09
Gerard siguió sintiendo el mal sabor en la boca incluso cuando despertó en su cama, varias horas más tarde. Los chicos habían hecho hasta lo imposible para amenizar el ambiente después de que Ghoul partiera, pero todos habían perdido la sed y el apetito, y también las ganas de festejar. El festejo se sentía vacío, totalmente insignificante. ¿Qué significaban tres vidas en una tonta misión exitosa cuando se habían perdido ocho vidas, en una misión totalmente importante?
Gerard se sentía tonto, y el que Ghoul lo hubiese ignorado le daba un terrible vacío en el pecho. Uno que no recordaba haber sentido antes. Era cierto que se estaba forzando a sí mismo por lograr cosas y así poder agradarle, pero al parecer había avanzado un paso y había retrocedido tres.
No tenía ganas de ir a la universidad, pero de todos modos abandonó la cama y fue a darse una ducha. Un cuarto de hora más tarde estaba sentado frente a la mesa de la cocina, girando una cuchara al interior de un bowl con cereal y leche. Pero no tenía hambre.
Su día pasó lento y tortuoso, y cuando la hora de volver a casa regresó, decidió pasar a la tienda de cómics en lugar de irse directo a casa. Sabía que si regresaba pronto se iría a dormir y entonces... tendría que enfrentarse al pesado ambiente que había quedado el día anterior.
Bert estaba ocupado cuando llegó, así que ocupó un buen rato dando vueltas por la tienda, buscando cómics que no hubiese leído antes y saludando vagamente a las personas que solía ver a diario ahí mismo, en la universidad o en su pasado, en la escuela. Cuando Bert se desocupó se apresuró a él, y dejó el pesado bolso sobre la encimera.
— ¿Sigues con los sueños? —fue el saludo de Bert.
Gerard asintió.
— ¿Seguro que no consumes ningún alucinógeno? ¿No le pones ninguna clase de hongos a tu comida? ¿Qué hay de medicamentos? ¿Consumes LSD?
— Ya basta. No uso nada raro, mamá me mataría —bufó, poniendo los ojos en blanco—. Es sólo... ya te dije, tengo una imaginación demasiado activa. Es todo.
— ¿Es todo? —Rió Bert— Amigo, has estado teniendo el mismo estúpido sueño desde hace como tres meses, ¡O más!
Gerard no dijo nada, era más.
— Deberías ver a algún doctor o una gitana o qué se yo. Eso no es normal, Gerard. Mírate, luces como un trapo sucio ahora mismo. De seguro y te pasas todo el día pensando en tus sueños, ¿Cierto?
Gerard frunció los labios.
— Es que no entiendes... ahí todo es... no sé. Genial.
— ¿En qué vas ahora?
— Pues ayer un grupo de ocho tipos fue a una expedición a la base central de Korse, pero antes de siquiera llegar los mataron a todos. Yo mismo había ido a una misión para conseguir víveres, con dos tipos geniales. En el camino allá se nos aparecieron tres Draculoids en el camino y yo me los cargué a los tres con mi pistola laser. Fue asombroso. Después Razor le puso explosivos a la furgoneta y estalló en mil pedacitos. Hay un montón de pueblos abandonados y...
— ¿Los pueblos también tienen canciones de Green Day por nombre? —Bert enarcó una ceja, Gerard puso los ojos en blanco. Se había burlado de él durante horas cuando le contó el nombre de los países.
— Son... nombres de canciones de Sonic Youth, los pueblos —aclaró, un poco más avergonzado—. Mira, yo sé que todo esto parece una tontería para ti, pero para mí... para mí es real. He estado pensando y... me gustaría escribir un cómic con todo esto.
— ¿Bromeas? —Rió Bert— Gerard, es una mierda.
— Tienes envidia porque no tienes mis sueños, si pasaras un día... o noche ahí verías lo genial que es.
— Gerard, estás loquito —suspiró Bert—. Pero aun así me casaré contigo cuando sea legal.
— Espero que eso no suceda nunca —bromeó Gerard, y le dedicó una última sonrisa antes de tomar su bolso y marcharse de la tienda.
Sus pasos lo dirigieron con tortuosa lentitud de regreso a casa, lo cierto es que no tenía ganas de volver a dormir. Pero eventualmente tenía que cerrar los ojos, no podía ser tan malo el enojo de Ghoul, ¿O sí? La verdad es que no tenía idea, con respecto a nada. Y eso fue lo que lo impulsó a apresurar sus pasos a casa, y cuando llegó corrió escaleras arriba hasta su habitación. Cerró la puerta a sus espaldas y se lanzó boca abajo sobre la cama, moviendo sus piernas con pereza. No se dio cuenta cuando el sueño le ganó, y al abrir los ojos estaba de regreso en la parte superior del camarote, con los ronquidos de Razor invadiendo sus oídos.
Tomó un cambio de ropa, de las que Red había conseguido para él, y con una toalla en la mano derecha se encaminó al baño. Las muchas dudas apegadas a la pared le habían intimidado las primeras veces, pero cada vez se le hacía más fácil desnudarse ahí, a la vista de todos, y tomar una larga ducha para que se llevara todo ese polvo acumulado en su cabello y suciedad por todo el cuerpo. Se sentía especialmente liviano cuando abandonó la ducha, se puso unos jeans claros y una camiseta negra junto a unas habituales botas, y desordenando su cabello con una mano se dirigió a la cocina para tomar una fruta que sirviera como desayuno.
Como un fantasma se encaminó por los pasillos hacia la sala principal, y una vez ahí tomo camino hacia arriba, para ir al exterior un rato. Había varios chicos practicando tiros, y se unió a ellos una vez su manzana se acabó. No se dio cuenta cuando la hora de almorzar se avecinó sobre ellos, y como niños pequeños fueron al enorme comedor para tomar su porción de sopa y pan recién horneado. Gerard paseó la mirada por todo el lugar, pero no logró ver a Ghoul ahí. Escuchaba las risas y comentarios en voz alta de sus compañeros, todos parecían tener algo ingenioso que decir, pero él no podía sacarse el enojo de Ghoul de la cabeza. No quería reír con los otros porque se sentía estúpido, ni siquiera quería hablar o comer... o respirar siquiera. Se sentía adormilado, deprimido, totalmente atontado. Y la sensación no se marchó en todo el día.
Era de noche, estaba listo para irse a la cama y despertar en su aburrida vida de universitario, cuando alguien golpeó la amplia puerta de roble que desembocaba al pasillo. Razor y Jet se miraron entre ellos cuando Gerard abrió la puerta; era Ghoul.
— ¿Tienes un minuto?
Gerard se sintió extraño, traía puesta una sencilla camiseta negra y unos pantaloncillos cortos de color verde y rojo totalmente desteñido. Su largo cabello negro estaba revuelto sobre la cabeza y la luz artificial hacía que la cicatriz en su mejilla se notara todavía más. Pero de todos modos sonreía, era una sonrisa totalmente sincera y... tranquila. Estaba ahí porque quería, porque posiblemente tenía asuntos pendientes con él, y no era nada intimidante.
— Claro —respondió con una leve sonrisa, quiso buscar una chaqueta, pero si Ghoul iba con pantaloncillos cortos entonces no hacía frío. Les dedicó una sonrisa a los chicos antes de marchar, y luego siguió a Ghoul por los interminables pasillos hasta la sala principal. Juntos salieron al frío del desierto, estaba todo totalmente silencioso, tranquilo y la enorme cúpula azul, plagada de estrellas, le daba una tranquilidad que no podría describir ni con todas las palabras del mundo.
Ghoul tomó asiento en la arena, con la espalda pegada a una piedra. Y Gerard hizo lo mismo, abrazando sus rodillas. Se quedaron en silencio durante un largo rato, perdidos al interior de su cabeza. Hasta que Ghoul habló.
— Quería pedirte disculpas por lo de ayer —suspiró—. Sé que posiblemente te asusté, pero es que a veces no puedo controlar mis explosivos cambios de humor. Supongo que todos tenemos algunos molestos detalles que arreglar, el mío es ese.
Gerard enarcó una ceja, era extraño que Ghoul se estuviese excusando, pero no hizo comentario al respecto. Le dedicó un gesto con la cabeza, y Ghoul siguió hablando.
— El asunto de los chicos me trae preocupado... yo los dejé ir, ¿Sabes? No quería, pero eran todos exploradores con mucha experiencia, muchísima más que yo y sin embargo... —dejó ir un largo suspiro—. Felicitaciones, Poison. Razor me contó cómo te luciste allá, sabía que eras bueno. Tienes... te irá bien aquí, ¿sabes? Sólo necesitas tener un punto fuerte y trabajar en eso y... te irá genial. Todavía debes entrenar más, pronto serás... serás de los mejores exploradores aquí.
— Gracias —suspiró Gerard luego de un rato—. Sólo quiero ayudar. Todos ustedes son como una familia y... quiero ser parte. Me encanta este lugar, nunca antes me había sentido parte de algo.
Ghoul le dedicó una sonrisa de medio lado, era extraño verlo sonreír. Pero Gerard sabía que podría acostumbrarse a eso.
— Death suele decir que ver las estrellas junto a la persona correcta es lo mejor que hay en el mundo —murmuró Ghoul, Gerard intentaba seguirle el rastro, pero era difícil no pensar cosas incorrectas—. Y creo que tiene razón.
Gerard parpadeó un par de veces, lo vio acercarse cada vez más hacia sí que pronto fue obvio lo que pretendía hacer.
Un beso, un beso.
Su mente trabajaba con enorme velocidad y se apresuró a empujarse hacia él. Cerró sus ojos cuando fue el momento, e intentó corresponder al beso de la mejor forma posible. Pero Ghoul notó su nerviosismo y se apartó con velocidad. Gerard abrió los ojos, Ghoul quería decir mil cosas, pero absolutamente nada salía de sus labios.
— Lo lamento —murmuró Ghoul, luego un rato—. Yo... yo no...
— Está bien —se apresuró Gerard—. Yo también quería besarte, desde el primer momento en que te vi —logró admitir.
— Eres increíblemente guapo, sólo por eso no te envié de regreso afuera. A todas luces parecías ser un espía, pero el tiempo ha pasado y no nos has traicionado. Eres tan guapo como bueno —sonrió Ghoul—. Tus ojos son increíbles y... con esta luz... tu rostro luce precioso.
— ¿Esto es real? —suspiró Gerard, se sentía un total bobo. Pero Ghoul estaba ahí, prácticamente declarándole su amor. Y todas esas cosas con respecto a no distraerlo de su objetivo desaparecieron con dolorosa prisa. Sus ojos volvieron a cerrarse, y antes de que Ghoul pudiera decir nada se lanzó sobre él para responder al beso que antes Ghoul había iniciado.
Esta vez Ghoul se abrazó a él, sintió su cálida piel contra la propia. Esta vez abrió la boca en el momento adecuado y sintió los labios de Ghoul ensamblarse perfectamente contra los suyos. Como si esas bocas estuviesen hechas para besarse mutuamente.
Y entonces todo lo real y lo irreal... se fusionó en una sola cosa.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top