|Charles|

Nunca pude evitar pensar que Raven había encontrado una nueva amiga, y era mujer, por lo cual ambas se entenderían a la perfección. Quizás entenderse demasiado para mi gusto, porque años más tarde, cuando empezo la pubertad ambas se la pasaban extrañamente más cercanas. Tanto que a veces me daban celos de Raven, por estar con carita de ángel siempre, mucho más de lo que yo podía estar a veces. Cuando inicié mi carrera, sólo nos veíamos en las mañanas antes de irme y en la noche antes de ir a dormir. Pero aun así la relación que manteníamos funcionaba, algo así. Yo no sabía que teníamos exactamente.

-¿Sigues despierto? -me preguntó ella, pasando su mano sútilmente por mis hombros, alcé la mirada y Raven me dedicó una sonrisa pequeña, asentí, volviendo a mi tésis. Raven y ella se disputaban por mi desde más pequeñas, pero Raven siempre tuvo la certeza de que ella había llegado primero, y bueno, en parte tenía razón. Lo que nunca supe eran sus verdaderos sentimientos, los de Raven los conocía desde niños, pero nunca podía entrar en su mente lo suficiente para saber los de Ana, al menos no sin que ella me echara de su mente enseguida.

-¿Muchachos? -Anabelle bostezó, saliendo de su cuarto con una pequeña pijama rosada ajustada al cuerpo y un peluche que cubría su cuerpo de mi mirada curiosa. Anabelle había desarollado su cuerpo tardíamente comparada con Raven y cualquier otra mujer que conocíamos nosotros, pero debía admitir que había valido la espera. Era una mujer hermosa.

Ella me hacía recordar todas aquellas noches en que (luego de descubrir que Ana también podía transformarse en quién fuera), escogía a mi cantante favorita (Celine Dion), y a su esvelta y fantástica figura para personificarla. Creía que con eso se sentía más mujer, o sino copiaba a los maniquíes, aseguraba que se sentía insegura al verlos puesto que tenían bastante cuerpo más que una mujer normal. Y con "cuerpo", se refería a senos y trasero. Era muy tierna.

-Oh, ¿te despertamos? -pregunté suavemente, porque ella sin dormir era una arpía a veces. Raven esbozó una sonrisita que Anabelle pasó desapercibida, puesto que ella todavía le veía como una niña de diecisiete años sin cuerpo comparándose con ella, que ya era toda una mujer hecha y derecha, de veintiuno.

-No -ella se sonrojó tiernamente y pude notar que la pijama aún le quedaba algo grande arriba, porque una de sus tiras se bajó dejando su hombro descubierto y ella se la subió inmediatamente. Raven me regañó por mirarla y me encogí un poco de hombros.

-No es mi culpa -pero de todas formas me excusé con Anabelle por mirar en ese preciso momento, a pesar de no sentirme mal sino todo lo contrario, era algo lindo de apreciar.- Bueno, ya que ambas están despiertas. ¿Qué les parece si me ayudan con mi tesis?

Aburrido! -exclamó Raven, rodando los ojos. Anabelle por otra parte asintió levemente y se acercó con tranquilidad y timidez hacia nosotros, Raven dejó de abrazarme entonces y se sentó a mi lado izquierdo, como Ana al lado derecho.- ¿De verdad vamos a ayudarla, hermanita linda?

, Raven comenzó a sentir tanto afecto por Raimbow Shot que se volvieron como hermanas, igualmente de inseparables. Nosotros apenas si le habíamos escogido un nuevo nombre cuando llevaba un año en nuestra casa y Rainbow Shot parecía demasiado cruel para todos, así que ellas veían una película cuando vieron dos nombres que a ella le encantaron.

Es perfecto! ¿Se imaginan? Marilyng Anabelle Craig Monroe, a qué suena lindo, ¿verdad?"

Ni Raven ni yo nos atrevimos a decirle nada y comenzamos a llamarla Ana indiscriminadamente, siempre que salíamos se presentaba como Anabelle Craig hasta que cumplió trece años, y con el dinero que yo ganaba en mi trabajo, decidimos ir a anotarla así.

-Por supuesto que vamos a ayudarle -dijo Ana, mirándola fijamente antes de desviar su mirada hacia mis ojos.- Lee para nosotras, Charlie Charles. -sonrió un poco, siempre fue muy reservada. Por esto fue que jamás me di cuenta que todo ese tiempo estuvo enamorada de mí.

-Bien -aclaré mi garganta y comencé a hablar sobre mi tesis, cuando iba en el capitulo cuatro me di cuenta que Raven se había quedado dormida en mi hombro, instantaneamente miré a Anabelle pensando que ella también se había quedado dormida, pero contrario a ello, seguía despierta y me sonrió. Así que pusimos a Raven en su cama, nos preparamos un bocadillo nocturno y comenzamos a arreglar la tesis. Ella tenía una forma de pensar que me ponía los pelos de punta, demasiado igual a lo que yo esperaba que me dijera, y a eso de la madrugada habíamos terminado la mitad de la tesis. Ana se quedó dormida en mi pecho, en el sillón, porque como a eso de las cinco am, nos quitamos del escritorio y nos sentamos en el sillón.

-Buenos días -bostezó, golpeando mi cara levemente. Ignoró el hecho de que había estado observando su rostro durante unos cinco minutos cuando me desperté y le sonreí de lado.- ¿Qué miras?

-Nada, tienes comida en tu cabello -mentí, riéndome vilmente. Esa misma noche, luego de que comiéamos, Anabelle objetó que había conocido a alguien por internet y saldría con él, también agregó que por eso se había arreglado así y que no la esperaramos despiertos. Sonrió pícara, por alguna razón, me dieron un poco de celos que de pasar de estar toda la noche conmigo, fuera a irse esta con otro hombre que ni siquiera sabía si no era un secuestrador.

-¿Por qué la celas? -Raven se me acercó.- Mira, estás bastante raro últimamente, Charles.

Lo estaba, al menos antes de saber que Anabelle se iría de Westchester y no volvería por unos años, años en los que me única compañía era Raven y volvimos a ser sólo ella y yo, pero ambos sabíamos que nos faltaba algo, que nos faltaba alguien. Y no sólo a mí, a Raven también. Pasaron los años cuando la idea de los "X-Men" surgióbueno, un año antes ella regresó.

-¿Dónde estuviste todo este tiempo?

-En las bahamas, de vacaciones -se encogió de hombros, esbozando una pequeña sonrisa.

-¿Por cuatro años?

-Algunas vacaciones son más largas que otras, conseguí un buen empleo allá -yo sabía que mentía, y cuando leí sus pensamientos, no era tan mentira como creía. Si se había ido de vacaciones, y si había conseguido un buen empleo allá, pero algo no me encajaba, habían recuerdos que no estaban, como si hubieran sido borrados de su mente por completo. 

Tras meses de intentos, logré quitarle el cerrojo que le habían puesto. Drogas, alcohol, sexo y burdeles era lo que habían. Le habían echo creer que había estado trabajando todo ese tiempo y de unas vacaciones exquisitas, deshaciéndose de sus recuerdos donde ella era otra persona. Una prostituta en pocas palabras.

Anabelle no salió de su cama durante días enteros, luego no salía de la ducha, hasta que decidió vivir encerrada en la mansión. Conocimos a Hank, y a todos, incluyendo a Erik. Fue un golpe bajo cuando ambos se saludaron tan casualmente, resulta que él había sido su cita, el hombre que me había robado sus sonrisas durante meses antes de que ella desapareciera.

Y nuevamente se había ganado su confianza, y no sabemos cómo, pero consiguió que ella volviera a salir y nos ayudara. De alguna forma, él me había quitado a Anabelle antes y volvía a quitarmela nuevamente. Eso causó cierta rivalidad entre ambos, pero un día olvidé eso y le ofrecí mi amistad, al menos hasta que decidió irse de la mansión y renunciar a los X-Men.

-Apostemos algo que valga -dijo Erik-, ¿qué tal la chica de azulde allá?

-No apostaré a Raven -le dije, frunciendo el ceño.

-Entonces a la pelinegra, y no hay más canjeo de trato. Si yo pierdo, te daré la información que quieres... Pero si yo gano, la pelinegra es mía.

Acepté, como tonto que soy y siempre he sido. Nunca esperé que fuera a perder, quizás estuve demasiado confiado para ser cierto. Cuando Raven supo de eso, nos odió a ambos por un rato, al ver a su hermana destrozada. Yo la había vendido a Erik Lehnsherr sin ningún previo aviso. Era un bastardo sin cara para ella. Quizás no me odiaba, pero de que le rompí el corazón, lo hice, y de una forma bastante cruel y despiadada al parecer de todos en los X-Men.

Al día siguiente conocí a Moira, y no sé cómo ni porqué, pero sentía que alguien estaba vigilándonos, pero no me importó, estaba impresionado con la belleza de aquella humana del FBI. Nunca imaginé que eso la destruiría lo suficiente para que se apartara de mi lado, y nunca imaginé que dejaría un gran vacío, que tiempo después creí haber llenado con la misma Moira.

-Hola, Hank. -entré en la mansión, luego de una noche ajetreada, y miré a todos lados, esperando que la chica corriera a abrazarme como lo hacía siempre que llegaba del trabajo o alguna parte. Pero no pasó nada, nadie corrió hacia mí. Y era que ni siquiera estando tan enojada por apostarla con Erik había dejado de ir a saludarme cuando llegaba de afuera, abrazándome y dándome un pequeño beso en la mejilla.- Eh, Hank...

-¿, Charles? -preguntó, volteándose a verme todavía en la puerta, entré y la cerré mirando para todos lados. Hank no se inmutó y esperó a que yo estuviera a su lado para responder.

-¿Dónde ésta...? -miré a todos lados, aclarando mi garganta.- Hank... ¿Anabelle?

-Oh, Anabelle... Yo quise detenerla, Charles. -susurró-. Pero seamos sinceros, la destruiste.

-¿Yo? -frunci el ceño.

-, Charles,-dijo una voz femenina detrás de mí, que me hizo temblar. Me giré hacia ella, y frunci el ceño-. Lo siento, volví por algo que dejé. Hank, ¿podrías traerme lo que ya sabemos?

Oh, si! -Hank nos sonrió antes de irse. Volteé hacia la chica y le miré en silencio, ella disfrutaba mirando sus pies. Me acerqué un poco hacia ella, pero ella retrocedió otro poco.

-¿Otra vez de te vas? -susurré, tratando de alcanzar su piel blanquecina, aunque fuera su brazo.

--fue cortante

-¿Raven lo sabe?

-Ella me apoya -aclaró su garganta, mirándome a los ojos fijamente. Cuando di otro paso ya no retrocedió y eso me dio esperanzas de retenerla nuevamente en casa, no quería perderla. Quería que estuviéramos como cuando volvió de aquellas vacaciones malditas donde me le habían herido tanto que no encontró mejor refugio que mi pecho, y yo su calor casi humano. Donde ella no salía de su cuarto y se la pasaba duchándose por horas, para luego salir y entrar a mi cama a dormir abrazados, mientras lloraba en silencio y fingía que yo no la escuchaba. Porque me sentía acompañado en medio de la soledad, y ella también. 

-Te..., ¿te vas sola? -pregunté, pasando mi mano derecha por su cintura, quería abrazarla como en esos tiempos. Tiempos que quizás no volverían, ya no tendría que cuidarla de sus pesadillas ni leerle cuentos para dormir, no tendría que arroparla y quedarme hasta que se durmiera. No tendría que acariciar su cabello ni llevarla a pasear por el campus del instituto, tampoco tendría que protegerla de las personas o mutantes que quisieran algo con ella. 

Ya no tendría que celarla, porque ya no me pertenecía únicamente a mí.

-Fue lo que decidimos.-dijo-. Erik y yo nos vamos, pero si nos necesitas estaremos aquí. Sólo no esperes que te apoyemos en todo.

-¿Erik..., se va? -balbuceé. No era el que se fuera que me daba un mal presentimiento, sino el hecho de que se fuera junto a ella. Ella parecía tan frágil aún, que tenía miedo de que le hicieran algo.

-Charles -ella sonrió, y supe que había escuchado mis pensamientos.- No soy de porcelana.

La miré en silencio, y ella se acercó en dos pasos hacia mí, apenas nariz con nariz. Ella suspiró.

-He esperado años para decirte esto -suspiró, empeñándose en acercarse un poco más, supuse que me abrazaría como era costumbre (poniendo sus brazos alrededor de mi cuello), pero no fue así: Ella me besó, sólo me quedé quieto un momento y dejé que me besara, al menos hasta que se separó y siguió sujetando mi cuello de la camisa entre sus manos-. Siempre he estado enamorada de ti, Charles. Creo que siempre me he sentido atraída hacia ti, pero apenas hasta ahora estaba segura de que realmente te amo... Yo...

-No. -intenté apartarla de mí un poco, necesitaba procesarlo con calma.

-¿No? -inquirió incrédula.

-No puedo sentir eso por ti, Ana.

-Déjame terminar -susurró con la voz quebrada.- Yo sé que no sientes nada por mí, y que sientes algo por una mundana llamada Moira McTaggert, ella es mejor que yo en muchos sentidos. Es humana, para empezar, no tiene pesadillas ni se la pasa esperando que sus poderes no la consuman. -hizo una pequeña pausa.- Pero ese no es el punto, Charles. Ella nunca va a poder amarte como yo, no sabrá que te gusta el café caliente de madrugada y que antes de dormir tomas un poco de té porque te calma. Tampoco que cuando te bañas pones a Celine Dion y comienzas a cantar, o que te gusta bailar blues y jazz a media noche. Que te gustan las quesadillas pero sólo con sal, que odias los condimentos fuertes y que lo primero que piensas en la mañana con miedo es si algún día perderás tus poderes. ¿Por qué no entiendes? Charles, cuando te decía te amo, era verdad.

-Yo -tragué fuerte-, no puedo sentir eso por ti, Belle.

-¿No..., puedes? ¿O no quieres? -sus ojos se cristalizaron, me pregunté si estaba haciendo lo correcto, hasta que recordé a Moira y suspiré. Por más que Anabelle tuviera razón, y sé que ella me conocía mejor que nadie, yo ya no podía con eso.

-No puedo, y no quiero. Te considero una hermana, Belle, yo no sentí, ni siento, ni sentiré nada por ti que no sea una hermandad o amistad -espeté.

Plap, plap, plapSe escucharon algunos aplausos detrás de nosotros, donde pude ver a Erik y a Hank, pero solo el primero aplaudía. Supuse que estaba burlándose de mí y mi decisión.

-Perfecto Charles, me acabas de dejar completamente la pista libre -dijo Erik-. Lo cual me hubierado encantado de no ser porque la hiciste sentir tan mal luego de declararse.

Hank me miró triste.

-Demonios  -dijoErik, acercándose hacia Anabelle, empujándome con su codo para abrazarla-. Ven acá preciosaShh, no llores, es un idiota.

-Él me acaba de rechazar. ¿Tan fea soy, Erik? -susurró.

-No, eres hermosa, eres la chica más hermosa del mundo. Él está ciego, es todo, y no te rechazó por eso. Sólo rompió tu corazón -dijo Erik, dedicándome una mirada furiosa de reojo. Incluso Hank me miró mal cuando ella comenzó a llorar. Me sentí una inmensa mierda-. Pero tranquila, luego de que hagamos nuestro trabajo, nos iremos y arreglaré tu corazón.

Ese día, algo cambió en la mentalidad y la mirada de Anabelle, su corazón estaba roto.

***

-No esperaba verte por acá de nuevo .-recibí a Moira en la entrada del instituto dos horas después de que hablé con Anabelle, había ignorado a Moira durante una semana y dos días enteros, sumido en mi despacho pensando en lo que había ocasionado el desmayo de Jean. Sabía que era obra de Anabelle, y eso era lo que me preocupaba realmente.- Lamento no haberte recibido cuando llegaste, me sorprendió que te quedaras esta semana a ayudarnos. Fue un golpe bajo para todos nosotros, Jean no suele descontrolarse así.

-, yo tampoco esperaba volver a tan poco tiempo de mi boda -susurra, viendo la arquitectura nueva.- ¿De verdad lo hizo Jean? Lo que registramos fue una gamma alta.

Charles! -Hank aparece de la nada-. ¿Has visto a Anabelle

-No, ¿por qué? -frunzo el ceño, Moira me mira interrogante.- Creí que estaba en el despacho limpiando la biblioteca, eso le pedí que hiciera.

-¿Quién es Anabelle? ¿Anabelle Craig, la chica cuervo? -pregunta Moira, interrumpiendo a Hank antes de que siquiera pueda responderme. Ambos la miramos. Demonios, había olvidado que le devolví su memoria, otra persona que tendría que alejar de ella.- ¿La novia de Erik?

-Ella no es su novia -bufo-. Nunca lo fue. ¿Entiendes?

-Claro -suspiré, y me disculpé por haber hablado con ese tono. También agregué lo que pasaba, explicándole que ella no debía hablar con Anabelle como si se conocieran, porque eso causaría la tercera guerra mundial.- ¿A todas las proteges de la misma forma? -dice Moira.

-No, sólo a ti porque eras humana y tenía miedo -digo.

-¿Y qué hay de ella? -Moira se cruza de brazos y arquea la ceja.- No es humana como yo.

-Supuse que era la mejor forma de alejarla de mí, así no podría seguir haciéndole más daño a ella. La quisé demasiado para dejar que un sentimiento estúpido de su parte la matara lentamente .-me encojo de hombros, omitiendo el detalle más grande.

Cuando Logan del futuro vino, me dijo algo que me asustó tanto que temí por mi cordura.

*Flash back rápido*

-Hola Erik, hola Charles -nos sonrió, sentándose en la misma mesa que nosotros dos. Anabelle estaba hablando con Storm-. ¿Aún se pelean por ella ustedes dos? -señaló a la chica pelinegra.

-Yo no peleo por ella -fruncí el ceño-, Erik es el que no supera que ella me escogió a mí.

-Y tú a Moira -gruñó el pelinegro. Agaché la mirada ante su recuerdo y luego suspiré, agitando mi vaso con Whisky en dirección hacia  Logan, este miró a la pelinegra y luego nos miró como presagiando algo bastante malo, quizás ocultándonos algo del futuro.

-Ojalá ella hubiese sobrevivido -tomó un vaso para llenarlo de la sustancia alcohólica.

Erik casi se atragantó con el sorbo que había tomado, mirándolo asustado.

-¿Ella murió con los centinelas? -preguntó con la boca seca. Yo miré a Logan y este sonrió de lado.

-Esa hubiera sido una muerte digna de una heroína como ella -me apuntó-, lástima que no fue así. Ella estuvo consumida por la tristeza, las drogas y el prostituismo. ¿No, Charles?

-Ya lo superó, cuando creamos los X-Men. -fruncí el ceño.

-Nunca lo superó Charles -negó con la cabeza, dándole un trago al alcohol-. Sólo fingió que sí para que tú no te preocuparas, y luego fingió para que Erik o Raven no lo hicieran. Pero me sorprendió encontrarla, quiere decir que aún no se ha...Quiere decir que aún no la has terminado de romper.

-¿Qué? -miré a la chica pelinegra riendo, levantó su mano derecha, y aún podía notar las heridas en sus muñecas.

-Ella fue consumida por el amor que te tenía, Charles, hasta que se convirtió en odio. Y cometió muchos errores..., fue al manicomio y luego a la cárcel. Ella dijo que había cambiado, pero meses después, tuvimos que enterrarla. Sus vecinos aseguraron que se había suicidado -suspiró.

*Fin del flashback*

-Creí que si se olvidaba de que era una mutante, tendría una vida diferente. Se enamoraría de alguien, y quizás hasta se casaría. Formar una familia siempre fue su sueño -digo.

-Ya se casó, Charles -dice Moira, mirando su teléfono móvil. Ladeé un poco la cabeza y ella sonrió, mostrándome lo que veía en él-. Fue una boda muy bonita al parecer.

Miré el celular en silencio, mientras me consumía un sentimiento de culpabilidad. Leí la etiqueta que mostraba la foto: «Dicen que casarse es uno de los pasos más importantes en la vida de una mujer, pero nunca hablan de lo importante que es para el hombre que se casa con dicha mujer. Este día ha superado los tres años de felicidad a tu lado, porque puedo decir que serás mía para siempre, mi hermosa Rainbow. Me encanta admitir que eres mía, y ahora tienes un anillo en tu dedo que lo prueba. Con amor, tu esposo Will

-Oigan, no sabía que aquí había tantas cosas fascinantes. Hola profesor Charles. Hank me dijeron que me estabas buscando -Anabelle nos dedica una enorme sonrisa.- ¿Quién es ella?

-Moira McTaggert, un placer volver a... Un placer conocerte -se corrige, estrechando su mano.

-Genial, yo soy Anabelle. Anabelle Craig .-le dice, igualmente.

-Creí que tu apellido era Tyler -Moira ladea la cabeza.

-¿Tyler? No, mi apellido es Craig. -esboza una sonrisa fantasma.

-¿Te separaste? Las fotos de tu boda con Will Tyler fueron toda una fantasía, es muy buen trabajo. -sonré.

-No, yo sigo casada...-desvía la mirada.- Pero Will está en otro plano ahora.

-Oh, como lo siento, no debí...

-No sientas lástima, era lo correcto. Murió haciendo lo que más amaba -sonríe de medio lado.- Ahora, ¿ para qué me necesitabas Hank?

Hank y ella asienten, antes de irse. Miro a Moira.

-Gracias -suspiro.

-Bueno, supongo que tendré que volver a casa...La chica necesita ayuda Charles, no le cortes más las alas. Según el informe, estuvo en el manicomio y luego en la cárcel. Una cosa mala que haga, y será consumida por su propio destino -dice Moira, dándome un pequeño beso en la mejilla antes de comenzar a despedirse.

«En el manicomio y luego en la cárcel, Charles. Ella dijo que había cambiado, pero meses después tuvimos que enterrarla.» 

¿Este es su destino

Aunque hayamos salvado al mundo y me haya deshecho de sus recuerdos, ¿sigue corriendo ese peligro? Miro hacia la puerta por donde Hank entra y luego a ella. Creí que ahora sin que me recuerde y sepa que me ama, tendría una vida amorosa con alguien más, alguien vivo.

¿Quién era Will Tyler?

¿Ella lo amó y lo sigue amando?

¿Qué debo hacer para que ella no muera?


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