|Charles|
Estabámos sentados en el cerezo donde nos conocimos, era la primera vez que no estabámos junto a Raven, como era de esperarse ellas habían hecho complot contra mí para que ella y yo estuviéramos a solas durante un rato. Y disfrutabamos de un silencio que pareció hacerse eterno, en una promesa susurrada por el viento, cuando la apreté entre mis brazos al abrazarla.
«Siempre la protegería, no importara lo que pasase.»
-¿Sabes? Estoy enamorada de alguien -se deshizo del tranquilo silencio, haciendo que yo agachara mi mirada para poder verla a los ojos con una sonrisa de medio lado. Era la primera vez que me decía eso, me había comentado que le gustaba alguien hace dos años, pero nada más. A la vez me daban ciertos celos, puesto que ella se sentía muy cercana a mí.
-¿Sí? Debe ser muy afortunado. ¿Cómo se llama? -le pregunté, curioso.
-Eso no importa .-rodó los ojos y río levemente.- Realmente creo que lo amo.
-¿No es muy rápido para sacar esas conclusiones? -ladeé la cabeza. En esos momentos creía ciegamente que lo era, después de todo pensaba que llevaba conociéndolo apenas meses.
-Bueno, lo conozco hace algunos años, y él se comporta muy extraño cuando está junto a mí. Quizá sienta lo mismo, pero sé que si él no da el primer paso, yo lo haré cuando esté lista .-asintió con una sonrisa convencida. Yo la miré durante unos minutos y luego le devolví la sonrisa.- ¿En qué puedo basarme para averiguar eso? -se levantó rápidamente.
-¿Qué cosa? -yo ignoré que estaba muy cerca de mí.
-Si siente lo mismo -aclaró su garganta, estaba tan cerca que podría besarme cuando quisiera.
-Ah, eso. -suspiré.- Bueno, ¿cómo de raro se comporta?
-Bueno, me observa mucho. Tiene una extraña necesidad de leer mis pensamientos siempre .-se rascó la nuca.
-Ah, es telepata. -ella levantó la mirada a mis ojos y se quedó en silencio hasta asentir.- ¿Y por qué no simplemente lo dejas entrar y que sepa lo que sientes? Quizá sólo tiene miedo de dar el primer paso pensando en que lo vas a rechazar -puntualicé.
-No quiero que lo sepa. También le gusta mirar mucho mis labios -susurró, con sus labios peligrosamente cerca a los míos, me pilló viéndolos así que levanté la mirada a sus ojos.- Y mis ojos, dice que le gustan mucho, aunque sean negros... Que llaman su atención.
-¿Algo más?
-Dice que...-tragó fuerte, haciendo que yo aterrizara de mi extraño pensamiento sobre sus carnosos y rosados labios. Era la pubertad, cualquier mujer que se pusiera en frente tenía ese efecto en mí, o al menos eso pensaba yo.- Dice que yo... tengo lindas curvas.
-Sí...Espera, ¿qué? ¡Jodido cabrón! -empuñé mis manos-. Es un...un... sólo quiere tu cuerpo.
-Pero me cela, y me cuida de los demás -ella ladeó la cabeza, para que yo no pudiera ver más sus mejillas sonrojadas. En ese momento era un idiota que no pude entender que me había puesto celoso de sólo pensar que alguien más quería tocar esa piel de porcelana, lo admito.
-Ah... Yo creo que si siente algo por ti, supongo -puse mis manos detrás de mi cuello, ella me sonrió enormemente y luego salió a correr. Supuse que iría a contarle a Raven, y me dio curiosidad, así que la seguí. Y por primera vez en mi vida, me senté tras la puerta que acababa de ser cerrada y escuché la voz de Raven.
-¿Qué te pasó que estás tan feliz?
-Charles dijo que... dijo que podría sentir algo por mí, si me mira mucho a los ojos y la boca, y que trata de leer mis pensamientos todo el tiempo, y que si piensa que tengo lindo cuerpo y me cela. -me mordí el labio sin entender nada-. ¡Erik me ama!
¿Erik?
Sí, Erik, escucharon bien, yo escuché bien. Recordé esto y se lo conté a Raven, ella comenzó a reírse y me dijo que ella había sentido mi presencia a través de la puerta y había dicho eso. Sin embargo, que Erik y ella sí tuvieron un romance luego de que yo la rechazara, y que fue...
"-Aluscinante, fascinante, el amor más exquisito que pude presenciar alguna vez."
***
-¿Qui...quieres se...ser mi...mi no...novia? -digo, un poco desesperado. Supuse que hacerle una propuesta indecente funcionaría pero me equivoqué (no era la primera vez que me equivocaba con ella cerca), así que opté por la opción que me dejó. Ciertamente me daba mucha esperanza el hecho de que no saliera huyendo del lugar, después de todo el suero había hecho efecto el día anterior y no se había aplicado otra dosis, tenía sus poderes al cien por ciento. Además que quisiera que fuera romántico tenía que significar algo, quizás en el fondo mi pequeña Ana aun deseaba ser amada a la antigua, y eso me daba puntos a favor.
La conocía bien en el punto sentimental.
-Dije que te falta romanticismo no que debas parecer un tartamudo, idiota. -dice. Choco mi palma de mi mano contra mi frente, me hubiera dolido de no ser por la mirada de retrasada que conseguí en ella.- Deberías dejar que me vaya ahora y seguir pensando en cómo proponerte.
Sonríe por algo que yo hago, casi sonrío yo también hasta que ella dijo eso.
-¿Me aceptarás si te dejo ir? -le pregunto, arqueando mi ceja por milésima vez hoy.
-¿Me dejarás ir si no lo hago? -me observa incrédula.
-Obvio no. -río levemente.
Supongo que ya entendió que la psicología invertida no funciona conmigo, quizás se rinda.
-Sigue intentándolo. -Eh, no esperaba que se rindiera realmente, pero es fantástico.
-¿Quieres -recuerdo aquella vez en qué me dijo cómo le gustaría que fuera y me agacho-, ser mi novia? -pero- Si quieres te traigo de paso el juez y los anillos para la boda. Si ese es el romanticismo que deseas, eh. -Ella rodó los ojos, y creí que no había funcionado.
-Bien, pero con una condición .-me dice, estoy incrédulo.- Tú me estás sobornando para que acepte, tengo derecho a poner condición a esto. ¿Entiendes? Varias, de hecho.
-Bien .-sí, adelante, quiero escuchar a la vieja Anne hablando por ti.
-Primero, como sepa que estás con otra mujer, me largo y no puedes hacerle nada a nadie -me advierte, señalándome con el dedo índice acusadoramente. Esto me saca una sonrisa.
-¿Celosa? -se muerde el labio, mirándome con tenacidad. Es todo una fiera, eso me excita.
-Una parte de mí quiere que rompas esa regla -rueda los ojos, es mi turno de morderme el labio.
-¿Y la otra? -cruzo mis brazos sobre mi pecho, esperando ansioso su respuesta.
-Segundo, no seremos la pareja del año y en lo posible que sólo lo sepa Hank y Jean. -dice.
-¿Y qué si quiero decírselo a toda la escuela? -le miro en silencio. No quiero algo en secreto.
-Hazlo y hasta ahí llegamos.
-Bien, ¿que más? -eso no me gustó.
-Hmm. Tienes un mes, ¿va? Si en ese mes algo les pasa a mis personas, no volverás a saber de Anabelle Craig nunca más en tu vida. ¿Me escuchas?
-Bien, ahora van las mías -me levanto y descruzo mis brazos.- Tu petición queda anulada, y si quieres que sólo lo sepa Hank y Jean, te lo diré de esta forma. Destrozaré completamente la reputación de tu amiga Margaret si no aceptas esta: Todo el instituto sabrá que tú y yo salimos, así nadie se interpondrá en mi trabajo de conquistarte. No tienes opciones.
-¡Jm! -se cruza de brazos molesta. No quiero que nadie más la aleje de mí otra vez.
-En fin, la segunda, puedes decirle la verdad sobre esto a Jean y a Hank, pero para el resto somos la pareja feliz. Si tienes que fingir, hazlo, lo que empieza jugando siempre termina gustando -le guiño el ojo.- Y la última, tengo acceso a besarte cuando yo quiera. Porque acabas de aceptar ser mi novia oficialmente.
Me encanta la cara que hizo, pero nada como cuando me acerco. Paso mi mano por su cuello y la otra por su cintura y la atraigo hacia mi cuerpo sútilmente, y la miro en silencio como ella a mí.
-Como lo haré justo ahora -susurro en sus labios entreabiertos, antes de besarla.
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