Jungkook limpió el sudor de sus manos en sus pantalones y tocó la puerta esperando unos cuantos minutos hasta darse cuenta que su hyung no escucharía. Suspiró y presionó los botones de la cerradura inteligente para poder abrirla y entrar de una vez.

Yoongi estaba sentado en el escritorio, con los auriculares puestos mientras tocaba una melodía en el piano, hasta que notó el destello de luz en la pantalla de la computadora y se volteó quitándose los cascos.

-Hola- Susurró al ver a Jungkook cerrando la puerta tras él con un gesto incómodo. -No estés nervioso- Se apresuró a decir. -No tiene porqué ser raro-

-No sé como piensa hacer eso, pero bueno- Suspiró y se sentó en el sofá para ver atento al mayor.

El silencio los inundó unos cuantos minutos, pesado pero no exactamente incómodo.

-Mira- Soltó al fin Yoongi. -Quiero que me folles, creo que ya quedó claro- Dijo y Jungkook trago duro. -No quiero que te sientas presionado, pero me gustaría mostrarte lo que tendría de bueno esto-

Jungkook frunció el ceño y ladeó la cabeza, confundido y esperando una explicación, pero en lugar de eso, Yoongi se puso de rodillas, y se acercó para quedar entre sus piernas. Subió sus manos por sus piernas y acarició el interior de sus muslos hasta dar con su entrepierna.

-Quitate la camisa, Kook-

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Yo AMO a Ari, pero Dynamite es mucho mejor...

Pero bueno, seamos positivxs, hacen historia solo por estar ahí y ser nominados