La misión duro 3 semanas y yo estaba deseando ver a Percy lo quería besar como si el mañana no existiera y demostrarle todo lo que lo extrañe.

Inmediatamente después de que llegue tuve que presentarme en la casa grande para poner al corriente a Quirón, la verdad no quería hacerlo yo solo quería ver a mi sesos de alga, se me hizo raro que no me fuera a recibir pero talvez no estaba en el campamento, bueno después de presentar mi informe con Quirón el cual no era nada alentador puesto que el tribunario nos superaba con creces en una escala de 1 a 20 lo cual era mucho habíamos luchado dos guerras antes pero hasta el momento nada como esto y luego estábamos ciegos ante el enemigo al no tener el poder de las profecías todas nuestras esperanzas estaban puestas en que Apolo pudiera recuperar sus oráculos a tiempo, tomar su lugar en el consejo y que nos echara una mano, pero conociendo a los dioses al menos esperábamos que recupera su poder y dejar de estar ciegos ante el enemigo.

Después de esta no tan agradable noticia me dispuse a buscar a Percy lo busque en su cabaña, en el ruedo, con lo hermanos Scoll pero nada así que supuse que no estaba en el campamento, por lo tanto decidí dar un paseo por el bosque.

Pero nunca pensé que me encontraría a Percy y a Piper besándose como si en el mundo no hubiera nadie más, mis instintos me decían que atacara, mi corazón que corriera y mi cabeza que observará y trasara un plan y como toda buena hija de Atenea escuché a la cabeza antes que al corazón, creo que eso y mi orgullo son mis defectos fatídicos y tal vez el masoquismo que sentía al obligarme a mi misma a ver, me puse la gorra de invisibilidad y escuché y observe, aunque por dentro eso me destrozara, en mil pedazos.