La tarde fue estupenda. Diana estaba emocionada de ver de nuevo a mi hermano y mi hermano igual, los tres comenzamos a platicar y a recordar cosas del pasado mientras recorríamos todas las tiendas. Pero una vez que por el comunicador del centro mencionaron las ofertas, Diana se volvió loca y fue al ataque.

Ni bien entramos al lugar de las ofertas y descuentos, comenzó a comprar y a pelearse con unas señoras que también querían las rebajas, mi hermano entro a ayudarla y entre ambos fueron comprando mientras yo afuera iba sosteniendo todas las bolsas. Me toco la peor parte, cargar todo, pero eso no era todo, estaban comprando con mi tarjeta, les dije que no gastaran mucho y no lo hicieron.

Un par de horas después llegamos a donde vendían los arboles de navidad, y por alguna razón  ambos dijeron que me tocaba escogerlo a mí y lo importante que seria mi elección, que debía ser el mejor árbol, que elija sabiamente entre uno alto o chico, uno grueso o flaquillo y mil y un cosas más.

Entre a la tienda y salí al minuto con un árbol entre manos.

Una vez que acabamos con todo, acomodamos las cosas en el auto y nos fuimos directo a casa.