Capitulo 14: rehen

Narrador omnisciente

Camino en compañía del hombre hacia la cocina, Mel estaba molesta, ¿enserio habían teñido problemas? Se suponía que llevaban más semanas de las que podía contar ensayando para tal día

¡Madre se pondría furiosa si algo va mal!

Por otro lado, Katakuri no parecía muy enfrascado en la posibilidad de traer de vuelta a la chica, pronto la sangre se derramaría en la sección de los Vismoke y lo que menos quería era que Mel presenciara aquello. Incluso se sintió aliviado que tuviese asuntos en la cocina, para así distraerla del espectáculo que se viviría pronto en la boda

—¿eh?— Mel se detuvo—¿donde esta Ryota-san?

Miró al hombre con sigilo, se suponía que estaría en las primeras plantas, posiblemente bebiendo pero al menos estaría allí

— me temo señorita... que tendrá que venir a otro lugar con nosotros— y sin más los sentidos la abandonaron

(...)

—¡Bege! Mugiwara!— gritó Bigmom escalando el enorme castillo

—kyyyyaaaa— gritaron al tiempo Brook, Nami, Chopper y cierta conejita

— ¡salgan!— grito Bigmom levantando el puño y golpeando con fuerza el castillo —¡Bege, Mugiwara!

Bege cayó al suelo, respirando con dificultad

— Bigmom volvió en si— gruñó —n-no tenemos más opciones

—¿que?— Nami cuestionó sorprendida

—creí que podríamos usarla más adelante, pero ya estamos en muchos problemas— suspiro el pirata—¡tráiganla!

Al lugar ingresaban dos hombres quienes sostenía a una chica vestida elegantemente, ella forcejeaba pero era imposible, tenía esposas de kairoseki

—¡me traicionaste!— gritó con odio la gigante a punto de proporcionarle otro puñetazo

—¡alto ahí!— grito el hombre con un ligero corte sangrante en la sien

— Bege...— susurró la mujer mirando firmemente  la escena

Bege mantenía a Mel frente a una de los enormes ventanales, posicionando una pistola en la cabeza de la joven, quien solo pudo emitir un chillido de sobresaltó por el trapo que le cubría los labios

— será mejor que dejes de atacarnos, a menos que quieras que tú cocinera estrella muera— sentenció, la mujer retrocedió levemente— seria muy malo no volver a probar sus dulces

Bigmom abrió los ojos sorprendida

— Bege, maldito— gruñó Katakuri

La chica forcejeó aún más, logrando deshacer un poco el trapo que le dificultaba hablar

— ¡no se preocupen por mi!— grito a todo pulmón—¡no te detengas, mamá!

—tsk— Bege golpeó con fuerza a la chica lanzándola al suelo — ¡cállate!

— oe...— Sanji le miró con odio

—Mel...— la mayoría de los Charlotte cerraban sus puños con fuerza, tenían a su querida cocinera

Katakuri se mantenía a cierta distancia con el ceño fruncido y varias venas a punto de reventar, quienes estaban cerca decidieron alejarse del comandante dulce, sabían que su ira estallaría en poco

—dejarán que nos vallamos quieran o no— sentenció Bege— la vida de su cocinera está en juego

En el suelo, Mel cerraba los ojos con fuerza reteniendo las lagrimas, no quería ser un estorbo para los Charlotte, no quería que todo aquello se dificultara por su culpa

Tomó una decisión

Por debajo de su vestido había escondido una daga, la tomó en silencio, con mucha dificultad gracias a las esposas

—¡¿qué crees qué haces?!— gruño Sanji lanzándose en contra del pirata— no lastimarás a esta señorita

— no te metas en mis asuntos, Vismoke— gruño con ira — ¿tienes una idea mejor para sobrevivir? Ya lo creo que no

En el tiempo en que estuvieron discutiendo, la cocinera ya se había levantado, con una daga empuñada con ambas manos

— que nadie se mueva— graznó, sorprendiendo a todos los que presenciaban la escena

— suéltalo— gruño Bege— no podrás escapar con un misero cuchillo

Una sonrisa apareció en el rostro de la joven

— jamás dije que lo usaría para escapar— dobló el mango para que el cuchillo ahora señalara hacia si misma— sin rehén, mamá ya no tendrá que contenerse

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