Capítulo 3: Su mundo
—¿No tienes miedo? —le preguntó Sonic cuando se recostó con él para dormir, aunque creyó tener la respuesta cuando Tails puso una almohada en medio de los dos. Esa noche no habría almas para eliminar de acuerdo a lo que le prometió, pero Sonic rara vez cumplía su palabra. Ayudaron a Amy y a Knuckles a arreglar el desorden que se había ocasionado y cenaron en la habitación destinada a la eriza y el equidna por el miedo de que estar abajo no fuera buena idea.
Tails se debía encargar de cerrar las ventanas de la planta inferior. Nunca pensó que lo diría, pero ir con Sonic sabiendo que él era el asesino fue alentador, en su opinión más sincera.
—Me duele la pierna —comentó el erizo mientras subían las escaleras. Tails sonrió porque creyó saber el porqué de esa sensación—. Y la boca.
—¿Saldrás esta noche?
—No, me quedaré contigo.
Esa fue una mentira que el menor descubrió cuando se reportó otra desaparición en la mañana y, al asomarse por la ventana para saber si el cobalto había salido, Sonic se arrastró por el tejado hasta su lado sin perder su transformación.
—¿Qué tal estuve anoche?
La voz inquieta de Sonic apareció del costado derecho de su ventana al día siguiente. Tails miró y suspiró.
—¿Ahora nos veremos así?
—¿Me hacer ver como un criminal? —se burló el erizo.
—Es una versión inesperada de Romeo y Julieta —argumentó—. ¿Cómo subiste?
—Me teletransporté —respondió casualmente—. ¿Quieres acompañarme?
—¿A correr? No de día, te pueden ver...
—No, estoy hablando de... —Sonic tomó el brazo de Tails y lo subió sin lugar a quejas hasta el techo de la casa, donde Prower se tambaleó hasta que su mejor amigo lo sostuvo, solo para seguir dándole vueltas como un baile improvisado—. Ir a otro mundo.
No supo qué decir.
Tras encontrarse con la versión que no terminaba de aceptar de su mejor amigo, Tails trató de saber de sus propias palabras qué había pasado. Sonic primero titubeó y volvió a inventar una mentira sobre lo que él nombraba "Sonic.EXE", con esa terminación de archivos de computadora que el menor no volvería a ver igual. No confiaría más en esa extensión, aunque luego le dijo la verdad.
Sonic le contó que sucedió un día en el que Tails se fue a dormir temprano. Usualmente, Sonic dormía con él porque era parte de su costumbre, tan cercanos que para el dueño de casa no resultaba raro que lo hiciera, al contrario, que no se quedara era lo inusual.
Una temporada en la que jugar videojuegos se volvió adictivo a altas horas cada día, Miles Prower dejó el mando a un lado y le dijo que se encontraba muy cansado. Sonic intentó convencerlo con el hecho de que él seguiría jugando y lo derrotaría de forma continua si nadie controlaba su personaje, pero no lo persuadió en absoluto. Tails se fue a descansar, mientras que el erizo siguió sentado en el suelo esperando a que confesara que era una broma y seguirían juntos hasta las cuatro. Le gustaba verlo reír.
Afuera, el cielo y las calles se encontraban sumergidos en la oscuridad. El cobalto se reclinó hasta que su espalda golpeó el sofá para preguntarse si debería esperar a que fuera mañana para que Tails no se pusiera de mal humor y pudiera por fin acompañarlo en un viaje con Tornado en el que confesaría que lo amaba desde que lo conoció. Sus sentimientos se reforzaron cuando esa tarde abrió la puerta de la ducha y a Tails se le resbaló el jabón del susto.
No obstante, en la pantalla apareció una estática por la que resopló porque no quería levantarse a repararla, hasta que el hombrecito al que Tails controlaba empezó a moverse. Sonic sonrió triunfante, pensando que el vulpino no pudo decirle que no, pero al girar, el ojiazul seguía recostado en la cama y su mando se hallaba en el suelo.
Extrañado, pero a gusto por la distracción gracias a la falta de sueño, siguió el juego. El problema era que empezó a fallar, ya que en la mayor cantidad de veces estuvo cerca de ganar y antes de que su victoria sea proclamada, se reiniciaba todo y debía comenzar desde cero. Sonic golpeó la televisión al creer que era un error del aparato que no proyectaba lo que en verdad estaba pasando, pero al hacerlo, un relámpago alumbró el interior de la casa y todo en su interior se apagó.
Sonic dejó caer el control por incredulidad, lo peor que podría pasar sería que volteara y Tails estuviera de brazos cruzados listo para gritar que se lo advirtió, pero al caminar hacia el sillón al lado para dormir, el televisor se volvió a encender y una mano golpeó desde su interior.
Saltó hacia atrás en posición de combate, otro relámpago alumbró y la pantalla parpadeo con él, aunque en lugar de ver su reflejo cuando dejó de luchar por seguir encendida, se vio a sí mismo bastante distorsionado. Sonic miró a Tails continuar entre sueños, se podía jurar que no tenía miedo, pero no sabía cómo explicar lo que observó.
La televisión se volvió a encender, otra vez una palma similar a la suya golpeó el centro como si quisiera llamar a alguien o buscara traspasar la barrera invisible. Sonic miró la pared para saber si debía asombrarse más en caso de que el cable esté desconectado, pero antes de hacerlo, el cristal sonó como si fuera a romperse.
—Perfecto —pensó con ironía, lo primero que haría si empeoraba sería cargar a Tails y salvarlo del peligro. Sin embargo, al terminar ese pensamiento, las luces de la casa se encendieron, el videojuego se detuvo y dejó ver que había alguien detrás de él. La pantalla se encendió una vez más al regresar la oscuridad, pero esta vez se vio en el interior. Por ello, creyó que Tails inventó un juego para él y se despertaría para darle la sorpresa, aunque al instante las imágenes se desintegraron y mostraron otra escena en la que Tails era un personaje seleccionable.
De inmediato, Sonic palpó en el suelo para saber si el mando lo podía controlar, y así era, pero el mundo era demasiado rojizo y ver a su mejor amigo resultaba tierno para el ambiente. Hasta que se vio a sí mismo en una escena que habría preferido no presenciar y retornó a la selección de personajes.
Enojado por lo grotesco que resultó, cerca de correr a la guarida de Eggman y enfrentarlo por crear semejante atrocidad, el cobalto iba a desconectar la televisión para que pudiera llevar una prueba de la mente perturbada del doctor. La pantalla mostró un "¿ya te vas?" que reforzó su idea de Eggcalvo manipulando la tecnología del zorro.
-Sí, se acabó el juego –respondió. Una risa no parecida a la de Eggman resonó en la sala y lo sorprendió durante los primeros segundos.
"Demasiado lento".
Jamás. Sonic podía ser todas las cosas que Tails gritaba cuando rompía las aspas de Tornado, las alas de Tornado, rayaba la pintura de Tornado, chocaba contra Tornado, usaba a Tornado para cosas que Tails nunca tuvo que haber visto o hacía estallar la mitad de su taller con Tornado dentro, pero jamás demasiado lento.
—¿Quién es lento? —enfrentó—. Soy Sonic the hedgehog.
"Soy Dios".
¡Ah!, pelea de narcisistas. Sonic se detuvo frente a la pantalla y, apunto de patearla, la risa profunda volvió a surgir de ella. Cuando el cobalto se inclinó, otra vez un puño volvió a golpear desde adentro y en esta ocasión si lo asustó. Ahora sabía cómo se sentía Tails por cada broma que le hacía.
Sonic.EXE no era consciente de la causa de su encierro ni de la condición de Zalgo, solo recordaba el instinto de luchar por escapar del lugar que ya no soportaba. Reconoció a Sonic por ser idéntico a él, solo necesitaba que el erizo cayera bajo sus impresionantes habilidades y la libertad le sonreiría de nuevo.
"¿Quieres darme la mano?".
—No, quiero apagar la televisión —respondió, pero volvió a reírse y lo cansó—. ¡Deja de hacer eso! ¡Lo despertarás! —señaló hacia Tails.
"Demasiado lento".
—¡No! No soy demasiado, tú eres demasiado lento, te devolveré a Eggman y terminaremos con esto.
"Si me desconectas, lo mataré".
Sonic alejó su mano del tomacorriente al oír esa advertencia. Esta vez el rostro entero de la criatura estaba pegado a la pantalla viendo en dirección al zorro, parecía vivir por la sangre y en definitiva era una versión muy bizarra de él mismo.
—Eres un juego, no puedes hacerle nada.
"Lo arrastraré conmigo al infierno y lo escucharás gritar por ayuda cada vez que cierres los ojos y lo verás arder en las llamas de la desesperación".
Pronto, al negar con la cabeza por pensar en lo ridículo que era Robotnik, escuchó el grito de Tails provenir de la pantalla y la agarró de los lados mientras veía como la criatura sostenía a su amigo del cuello.
"A mí no me va a doler".
—¡Tails!
El ser no tuvo asco para agarrarlo de los extremos y romperlo. Sonic giró hacia el sofá-cama para saber si era una ilusión o estaba pasando, pero el menor seguía durmiendo pacíficamente y sus colas se mecieron por el ruido.
Pero los gritos que provenían de la televisión se oían reales, reclamaba su nombre y se ahogaba en sus propias lágrimas. El cobalto cubrió sus orejas mientras el otro se reía y seguía despedazado al Prower que se encontraba con él, hasta que el otro Sonic levantó una burbuja del charco de sangre en su suelo y se la tragó.
—¡Ya basta, Eggman!
"También quiere jugar".
Sonic se vio a sí mismo ahora con Eggcalvo, pero incluso para alguien que quería sobresalir siempre, ni siquiera su rival se incluiría para ser manchado de esa forma. No era un juego.
"Soy Dios".
—¿Qué quieres?
"¿Sabes quién soy?".
—Ya llevas un rato diciendo que eres Dios, ¿qué quieres? —preguntó mirando por el rabillo del ojo para asegurarse de que Tails no despertara, no podía estar seguro de lo que ocurriría si el menor lo hacía.
"Ayudarte".
—No veo que puedas pelear desde ahí.
"Hay muchos más como yo".
—¿Encerrados como peces en un videojuego? —La risa volvió a escucharse, por lo que cubrió sus orejas de nuevo porque llegó junto con los gritos de Tails y posiblemente de Eggman.
"Como yo", apareció muchas veces en la pantalla, sobreponiéndose sobre la misma frase, girando en grados o con más cantidad de sangre. "Si salgo de aquí, no podrías defenderlo".
—Creo que no escuchaste que soy Sonic the...
La luz de la lámpara a su lado estalló. Tails giró envuelto en las sábanas, pero siguió sin despertar y el corazón de Sonic volvió a latir.
"No puedes hacer eso".
—No necesito hacerlo, ahora tendremos que arreglarlo. Tails se sienta debajo de esa luz para leer.
"No puedes defenderlo", carcajeó. "No eres como yo".
Sonic puso un dedo en la pantalla como si pudiera acusarlo estando en dos mundos diferentes. Sonic.EXE volvió a reír más ruidosamente por el error que cometió y con esa conexión por fin pudo salir a través de él.
Su primera reacción fue probar si el cuerpo era como el suyo, la apariencia del erizo era similar a su modo ilusión, así que estaba conforme con el resultado. Lo siguiente que ocurrió en contra de su voluntad fue aparecer en el mundo del que alguna vez salió, pero al que nunca pudo regresar. Claro que ya no lo recordaba. Zalgo sintió el momento en el que su creación se liberó de sus cadenas, lo que significó que alguien había aceptado que formara parte de él y, en un futuro, ser él.
Desconocía que Sonic ni sabía que tenía a una creepypasta en su interior ni quería convertirse en una.
Mientras esto ocurría y la conciencia de Sonic regresaba para darse cuenta de su nueva apariencia, Exe se enteró de lo que pasó. A sus ojos, todo era nuevo, pero cada ente que se cruzaba por su camino lo conocía y conocía su historia. De esa forma y gracias a la tortura mental que le dio un tal Jeff, supo que tuvo un compañero que ya no se encontraba con él, pero con el que hacía cosas que otra autoridad de por ahí aborrecía.
Exe quería encontrar a ese compañero, otro tal Masky le había descrito como se veía y entendió que era Tails de quien estaban hablando, así que no podía lastimarlo y, si era posible, actuaría en contra de su naturaleza para ayudarlo a vivir. Zalgo no le dijo que la energía de Tails Doll no estaba encerrada en su videojuego; sin embargo, Slenderman movió el objeto que contenía al zorro para que ubicarlo no fuera sencillo.
Después de eso, a Sonic le había costado alcanzar el sueño porque lo podía ver cuando pestañeaba o cuando la oscuridad se avecinaba. Le había temido a las luces apagadas por un tiempo, pero comprendió que lo que sea que vio en la televisión esa noche formaba ahora parte de él y no lo podía controlar como le gustaría.
Pese a ello, Sonic aceptó la transformación y Exe se sintió como en casa. La mente humana se sentía más cansada de noche que de día, así que Sonic.EXE podía salir bajo la luz de la Luna para cazar la comida que había extrañado, aunque sabía que no le correspondía a él asesinar, sino a Sonic si es que quería mantener viva la parte oscura de él. Hasta que el cobalto se acostumbrara, Exe lo ayudaba haciendo el trabajo por el que ahora era perseguido.
Tails se sintió el responsable de las muertes. A Sonic se le escapó decir que lo hizo para protegerlo solo a él, así que no estaba seguro de que el zorro supiera que lo tenía babeando, pero al menos ahora sabía la razón de haber lastimado tanta gente.
Normalmente Tails era la voz de la razón y Sonic estaba convencido de que recibiría un regaño por eso, pero el zorro tomó su mano y le dijo que él no se metería en lo que hiciera, que tuviera cuidado. El cobalto no supo si ese fue un permiso o una advertencia, solo vio sus gestos que expresaban timidez y, al instante, el mayor recibió un abrazo porque la verdad era lo que el ojiazul esperaba oír de él.
Lo que nos lleva al comienzo, la sugerencia de visitar otro mundo.
—No, Sonic —respondió—. ¿Para que querría dejar este pueblo?
—No dejarlo, solo acompáñame una vez.
—No creo que sea buena idea.
Sonic lo continuó viendo con sorpresa.
—Tails, no quería decírtelo, pero te amo.
El ojiazul asintió, no sabía qué respuesta dar. Si tan solo no se hubiera ido a dormir ese día, le estaría diciendo que quiere pasar el resto de su vida con él y tener con quiénes usar los veinticuatro nombres que escribieron en una pizarra. Pero no ahora, y tenía el presentimiento de que Sonic lo sabía.
—Quería, pero no te voy a decir que seas como yo.
Tails vio a Sonic desaparecer al segundo, no creía que tendría que haber aceptado. Estar con alguien que hace cosas tan horribles no es romántico, ni lindo, no veía nada atractivo en verlo llorar sangre y rasgando con sus garras prácticamente toda la casa de Tails construida de madera. Él quería al otro Sonic, al que peleaba con Eggman, no que se adentraba en un mundo como si no reconociera el propio.
—¡Tails! —El menor miró a los lados y luego se asomó. Amy lo veía desde abajo agitando los brazos para que la viera—. ¡No tienen que besarse a escondidas!
Tails descendió con ayuda de sus colas, si tan solo eso hubiera estado haciendo; al entrar, Knuckles estaba trazando una tortilla para que tuviera la forma de Amy. Sonic no estaba en el interior, el asiento que ocupaba se hallaba vacío. Encendieron la televisión, la buena noticia que calcularon era que la cantidad de afectados por el asesino de identidad desconocida estaba disminuyendo, Rose suspiró de alivio, pero Tails sabía que ese resultado era solo porque en las últimas noches Sonic estuvo ocupado con él.
Por precaución, Tails no subió al segundo piso hasta que fue muy tarde y Sticks se integró a la casa. Durante la mañana, aprovechó para arreglar algunas partes de Tornado, cuyas puertas del taller habían sido forcejeadas para desmantelarlo, sin éxito. Sin embargo, no podía actuar tan despreocupado o la gente pensaría que estaba loco o era el asesino, así que simuló que iba con miedo y, ya dentro, le contó todo lo que estaba pasando a su avioneta, desde que amaba a Sonic y nunca se lo puedo confesar hasta esa mañana donde el erizo tomó la iniciativa, pero él no hizo nada. Tornado se vio como nuevo para cuando terminó de narrar sus penas, pero el mecánico seguía abatido.
—¿Qué crees que debería hacer? —preguntó al pasar la pulidora—. Sé que ha sido mi mejor amigo desde siempre, somos imparables y ha estado para mí cada día, pero Sonic es diferente. ¿Recuerdas cómo se puso por un robot? Tuvimos que hacerle entender lo importante que era para nosotros, a veces Sonic piensa... —Tails inclinó la cabeza y acarició un asiento—. ¿Por qué crees que esa criatura estaba en ese juego? Estaba encerrado y salió por Sonic. Si lo acompaño, ¿crees que encontraré la forma de ayudarlo?
Aunque Tornado no dijo nada, Tails brincó de la emoción y agradeció sus sabios consejos.
La periferia de su taller no tenía alumbrado público, debía continuar por un camino a oscuras en el que ya muchas personas habían desaparecido, porque cerca había un parque ahora clausurado ya que las personas insistían en ir para "despejar la mente", y terminaban despejando el alma de su cuerpo.
Al poner un pie en la luz amarilla del pavimento, el erizo lo alcanzó de la cintura, tan rápido que Tails no creyó que estaba en el aire hasta que el cobalto le pidió que volara por su cuenta.
—¡Tails!
Tails vio a Sonic a su lado y recordó las veces en las que lo tomaba de las manos o lo atrapaba en el cielo, por diversión o para pelear. Lo ayudaría para regresar a esos días.
—Sonic, sí quiero ir —afirmó al descender unos centímetros para estar a su altura. A pesar de ser Sonic, Tails esperó unas palabras de aliento, una lista de cosas que debía evitar, un mapa, un beso, pero todo lo que obtuvo de él fue que lo agarró del brazo y vio en negro de inmediato.
Ni siquiera un beso.
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—Él es Tails, mi mejor amigo.
Y si no hubiera sido indiferente en la mañana, tal vez habría sido presentado de otra forma. Seis pares de ojos, cinco porque uno de ellos no los tenía, lo vieron esconderse detrás de una silla que sostenía un balde con contenido viscoso que no preguntaría de dónde era.
—Sabemos que es del mundo de Sonic. —Sally Williams, una niña que no lo parecía, cubrió su boca pensando que reaccionaría como el anterior y los asesinaría aunque no pudieran morir, pero Sonic.EXE se quedó quieto en su sitio. Tails lo miró, al parecer no sabían que era Sonic, o lo sabían, pero creían que se dejaría llevar por los impulsos violentos del verdadero creepypasta. Sonic miró a Tails y sonrió cálidamente, algo a lo que el resto tampoco estaban acostumbrados.
—Sí sabes que ahora tratará de vivir a través de ti, ¿no? —preguntó un payaso monocromático encorvándose para entrar en la cabaña—. ¿Caramelo? —Dejó uno en la cabeza de Tails y siguió hasta llegar a la pared opuesta.
—Creo que él no sabe quién... —Tails volvió a agacharse para no incitarlos a actuar como animales, ya que un hombre de máscara azul lo vio pararse y tomó una hachuela de carnicero acabada de afilar. Sonic se movió un paso hacia él y lo hizo retroceder.
—Tails no es malo —argumentó para defender lo que hizo.
—No es que sea malo —intervino la niña con el peluche en brazos—. Es que tenemos hambre.
—¿Caramelo? —Jack dejó un dulce sobre la cabeza de Sally y Ticci Toby agitó un brazo para ser el siguiente.
—Si vas con Zalgo, te regresará todas sus memorias, te dirá de los hijos que no tuvieron y sus sueños —informó Jeff—. Pero dependerá de ti. La idea original era que ustedes se convirtieran en Exe y Doll, pero por alguna razón siguen en su mundo. Te obligará a escoger, ¿quieren estar aquí o allá?
Tails levantó la mirada y Sonic lo estaba pensando, ¿por qué lo haría? ¿No quiere vivir con sus amigos, ir a la playa y ser feliz con él en la tranquilidad de no pasar peligros de noche?
—¿Ellos tenían una casa como esta? —preguntó el cobalto—. Quería que Tails viera cosas de aquí, es un genio.
—Si es genio, su cerebro es más... —Eyeless volvió a levantarse. Laughing Jack lo regresó a su sitio y dejó un caramelo en su capucha—. Está antojando, no pruebo uno desde hace años.
—Eran de los pocos que no vivían en la residencia —recordó Sally—. A Tails Doll le gustaba el mar, así que Sonic.EXE construyó un lago gigante, lo reconocerás porque hay cuerpos flotando, creo que se puede ver desde el aire. Slenderman me llevó cuando todavía podía hablar con alguien.
—Slenderman lo limpió, ahora solo encontrarás un agujero seco —corrigió el payaso, dejando caer caramelos donde Masky pensó que estaría en paz—. Parece un pantano, pero no se olviden de escoger lo que quieren.
Sonic cargó a Tails para salir, ya que existían criaturas que lo podían acechar mientras caminaban. No estaba lejos, solo era un sendero complicado porque no había uno. El erizo tomó la mano de Tails y asintió hacia él para que sintiera seguridad, realmente no dejaría que nada le ocurriera. El vulpino se aferró a su brazo y vio los charcos y gotas que se resbalaban de las hojas de los árboles.
—Todo aquí es sangre —se lamentó.
—Y la luna es roja —añadió el erizo.
—Sonic, si querías hacer algo por mí, no tenías que... —mencionó de repente al pasar por el lado de una criatura de grandes garras. El erizo giró en su dirección, pero no paró su caminata para preguntar por qué lo decía—. Ya quiero regresar... ¿Qué es esto?
—Dicen que acá vivían. —Sonic abrió una puerta después de bajar a Tails y se cayó toda la pared—. Habrá pasado un buen tiempo.
Tails siguió su visión hacia una gema preciosa oculta por la tierra. El erizo la levantó y acarició con el pulgar una esquina reventada, los restos cayeron al suelo como brillantes, una vista cautivadora.
—Se ve mal, pero creo que es un rubí —comentó el cobalto antes de extenderlo hacia el vulpino, quien la observó con curiosidad, pero se alejó porque al ser un lugar del que la muerte brotaba de todas partes, un objeto valioso en medio de la nada no podía ser mera coincidencia. Sin embargo, Sonic.EXE como tal volvió y agarró su muñeca con fuerza, a tal punto que Tails pataleó para que la soltara por el miedo de que se pudiera romper. El cobalto analizó el rubí al girarlo hacia un rayo de luz e hizo que el zorro la sostuviera en un puño, presionando tan fuerte que los filos quebrados empezaron a incrustarse y atravesar el guante ya ensangrentado del menor.
Al liberarlo, Sonic.EXE retrocedió unos pasos y esperó con impaciencia a que la energía en la gema roja invadiera el cuerpo de Tails por entero.
—Tómalo —ordenó. Zalgo sintió nuevamente que se había despertado a la otra criatura y mandó a avisar a Slenderman que los dos creepypastas regresaron y el destierro no aplicaba en ellos por su nueva fecha de origen: se podía levantar la norma.
Exe se inclinó para saber si estaba vivo, porque el muñeco había caído al suelo como lo que era y no daba señales de respirar. No lo recordaba para saber si debía activarlo con alguna palabra mágica, pero pensó que sería lo mismo que con él.
—Qué sueño más horrible —oyó, pero solo el rubí brilló pausadamente. De repente, poco a poco el cuerpo inerte se levantó a sí mismo, hasta que la antena colgante se irguió y se detuvo frente a él—. Por Zalgo, soñé contigo.
—Tails Doll.
—¿Quién más? ¿Tu mamá? —El juguete de costuras tropezó al dejarse caer sobre sus pies, que eran aparente felpa desde el punto de vista del erizo—. No puedo creer que deba caminar con esto... Ah, ahí estás —notó al contemplar su rubí y levitar para hacer su vida más cómoda.
—Eres Tails Doll.
El peluche entrecerró los ojos al escucharlo de nuevo.
—¿Sigues aquí? —preguntó sin girar hacia él.
—¿Me estás hablando por la mente o por qué no tienes boca?
—¿Quieres mi boca? —Doll apuntó la gema hacia su rostro y, como un láser, dibujo lo que el otro notó que le faltaba. Al lograrlo y empezar a desangrarse sin dolor, giró para enfrentar a la criatura con él—. Quién sabe para que la quieres... Zalgo santo.
Tails Doll actuó como si lo hubiera reconocido, se acercó a él en el aire y comenzó a palpar diferentes partes de su cara. Al menos uno de ellos sabía quién era el otro.
—Qué atractivo eres —continuó el zorro al apoyarse contra su pecho—. ¿Quieres tener zorritos?
O no.
—¿Sabes quién soy?
—¿A quién le importa? Quiero usar mi boca, me voy a agachar y...
—¿No me conoces?
Tails Doll lo observó por unos segundos con una mano en su mejilla con rastros de sangre para leer su mente, volvió a acercarse con esperanza.
—No, me voy a agachar y...
—No. —Exe puso una mano entre el zorro y él. Si eso le gustaba a su anterior versión, qué extraño era, más que ser lo que era, eso era raro.
—Tú me despertaste, Sonic.EXE —comentó el vulpino al teletransportarse a milímetros del cobalto—. Tengo que agradecértelo, ¿no? No haría esto con alguien más.
—¡Ya!
Exe empujó al peluche y este cayó al suelo, de inmediato, Tails volvió y levantó su muñeca dando quejidos por el dolor que estaba sintiendo. Bien, necesitaría pensar en alguien que conociera la anterior vida de Tails Doll y él para que lo hiciera volver en sí, porque pareciera una máquina, y no de matar, creada para molestar a Exe. Por lo tanto, se desvaneció y permitió que Sonic resurgiera.
—¡Tails! ¿Qué te pasó? —preguntó al hincar una rodilla en la arena para cargarlo. El menor continuó acariciando su extremidad lastimada y miró con pequeñas lágrimas en las esquinas de sus ojos al erizo.
—Regresemos.
—Sí, te voy a llevar ahora.
Tails trató de levantarse por su cuenta, pero cayó y Sonic lo sostuvo al instante para que el golpe no se sintiera. Calculó el peso y si con su transformación lo dejarían regresar a su mundo, supuso que los que no conocían a Tails pensaría que el zorro en sus brazos era su víctima.
Sin embargo, al mirar hacia abajo, un peluche lo estaba viendo con un tic en su costura de la cola izquierda. Sonic lo soltó y Tails regresó a la normalidad, aunque volvió a tropezarse y otra vez el rubí revivió de su cabeza listo para disparar.
—Serás mi primera comida.
—Si Tails lo hubiera dicho, sería muy diferente —pensó el mayor—. ¿Tails?
—¿Tails? ¿Me llamaste Tails? ¡Te voy a sacar un ojo y me lo voy a comer mientras me ves con el otro! ¡Cocinaré tus pulmones y luego...!
—Preparado. —Exe mandó a Sonic a volar y se puso en lugar. Buscó a Tails porque sería más fácil transportarlo, pero cuando un peso ligero aterrizo en sus brazos, supo lo peor.
—Llévame a donde quieras —dijo Doll con su rostro sumergido en alegría—. Tienes tanta sangre, eso es excitante.
Si su patrón era certero, Exe agarró al peluche del cuello y lo arrojó al piso. Nuevamente, Miles Prower tomó su brazo con sumo cuidado por la herida abierta que tenía y trató de retroceder para que Exe no lo volviera a agarrar, pero a ese punto y por la ligera decepción que había tenido, veía a Tails como la mejor versión de él mismo.
—No te muevas —recomendó—. O lo romperé y me lo tragaré.
Tails asintió, sentía una ola de repulsión por dejarse cargar por alguien a quien no quería tener cerca por el daño que había causado, no sabía si al menos podía ser Sonic quien lo llevara, porque en un momento Exe lo bajó para no tener al zorro respirando en su cuello y lo golpeó, sin darse cuenta, con el tronco de un árbol.
Cuando Tails Doll reapareció, Exe se arrepintió por completo de haber salido del juego.
Qué grandioso haber sido desterrado.
Necesitaban saber de los antiguos.
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Buenas noches, espero que hayan tenido un muy buen día. Tercer capítulo de También están.
Contando Comadrona, creo que son más de un par de años en los que no he escrito de creepypastas. También tuve esa etapa, aunque casi no la recordaba, hacerlo de nuevo me divirtió.
Espero que les haya gustado, como saben la obra tendrá cinco capítulos, así que el viernes sale el siguiente y terminamos el domingo.
Asimismo, mañana sale la segunda parte de Suéltate, cariño.
Muchas gracias por todo. Cuídense bastante, hasta pronto.
=)
- KatheDoll.
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