parte 3 capítulo 3

Antes de que mamá entrara, Argi aviso que iría al baño, yo asenti y espere a mi madre mientras hacía pequeñas caricias sobre mi brazo, ella abrió, pude ver mucha tristeza en su cara, sus ojos rojos indicaban que había vuelto a llorar y su mejilla y ojo derechos estaban de color morado

- madre... ¿papá te golpeó? - pregunté bajando de la cama y acercandome lo más que podía, su vestido no me permitía estar cerca de sus piernas y no podía abrazarla de ninguna manera
- oh hijo, no fue nada, sólo me caí en el baño - me respondió hagachandose y dándome un beso en la frente
- ¿pero estas bien? - pregunté poniendo mi mano izquierda sobre su cara, con el dolor nisiquera podía mover mi brazo derecho, ella asintio y se levantó, me entregó una bolsa con muchos tipos de dulces, yo sonreí 
- gracias madre - le dije
- tu padre saldrá por trabajo y yo también, azul se quedará para cuidarlos
- no mamá! Azul es malo! - dije soltando la bolsa y tirando de su vestido
- hijo... ¿te hizo algo?
- si madre, a mi y a Argi - le dije, ella camino y se sentó en mi cama
- Cuéntame lo que te hizo - me dijo
- él... yo... madre yo escapé, hoy en la tarde, por que quería ver a Argi y conocer su casa, pero azul nos encontró, lo trató de vagabundo, me subió al auto mientras apretaba mi cuello y luego golpeó a Argentina, después aquí se hace el inocente e incluso choco el auto contra un árbol
- ¿qué?!
- me duele mucho el brazo mamá y después intento maquillar a Argi para tapar sus moretones - le conté, empeze a sentirme mal y sólo agarre el vestido de mamá y dejé que el sueño se apoderara de mi cuerpo.
Cuando desperté estaba en otra habitación que no era la mía, pero seguía en la mansión, un paño tibio estaba sobre mi frente, la puerta se abrió y entró Argi con mi mamá, Argi se alegro mucho al verme, aunque intente moverme o decirle algo, no podía, mi mano derecha estaba enyesada, cuando voltee mi cabeza, Pakistán estaba allí

- vuelve justo a tiempo señorita, su hijo acaba de despertar
- ay mi Chile, pensé que le había pasado algo peor
- bueno... además de su mano y de que tiene un resfriado fuerte, eso es todo, señorita, ¿las cicatrices que tenía su hijo en la mano derecha, se las hizo en el accidente?
- si - mintió mi madre - también jugando - Argi y yo nos miramos sabiendo que eso no era verdad, pero no dijimos nada, yo no podía abrir la boca y Argi sólo hagachó la cabeza. Argi se quedó conmigo toda la noche está que ONU llamó para que volviera al edificio, pues ya habían terminado de construirlo y debía mudarse, hace un rato, por fin pude abrir la boca y me despedí de él, antes de salir, él me sonrió y besando su mano fingió tirarme un beso en el aire, desde hace varios días hacía lo mismo, pero yo sólo pensé que era por ser mi mejor amigo, rato después de que él saliera, entró mi mamá

- ¿ya te sientes mejor? - me preguntó, desde que mi padre se había ido al trabajo, ella estaba más feliz, el moretón que tenía en la cara había desaparecido
- si - le dije, ella sonrió y me ayudó a sentarme - ¿que me pasó? - le pregunté
- sólo estabas debilitado, es todo, nada grave, deberías comer mejor hijo - me dijo intentando darme de comer, pero yo me negué
- no quiero mamá, no tengo hambre - le dije tomando el vaso de jugo, sabía que era de manzana y me tomé hasta la última gota
- pero para el jugo si eres bueno, cuando te recuperes tendrás que comer mejor si o si - me dijo, yo sólo asenti y miré por la ventana, me sentía cansado y sólo quería dormir, mamá suspiro fastidiada y salió llevándose la comida, yo cerré mis ojos y más tarde me quedé dormido.
Los días pasaron lentamente, ya era mi cumpleaños (no el real, si no el que celebro el 18 de septiembre, me gusta más esa fecha) hace apenas un día me permitieron salir de la cama, sentía como si caminara sobre algodones de azúcar y mis piernas se doblaban involuntariamente con cada paso que daba, rojo me ayudaba a mantenerme en pie, me dejó que caminara sólo hasta la silla, aunque sólo era un metro sentí como si fuera un kilómetro, me sentía demasiado cansado, pero debía estar despierto el día de mi cumpleaños, fue una "celebración" tranquila y sin interrupciones, Argi no había podido venir y eso me hacía sentir más aburrido y por ende, más cansado, por más que me ofrecieron de comer, yo no probé bocado, muchos me miraban raro, pues la comida que pasaba frente a mi eran de mis favoritas, extrañaba al niño de el águila, cada que podía, le preguntaba a Argi por él, pero como casi no se veían, no me decía mucho. Varios de los invitados me hacían muchas preguntas pero yo los ignoraba mientras veía por la ventana intentando no quedarme dormido

- rojo - llamé a mi sirviente y él se acercó
- dígame señorito Chile
- ¿me ayudarías a llegar al baño? Por favor - le pregunté
- claro - él me ayudó a bajar de la silla y me cargó hasta el baño, apenas llegamos le pedí que me dejara entrar sólo, él solo abrió la puerta y me dejó pasar, apenas estuve adentro, comenze a vomitar, encerio me sentía muy mal, rojo me escuchó y abrió la puerta
- disculpe señorito, lo escuché vomitar, ¿se encuentra bien?
- no rojo, no estoy bien, por favor llevame a mi habitación - le dije limpiando mi boca con una toalla, él me cargo y subió hasta mi habitación, me ayudó a quitarme los zapatos y me acompañó mientras estaba en mi cama, mi madre abrió la puerta unos minutos más tarde
- hijo... ¿pasa algo? Tus invitados esperan
- será mejor que se vayan mamá, no me siento bien y necesito descansar - le dije intentando ser lo más amable posible, ella asintio y la escuche diciendo que la fiesta había acabado por un problema, los escuche despedirse y luego el sonido de la puerta cerrarse haciendo eco por toda la mansión.

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