Will you marry me?

— Tuve un sueño... —Poison suspiró.

— ¿Otra vez? —Ghoul le miró preocupado.

— No esa clase de sueño... —Posion llevó una de sus manos a acariciar la cálida mejilla de su acompañante. Estaban totalmente solos en una ciudad cubierta de arena, habían caído dormidos en una de las muchas casas abandonadas. Esta lucía casi habitable, como si los anteriores dueños se hubiesen marchado el día anterior y no hace casi quince años. — Soñé con nosotros dos... en una casa como esta, teníamos una hija —rió—, era idéntica a ti.

— Pobre niña... —Ghoul enarcó una ceja, había una sonrisa torcida en sus labios. Poison no pudo evitar soltar una carcajada.

— Me encanta como luce tu rostro, eres hermoso.

— Estábamos hablando de tu sueño —Ghoul le interrumpió, nunca había sido demasiado bueno con ese tipo de charlas cursis.

— Éramos una familia, y éramos felices... y... es una tontería.

— No es una tontería —Ghoul murmuró—, es un bonito sueño. Quizás algún día... pero ahora levanta tu trasero, debemos llevar el pedido de regreso a casa.

Gerard recibió su beso y lo vio abandonar la cama sin voltearse a ver si él lo hacía también. Desnudo como estaba se rodeó con la manta y abrazó sus rodillas, apoyando la cabeza de costado, un suspiro abandonó sus labios. Llevaban exactamente cinco años en lo mismo. Iban a pueblos lejanos a pelear con los Draculoids que todavía quedaban, intentaban ayudar a la gente que todavía podía ser salvada, conseguían provisiones, volvían a la cueva... o iban a esconderse en otros lugares. Siempre peleando, siempre huyendo, en una guerra que no acabaría hasta que todos estuvieran muertos. Y entonces... entonces no quedaría nada que hacer.

Él no quería esa vida, no quería esa vida para Ghoul ni para sus amigos... pero era lo único que tenían. Lo único que conocía como vida, todo lo demás eran recuerdos difusos... solo esa constante guerra era real en su cabeza. Y sinceramente, a ratos era una mierda. Se sentía un iluso al pensar que había un final feliz para él y Ghoul, tenían suerte si llegaban vivos a la mañana siguiente. Y eso era todo.

— ¡Mira esto! —la voz emocionada de Ghoul lo llamó desde la sala— ¡Poison, ven a mirar esto!

Poison se rodeó con la manta y abandonó la cama para ir a ver lo que Ghoul quería enseñarle, pero solo resultó ser un envase vacío de papas fritas. Se forzó a sonreír para no desilusionarlo.

— Hace siglos no veía esta mierda —dijo Ghoul—, de niño las amaba.

— Yo igual —murmuró Poison—, ¿La ducha funciona?

— Eso creo —respondió Ghoul, con la vista fija en el suelo para buscar algún otro "tesoro".

La ducha funcionaba, para sorpresa de Poison. Se enjuagó la arena que tenía residual en el cabello pero sinceramente daba igual porque dentro de una hora volvería a tener arena ahí. Se frotó el cuerpo y dejó que el agua fluyera hacia abajo, llevándose la mayoría de sus tensiones consigo. Le encantaban las duchas frías y la tranquilidad que había en torno a ellas. Como si el mundo fuera normal, como si no hubiera una guerra ahí afuera.

Pero cuando el agua se cortaba, la realidad volvía a pegarle en la cara.

— Poison, date prisa. Creo que escuché algo —esta vez no sonaba contento.

Poison acató sus órdenes y de prisa se secó con la misma manta que había estado usando para cubrirse, para luego ponerse sus jeans gastados, una camiseta negra y la chaqueta de cuero azul abierta encima. Se ató las botas y despeinando su húmedo cabello con una mano salió a la sala. Ghoul ya estaba vestido, y tenía su arma en las manos. Estaba pegado a una pared y Poison supo de inmediato que debía hacer lo mismo.

— Creo que nos siguieron —prosiguió Ghoul en susurros—, no deben ser más de dos. Pero debemos tener cuidado, podrían haber más por aquí cerca.

Poison estuvo a punto de decirle que no pasaba nada, que posiblemente solo estaba imaginando cosas y que mejor se dieran prisa para volver pronto a la cueva. Pero cuando iba a abandonar su lugar la puerta se abrió estrepitosamente y dos Draculoids entraron disparando contra todo frente a ellos. El corazón de Poison dio un vuelco, si no fuera porque Ghoul lo tomó del brazo ahora mismo estaría muerto.

Vio a Ghoul arremeter a disparos contra uno de ellos y con prisa imitó sus acciones disparándole al otro. No se lo esperaban, o al menos eso parecía, porque no alcanzaron a responder y cayeron muertos sobre la bonita alfombra de la casa. Poison no tuvo tiempo para quejarse por la enorme mancha de sangre porque Ghoul volvió a tomarle del brazo para arrastrarlo fuera de aquél lugar. No vieron a nadie en las calles y sin problemas llegaron a la camioneta con todo lo que habían recolectado atado en la parte posterior. Ghoul se sentó tras el volante y sin esperar confirmación partió rumbo al norte. Se mantuvo en silencio hasta que volvieron al desierto, y Poison estaba igual. Sus ojos viajaban por el lugar en torno a ellos buscando más Draculoids o indicios de que estaban siendo monitoreados, pero su mente estaba lejos de todo aquello; había estado a punto de morir en aquél lugar. Hubiese sido el final de todo, así de repentino... era una idea aterradora.

— Estamos solos —Ghoul dijo de pronto.

— ¿Eso crees?

— Estamos en la mitad del desierto... si estuviéramos siendo seguidos, créeme que lo notaría.

— ¿Entonces por qué nos detuvimos?

Ghoul suspiró y se giró para encararlo mejor.

— Por un momento creí que morirías...

— Yo también —suspiró Poison.

— Escúchame —ordenó Ghoul—. Pensé que morías y nunca había estado tan asustado en toda mi vida. Yo... yo sé que no puedo darte la vida que deseas y me odio por eso. Me encantaría que pudiéramos vivir en una bonita casa, con nuestros hijos y nuestros perros, pero... eso no es posible. Esto es todo lo que tenemos y dudo que eso cambie algún día y, yo... mierda, Poison. Me odio por arriesgar tu vida de esta manera. Tú no mereces vivir esto.

— Estamos juntos en esto, tú me cuidas la espalda y yo cuido la tuya —Poison musitó las palabras que tanto tiempo atrás Ghoul le había dicho.

Ambos sonrieron.

— Lo que quiero decir es... —Ghoul mordió su labio inferior y se quitó la cadena en torno a su cuello. Había una placa de metal y junto a ella un anillo de oro. Lo sacó de la cadena y luego de volver a ponérsela, comenzó a jugar con el anillo entre sus dedos— Esto pertenecía a mi madre. Papá se lo dio cuando le pidió matrimonio... y sé que quizás no es mucho, nada es suficiente cuando se trata de ti. Desearía poder darte el mundo, pero... de momento te ofrezco pasar el resto de tus días a mi lado. Poison, me harías el hombre más feliz del mundo si aceptaras casarte conmigo.

Poison se le quedó mirando, no podía creer lo que estaba sucediendo y aun así se las arregló para responder algo.

— Claro que quiero casarme contigo, Ghoul —dijo Poison—. Quiero pasar cada uno de mis días contigo... eres la única persona con quien podría sobrevivir a esto y soy tan feliz porque estás tú aquí, cuidándome y amándome tanto.

Ghoul tomó una de las manos de Poison y luego de besar su dedo anular le puso el anillo. Quedaba perfectamente, y ambos sonrieron contentos ante aquél detalle. Poison estiró el brazo para observar mejor el anillo y luego se acercó a Ghoul para abrazarlo contra sí. El abrazo se volvió más cálido y cuando sus rostros estuvieron cerca; sus labios se sumieron en un beso casi interminable.

— Poison, ¿te casas conmigo?

— Acepto, Ghoul.

Y cuando volvieron a besarse sellaron aquella unión. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top