Capítulo VII: Fuegos Artificiales.


Los exámenes finalmente terminaron y las vacaciones de verano estaban a punto de comenzar. Sora, sin embargo, llevaba consigo una noticia que cambiaría su vida y la de Tai. Después de confirmar su embarazo, decidió esperar el momento adecuado para compartir la noticia con él y más que nada con sus padres.

Ella estaba en su vieja habitación en Odaiba, reflexionando sobre cómo abordar el tema con Tai. Sabía que debían tener una conversación seria y honesta sobre su futuro juntos.

En esos momentos, Toshiko toco la puerta de la habitación y entró con una sonrisa cálida.


— ¿Cómo te sientes, cariño? Has estado muy callada últimamente.


Sora miró a su madre con una mezcla de emociones. Decidir cuándo y cómo compartir la noticia no era fácil, pero sabía que debía hacerlo pronto.


— Mamá, hay algo importante que necesito decirte, y también a papá. Y creo que debería decírselo a Tai también.


Toshiko miro la expresión seria en el rostro de su hija y se sentó a su lado.


— Puedes decirme cualquier cosa, Sora. Siempre estoy aquí para escucharte.


Sora respiró profundamente antes de hablar.


— Mamá, estoy embarazada.


Hubo un momento de silencio en la habitación antes de que Toshiko pudiera procesar la noticia.


— ¡Sora Takenouchi! ¿Cómo permitiste que sto sucediera? —exclamó Toshiko con sorpresa y preocupación.


Sora bajó la mirada, sintiéndose nerviosa ante la reacción de su madre.


— Mamá, lo siento. No fue algo planeado...


Antes de que Sora pudiera continuar, Toshiko la interrumpió con frustración.


— ¡Esto es inaceptable, Sora! ¿sabes todo lo que esto significa? ¿Has pensado en cómo afectará tu vida y la de Tai?


Sora asintió, comenzando a derramar algunas lágrimas.


— Sí, mamá, lo he pensado. Sé que es complicado, pero también sé que Tai y yo podemos enfrentar esto juntos. Nos amamos, y estoy dispuesta a asumir la responsabilidad de nuestras acciones.


Toshiko suspiró, tratando de calmarse.


— ¿Cuánto tiempo tienes?


Sora secó sus lágrimas antes de responder.


— Estoy en las primeras semanas. Quería decírselo a tiempo a Tai y a ustedes.


Toshiko la miró con preocupación.


— Necesitamos hablar con tu padre. Y también, ¿cómo planeas decírselo a Tai?


Sora explicó su plan de hablar primero con Tai y luego abordar el tema con su padre. Toshiko, aunque preocupada, apoyó a su hija y le ofreció su ayuda en lo que necesitara.

Mientras tanto, en Tokio, Tai estaba ocupado empacando sus cosas en el apartamento, ya que planeaba regresar a Odaiba para las vacaciones de verano. Estaba emocionado de pasar tiempo con su familia y, por supuesto, con Sora. Sin embargo, también estaba ansioso por hablar con ella sobre el futuro y cómo podrían manejar su relación a larga distancia.

Esa noche, después de llegar a Odaiba, Tai y Sora salieron a dar un paseo. Se dirigieron a la playa, un lugar especial para ellos desde su infancia. La brisa marina y el sonido de las olas crearon un ambiente tranquilo, perfecto para una conversación importante.

Sora tomó la mano de Tai, buscando consuelo en su contacto antes de abordar el tema delicado.


— Tai, hay algo importante que necesito decirte.


Tai la miró con atención.


— Puedes decirme cualquier cosa, Sora. Siempre estoy aquí para ti.


Sora respiró profundamente y comenzó a compartir la noticia de su embarazo. Le contó sobre la sorpresa, sus sentimientos encontrados y su decisión de asumir la responsabilidad junto con él. Tai escuchó en silencio, procesando la información mientras caminaban por la playa.

Después de un momento, Tai detuvo a Sora y la miró a los ojos.


— Sora, esto es inesperado, ¿Cómo sucedió?

— Bueno idiota. Siempre que nos veíamos no me quitabas las manos de encima y... — En esos momentos Sora se ruborizo y esbozo una pequeña sonrisa —. Bueno, No es necesario entrar en detalles, ¿verdad?


Tai rió.


— Supongo que no. Pero ¿cómo te sientes al respecto?


Sora suspiró.


— Me siento asustada, emocionada, preocupada, feliz... es un torbellino de emociones.


Antes de que continuara hablando, Tai se acerco a ella y la abrazo con fuerza, transmitiéndole su apoyo y amor.


— Sora, pase lo que pase, estamos juntos en esto. No estás sola. Y sí, será un desafío, pero también sé que somos lo suficientemente fuertes para superarlo juntos.


Sora levantó la mirada para encontrarse con los ojos cálidos de Tai.


— Gracias, Tai. Significa mucho para mí tenerte a mi lado.


Ambos se abrazaron por un largo momento, compartiendo la intimidad de sus pensamientos y emociones. Tai sabía que enfrentarían desafíos, pero también sabía que su amor y compromiso los llevarían a superar cualquier obstáculo.


— Bueno, seguramente mis padres me mataran por esto — comentó finalmente el castaño con una pequeña risa.


Sora sonrió, agradecida por la comprensión y el apoyo de Tai.


— No te preocupes, aunque mamá ya lo sabe aún debo contárselo a papá. Pero estoy seguro de que lo entenderá.


Tai asintió.


— Exacto. Y también contamos con el apoyo de nuestros amigos. Juntos, podemos hacer frente a lo que venga.


Decidieron disfrutar el resto de la noche en la playa, conversando y planeando el cómo contárselo al resto de su familia y amigos. Se sentaron un momento sobre la arena, reflexionando sobre cómo este nuevo giro en sus vidas afectaría su futuro. A pesar de las preocupaciones y desafíos, la conexión entre Tai y Sora se fortaleció aún más.

Pasaron los días, y Sora finalmente decidió hablar con su padre sobre el embarazo. Estaba nerviosa por su reacción, pero sabía que debía enfrentar la situación con valentía. Junto a su madre, preparó una cena especial para su padre, intentando crear un ambiente tranquilo antes de abordar el tema delicado.

Después de la cena, con una taza de té en la mano, Sora buscó las palabras adecuadas para compartir la noticia con su padre. Toshiko estaba a su lado, brindándole apoyo con su presencia.


— Papá, hay algo importante que necesito decirte — comenzó Sora con cautela.


Haruhiko la miró con curiosidad.


— ¿Qué pasa, Sora? Pareces seria.


Sora respiró profundamente.


— Papá, estoy embarazada.


Hubo un silencio tenso en la habitación mientras Haruhiko procesaba la noticia. Toshiko colocó una mano reconfortante sobre el hombro de Sora, expresando su apoyo silencioso.


— ¿Embarazada? — repitió Kiyoshi finalmente, con sorpresa en su voz.


Sora asintió, esperando la reacción de su padre.


— Fue inesperado, pero Tai y yo estamos dispuestos a asumir la responsabilidad y hacer lo mejor para nuestro hijo.


Haruhiko suspiró, aun procesando la noticia. Luego, miró a su hija con seriedad.


— Sora, no puedo evitar sentirme decepcionado en parte. ¿has pensado como afectara esto a tus estudios? ¿Cómo afectara esto a la carrera deportiva de Tai?


Sora asintió, reconociendo las preocupaciones de su padre.


— Lo he pensado, papá. Sé que será un desafío, pero también sé que podemos superarlo. Tai y yo estamos comprometidos y dispuestos a hacer todo lo posible por nuestro hijo y por nuestro futuro.


Haruhiko la miró a los ojos, evaluando su determinación.


— Entiendo que estés dispuesta a enfrentar las consecuencias, pero también quiero asegurarme de que tomes decisiones informadas y responsables.


Sora asintió con gratitud.


— Lo entiendo, papá. Estoy dispuesta a asumir las responsabilidades y a trabajar duro para asegurar un buen futuro para nuestra familia.


Haruhiko suspiró y finalmente sonrió.


— Sora, eres mi hija, y siempre te apoyaré. Aunque las cosas no salgan como lo planeamos, estoy aquí para ti. Solo espero que tomes decisiones sabias y pienses en el bienestar de tu hijo.


Sora se levantó y abrazó a su padre con fuerza, sintiendo un alivio y gratitud abrumadores.


— Gracias, papá. Significa mucho para mí tener tu apoyo.


Con el apoyo de sus padres, Sora se sintió más segura y preparada para lo que venía. Ahora, solo quedaba compartir la noticia con los amigos y enfrentar las nuevas etapas de sus vidas.

Mientras tanto, en la residencia Yagami, Tai tambien compartía una cena con sus padres y hermana, pero a diferencia de Sora, él no se sentía preparado para contarle la noticia a sus padres y no había probado un solo bocado de la cena. La tensión en el aire era palpable, y los Yagami notaron la preocupación en el rostro de su hijo.


— ¿Pasa algo, Tai? —preguntó Yuuko, la madre de Tai, con una mirada de preocupación.


Tai miró a sus padres, tratando de encontrar las palabras adecuadas. Agarró nerviosamente el borde de la mesa antes de hablar.


— Chicos, hay algo importante que necesito contarles.


Sus padres intercambiaron miradas, preocupados por la seriedad en la voz de su hijo.


— ¿Qué sucede, Tai? Estamos aquí para ti —dijo Susumu, el padre de Tai, con tono tranquilizador.


Tai inhaló profundamente.


— Sora y yo vamos a tener un bebé.


Hubo un momento de silencio en la mesa mientras los padres de Tai procesaban la noticia. Kari,  miró a su hermano con sorpresa.


— ¿Un bebé? ¿Estás bromeando?

— No es una broma. Sora está embarazada.


La expresión en el rostro de sus padres cambió de sorpresa a preocupación. Susumu rompió el silencio.


— Tai, esto es serio. ¿Cómo sucedió esto? ¿Están seguros de estar listos para ser padres?


Tai explicó la situación, compartiendo los detalles y la determinación de él y Sora para enfrentar las responsabilidades. Sus padres escucharon en silencio, evaluando la situación.


— Tai, esto es mucho para asimilar —dijo Yuuko, con tono serio—. Ambos son jóvenes, y este es un gran paso.


Tai asintió, comprendiendo las preocupaciones de sus padres.


— Lo sé, mamá, papá. Pero estamos comprometidos a hacerlo funcionar. Nos amamos, y estamos dispuestos a asumir la responsabilidad.


Susumu suspiró y miró a su hijo con seriedad.


— Tai, te apoyamos, pero también esperamos que tomes decisiones informadas y responsables. Ser padres implica mucho más que amor. Deben estar preparados para los desafíos que vienen.


Tai asintió con determinación.


— Lo entendemos, papá. Estamos dispuestos a aprender y a enfrentar lo que sea necesario para brindarle lo mejor a nuestro hijo.


Kari, la hermana menor, finalmente rompió el silencio.


— Wow, esto es bastante sorprendente. Pero, hermano, cuentas con mi apoyo. Seré la mejor tía.


Tai sonrió agradecido.


— Gracias, Kari. Significa mucho para nosotros tener el apoyo de la familia.


Aunque la noticia inicialmente sorprendió y preocupó a los padres de Tai, con el tiempo, comenzaron a aceptar la realidad y a apoyar a su hijo en esta nueva etapa de su vida. La familia Yagami estaba lista para enfrentar los desafíos y celebrar los momentos de alegría que vendrían con la llegada del nuevo miembro.

Con el apoyo de ambos lados de la familia, Tai y Sora se sintieron fortalecidos para enfrentar juntos el futuro. No tardo mucho tiempo para que la noticia se extendiera entre todo su círculo de amigos gracias a que Kari le conto todo a su novio Takeru, quien claramente le contó a su hermano, y Matt , quien a su vez compartió la noticia con el resto del grupo. Los amigos de Tai y Sora se reunieron para expresar sus felicitaciones y apoyo.


— ¡Wow, chicos! Esto es asombroso. ¡Van a ser padres! — exclamó Mimi, emocionada.

— ¡Felicidades, Tai, Sora! Estoy seguro de que serán increíbles padres — dijo Joe, sonriendo.


Matt, aunque inicialmente sorprendido, ofreció sus mejores deseos.


— Bueno, esto ciertamente no estaba en el plan, pero estoy feliz por ustedes.


Takeru y Kari también compartieron su alegría y prometieron estar allí para lo que necesitaran.


— ¡Va a ser tan genial tener un sobrino o sobrina! — dijo Takeru.

— Sora, Tai, cuentan con nuestro apoyo en todo momento. Esto será un viaje emocionante — agregó Kari.


Aunque la noticia trajo sorpresas y desafíos, el círculo de amigos se unió para celebrar la próxima llegada del bebé. Todos compartieron risas, consejos y buenos deseos, creando un ambiente de apoyo que Tai y Sora apreciaron enormemente.

A medida que los días pasaban, Tai y Sora continuaron enfrentando la realidad de la paternidad inminente. Esa noche sería el festival de fuegos artificiales, un evento anual que siempre fue especial para Tai y Sora. A pesar de las circunstancias, decidieron asistir juntos, aprovechando la oportunidad para disfrutar de un momento de alegría y distracción.

Ambos asistieron junto al resto de sus amigos, disfrutando de todos los puestos de comida y juegos en el festival. Sin embargo, a medida que se acercaba la hora de los fuegos artificiales, Tai y Sora se alejaron del bullicio y encontraron un lugar tranquilo cerca de la playa.

Se sentaron en la arena, mientras esperaban a que el espectáculo comenzara, se quedaron un momento en silencio disfrutando del sonido suave de las olas y la brisa nocturna.


— Sora, a pesar de todo lo que está sucediendo, estoy agradecido de tenerte a mi lado. Nuestro camino puede ser complicado, pero sé que juntos podemos superar cualquier cosa.


Sora asintió, agradecida por el apoyo de Tai.


— Gracias, Tai. Aunque no esperábamos esto, estoy feliz de que estemos juntos en esto. Y, mira, los fuegos artificiales son hermosos, ¿verdad?


Ambos miraron el cielo, donde los fuegos artificiales comenzaban a iluminar la oscura noche. Los colores y las explosiones brillantes reflejaban la mezcla de emociones que Tai y Sora experimentaban en ese momento.


— Sí, son increíbles. Me recuerdan que, incluso en medio de la oscuridad, hay belleza y luz. Y eso es lo que quiero para nosotros y nuestro hijo. Quiero que tengan una vida llena de colores y momentos hermosos.


Sora sonrió, con lágrimas de felicidad en sus ojos.


— Yo también, Tai. Aunque enfrentaremos desafíos, sé que juntos podemos crear algo hermoso.


Los fuegos artificiales continuaron pintando el cielo, y Tai y Sora se abrazaron mientras disfrutaban del espectáculo. En ese momento, Tai pensó que seria el mejor momento para su propuesta. Sacó una pequeña caja por debajo de su manga y se arrodillo frente a Sora.


— Sora, desde que éramos niños, hemos compartido tantos momentos especiales. Ahora, con la noticia de nuestro bebé en camino, quiero hacer otro hermoso recuerdo juntos.


Abrió la caja para revelar un anillo brillante.


— Sora Takenouchi, ¿te casarías conmigo?


Sora se quedó sin palabras, sus ojos brillaban con sorpresa y felicidad. La combinación de la propuesta y los fuegos artificiales creó un momento mágico en la playa.


— Tai, sí, mil veces sí.


Tai colocó el anillo en el dedo de Sora, y ambos se abrazaron, compartiendo risas y lágrimas de alegría. Mientras los fuegos artificiales continuaban iluminando el cielo, Tai y Sora celebraron no solo la próxima llegada de su bebé, sino también el compromiso de construir un futuro juntos como familia.

El resto de la noche transcurrió en una mezcla de celebración y alegría. Los amigos, que estaban observando desde la distancia, se unieron a la pareja recién comprometida para felicitarlos. Los fuegos artificiales continuaron iluminando el cielo, pero esta vez, cada explosión parecía llevar consigo un destello adicional de amor y esperanza.


— Tai, no hay palabras para expresar cuánto significa esto para mí. Estoy emocionada de comenzar esta nueva etapa contigo y construir nuestra familia juntos —dijo Sora, mirando a Tai con ojos llenos de amor.


Tai sonrió y la besó tiernamente.


— Yo también estoy emocionado, Sora. No importa lo que venga, lo enfrentaremos juntos. Y con este compromiso, sé que nuestra familia estará llena de amor y felicidad.


Los amigos compartieron abrazos y buenos deseos, emocionados por la noticia del compromiso. El resto de la noche continuó con risas, juegos y más fuegos artificiales.

A medida que el festival llegaba a su fin, Tai y Sora caminaron juntos por la playa, disfrutando de la serenidad que seguía a la celebración. Se detuvieron frente al mar, admirando la vastedad del océano.


— Nuestra vida está a punto de cambiar de una manera increíble —dijo Tai, acariciando suavemente la barriga de Sora.


Ella asintió con una sonrisa radiante.


— Sí, y estoy emocionada por ello. Nuestro bebé vendrá al mundo rodeado de amor y alegría.


Tai la abrazó con ternura.


— Y siempre estaremos aquí para él, para guiarlo y amarlo. Juntos, construiremos un futuro hermoso.


El sonido de las olas y el suave murmullo de la brisa acompañaron sus pensamientos mientras se preparaban para enfrentar la nueva etapa de sus vidas. Ambos se acercaron para sellar aquella noche con un beso lleno de promesas y compromisos. El reflejo de la luna en el océano parecía augurar un futuro lleno de esperanza y posibilidades.

Así, bajo el cielo estrellado y con el sonido de las olas como testigo, Tai y Sora se abrazaron con fuerza, listos para embarcarse en la emocionante aventura de la paternidad y el matrimonio. Aunque desconocían los desafíos que les deparaba el futuro, estaban seguros de que, con amor, compromiso y el apoyo de sus seres queridos, podrían superar cualquier obstáculo.

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