Talking to the moon.

"Scourge me prometió hacer una gran fiesta cuando regresemos victoriosos de la guerra... Habrá mucha gente y comida deliciosa... Nos emborracharemos, bailaremos juntos, me recitarás uno de tus poemas y será la mejor noche de nuestras vidas... Entonces, me dirás tu respuesta."

- Sonic a Tails, antes de partir a la guerra.

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Habían pasado varios meses, pero tal y como prometió, Scourge haría la fiesta esta noche, no solo para celebrar la victoria de Mobius en la guerra... Sino también como una forma de homenaje al difunto hermano menor del rey: Sonic The Hedgehog, quien junto a muchos otros soldados, había perdido la vida en batalla.

Todo el pueblo había sido invitado, literalmente no había lugar en el castillo que estuviera vacío.

Bueno... Excepto el jardín. Ahí, había una sola persona, y ese era Tails Prower, ex-pareja de Sonic y trovador del castillo.

El vulpino se encontraría sentado junto a la tumba de su difunto amado bebiendo alcohol de una botella, bajo una gran estatua del erizo que Scourge había mandado a hacer para que tuvieran en el jardín como un recordatorio de quién fue y lo importante que fue para todos.

Todas las noches eran lo mismo desde la partida del cobalto; cuando salía la luna, Tails bajaba al jardín y se sentaba junto a la lápida, permaneciendo varias horas hablando hasta quedarse profundamente dormido.

Este día no era diferente. Como siempre, se sentó junto a su tumba y comenzó a contarle sobre su día, sin embargo, la "conversación" se volvió rápidamente aburrida, después de todo, sus días eran todos iguales y sin novedades.

El vulpino suspiró pesadamente y se mantuvo en silencio durante un largo rato, solo escuchándose la música que provenía del castillo de fondo.

Entonces, su vista se dirigió hasta la lápida, donde yacían escritas las últimas palabras dichas por el cobalto.

No era justo. Se suponía que este sería un día muy especial que iba a pasar junto a Sonic, incluso habían hecho una lista de cosas que le prometió hacer esa noche.

Entonces, decidido, Tails hizo la botella a un lado, se levantó de su sitio y se paró frente a la tumba, comenzando a bailar alrededor de ella al compás de la alegre música que se escuchaba a lo lejos.

Se permitió cerrar sus ojos, imaginando la figura de Sonic frente a él, siguiendo sus pasos.

En cuanto la música se detuvo, Tails también lo hizo y volvió a tomar asiento junto a la tumba de su difunto amado, sintiéndose realmente exhausto y faltándole el aliento.

Se sentía mareado e incluso con náuseas. Hace mucho tiempo que no se movía con tanta energía.

Se tomó un momento para recuperar el aliento mientras trataba de recordar lo siguiente en la lista, que era... recitarle un poema.

Tails suspiró con fastidio. También había dejado de componer poemas... Le tomó más tiempo de lo normal pensar en algo, ya que se había acostumbrado a que Sonic le dijera tres palabras para empezar a armar su poema.

Pero él no estaba aquí, así que dejó que su corazón lo guiara.

—Ha pasado demasiado tiempo desde que escuché tu voz, demasiado tiempo desde que dijiste "adiós"— Comenzó —La guerra te alejó de mí y no puedes imaginar lo solitario que se siente estar aquí. Aún recuerdo nuestro último beso y las lágrimas que derramé aquel día de tu regreso... Esperaba que volvieras victorioso, pero entonces ví el vacío en esos ojos y supe... Que lo había perdido... Todo... No importa lo mucho que trate de luchar contra este dolor... Tu recuerdo es desgarrador... Porque mi vida contigo compartir era mi nueva razón de vivir, ahora que no estás más aquí, la vida nunca será igual... Sin ti.

Tails suspiró pesadamente.

«Eso fue terrible» pensó, acurrucándose con sus colas por el frío. No podía recordar lo siguiente en la lista, así que comenzó a repetir las palabras que Sonic le dedicó antes de partir.

—"Nos emborracharemos, bailaremos juntos, me recitarás uno de tus poemas y será la mejor noche de nuestras vidas... Entonces...— El vulpino se detuvo de golpe —Me dirás tu respuesta..."

El menor analizó por un momento aquellas palabras. Nunca se había tomado el tiempo de darle un significado a esa oración.

"Me dirás tu respuesta"

¿Respuesta a qué? ¿Qué significaba?

Trató de regresar al momento exacto cuando Sonic le dijo esas palabras... Estaba seguro de que olvidó algo importante sobre ese momento, algo que dijo, o quizás... Algo que le dio.

De pronto, todas sus dudas se aclararon. Comenzó a buscar desesperadamente algo entre sus bolsillos; aquella bolsa que Sonic le dio antes de partir y que llevaba consigo a todas partes desde entonces.

Él le había dicho que no la abriera hasta su regreso, sin embargo, ya no había un regreso por esperar... Había olvidado que la tenía.

Tails comenzó a desenvolver la tela con cuidado. Su respiración se cortó y su corazón dejó de latir por un momento al ver lo que escondía dentro.

Era un anillo de compromiso.

Eso solo lo llevó a una conclusión; Sonic iba a pedirle matrimonio una vez regresara de la guerra.

Una mano cubrió su boca y lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos celestes para después deslizarse por sus blancas mejillas.

Llevó la sortija hasta su pecho mientras sentía como su corazón se desgarraba del dolor. No pudo más y rompió en llanto. Gritó y lloró aún después de no tener voz o fuerzas para hacerlo.

Su vida era una completa mierda antes de conocer a Sonic, sin embargo, no había comparación con todo con lo que lidiaba desde la partida del amor de su vida.

Porque sí, estaba seguro de que Sonic fue, es y será el amor de su vida. Su partida había dejado un vacío muy grande en él, que nada ni nadie podría llenar.

Todo desde que él se había ido había perdido sentido. Sus poemas, a los cuales les dedicó tanto amor en un pasado, ahora solo eran un pesado recordatorio de que estaba solo, otra vez. Sentía que nunca, jamás en su vida, volvería a experimentar la misma felicidad que vivió al escribirlos.

Su respiración se volvía cada vez más pesada y no podía sentir el pecho del dolor. Su visión se había nublado de lágrimas y puntos y su cabeza dolía como el mismísimo infierno, dando lugar a un pitido molesto que resonó en sus oídos.

—¿Estás bien?

Aquella voz tan familiar lo regresó de golpe a la realidad. Al levantar la cabeza, el zorro se encontró con las borrosas pero reconocibles figuras de Zonic y Zails, quienes le miraban con preocupación.

Zonic cerró los ojos con pésame cuando Tails reveló el anillo de compromiso entre sus manos. Recordó todas las horas que su hermano le dedicó a la práctica de su propuesta de matrimonio y lo ilusionado que estaba con la idea de casarse con Tails, también las noches en las que tuvo que consolarlo cuando el menor lo rechazó en su primer intento.

El cobalto se agachó frente a él, buscando las palabras correctas para intentar tranquilizarlo, pero antes de que pudiera decir cualquier cosa, el zorro se abalanzó hacia él y lo abrazó con fuerza. Rápidamente correspondió al abrazo, sintiendo las lágrimas del otro sobre su hombro bueno.

—Lo lamento.— Se disculpó el oficial, acariciando su nuca con cariño —Lo lamento tanto, Tails...

—Lo extraño...

—Sé que lo extrañas, lo sé.

—Él lo era todo para mí.— Sollozó —Ahora él ya no está aquí... ¿Por qué? ¿Por qué él? ¿Por qué no alguien más?— Hizo una pausa —¿Por qué no yo?

—No digas eso...

Zonic deseaba desesperadamente poder hacer algo por él, pero no había nada... Lo había estado intentando por semanas, había estado yendo a la habitación de Tails para corroborar que comiera bien y evitar que se lastimara a sí mismo, lo llevaba a pasear por el pueblo para distraerlo, sin contar que todas las noches él era el responsable de regresarlo a su cama para que no durmiera afuera... Pero nada de eso funcionó. Prower parecía sumido en una profunda tristeza. Ni siquiera los hijos de Scourge fueron capaces de animarlo.

—Me prometió que volvería.— Tails volvió a hablar —Rompió su promesa, él... Yo... Yo solo quiero volver a estar con él. Reír con él, bailar con él, abrazarlo y decirle lo mucho que lo amo, que sí me caso con él... Quiero...— Sus párpados comenzaban a pesar —Lo quiero de vuelta. Quiero de vuelta a mi Sonic. No quiero estar... aquí.

Tails se durmió en los brazos del oficial. Zonic dirigió su vista hasta Zails, quien observaba al trovador con tristeza mientras acariciaba la cabeza de la pequeña eriza durmiendo en sus brazos.

Sin decir una palabra, Zonic cargó en brazos al vulpino y se alejó, dispuesto a llevarlo a su habitación. Una vez allí, lo acomodó sobre la desordenada cama y lo cubrió con las sábanas que llevaban meses sin lavarse.

—Sé fuerte, Tails, te lo suplico...— Imploró, en voz baja —Sé fuerte por mi hermano.

Dicho aquello, el cobalto se retiró de la habitación.

Aunque probablemente y gracias a que estaba bajo los efectos del alcohol, Tails no recordaría nada al despertar.

Quizá ni siquiera lo encontrarían en su cama al día siguiente, pero sí su cuerpo sin vida en el piso del jardín que se veía a través de la ventana de su habitación junto a una nota que decía "Lo siento, Sonic".

Fin.

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