parte 7 capitulo 3

Pasado

Los días pasaron y mi mano tomaba más fuerza, hasta que por fin pude agarrar la taza de el café sin ayuda, las cicatrices de mi mano habían desaparecido y ahora solo había piel muy suave, me gustaba tanto lo suave que era que me pasaba el día entero acariciando mi mano, mi madre pensaba que era un tic nervioso desde que murió manchas, pero no era así, extrañaba mucho a manchas pero ni todos los juguetes que me dieron ni el tiempo que pasaron conmigo me sirvió para llenar ese vacío que sentía en mi corazón, mi madre renunció a su trabajo simplemente para pasar tiempo conmigo, pero a veces, yo tenia que pasar días o semanas enteras con una sirvienta que ni caso me hacía, pero no dije nada por que sabia que era buena persona y nadie tenía derecho de tirarla al pozo de los lobos, enserió odiaba ese lugar, siempre que pasaba me gruñian y gritaba como locos, una vez rompí  un jarrón que China le regaló a mi madre, se lo lanzé a los lobos y le cayó a uno en la cabeza, estuve castigado 3 semanas por eso, pero valió la pena por que cuando pasaba se quedaban en silencio y solo miraban hacia arriba esperando a ver que hacía yo.
Mis padres estaban muy amables conmigo pero aún  rechazaba la oferta de mi padre de quedarnos a solas en cualquier habitación, él  había intentado tocarme otra vez, pero él  era muy alto como para romperle un jarrón en la cabeza, tenía el sueño muy ligero y cualquier ruido lo despertaba, ahora no solo me golpeaba a mi, si no que varias veces lo sorprendí intentado golpear a mi madre, ahora yo estaba más alto, pero mientras más crecía el miedo más se apoderaba de mi, una vez me puse entre él  y mi madre recibiendo un golpe que iba para ella, aunque siguió golpeándome, me sentí  feliz por que no la golpeo a ella, mi madre siempre se mantuvo callada y tranquila, a pesar de tener el poder de meterlo a la cárcel, ella no lo hacia

- mamá pero valdrá la pena - le dije tirando de su vestido
- te dije que no Chile! Él  es tu padre y no importa que haga, yo lo amo y no lo mandaré a la cárcel- me dijo, tomó  su vestido y dando un tirón me lo quitó de las manos y se fue en completo silencio
- eso no es amor! - le grité con lagrimas en los ojos
- ¿tu que sabes de amor? - preguntó lo suficientemente alto como para que la escuchara
- ¿y tu madre?¿tu que sabes de amor? - le pregunté mientras la veía subir las escaleras, ella sólo  me lanzó una mirada de furia mezclada con tristeza e ignorandome  siguió subiendo, todos los días volví a insistirle pero todos los días la respuesta era no.
Aún  mantenían las puertas cerradas para mi, ya ni siquiera podía llamar a Argentina, había olvidado por completo su rostro y cada día que pasaba, me preguntaba si aun me recordaría, mi mente tachada el duro no y lo reemplazada por un tal vez. Estaba sobre mi cama, me levante para abrir una de las ventanas y sentarme al borde, pero incluso las ventanas estaban selladas, mi madre de verdad no quería que saliera, salí de mi habitación y camine para ir al ático, allí no me encontrarían, mi madre mantenía una amigable conversación con quien sabe, me asomé  un poco por la baranda pero no vi a nadie, aún así escuchaba sus voces

- ¿así que se llama México? - le preguntó  mi madre, yo me quedé quieto al escuchar ese nombre, se me hacia demasiado conocido pero no recordaba donde lo había escuchado, en vez de subir al ático, bajé  la escalera lentamente rogando que la madera no hiciera ruido, bajé hasta que pude ver con quien conversaba, era ONU 
- si Luna, lo cuide hace un tiempo y le enseñe muchas cosas, pero no deja de ser un estúpido- dijo para luego dar un sorbo a su taza de té
- ¿estúpido? - susurré bajando los últimos escalones en un silencio total, a pesar de haber crecido, mi cuerpo seguía siendo igual de sigiloso que cuando era pequeño
- no debe ser tan estúpido - dijo mi madre riendo, logrando que su risa hiciera eco por toda la mansión
- no te conviene emparejarlo con tu hijo, ambos sufren decadencias económicas, además juntos nos saldrán adelante
- ¿estás diciendo que mi hijo no es capaz?- preguntó mi madre con un dejo de burla en su voz
- yo no dije eso, tu lo dijiste - le respondió ONU  riendo, ambos reían y yo no entendía de que hablaban
- ¿entonces que opinas? - preguntó mi madre después de un rato mostrando algo a ONU 
- de los 20, solo uno funcionara Luna
- podemos intentar con los 20 y luego veremos ONU - dijo mi madre tomando un vasito de coñac, moría de ganas de saber de que hablaban, un escalofrío inmenso recorrió todo mi cuerpo cuando ONU se tiró sobre mi madre y comenzó a besarla, mi madre no hacía nada y solo recibía sus besos con pequeñas risas

- ¿madre? - pregunté dejado caer al suelo el jarrón que había tomado para golpear a ONU 
- no puede ser...- susurro mi madre - hijo no es lo que piensas
- ¿ONU? - dije casi gritando mientras mantenía mis manos cerradas en un puño
- hijo mírame, tenías que saberlo pronto, pero no quería que fuera así
- yo... voy a decirle a papá! - le grité para luego correr a las escaleras
- Chile ven acá ahora mismo! - me gritó, pero yo solo seguí  corriendo haciendo oído sordo a sus gritos y amenazas, corrí  hasta que llegué a la oficina de mi padre, algunas lágrimas de rabia salían de mis ojos, puse la mano sobre la puerta y la empuje, estaba entreabierta y mi padre estaba adentro manteniendo la vista fija al computador y escribiendo, me acerqué  en silencio y me prepare para decirle

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Un poco inesperado ¿no? Pero chic@s esto sucede en la vida real, ni digan que soy una exagerada escribiendo ese tipo de cosas, ustedes decidieron leerlo ;)

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