hospital donde los doctores sí lo harán.–Te dijo Tangerine ayudándote a levantarte.
–Voy a preparar el auto.–Dijo Lemon mientras corría fuera del departamento.
(.....)
La llegada al hospital fue un caos gracias a los gemelos.
Mientras Tangerine iba contigo caminando lentamente, Lemon entró pidiendo por un doctor y parecía más asustado que tu.
Cuando te llevaron a una habitación y te revisaron, tuvieron que dejarte un par de horas para que dilataras más hasta que fuera tiempo de finalmente pujar.
–¡¿Cuánto más va a tardar ésta mierda?!–Preguntaste caminando en círculos por la habitación lentamente con Lemon y Tangerine siguiéndote detrás ya que no les permitiste sujetarte.–¡Y ya dejen de seguirme! ¡No me voy a ir a ningún lado!
–Claro, lo siento.–Murmuró Tangerine, pero de todas formas siguieron siguiéndote.
–Muy bien, vamos revisarte, ¿si?–Dijo tu doctora entrando en la habitación.
Ambos hombres te ayudaron a subir nuevamente en la camilla, y se quedaron cada uno a tu lado.
–¿Tal vez querrán más privacidad?–Les preguntó la doctora viendo a Lemon y luego a ustedes.
–Ha visto cosas peores, esto no es nada.–Le dijiste mientras la doctora asentía y levantaba la manta para ver.
–Okey... parece ser que ya está todo en orden. ¿Les parece si iniciamos?–Dijo con una sonrisa.–Iré a por mi equipo, pero voy a tener que pedirle que espere afuera para esto.
–Claro, si, si.–Dijo Lemon dándole un suave beso a tu mano.–Lo vas a hacer genial, linda.
Lemon le dio una palmada en el hombro a su hermano, y luego salió mientras Tangerine se quedó a tu lado sujetando tu mano nervioso, a la vez que algunas enfermeras entraban junto con la doctora.
–Tan no puedo... n-no creo que vaya a poder hacer esto.–Le dijiste nerviosa viéndole a la cara.
–Princesa lo vas a hacer excelente, estoy seguro que si. Todo va a estar bien, te lo prometo.–Te dijo con una sonrisa besando tu mano.–Puedes apretar mi mano cuando quieras.
–Okey, ya estamos listo T/N. Cuando te diga puja, lo haces. ¿Lista?–Te preguntó la doctora, a lo que respondiste asintiendo con la cabeza.–Muy bien, ¡puja!
Apretaste la mano de Tangerine comenzando a pujar con todas tus fuerzas, mientras la doctora se encontraba a los pies de la camilla.
–¡¡¡PUTA MADRE!!!–Gritó Tangerine al sentir su mano ser aplastada con fuerza como nunca antes había sentido.
Algunas enfermeras rieron ligeramente, y la doctora les lanzó una mirada seria la cual provocó que se quedaran en silencio.
–¡MIERDA!
–¡TANGERINE YA CIERRA LA BOCA QUE ME ESTÁS DESCONCENTRANDO! ¡TÚ ME DIJISTE QUE APRETARA TU MANO!–Le gritaste respirando agitada y dejando caer la cabeza en la almohada.
–Lo sé princesa, perdo— ¡PUTA MADRE!–Exclamó al sentirte nuevamente apretarle.
–¡NO TE QUEJES TANTO QUE NO ERES TÚ QUIEN ESTÁ EXPULSANDO UN BEBÉ DE SU VAGINA!
–Lo sé princesa, perdón, perdóname...–Te dijo afligido mientras sudor corría por su frente, al igual que de la tuya.
Después de lo que pareciera haber sido un siglo entero, ambos escucharon el llanto de su bebé y pudieron ver como una enfermera le envolvía en una manta.
–Felicidades, tienen una hermosa niña.–Les dijo la enfermera acercándose a ustedes para entregártela.
Soltaste una pequeña carcajada con lágrimas y sudor en tu rostro, mientras Tangerine veía boquiabierto a la enfermera y luego a la pequeña en tus brazos.
–Hola mi amor... hola preciosa...–Le dijiste a tu bebé con una gran sonrisa.
Tangerine aún no podía decir una sola palabra ante el asombro.
Jamás había sentido una cosa así en su vida, era algo tan hermoso y puro que incluso le daba miedo siquiera tocar su pequeña mano después de que las suyas estuvieran cubiertas de sangre tantas veces, uncluso aún podía sentirla en ellas.
Al verle a la cara supiste inmediatamente lo que pasaba por su mente, y pusiste tu mano en su mejilla provocando que te quedara viendo con los ojos llorosos.
–Confío en ti, Aaron.–Le susurraste acariciando su mejilla con una sonrisa.
Tangerine sonrió y besó tu mano, antes de acerca su mano temblorosa hacia la de su bebé, que inconscientemente envolvió la diminuta suya en el dedo índice de Tangerine y abrió los ojos con dificultad soltando un pequeño quejido.
Tanginer soltó una pequeña carcajada, mientras las lágrimas corrían por su rostro, llevando su otra mano a la mejilla de su hija.
–Hola mini princesa...–Susurró acariciando con muchisima delicadeza la diminuta mano de la niña.
Tangerine con su otra mano acarició tu cabeza y besó tus labios con fuerza, y sin soltar la mano de su hija.
–Gracias, gracias, gracias...–Te susurró entre lágrimas.
(.....)
Más tarde después de que te hubiesen limpiado y Tangerine tuviera la oportunidad de darle su primer baño a su hija, y que la enfermera le enseñara a vestirla, la llevaron a tu habitación.
Tangerine estaba sentado junto a ti en la camilla con su brazo alrededor tuyo, y tu hija en tus brazos después de que la hubieras alimentado.
En ese momento la puerta se abrió, y Lemon llevaba muchos globos, dos ramos de flores de tus favoritas, bolsas de obsequios, y un peluche de Thomas en sus manos.
–¡Hola!–Saludó medio susurrando medio hablando fuerte, dejando todas las cosas en el sillón de la habitación y con el peluche en sus manos.
–¿Quieres cargarla?–Le preguntaste con una sonrisa, mientras Tangerine se levantaba de la cama y tomaba el peluche en sus manos.
–¿Enserio?–Te preguntó Lemon con un brillo en sus ojos.
Lemon se acercó y tomó a su bebé con muchísima delicadeza, sentándose en la silla junto a tu cama mientras las lágrimas comenzaban a correr por sus mejillas.
–Es hermosa... ¿Cómo se llama?–Les preguntó sin dejar de sonreír.
–N/T/H.–Le dijo Tangerine con una gran sonrisa.–¿Enserio le trajiste un peluche de Thomas?
(Nombre de Tu Hija)
–Definitivamente le queda el nombre.–Dijo sin prestar atención a su hermano.–Y tú nombre en clave será... Clementina. ¿Si lo captan, verdad?
Soltaste una pequeña risa, y Tangerine rodó los ojos ante la similitud de sus nombres. Mandarina (en español)... Clementina... aunque de todas formas sonrió ligeramente.
–Ah y por cierto, tu papá está en la sala de espera.–Te dijo con una sonrisa, mientras tú papá se asomaba por la puerta tambaleándose y con regalos en sus manos.
–¡hIjA mIA! ¡tE dIJE qUE pErSIgUIeRAS tUs sUEñOS!–Exclamó con una gran sonrisa, casi cayendo al suelo, pero Tangerine le atrapó.–gRaCIaS hIJo.
–¿Para qué put— por qué lo drogaste?–Le preguntó Tangerine antes de decir una grosería, dejando a tu papá sentado en el sillón donde se durmió.
–¡Pues para que no supiera donde vivimos! Y solo para que lo sepan, él accedió a eso.–Dijo mientras tenía su dedo envuelto por el de tu hija.
–Gracias por traerlo.–Reíste ligeramente.
Tangerine se volvió a acercar a ti y se sentó en la orilla de la camilla con tu mano en la suya, viendo a Lemon hablarle a su hija de lo mucho que verían Thomas y sus amigos.
–Gracias princesa, por darme todo esto.–Te susurró con una sonrisa acariciando tú mano.
–No tienes que agradecerme, tu también tienes algo de crédito, no pude haber hecho una bebé yo sola.–Le dijiste con una sonrisa, provocando que riera y se acercara a besar tus labios con delicadeza.
–Te amo...–Susurró juntando su frente con la tuya.–Las amo a ambas como no tienes puta idea.
–Yo también los amo, pero ya no digas groserías frente a N/T/H.–Le dijiste con una sonrisa provocando que riera, volviendo a besar tus labios.
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