Capítulo 1: Es de púas azules

Un asesino desconocido ronda en las calles. Sonic, Tails y el resto de sus amigos desconocen que la criatura mortal de púas azules siempre camina entre ellos buscando acabar con su destierro, hasta que conoce a Tails. 


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Sentados alrededor de una mesa rectangular, durante una mañana de cielo gris entre los meses de invierno, con el semblante pálido por el ambiente y el ánimo de las personas, Sonic, su mejor amigo Tails Prower, Amy Rose y Knuckles observaron en medio del desayuno otra de las noticias que abatían la seguridad de Mobius.

—"Las cámaras muestran el instante en el que la criatura azul, que no se ha logrado reconocer, aparece y desaparece frente al infante hasta que el único rastro que queda de él son gotas de lo que se piensa que es sangre. Aunque se sospecha lo peor, no hay ningún motivo para pensar que se trata de otra víctima más de este asesino". —El presentador le dio el pase a su compañera, manteniendo su compostura para la pantalla.

—"Durante la madrugada, se reportaron alrededor de diez cuerpos que han sido hallados esparcidos en diferentes lugares. El patrón perseguido es el de alguien que devora parcialmente a sus apresados. Hasta el momento, solo uno de los afectados pudo mencionar los rasgos que vio en él, lamentablemente, falleció mientras era socorrido. Se recalca que ningún ciudadano se arriesgue a salir después del atardecer, se darán nuevas restricciones al respecto".

Alguien tocó la puerta, lo que provocó el sobresalto de los presentes. Tails se dirigió a abrir con cuidado al oír la voz de Silver llamar para entrar.

Las reuniones entre ellos no eran extrañas, pero desde que las calles de tiñeron de rojo y los gritos se volvieron frecuentes, dormir en sus respectivos hogares había sido todo un desafío. Las juntas parecían una obligación. Amy había empezado a pasar más tiempo despierta del que debía, aunque Knuckles se había mudado con ella, terminaron por explicarles a Sonic y Tails que era importante que no hicieran caso omiso. Tails había desconectado cualquier equipo electrónico de su casa y la televisión o las redes sociales estaban prohibidas, no era fanático de la indiferencia, pero cada vez que incluso veía el periódico, las planas mostraban imágenes de un muerto diferente.

Sonic, por su parte, no era como el vulpino, si había desconectado su televisor era porque de cualquier modo no funcionaba, aunque estuviera en peligro porque su residencia no tenía puerta. El cobalto no le temía a lo que estaba ocurriendo, por lo que Tails pasaba más tiempo con su mejor amigo para distraerse de la situación. Sin embargo, terminado el tiempo de visita, cada quien regresaba a su vida. Por esto, Amy les pidió que vivieran juntos, para al menos así poder defenderse si ocurría algo malo.

Con el paso de tiempo, el hogar de Tails recibió a todos y era el centro del que nadie salía a menos que fuera por tareas, ya que las carreras y los paseos a la playa se perdieron en el olvido.

Tal vez fue la cercanía la que profundizó en Tails lo que sentía por el erizo, pero con lo que estaba ocurriendo, no tenía la fuerza para decirle que fue su primer y único enamoramiento desde que lo conoció. Amy sabía la razón de que el ambarino y el ojiverde se hipnotizaran al verse, le recomendó confesarle sus sentimientos porque notaba evidente que Sonic moría por él y podría brindarles valor, pero Prower solo sonreía al oírla.

—¿Algo nuevo? —preguntó Silver. Él no debía estar ahí, estaba por regresar al futuro, pero se quedó por si ocurría una situación que lo necesitara. Especialmente porque su regreso fue para darle la respuesta a Tails de lo que estaba investigando.

—Puede teletransportarse —señaló Knuckles al ver a Rose repitiendo la grabación que el noticiero mostró—. ¿Y si es un truco de magia?

—¿Seguro que no es del futuro? —intentó saber ella al observar la pantalla—. Míralo, no es del presente.

—Shadow también se teletransporta —interrumpió el erizo albino—. Pero... No fue él porque... porque estaba haciendo otras cosas. —Amy golpeó la mesa para que fuera más claro, a esas alturas sospechaban de todos fuera de esa mesa y Shadow no era precisamente reconocido por su buen carácter—. Estaba conmigo anoche —explicó al cubrirse el rostro.

—¿No está volando? —Sonic buscó otro control remoto para agrandar la imagen. Tails lo tenía y, al dárselo, se quedaron viendo por un largo momento hasta que Amy jaló una de sus púas para que despertara.

—Chicos, después se pueden besar, pero ahora estamos analizando esto... ¿Alguien vio a Sticks?

—Yo la vi antes de entrar, está afuera vestida de soldado —respondió Silver—. Hizo una trinchera en la puerta y un escudo con un pedazo de metal... Tails, ¿Tornado era rojo?

Al terminar el desayuno intranquilo, Sonic le pidió a Tails que lo acompañara a la playa como una salida entre mejores amigos. El menor aceptó, aunque comunicarle a Amy como si fuera su madre fue complicado, ya que ella sentía que podía respirar si sabía que sus amigos estaban en casa, no fuera. Tras convencerla y prometer regresar antes de que oscurezca, Sonic abrió la puerta para permitir que Tails saliera primero. Sticks giró al verlo y los apuntó con un arma de juguete. El zorro, el cual había alzado los brazos y ocasionó que Sonic estuviera cerca de cerrar la puerta, exhaló de alivio.

—Estamos saliendo de mi casa —explicó para calmarla, pero para que Sonic no fuera objeto de acusaciones sin sentido, lo tomó de la mano y lo condujo hacia al frente. Sticks, un día mientras se entretenían con un juego de mesa, gritó que el asesino era Sonic porque miró mal su ficha en el Monopolio y su apariencia lo confirmaba, pero nadie lo había visto de cerca, así que lo tomaron como otra broma o frase típica de la paranoia de la tejona. Desde ese día, dejó de convivir con Tails y dijo que prefería estar más segura en su propio hogar que vivir con alguien que la podía asfixiar mientras dormía.

—¿Extrañaste esto? —preguntó Sonic al ver el horizonte. La vista no era igual sin el sol alumbrando la vida de los habitantes, pero la sensación era la misma. Tails tomó asiento a su lado, pegando ambas colas a sus piernas para cubrirse del ligero frío en la brisa.

—Sería mucho mejor si no sintiera que debo mirar a mis espaldas cada segundo. —Prower se enderezó al instante en el que el más alto se inclinó para colocarle su pañoleta marrón—. Gracias... ¿Recuerdas que veníamos a diario?

—¿Recuerdas que una vez te lancé al mar? Cuando subimos a un barco para alcanzar la isla de allá.

—¿Y que te caíste y no te encontramos hasta luego de tres días?

—Tuve que sobrevivir, tuve un amigo imaginario que perdí tratando de llegar a la tierra —recordó el cobalto.

—Estabas del otro lado de la isla —rio Tails—. Es la importancia de conocer el territorio en el que te encuentras.

—Sí... Pero ya nadie puede hacerlo.

—¿Cuándo crees que esto pare?

—Espero que pronto. Tails, no me gustaría que ninguno de nosotros apareciera como... No quiero que ninguno de nosotros falte, pero lo que sea que esté afuera, no es de este mundo. Es diferente a todas las visitas interdimensionales que hemos vivido.

—Se siente vacío —comentó—. En esta estación, las personas aún venían porque el invierno casi no se sentía, pero ahora no hay nada.

—Viejo, estás aquí, para mí la playa está más que llena.

Tails esbozó una sonrisa, no era la primera vez que le decía eso, pero nunca lo había recostado en su pecho para cerrar el acto. Al sentir sus latidos y oír las olas del mar llegar a la orilla un par de veces, suspiró para dejarse descansar sobre él, así, olvidar por un instante el peligro que los rodeaba.

—Tails —llamó el cobalto al ver al menor cerrar los ojos.

—¿Qué sucede? —murmuró con la voz más suave que pudo emitir.

—Quería decirte que...

Los comunicadores en las muñecas de ambos sonaron. Los ojos de Tails habían brillado por el nerviosismo de lo que pudo haber confesado, pero bajó la mirada para hacer a un lado la esperanza que tenía.

—Amy dice que regresemos —comunicó el erizo—. Más tarde —prosiguió antes de abrazar al zorro de ojos azules.

—Aquí dice "ahora" —leyó.

—Amigo, no arruines la salida. Allá en tu casa todo lo que hay es pánico, todos se convirtieron en Sticks —dijo, pero antes de ser interrumpido, añadió—: Ayer vi a Knuckles rezando en un idioma extinto.

—Sonic, hay un monstruo asesinando a nuestros conocidos, es natural que se porten así.

—No deberían temerlo.

—¿Qué? —Tails se apartó de la muestra de afecto para lograr ponerse de pie y poder alistar las cosas para regresar a su casa—. Sonic, los están... matando, no es cualquier cosa, no es Eggman, esto es distinto —expuso con extrañeza debido al comportamiento del líder azul. Era despreocupado, sí, pero no pensó que seguiría de ese modo tras los acontecimientos recientes.

—¿Por qué no pensar que es trabajo de Eggman? Tal vez Eggcalvo solo los captura y luego pone esos cuerpos para distraernos —manifestó su versión al recostarse en la arena.

—Ni siquiera Eggman haría algo como eso —concluyó, poniendo fin a la conversación—. ¿Regresamos?

—¿Te da miedo la oscuridad?

—Se está haciendo tarde, y será más tarde cuando lleguemos a casa.

Por fortuna, el erizo no replicó. Tails no entendía qué ocurría, en las últimas semanas había sentido una presencia extraña, pero creyó que se debía solo a la sensación de ser vigilado, un sentimiento compartido entre el resto por lo que estaba ocurriendo en la ciudad. La gente, siguiendo esa línea de ideas, había empezado a viajar a las montañas o apresurar las vacaciones al campo con tal de mantenerse lo más alejados posible.

Prower había recolectado testimonios, en una ocasión, este ser extraño persiguió a Knuckles, a quien dejó cuando ingresó a un supermercado en el que la gente no salió hasta que se hizo de día. Por esto, también pensaban que la bestia solo salía de noche, pero iba a bastar un solo día en el que él faltara a esa costumbre y todo se arruinaría. Las personas no se sentirían a salvo ni con luz ni sin ella.

Le había pedido a Silver que lo ayudara a saber si en el futuro existía algún ser de las únicas características que pudieron recolectar: azul, que se podía teletransportar, levitar y era muy rápido, como Sonic o Shadow; sin embargo y para descartar que no era el azabache, Silver viajó con él, pero los crímenes siguieron ocurriendo. Además, Sonic no podía ser, era el héroe, así que buscaban a alguien más.

Sobre eso, en la primera ocasión que buscaron a la amenaza pensando que podrían luchar contra ella, salieron derrotados. En un comienzo, el ser no se presentó, pero cuando lo hizo fue un caos. Tails aún recordaba que no podía ver nada, y de repente, la única luz de un poste en el que se estaba apoyando se encendió y vio frente a él a una persona con la mitad inferior de su cuerpo arrancada. Sonic tuvo que cargarlo y llevárselo del lugar para que pudieran salvaguardar sus vidas.

Mientras seguía esos recuerdos, Sonic golpeó su hombro juguetonamente y gritó:

—¡Una carrera!

Tails no tuvo tiempo de decirle que no, el erizo corrió y, por obvios motivos, lo dejó bastante atrás, en medio del bosque del cual no podía salir volando por los árboles frondosos y la tormenta que acababa de llegar, pero el pavor lo consumió, lo que era un error para una situación donde debía mantener la calma. El menor corrió hacia el camino que debía seguir para llegar a las calles, tropezó, aunque sintió que su corazón estuvo por estallar cuando lo agarraron de las colas. Gracias al destino, solo se trató de una rama en la que se atoraron.

—¡Sonic! —espetó al ver el pavimento despejado y las pistas en silencio—. ¡Se lo diré a Amy!

El menor no podía creer que haya hecho eso, sabía que tenía miedo y prácticamente lo abandonó a su suerte. Un día cualquiera habría aceptado, pero no cuando llevaban dos meses de ser acechados. En momentos como ese, amaba mucho más a Tornado.

Mientras caminaba, solo resonaba el sonido de sus pasos cautelosos, aunque apresurados, y el del viento arrastrando la basura de la calle. De vez en cuando pasaba un carro, pero a una inmensa velocidad que aceleraban al ver a Tails, pensando que era un fantasma o una víctima en persecución.

En persecución. Al atravesar una tienda cerrada en la que pensaba pasar la noche, el alumbrado público detrás de él empezó a parpadear. Tails oyó cuando uno de los focos estalló y dejó de respirar al mismo tiempo que reunía valor para girar y rogar porque no fuera nadie. En efecto, no había nadie más en la vereda que él, aunque entrecerró los ojos para forzar su vista cuando le pareció ver una sombra quieta al final de calle y en medio de la vía.

Tails no se paró a que la figura se esclareciera, volvió a su camino y anduvo aún más rápido, sin correr para no llamar la atención, pero tampoco como para ser presa fácil. Cuando pasó otro auto, el menor sí gritó para llamar su atención y el poste por el que acababa de pasar colapsó. El vehículo hizo caso omiso, así que el vulpino volteó para enfrentarlo, esta vez con temor, pero no vio nada. Lo único que esperaba era que Sonic apareciera para correr con él en sus brazos como solía hacerlo cuando su mejor amigo estaba en peligro, quizá lo golpearía en el rostro por ser tan cruel con él y lloraría de la emoción, pero lo necesitaba.

—¡Detente! —gritó cuando otra fila de luces se apagaron, dejando todo lo que estaba a sus espaldas en absoluta oscuridad. Tails viró hacia al frente abrazando la pañoleta de Sonic para seguir, pero esta vez ni siquiera supo a quién vio tan cerca de él, dos cuencas vacías y profundas de las que brotaba sangre amenazaron con acabarlo.

El menor iba a caer al percibir que no podía moverse, pero al hacerlo, habría dados tres pasos al otro lado de la pista y un carro pisó el acelerador al verlo. Tails se preparó para el impacto, pero lejos de dolor y una caída horripilante, pudo jurar que por un instante alguien lo cargó y, al abrir los ojos, estaba en la puerta de su casa.

Giró hacia atrás para saber si estaba alguien con él o no estaba muerto y únicamente su alma llegó, pero no había alguna señal de ilusiones. Abrió la puerta, Amy dejó de abrazarse a sí misma y corrió hacia el zorro para preguntarle por qué tardó, aunque se alejó y el resto retrocedió al percatarse de que tenía un rastro de sangre en la mejilla, la cual palpó, sin poder reaccionar de otro modo por el estremecimiento.

—Si Tails no llega en el siguiente minuto, iré a... ¡Tails!

Sonic bajó con un spin dash por las escaleras al verlo. Prower dirigió su vista hacia él y se acercó para golpearlo por haber dejado que eso ocurriera, pero en el momento, al ver a Sonic a los ojos y recordar lo que vio afuera, se descompensó sin poder llegar a él. Sonic lo atrapó antes de que impactara en el suelo y le pidió a Amy que lo ayudara mientras lo recostaba en las camas superiores.

Se sumió en un sueño en el que era un espectador de lo que pasó. Caminó entre el ambiente, que se sentía más pesado, más oscuro, pero que le quería hacer saber lo que ocurrió. Dio pasos lentos hacia la esquina en la que vio a la bestia y se vio a sí mismo asustarse, pero no podía ver a quien lo atormentó, todo lo que había en su lugar era una densa nube negra que cubría el resto del escenario. Se vio correr a la calle y a la niebla acercarse a él y desaparecer al tocarlo.

—¡Tails!

No despertó de un salto, pero oyó la voz de Sonic y abrió los ojos de par en par, para mirar a los lados y preguntar qué pasó.

—¿Qué pasó? A ti, ¿qué te sucedió? —quiso saber el cobalto—. ¿Tails?

—No fue Sonic, Sticks, basta —repitió Amy a la tejona que insistía en que el erizo era el asesino que estaban buscando—. Sonic bajó de las escaleras cuando Tails llegó, a menos que pueda estar en dos lugares al mismo tiempo, dejemos las acusaciones a un lado —ordenó poco antes de tomar asiento del otro lado de la cama y seguir limpiando los rastros rojos en el menor de todos—. ¿Cómo te sientes?

—Estoy bien —contestó al acomodarse en las almohadas con dificultad—. Fue solo un susto.

—Ese susto pudo terminar en algo peor —comentó Rose.

—¿Dónde está Silver? —notó el zorro al mirar la habitación.

—Regresó al futuro, se fue con Shadow para seguir probando que no era él y... —Amy colocó el paño húmedo sobre una bandeja en la mesa de noche y resopló—. Pues no es él.

—¡Es que es Sonic!

—¡Sticks! —gritó Amy—. ¡No es el momento! Estoy cansada, no estamos ayudando en...

—¿Y cómo quieres que lo hagamos? ¿Protegiendo al asesino? No, gracias, yo sí quiero vivir y voy a alejarme de él —apuntó hacia el cobalto.

—¿Estamos peleando? —consultó Knuckles al ver a Sonic girar, agotado de oír a su compañera acusarlo por cada vez que respiraba.

—¿Y por qué no es Sticks? ¡Si desconfía de todo y siempre que vemos las noticias o estamos con mi Tails, ella insiste en irse y nunca regresa hasta que es de día!

Tails puso una mano sobre la de Sonic para tranquilizarlo, lo cual funcionó al instante, porque volvieron a contemplarse de tal manera que Amy pensó que solo ellos podían hacer que un minuto brusco de terror se transformara en horas de amor en silencio.

—Me siento mejor, chicos, está bien, solo me asustó y corrí hasta llegar aquí.

—Espera, ¿él sabe dónde vivimos? —se preocupó la eriza rosa.

—A estas alturas, creo que sabría dónde estamos todos —suspiró el ojiazul, pero cambió de ánimo al ver a Sonic una vez más—. Me gustaría olvidarlo un rato.

—Tails, si quieres hablar sobre lo que pasó, solo dilo, ¿sí? —Amy palpó su flequillo rubio y levantó la bandeja para retirarse, se llevó a Knuckles con ella y le pidió a Sticks que bajara para darle un momento a la pareja que aún no lo era. Apenas lo hicieron, al ser menos en la habitación, Sonic se dirigió a las ventanas para cerrarlas con toda la protección que Tails puso en ellas para que no pudieran abrirse al ser selladas. Era increíble la cantidad de cosas que debían hacer antes de descansar, a veces ni siquiera podía dormir separados o abrir las ventanas durante el día.

—¿Está bien así? —le preguntó Sonic al echarse a su lado. Tails asintió y giró hacia él para dormir junto a su mejor amigo, aunque su estómago sonó y se encorvó sobre él con un rubor en las orejas.

—Es el sueño.

—Es hambre, no bostezaste. Nunca pensé que yo tendría que recordártelo —evocó Sonic pensando si en algún momento había ocurrido—. ¿Quieres que encienda en la televisión? Bajaré a traerte un bocadillo, pero no tardaré mucho, lo prometo.

—Sí, Sonic, por favor. —Tails asintió hacia Sonic cuando se retiró, dejó la puerta abierta por si acaso. Prower buscó un programa con el cual entretenerse, pero al agarrar el control remoto se le resbaló, por lo que tuvo que inclinarse por el borde, lo cual le dio temor. Si el monstruo podía teletransportarse, nada le costaba aparecer debajo de su cama—. ¡Sonic!

—¡Volví! —El cobalto dejó un plato de aperitivos en la mesa de noche y regresó al lado de Tails—. Aquí estoy. ¿Todo bien?

—No quiero quedarme solo —observó mientras su mejor amigo se unía a él al acomodarse bajo la misma frazada. Sonic extendió mejor la almohada debajo de su cabeza y se cubrió para ver también algún programa.

—Tails, nunca dejaría que te lastimaran —afirmó el cobalto al apoyar su cabeza sobre una oreja del más bajo.

—Pero nunca vuelvas a dejarme, no me gustan las carreras, no por ahora, por favor —pidió al acurrucarse contra él—. Si no me hubieras dejado, sabes que no hubiera ocurrido.

—Eh, supongo que sí —se percató al ver a Tails temblar—. Ya pasó, no lo volveré a hacer.

—Lo sé.

Tails acarició la pañoleta nueva de Sonic, por lo que recordó que dejó caer la anterior al tratar de huir del asesino. Mientras ambos disfrutaban de un poco de la comida que era para Tails, vieron en las noticias que ahora que las calles estaban vigiladas, en especial por el centro de la ciudad, no se reportó ningún incidente y un par de oficiales siempre acompañaba a las personas a llegar a su casa.

Lástima que no estuvieron para Tails, aunque seguía sin entender cómo sí llegó a su hogar.

Pasaron unos minutos de un programa sobre cotorreo, Sonic durmió primero y Tails lo oyó calmar su respiración, al poco rato, él se rindió a la carrera que llevó y se dejó ceder al sueño en los brazos de su mejor amigo. Tails se preguntó si harían lo mismo siendo pareja o serían más explícitos, pero era feliz ahora como se encontraba, se sentía a salvo con el líder azul, esperaba que los demás sintieran lo mismo y que Sticks cambiara de parecer.

Tal vez por lo que pasó, se despertó en medio de la noche con un pequeño dolor de cabeza. Sonic seguía abrazándolo, por lo que alejarse para buscar una pastilla fue más doloroso para el zorro, quien no agarró una linterna, sino que cubrió la cabeza de Sonic y encendió las luces. El baño estaba del otro lado del pasillo, Amy y Knuckles estaban al lado de su habitación, así que le dio más seguridad, incluso el pasillo que daba a las escaleras tenía una puerta con una luz que siempre se hallaba encendida.

Tails encontró la indicada y regresó a su cuarto para beber del vaso de agua que Sonic le llevó durante la noche que se entretuvieron con la televisión y conversando, pero al caminar, la puerta estaba cerrada.

Pudo ser que no se diera cuenta de la fuerza con la que la soltó, pero Tails entró al cuarto y las luces estaban apagadas, solo la televisión la iluminaba y así se dio cuenta de que Sonic no estaba más en la cama. El menor volvió a encender las luces y estas se apagaron apenas lo hizo.

Aterrado, quiso dar la vuelta y huir al cuarto de sus otros amigos, pero el pedazo de madera tallado se lo impidió y el miedo lo invadió una vez más. La única razón por la que encontró calma fue porque, en las noticias, comunicaron que acababan de ver a la bestia en acción y la estaban persiguiendo, ya que según lo descrito, lograron herirlo de gravedad.

Tails vio las ventanas abiertas y se acercó para cerrarlas. Era probable que Sonic hubiera empleado los minutos de Tails buscando un medicamento para bajar a la cocina y conseguir un dulce, así que iría a reprenderlo por asustarlo de ese modo.

—Sonic, no puedo creerlo —susurró con pesadez—. Tornado no jugaría así conmigo.

No obstante, cuando tomó un lado de la ventana y luego el otro para cerrarla, una mano se puso sobre la suya con fuerza. Tails retrocedió hasta que tropezó por sus colas y tuvo que agarrase de un estante para no caer al suelo, pero la criatura frente a él sí lo hizo y se quejó cuando golpeó la madera.

El menor aprovechó su aparente debilidad para conseguir alcanzar la manija y decirle a los demás que debían atacarlo, pero literalmente vio cómo su apariencia se desvanecía como un soplo en el aire y revelaba a la criatura que era poseído por esa transformación.

Sonic se intentó levantar, pero al hacerlo, la herida que le dejaron en el vientre y el disparo en su hombro salpicaron sangre que horrorizó a Tails cuando lo vio. Quiso gritar por ayuda, pero aunque estaba viendo lo peor que algún ciudadano podía presenciar, seguía siendo Sonic, su mejor amigo, su compañero, el líder azul que tanto admiraba y la persona a la que quería más que a nadie. Tails olvidó por completo todo lo que antes había escuchado y se acercó con recelo para saber si seguía vivo.

—¿Sonic? —preguntó al arrodillarse a su lado. Puso una mano en sus púas y el erizo en el suelo se levantó como si quisiera atacarlo, vio los mismos vacíos negros, pero como si se tratara de una mascota que reconoce a su dueño, sus ojos se tornaron a los verdes que el vulpino siempre amaba ver.

—Feliz Halloween —sonrió el cobalto.

—Sonic, faltan cuatro meses para...

El sonido de la alarma policíaca sonó fuera de la casa, aunque no se detuvo en ella y manejó a otra dirección, Tails frunció el ceño hacia el erizo y este, derrotado, desvió la mirada a sus lesiones.

—¿Me ayudas?

Tails inclinó la cabeza al oírlo, pero tenía muchas interrogantes y cosas por descubrir como para negarse. Cerró las ventanas y volvió a arrodillarse a su lado antes de asentir.

No sabía el problema en el que se estaba metiendo.




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Adivinen quién apareció. 

Buenas noches, espero que se encuentren bien y hayan tenido un buen día. Primer capítulo de También están.

Creo que es la primera vez que un título de mis obras no tiene algún sujeto explícito o un sustantivo. Se siente raro. 

Esta historia nunca la subí, pero para mí es bastante antigua. Vi mis notas de secundaria y resulta que la idea se me ocurrió un 16 de diciembre del 2019, pero estamos 24 de febrero del 2023 y recién la estoy publicando. Viéndolo así, qué rápido pasa el tiempo. 

La obra contará con 5 capítulos. El siguiente capítulo se subirá el día lunes, pero el día domingo habrá un capítulo único basado en el único Sonic que no me gusta mucho, pero al que nunca le he hecho una obra así que ahí va. Será Sontails, espero que les guste. 

Muchas gracias por todo, espero que les haya gustado.

Cuídense bastante, hasta pronto. 

=)

- KatheDoll.

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