V

Sintió la calidez de los brazos de Chan rodearlo, justo antes de que se metiera debajo de las sábanas.

Felix se aferró a sus brazos, tratando de encontrar paz, tranquilidad y todas aquellas pacíficas vibras que Christopher le compartía.

El pelinegro acariciaba la espalda del chico, tratando de confortarlo, tratando de calmar su ataque de pánico en medio de la cita con SeungMin.

Comenzaba a sentirse un poco culpable, en parte, él le había llevado hasta ahí para que pudiera tener una cita con alguien luego de tanto tiempo, pero entonces comenzó a creer que fue una mala idea.

Felix dejaba salir todo, tratando de liberar aquella tristeza, aquel miedo, todo aquello que le bloqueaba sentirse en paz en medio de aquel tranquilo abrazo de Chan.

—Estoy contigo, Lixie, estás bien— dijo, acariciando su cabello, atrayéndolo lo más posible a él—. Estoy contigo, tranquilo, todo está bien.

Felix comenzaba a sentir como su frecuencia cardíaca bajaba, como su miedo se reducía y su respiración comenzaba a regularse más fácilmente.

Se sentaron en la cama, aún sin despegarse el abrazo.

Chris tenía gran parte de su camisa empapada de las lágrimas de Felix, mas no le importaba, y en su vez, dejaba besos en la cabellera rubia del pecoso.

Su mano subía y bajaba por la espalda del chico que se hacía pequeñito, aún en sus brazos.

Podía sentir como su respiración se reguló, llevándolo a respirar más suavemente, y cómo sus sollozos comenzaban a callar, haciéndolo como pequeños suspiros.

Quiso separarse un momento para ver si ya se encontraba más tranquilo, pero Felix no permitió que se moviera, tomándolo fuertemente, atrayéndolo a él.

No permitiría que viera su rostro rojo y empapado de ríos de lágrimas.

—¿Estás mejor?— dijo del mismo modo, aún en su abrazo.

Felix asintió.

—Lo siento, lo siento, lo siento, Lixie, no debí-

Sintió a Felix negar en su pecho aún.

—N-No te discul-pes— dijo en el mismo lugar, hipando.

Chan besó la cabellera una vez más.

—Lo siento— repitió en un murmuro, sin importarle lo que el otro había dicho—. Vamos por agua, o un té, para que te relajes un poco más.

Felix asintió, comenzando a ser seguido por Chan hasta la cocina, para ayudarle a preparar un té, y así poder descansar durante la noche.

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