Diana
No podía moverme, desperté en un cuarto de hospital con varios catéteres conectados a mi, me dolía todo el cuerpo, casi no podía moverme, en eso, escuche una vocecita, la cual reconocí al instante, era Diana, al parecer nos habían puesto en un mismo cuarto, solo que separados por una cortina.
Diana parecía estar en la misma condición, el ambiente se sentía tenso, el único ruido que se podía escuchar era el típico "pip, pip, pip, pip" de las maquinas de electrocardiograma conectado a nosotros.
Escuchamos pasos, nos quedamos un momento en silencio y pudimos escuchar la conversación de afuera de la habitación. El conductor parecía aun no haber sido identificado, ademas de que el estado de Diana parecía más grave de lo que creí, dijeron que si no tuviera esa enfermedad seria mas fácil poder tratarla, pero tal vez no saldría de esta.
Mi estado no parecía ser tan grave escuche, tenia heridas internas, solo no debía moverme demasiado por los próximos cinco días, porque podría perforarme o desgarrarme algún órgano vital. Las enfermeras entraron a nuestra habitación, ambos nos hicimos los dormidos, ellas solo entraron a recoger unos papeles, pudimos escuchar como una de ellas nos deseaban lo mejor pese a nuestra situación, una vez cogieron lo que necesitaban, salieron de la habitación.
Diana, muy pausadamente pregunto cuanto faltaba para Año Nuevo, por suerte dejaron mi celular en una mesita al lado de mi camilla. Faltaban solo seis minutos. Intente hacer una pequeña broma para calmar el ambiente, pero fue inútil, no obtuve respuesta de ella, a cambio, unos ligeros sollozos se escuchaban.
¿Diana?- pregunte.
Fer, tengo miedo- respondió agitada.
Tranquila, estoy aquí- intente calmarla.
No entiendes, Fer, ya lo oíste, yo... no sé si...- decía Diana con dolor.
No lo digas, ya lo sé, sé también lo de tu enfermedad- la interrumpí.
¿Lo sabias?- pregunto- ¿Desde cuando?
Desde la primera vez que te desmayaste- le respondí.
Y... aun así... ¿Quisiste estar conmigo?- pregunto con voz temblorosa.
Sí, aun así te amo- le dije- de hecho, me gustabas desde de la secundaria.
Al decir esas palabras, Diana se quedo en silencio, intente estirar mi brazo lo máximo que pude y conseguí abrir la cortina. No me esperaba verla así.
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