Al la mañana siguiente algo me despertó, muy temprano por cierto, ese algo tenía nombre, era Diana, ella estaba feliz saltando encima mía, no fue hasta que abrí bien los ojos que me di cuenta que estaba en ropa interior.

Me sorprendió verla así, muy aparte del hecho de estar semi-desnuda, se le veía tan alegre que me contagio su buen humor, con una sonrisa de ambos la cogí de la cintura y girando la puse contra la cama, ella me miraba y se reía mientras que yo le hacía cosquillas en el abdomen.

Luego de un rato de juegos me recordó que faltaban 3 días para navidad. Ya no faltaba mucho y ella quería poner el arbolito, armar el nacimiento, poner adornos y luces por la casa. La notaba tan animada que no quería responderle de mala manera apagandole su emoción, aún así le dije que yo ya no celebraba navidad a lo cual me respondió: 

¿Y no la celebrarías esta vez por mí?