Para que dejase de molestar mande a mi hermano a comprar pan, en lo que Diana y yo nos levantábamos y ordenábamos el cuarto, porque luego el tiempo no alcanzaría.

Minutos después de cambiarnos y lavarnos la cara, mi hermano llego con las cosas y desayunamos rápido. Una vez listos y bien alimentados, nos pusimos a limpiar la casa de adentro para afuera, movimos muebles, mesas, adornando poco a poco la casa colocando luces, figuritas, muñequitos y otras cosas más.

Teníamos el ambiente listo, armar el nacimiento no resulto tan difícil, puesto que cada uno se ocupo de ir acomodando tanto las cajas como los animalitos y los santos. Por último, el arbolito lo colocamos casi al lado de la puerta, debo decir que fue la parte más divertida, tanto Jeff como Diana no tenían ni la más mínima idea de como armarlo, así que pasamos a jugar con las partes del árbol desarmado fingiendo que eran armas hasta que ambos se cansaron, luego me encargue de armarlo y ya al final entre los tres lo decoramos.

Después de tanto tiempo en soledad tener la compañía de mi hermano y de mi mejor amiga, era lo mejor que podía pedir.