Capítulo III: El Gremio de Baladur
A la manaña siguiente, desperté, me vestí, desayuné y salí de casa. Fui a la plaza, lugar donde había quedado con mi único amigo de este nuevo lugar. Yuri me esperaba en la fuente. Acudí allí al verle y según me vio me abrazó a modo de saludo.
-¡Buenos días, Fare! Hoy es un gran día para tí. ¡Vamos! - Me dijo. Asentí y fui con él. Mi amigo tenía mucho ánimo y energía. Caminamos por la ciudad dando un paseo. Yuri me explicó qué era cada cosa, dónde estaba el distrito de ocio, tiendas y viviendas y finalmente llegamos al gremio.
-Hola, Yuri. ¿Quién es tu amiga?
-Hola. Ella es Fareph Nairel. Fare, te presento a Kratos. Él lleva este gremio.
-Encantada... - Dije, tímida. Kratos era un hombre joven, alto, fuerte y muy guapo. De aspecto serio, me sentí un poco intimidada. Pero también me atraía. Y eso que era la primera vez que le veía. Quizá me atraía porque tenía el pelo algo largo y rojo...
-Kratos, quiere alistarse. - Dijo Yuri.
-Entiendo... ¿Qué trabajo tienes? - Me preguntó Kratos.
-Espadachín, señor. - Respondí. - Aunque... eso de Mago también me llamaba la atención. - Añadí, en bajito, pensando para mí.
-Je... Interesante. ¿Vas a ir con espada y escudo, con una sola espada o con dos espadas?
-Ah... Mmm... Creo que dos espadas. Dos katanas.
-Interesante. Eres novata y vas y empiezas por lo más difícil. Pero está bien. Ven conmigo.
-Oh... Como usted diga. - Respondí y le seguí.
-Tutéame, por favor. Los novatos necesitan instructor para las primeras diez misiones. ¿Ya has elegido?
-Sí. Yuri. Es al que más conozco...
-Entiendo. Es buena elección, su forma de enseñar es con paciencia y sin darle estrés a los alumnos. Aprenden rápido por eso...
-¿Eh? ¡Dijo todo lo contrario!
-Ah, ¿sí? Vaya... - Dijo él. Luego se rió un poco. Kratos me mostró todo el lugar. El tablón de misiones, el bar y donde tenían la forja para hacer armas y armaduras que luego vendían al resto de miembros. Me dijo que las armas y armaduras sólo se podían obtener en los gremios. Y también, que a los novatos se les dan armas prestadas de una estrella para que puedan ir trabajando. Con el tiempo y el cumplimiento de misiones, podría comprar armas nuevas y mejores, así como mejor equipo. Y si había suerte, encontrar armas raras en los cofres del tesoro de los territorios a explorar o lugares de cumplimiento del deber.
Así pues, obtuve las armas prestadas. Dos katanas sencillas y de madera maciza. Si te golpean con esto hace mucha pupa... Sonreí al obtenerlas y me inscribí en el gremio de forma oficial. Hablé con todo el mundo un poco para presentarme y luego volví con Yuri.
-¡Hey! ¿Cómo te ha ido?
-Bien... Pero me ha parecido ver a poca gente aquí.
-Sí... No llegamos a veinte personas... ¡Pero somos suficientes para proteger la aldea y los alrededores!
-Hm... Ya veo... ¿Buscamos misión?
-¡No! - Dijo Yuri, sonriente. - Vas a estar desarrollando músculo y resistencia durante dos meses. En ese tiempo también aprenderás movimietos básicos de katana. Tras eso, deberás superar una prueba: vencerme a mí. Ya te diré las reglas de ese reto. Y después, harás las diez misiones de iniciación. Es protocolo, lo siento, pero me temo que no puedo hacerle nada.
-Vale, lo acepto. - Respondí, sonriendo también.
-Bien... - Me aprobó él. - Descansa por hoy. Mañana más y mejor.
Me despedí de él hasta el día siguiente, día en el que empezaba mi duro entrenamiento.
-Fin-
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