parte 10 capítulo 1

Advertencia: Este capítulo puede contener escenas violentas para algunos lectores.

México ya estaba dormido, yo lo miré mientras recordaba nuestro primer beso ¿él lo recordaría? Supuse que no, desde esa noche que lo conocí supe que tenía mala memoria

Pasado

El doctor me revisó el tobillo, yo me quejaba e incluso lloré en silencio

- señora, su hijo tendrá que reposar al menos una semana, lo ideal sería que no se moviera mucho, sólo para ir al baño - le dijo el doctor a mi madre, yo mire el peluche y lo abraze, mi padre me pegaría más si no hacía nada

- señor, mi padre se enojara si no hago nada - alcanze a decir antes de que mi madre me mirara diciendo con los ojos que callara, yo mire a el doctor
- señora...su marido...
- no doctor, no es lo que cree - le respondió al doctor con una sonrisa en la cara, el doctor me dio una paleta 
- fuiste un niño muy bueno - me dijo sonriendo mientras me ofrecía la paleta, yo la tomé y le agradecí, mi madre volvió a cargarme y salimos de allí, vi a México sentado en el mismo lugar que antes

- México! - le grité para que me viera, mi madre dejó de caminar
- ¿quieres despedirte de tu amigo hijo? - me preguntó mi madre, yo asenti y ella me dejó sentado a su lado, ella se puso a hablar con ONU y se sentaron un poco más lejos

- Hola México - le dije, él me miro enojado
- por tu culpa ONU me quitó mis dulces - dijo
- ¿por qué por mi culpa? - le pregunté
- tu dejaste que te besara
- pero tu empezaste! - le alege
- ya no importa, si me porto bien ONU me dará algún dulce - me dijo y sonrió, yo también sonreí y miré mi paleta
- mi padre no me deja comer dulces, toma, te lo regalo - le dije, él miró la paleta y la tomo
- gracias, ¿en donde vives? - me preguntó
- no lo sé, es una mansión, ¿y tu?
- vaya...eres un niño rico, yo vivo ahora con ONU, pero antes vivía cerca de donde están construyendo un edificio - me dijo
- ah vives cerca de el motel - dije inocentemente, me di cuenta como todas las miradas se centraron en mi - mi padre me dijo que así se llamaba el edificio - todos los countrys presentes, menos los niños, comenzaron a murmurar entre ellos, México comenzó a reír

- si vas a decir cosas como esas será mejor que bajes la voz - me dijo, yo sonreí y asenti,mi madre se despidió de ONU y me cargó
- adiós México! Espero verte algún día! - le dije mientras mi madre se alejaba de el lugar, México sonrió y se despidió moviendo la mano, justo después lo llamaron para su chequeo. Mi madre abrocho mi cinturón de seguridad y me dijo que tuviera cuidado con mi tobillo, yo asenti mientras jugaba con el peluche, mi madre se subió y seguimos camino a la mansión

- ¿papá sigue despierto? - le pregunté
- no hijo, son las 3 de la mañana, no está despierto - me respondió, miré mi mano vendada y suspire.
Los sirvientes nos saludaron al llegar, me aferre al hombro de mi madre mientras ella subía las escaleras, colgaba al peluche de el brazo. Mi cama estaba fría cuando mi madre me sentó en ella, comenzó a sacarme mi ropa con cuidado

- Chile suelta ese peluche ¿no ves que está sucio?
- no lo está madre - le dije dejando el peluche sobre la cama, mi madre me quitó la polera, no me dijo nada cuando vio mis zapatos nuevos tapados en lodo, me dejó completamente desnudo, yo temblaba de frío

- hijo, trata de no temblar tanto, es tu gente la que sufre - me dijo buscando un pijama
- s_si madre - le respondí, ella encontró mi pijama y me la puso, me ayudó a arroparme, yo volví a abrazar el peluche y cerré los ojos, mi madre apago la luz y tras un dulce "buenas noches" cerró la puerta.
Cuando desperté el siguiente día escuche pasos cerca de mi puerta, tuve miedo de que fuera mi padre, uno de los sirvientes abrió mi puerta

- rojo! - dije feliz mientras veía sus ojos rojos,cada sirviente se llamaba como el color de sus ojos, yo quería mucho a rojo desde que mi padre lo creó para que me sirviera, pero yo prefería hacer mis cosas sólo siempre
- buenos días señorito Chile, le eh traído el desayuno
- muchas gracias rojo - le respondí sentandome en la cama mientras él ponía una bandeja con comida frente a mi, después él salió de la habitación y me dejó sólo para que comiera, fingí darle de comer al peluche, la avena con leche estaba deliciosa, además de que me habían traído pan con huevo y jugo de manzana, mi favorito de toda la vida.
Mi madre entró a mi habitación, yo estaba escuchando música clásica, desde que recuerdo mi padre me obligaba a escucharla y lo hacía sólo para saber si él seguía en la mansión, apage la música

- Hola madre - le dije
- Hola hijo, un amigo ah venido a verte - me dijo, yo la mire extrañado, ¿sería México? A él le dije en donde vivía
- ¿dónde está papá? - le pregunté, él no dejaría pasar a nadie
- anoche lo llamaron urgente para irse al trabajo, estará aquí en un mes - me dijo, yo sonreí, detrás de sus piernas vi al niño de el sol, no podía recordar su nombre
- Hola Chile - me dijo entrando a la habitación - que bonita casa tienes
- ¿cómo supiste en donde vivo? - le pregunté
- le pregunté a México, te vi hablar con él - me dijo
- oye ¿cómo te llamabas?
- Argentina, ¿tienes mala memoria?
- no - le respondí riendo- me cuesta recordar nombres - él río conmigo, estuvimos conversando mucho rato, estar con él era muy entretenido y pronto se convirtió en mi mejor amigo, comenzó a visitarme todos los días hasta que me recupere, mi padre llegó a casa mientras Argentina estaba conmigo, yo le estaba ayudando con su tarea, abrí la puerta y cuando lo vi preguntando por mi, la misma sensación de miedo volvió a recorrer mi cuerpo, entré rápidamente a mi habitación y le dije a Argentina que se escondiera en algún lugar, él no alcanzó a esconderse, mi padre entró y cuando nos vio allí una expresión de enojo se formó en su cara

- mano! - gritó, Argentina me miró, yo le había contado sobre esto antes, se asustó mucho cuando mi padre sacó una regla de madera de su pantalón y comenzó a golpear mi herida mano, yo me quejaba mientras él repetía los golpes cada vez más fuertes, paró cuando mi madre llegó y lo sacó casi a patadas de allí, yo me senté en la silla y trate de aguantar el dolor para no llorar frente a Argentina, él se acercó y tomó mi mano, unas pequeñas líneas de sangre corrían de las cicatrices que a duras penas habían logrado cerrarse, yo no aguante más y lloré abrazando a Argentina, él me abrazo diciendo que me calmara

- perdón perdón...No tenías por que haber visto eso - le dije entre lágrimas, él me sonrió y beso mi mejilla, después secó mis lágrimas y siguió abrazandome
- me contaste sobre esto pero nunca pensé que fuera así - me dijo
- ven, salgamos afuera, podemos estar allí tranquilos - le dije aún llorando, tomé mis cosas y las de Argentina y las guarde, tomé su mano para guiarlo, bajamos las escaleras en silencio y salimos al jardín de mi madre, nos sentamos en un banco y miramos a los lejos mientras conversamos

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