Actividad (2) Relato, cuento o historia corta
Hay veces que pienso que podría escribir páginas y páginas de mi vida, pero después recuerdo que mi vida ha sido un círculo desde que conocí el amor o mejor dicho el desamor, y la realidad es que aunque he amado esto nunca ha sido duradero, ahora comprendo aquella frase de que compras cinco minutos de felicidad por toda la eternidad de sufrimiento.
Hay veces que me cuestiono que hubiese pasado de no haber conocido a esa persona, que tanto me hizo feliz pero también que tanto me hizo sufrir; detente un momento y piénsalo, otra hora, otro lugar, otra circunstancia haría que esa persona no estuviera en tu camino, no compartirían días, meses, años; y sin embargo de repente algo sucede, sin siquiera planearlo. En mi corta vida he conocido a muchas personas y a decir verdad todas han dejado algo en mi vida, experiencias, lecciones, decisiones o sencillamente un tatuaje indeleble. Llegué a pelearme con el amor, a renegar de él, y sin embargo siempre este volvía a mí, me llenaba de dicha y después me hería. Parece que el amor estaba empeñado en hacerme ver que yo no merecía ser amada, incluso mi propio padre me abandonó de pequeña. No quiero con todo ésto generar pena ajena ni mucho menos, sé que muchas personas han pasado por peores cosas que yo; sólo creo que antes de juzgar mis acciones me den el beneficio de la duda. Y es que si a este mundo hemos venido a amar, cuando el amor conspira en tu contra, el propósito de tu vida es inútil.
Y es que a los niños les leen hermosos cuentos de príncipes azules y damiselas salvadas, pero porque nadie les dice que el amor perfecto no existe, que en vez de príncipes hay lobos y que las mujeres debemos ser fuertes para enfrentarnos a la barbarie del mundo. Pintan el mundo de color de rosa y no te enseñan los matices, la realidad del mundo; que para reír debes llorar, que para caminar debes caerte, que las personas de las que te enamores no siempre te amaran.
«Ilusos».
Engañan a sus hijos y luego se preguntan porque estos se deprimen, cuando ellos fueron los que les crearon un mundo de fantasía. ¿Ya te aburrí? Lo siento, debía desahogarme.
Ahora continuemos con el centro de la historia, el círculo de mi vida, lo sé suena muy egocéntrico pero como punto a mi favor diré que nunca hablo de mi vida, pero creo que hoy es un buen día para escribir sobre ella.
El primer amor en mi vida, fue durante mi etapa estudiantil, fue un compañero de escuela, un joven inteligente, atractivo, interesante y educado; cualidades que siempre se abren paso en mi corazón. Comenzamos con lo básico, una linda amistad, aunque él no era el tipo de persona social, a mí me gustó él. Tenía la esperanza de que algún día el sentimiento que crecía en mi interior fuese mutuo, pese a saber que él tenía novia eso no me importó, pues sabía bien que él no la amaba, pero ella era bonita aquella niña que estás orgulloso de presentar como tú novia, mientras yo... No era la gran cosa, una simple niña de once años sin curvas y desaliñada, claro era inteligente pero eso nunca es suficiente. Logré acercarme incluso más de lo que imaginé, pero no fue suficiente, al confesar mi sentir a él no le importó, y se fue de mí, rompiendo por primera vez mi corazón. Recuperarme fue duro, pasaron años antes de poder ilusionarme con alguien más, me escondí en una sonrisa falsa pese a estar rota por dentro.
Lección aprendida: Cuando expones tu sentir quedas vulnerable, a veces es mejor el silencio.
«Tonta como creíste que él sentiría algo por ti».
Caprichos del corazón, caprichos más, caprichos menos, intenté borrar su recuerdo con otras personas obligando a mi corazón a sentir, a salir de la tristeza. Pero no se puede ver estrellas en un día nublado ni sentir calor en un día de invierno. Mi corazón se encaprichaba con un rostro bonito y una cálida sonrisa, pero nunca fue suficiente, nunca fue correspondido.
Cuando por fin logré hallar un poco de tranquilidad en mi corazón, cuando dejé de sentir tristeza por mi primer amor, cuando al fin tenía paz en mi vida, llegó él, uno de los amores más profundos que he sentido en la vida, la caída más fuerte pero también la decepción más grande que he sentido. Cuando llegó a mi vida se me hizo la persona más pedante, sin embargo poco a poco se logro hacer un hueco en mi corazón, mostrando su lado amable, caballeroso, atractivo, divertido, simpático e inteligente. Él se esforzó mucho por conquistarme, era el príncipe azul soñado, marcaba su territorio, evitando que alguien más se me acercara pero aún sin ser de su propiedad. Pasaron muchos años durante los cuales mi corazón se enamoraba de él, con cada palabra, acción y detalle. Lo llegué a considerar mi vida, mi entorno, mi mundo, mi ser, vivía por su aire, me alimentaba de sus palabras, viviendo en un sueño y él al darse cuenta de mi querer se aprovechó, mi príncipe de convirtió en un monstruo, que se alimentaba de hacerme daño, se complacía de sentirme suya pero haciendo que mendigara su amor. De vez en cuando me decía un “Te quiero”, sólo para tenerme junto a él, para que no me alejara de su vida, pero sólo jugaba con mi corazón preparándolo para la estocada final, la herida de muerte, cambiarme por alguien más, darle su apellido a otra persona, tirar mi autoestima por los suelos y no suficiente con ello, contoneándose con ella frente de mí, restregando en mi cara que nunca me amó, que no merezco ser amada, que jamás iría conmigo de la mano, porque yo no lo merecía.
Lección: Nunca te dejes llevar creyendo que la persona “perfecta”, el hombre ideal, el más detallista es el príncipe azul, eso no existe a veces esas personas que dicen saber amar son los peores monstruos.
«Fui estúpida, lo sé»
Intenté forzar a querer a alguien, por dolor e inmadurez, pero fue en vano, sólo conseguí la relación más corta de mi vida y la perdida de alguien que no podría ser más que un buen amigo. Él estaba herido y solo al igual que yo, debía suponer que dos corazones heridos no pueden amarse.
Lección: Nunca permitir que la soledad te orille a forzar tu corazón. Tú no puedes mandar a tu corazón amar a alguien.
Cuarto amor, un joven que llenó cada una de mis expectativas, él consiguió que pese a que mi mundo se derrumbara en mil pedazos tuviera una ilusión, una fantasía. El flechazo fue inmediato, mi corazón no tardó en saltar de alegría por haberlo conocido, lo creí la respuesta a mis lamentos.
«Ingenua»
Pero como siempre yo fui la que se enamoró, ¿Cómo fui a pensar que alguien como él se enamoraría de mi? Él no era de mi clase social, pero creo que leer el cuento de la Cenicienta influye en tu pensar haciéndote creer que aquel príncipe te elegirá a tí, una simple doncella entre tantas mujeres hermosas, callé mis sentir, pero estoy segura que él se dió cuenta de lo que sentía pero no le importó, ¿por qué debería hacerlo? Yo no era más que un paréntesis en su vida, una chica común que se enamoró de él. Hoy que lo veo con ella, comprendo que ella es la perfecta para él, ella es hermosa, de su condición social, mientras que yo solo soy una del montón.
Lección: Nunca creas que puedes tocar las estrellas siendo una simple hormiga.
Juré no volver a amar, me prometí no volver a enamorarme, ¿para qué? Si todo era en vano, ¿De qué me sirve? Si siempre me hago daño.
«Yo no soy bonita, no soy atrayente, no soy nada»
Ya sé lo que están pensando, así siempre se dice y vuelve uno a caer, pero déjenme decirles que en verdad lo intenté, tenía una fobia tal a volverme a enamorar, no lo buscaba, ya no quería intentar, sólo quería ver mi vida pasar, perdí mi rumbo, perdí mi fe, la esperanza, todo.
Pero llegó él, como un huracán, un torbellino, a diferencia de los demás el no es como ellos, mi corazón se adhirió al de él, tenía miedo de confesar mi sentir, pensé que al igual que los demás se reiría de mi tonto sentir, pero con él no hubo dobles tintas desde el primer momento fue sincero, me dijo que me quería pero no me amaba.
«Nadie llegó siquiera a quererme»
Fue suficiente para mí, de hecho era más de lo que jamás conseguí, alguien me quería, y poco a poco me dijo “Te amo”, nadie lo había dicho antes, mi mundo se detuvo, lloré de alegría, era la mejor sensación de mi vida. Me decía que era perfecta, que era la mejor, casi volví a creer en mí, casi volví a recuperar la autoestima que perdí, más no fue suficiente.
«Casi lo creí»
Lo perdí, y hoy sólo me queda recordar que un día fuí amada, que rompió ese círculo vicioso, que alguien en el planeta me amó, y aunque yo también lo amo, cada día, cada hora, cada segundo, hoy debo aceptar que se ha marchado, que lo he perdido, y que no puedo detenerlo.
Lección: Puedes morir en vida.
Gracias a ti por leerme, sé qué tal vez esperabas algo menos aburrido que está simple narración, pero esta es mi vida; la vida aburrida de una chica común.
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