CAPÍTULO 5: Cada vez que mi corazón late.
TAIMU FURAIYAA
CAPÍTULO 5: "Cada vez que mi corazón late."
"Siento el destino en ti,
siente el destino en mí"
– "Heartbeat", BTS World OST, BTS.
Lev termina de acomodar las mangas del saco de su traje negro mientras se asegura que el cuello de su camisa blanca se vea prolijo después de ajustar su corbata. El espejo le devuelve la imagen de un chofer impecablemente listo para iniciar su día de trabajo.
Lev sonríe a su propio reflejo porque, a pesar de que se ha despertado a la hora habitual y debe realizar las mismas tareas programadas, a partir de ese día su rutina cambiará un poco.
Su principal ocupación es supervisar que el automóvil en donde su jefe Kim ChangJun viajará durante todo el día, esté en perfectas condiciones y tenga la cantidad de combustible necesaria. Una vez terminada aquella exhaustiva labor, Lev desayuna junto a la señora Choi y se marcha para llevar al señor Kim hacia la cámara de asambleístas. Pero ese día es diferente porque ChangJun le ha pedido que se haga cargo de llevar a su hijo a la universidad en donde continuará con sus estudios.
Se cumplen seis días desde la llegada de Kim SeokJin, el hijo de Kim ChangJun. El muchacho ha venido de América para vivir con su padre y retomar sus estudios en su país natal. A partir de ahora, tanto Lev como la señora Choi y el resto del pequeño personal a cargo de las tareas diarias de la casa del señor Kim, deben adaptarse a la inclusión de una persona más viviendo allí. Lev siente que, a pesar de la poca relación entre padre e hijo, ChangJun y SeokJin podrán dejar a un lado sus diferencias y se conocerán mejor. Piensa que la llegada del joven a su hogar es un hecho positivo para los integrantes de la casa.
Pero tanto Lev como la señora Choi están preocupados por SeokJin. Ese pequeño episodio de "amnesia" del día anterior puso en alerta a los adultos de la casa, incluso a ChangJun quien pretendió no darle mucha importancia al comportamiento de su hijo pero que de igual manera le hizo saber a su personal de servicio que vigilaran al muchacho.
Hay que admitir que SeokJin no tiene hábitos muy comunes para un joven de su edad, pero Lev no puede juzgarlo porque entiende el dolor y la soledad del muchacho mejor que nadie al verlo crecer lejos de su hogar sintiendo la ausencia del amor de su padre. Aunque este SeokJin que vivirá con ellos a partir de ahora, no se parece en nada al muchacho que buscaba la aprobación de su padre cuando lo visitaba en los veranos. SeokJin ha madurado muy rápido e incluso parece una persona muy diferente a la que él recuerda.
Lev observa la hora en su reloj de muñeca percatándose que faltan minutos para servir el desayuno de SeokJin y el muchacho aún no ha dado señales de estar despierto. Decide ir a buscarlo a su habitación, pero, cuando está a punto de subir las escaleras, es sorprendido por la figura de Jin de pie sobre los escalones mientras lo observa con una mirada un poco más tranquila que la de la noche anterior, aunque igual de triste.
SeokJin, que se ha vestido con un jean y una camisa sobre la cual lleva un suéter de colores cálidos, sonríe levemente mientras hace una reverencia al chofer.
— Buenos días joven SeokJin — Lev corresponde a la reverencia —. Estaba por ir a despertarlo.
— Buenos días Lev —. Jin saluda tímidamente. A pesar de las pequeñas ojeras, se puede apreciar un poco más de entusiasmo en su mirada.
— Tiene mejor semblante hoy. ¿Pudo descansar lo suficiente?
— Gracias Lev — responde Jin mientras termina de bajar los peldaños que le restan —. No supe en qué momento me quedé dormido y sólo desperté cuando escuché la alarma de mi teléfono. Perdona mi tardanza...
— Usted no ha llegado tarde y no debe preocuparse, yo siempre me encargaré de que pueda cumplir con sus tareas en tiempo y forma — Lev invita a Jin a seguirlo hacia el comedor con un gesto de su mano —. Puede confiar en mi reloj y en mí, joven.
La amabilidad de Lev conmueve a Jin porque no está acostumbrado a ser tratado como el hijo de alguien importante, pero evidentemente en esa nueva realidad deberá hacerse a la idea de que así es como debe a vivir. Sin importar la formalidad de sus palabras, se puede apreciar afecto y auténtica preocupación en los gestos de Lev quien parece sentir un cariño genuino por él; y se siente agradecido de poder confiar en el chofer de su padre.
Cuando ingresan en la sala, SeokJin — a pesar de no sentirse animado desde que se despertó —, no puede evitar abrir sus ojos con asombro al ver la cantidad de comida que hay sobre la mesa junto a la vajilla prolijamente ordenada. Vegetales, huevos y arroz están preparados sobre platos blancos de porcelana para que él pueda degustar un desayuno nutritivo y completo. Se siente como un niño pequeño que ha sido recompensado por alguna buena acción. La señora Choi se acerca con una bandeja sobre la cual lleva una jarra.
— Espero que hayas descanso bien, cielo — le dice la cocinera luego de saludarlo con una enorme sonrisa, mientras guiña uno de sus ojos en complicidad —. Come todo lo que quieras, está delicioso, te lo aseguro.
— No tengo dudas de eso señora Choi — responde Jin de inmediato, sintiendo cómo su estómago ruge al percibir el aroma de la comida.
— Me tomé la libertad de preparar un poco de americano ice* — le susurra la mujer con entusiasmo al ver la reacción de Jin al sentarse a la mesa con notable alegría —. Come cielo, come. ¡No hay nada mejor que empezar el día con el estómago lleno y feliz!
Lev oculta una sonrisa al ver cómo SeokJin parece haber perdido todas sus inhibiciones y comienza a probar la comida, asintiendo con felicidad cada vez que la señora Choi le explica cómo ha preparado las verduras y ha pensado que un desayuno como ese lo ayudará a sobrellevar su día. Definitivamente, la idea de la señora Choi al preparar esa gran cantidad de comida para animar a SeokJin está dando resultado: la sonrisa en el rostro del joven es mucho más grande y genuina mientras disfruta de la comida. Lev desea que aquella expresión permanezca en el rostro del muchacho la mayor cantidad de tiempo posible.
Una hora después, SeokJin se encuentra en los asientos traseros del Mercedes Benz color negro brillante que Lev conduce con calma a pesar de que el tránsito es un caos a aquellas horas de la mañana.
Mientras el auto cruza la ciudad, SeokJin se dedica a observar por la ventanilla el sin fin de rascacielos y el paso apresurado de los demás vehículos en el tráfico diario. Todo se ve tan normal que ni siquiera puede imaginar que aquel mundo es el producto de un Universo Inestable.
Es consciente que no tiene otra alternativa más que la de resignarse a vivir en esa realidad como pactó con Abraxas. Pero saber que en ese mundo él jamás vivió en Corea y, por lo tanto, nunca conoció a sus amigos, hace que sus ánimos sólo decaigan más. Se pregunta si la vida de todos ellos es mucho mejor en esa realidad que en cualquier otra en donde él intentó salvarlos. No puede evitar recordar que JungKook se veía muy animado junto a Nicole (¿o Sirius?... Deberá averiguar por qué ese cambio de nombre...), y vuelve a preguntarse por qué la chica es parte de este mundo. ¿Ellos dos estaban destinados a ser amigos desde un principio?, ¿Principio de qué?, ¿En verdad todos estamos destinados a un futuro y no podemos cambiarlo ni evitarlo? Sus preguntas comienzan a perder sentido así que sacude su cabeza para alejar aquellas dudas y se relaja un poco más sobre el mullido asiento del auto.
Por otro lado, ¿TaehYung lo estaría buscando?, ¿Se habría despertado igual de confundido que él?, ¿Conservaría sus recuerdos?, ¿Debería insistir para encontrarlo?
— Cuando usted esté listo para volver a casa, sólo debe llamarme y estaré en la universidad de inmediato — la voz de Lev, que parecía lejana, capta su atención después de escuchar el sonido de la bocina de un vehículo junto a ellos.
— Gracias Lev —. SeokJin traga saliva sintiéndose más nervioso. Hay preguntas que quiere hacerle al amable chofer antes de bajarse del auto, pero no está seguro si es una buena idea o no. De igual forma, toma valor y habla: — Lev... ¿A ti no te molesta saber que hay detalles de mi vida que no recuerdo?, ¿Eso no te parece extraño?, ¿Crees que hay algo malo en mí?
Lev observa al joven por el espejo retrovisor alzando un poco sus cejas porque le divierte la forma tan apresurada y ansiosa con que Jin ha hecho las preguntas. Su tono de voz no cambia al responder.
— Por supuesto que no, joven. Puedo entender lo difícil que es para usted enfrentar esta situación tan repentina. Sin embargo, ha sido muy valiente al obedecer los deseos de su padre y estar aquí ahora –. El hombre sonríe y Jin siente que un gran peso se desprende de sus hombros mientras deja escapar la respiración que inconscientemente ha estado conteniendo hasta ese momento —. No voy a negar que estoy preocupado por su "pequeña amnesia" pero creo que sólo necesita tiempo para adaptarse a esta nueva vida.
— Sí, dicen que el tiempo ayuda... — responde SeokJin pensativo, con cierto tono de ironía en su voz.
— Pero lo que más nos preocupó a su llegada fueron los cuatro días que estuvo en cama debido a la fiebre que experimentó — agrega el chofer pensando en voz alta.
— ¿Fiebre? — Jin arquea una ceja, intrigado por aquel dato.
— No lo recuerda, ¿Verdad? — Lev vuelve a sonreír a través del espejo cuando ve la negativa en el rostro del muchacho. Entonces continúa hablando: — Horas después de que pasé a buscarlo por el aeropuerto y lo llevé a su casa, mientras ordenaba su habitación junto a la señora Choi, usted dijo no sentirse bien y querer descansar un poco. Era lógico después de tan largo viaje en avión. Pero al pasar el tiempo y percatarnos de que no salía de su cuarto, me tomé el atrevimiento de ir a ver qué le ocurría. Lo encontré en su cama, sudando bajo las mantas, tiritando de frio y con su temperatura corporal elevada. Inmediatamente informé lo ocurrido a su padre y él ordenó llamar a un médico.
— ¿Mi padre se preocupó por mí? — El escepticismo en la voz y el rostro de Jin casi hace reír a Lev.
— Ciertamente, usted no hablaba ni abría sus ojos, sólo temblaba presa de los espasmos de la fiebre. El médico dijo que el estado de agotamiento que poseía era común ante un episodio de estrés muy grande como mudarse a vivir a otro país de forma repentina, y que la fiebre era a causa de esto también. Recomendó que se lo dejara dormir y se le diera de comer lo necesario, manteniéndolo hidratado; si no mejoraba en los próximos días, debía ser llevado a un hospital. Por fortuna, al quinto día usted no presentó síntomas de fiebre e incluso pudo salir de la casa. Yo lo vi completamente sano.
— Ahora entiendo por qué todos en la casa me ven como un completo lunático — ríe SeokJin para tratar de no sentirse avergonzado ante el relato.
Piensa que posiblemente durante esos cuatro días que estuvo semiconsciente y enfermo fue cuando realizó el salto temporal que lo llevó a ese Universo paralelo. No tiene idea cómo resultan los cambios de una realidad a otra, pero está seguro de que antes de que su conciencia se presentara en ese mundo, él era una persona diferente a como se la ve ahora y por eso sus comportamientos han causado desconcierto en las personas a su alrededor. A pesar de esto, Jin está completamente seguro de que la explicación que el doctor le dio a su padre y la ayuda de Lev al usar el término "pequeña amnesia temporal" ante las preguntas que él hizo sobre su madre y su hermano, lo han salvado de terminar internado en un psiquiátrico.
— No diga eso joven, en realidad nos desconcierta un poco que se vea tan... — Lev toma un tiempo para pensar cuál es la palabra correcta que define el comportamiento de SeokJin — "diferente" a como solíamos conocerlo.
Jin traga saliva pensando rápidamente qué puede responder para no despertar más sospechas de las que ya tiene encima. Mira por la ventana tratando de esconder sus nervios mientras toce un poco porque siente que su garganta se está secando ante la tensión de la conversación.
— Ya sabes Lev, los jóvenes crecemos tan rápido que... bueno tú sabes, ja, ja... — Jin no sabe qué decir ni qué inventar para desviar la conversación. Ni siquiera es capaz de pensar en algún chiste, así que sólo espera que Lev no haga preguntas.
— Casi hemos llegado joven — le advierte el chofer sonriendo al ver al muchacho tan nervioso de nuevo —. Recuerde que sólo debe llamarme cuando haya terminado.
SeokJin observa el enorme campus de la universidad a donde asistirá desde ese día, junto a la cantidad de personas que entran y salen de las puertas principales. Recuerda su experiencia siendo alumno en ese mismo lugar, pero en el Universo en donde primero asistió a la Secundaria Bangtan. Al principio lo invade una pequeña esperanza de volver a ver a sus amigos en ese mismo campus, pero rápidamente entiende que eso es imposible en este nuevo Universo. Ellos jamás se conocieron y no tiene idea si acaso están estudiando allí también. No debe hacerse falsas esperanzas aun cuando haber encontrado a Jungkook le hace pensar que quizás, sólo quizás, pueda volver a ver a TaehYung y a los demás chicos.
Ha llegado la hora de enfrentar aquella realidad, Kim SeokJin.
— Gracias Lev, prometo hacerlo bien — se despide Jin esbozando una pequeña sonrisa luego de lanzar un suspiro. Finalmente, baja del auto.
— Usted siempre lo hace bien joven, no debe esforzarse más de lo necesario — le responde el chofer con la misma confianza de siempre.
Jin siente que la sonrisa de Lev le da ánimos para dar media vuelta, respirar hondo e ingresar al edificio atestado de jóvenes que están viviendo un día normal de clases.
El señor Chung Junseo es un hombre de mediana estatura, un tanto corpulento y con una prolija barba que adorna su ancha cara. Es una persona disciplinada y honrada que ha conocido a Kim ChangJun en sus épocas de estudiante en la misma universidad que ahora dirige. Por esto mismo, cuando su viejo amigo de estudios le informa que su hijo vivirá en el país desde ese momento y aplicará a la universidad, Junseo inmediatamente le ofrece su ayuda con las equivalencias de estudios de SeokJin y cualquier otro papeleo o necesidad que el joven pudiera tener para poder continuar con su carrera.
El hijo del asambleísta Kim ChangJun debe ser tratado con el mismo respeto que su padre. Eso es lo que Junseo le ha dicho a su personal porque considera que tener al hijo de una persona tan importante estudiando en su establecimiento, hará que el prestigio del mismo se eleve considerablemente, aún más del que ya posee a nivel nacional e internacional.
De todos modos, la ambición de Junseo nunca deja de crecer y por eso siempre tuvo una excelente relación con ChangJun de la cual aún espera conseguir beneficios para sus propios intereses. Esta vez está convencido de que Kim SeokJin es la llave que le dará lo que tanto desea: un puesto como asambleísta nacional junto a su amigo ChangJun. Sólo debe tratar bien al muchacho, facilitarle su ingreso y asegurarse de que se gradúe con el mayor de los honores. Desde luego que él sólo hará la primera parte porque el resto dependerá de los esfuerzos de SeokJin, pero todo esto ya es suficiente como para que Junseo se sienta victorioso.
El llamado a la puerta de la oficina hace que Junseo de un pequeño salto en su asiento por la sorpresa e inmediatamente acomoda su corbata y revisa por enésima vez su peinado en el espejo que guarda en uno de los cajones de su escritorio, antes de pronunciar un fuerte "Adelante".
— Señor, el hijo de Kim ChangJun está aquí — anuncia su secretaria dejando el paso a un muchacho alto y bien parecido que se despide de ella con una amable reverencia para luego ingresar a la habitación.
Junseo sonríe mientras saluda con una reverencia al joven y ahoga una exclamación al notar la similitud entre SeokJin y ChangJun cuando éste era joven y lo había conocido.
— Kim SeokJin, es un gusto tener en nuestra universidad al hijo del señor ChangJun — dice de forma cordial, con una amplia sonrisa mientras estudia al muchacho y sus tímidos gestos —. Tienes la mirada de tu padre, pero tus finas facciones las heredaste de tu madre, no hay duda de eso. Eunji siempre fue una mujer muy hermosa.
— Gracias — responde Jin con humildad recordando que ese hombre es amigo de su padre y no debe confiar en su falsa sonrisa o su excesiva amabilidad —. Mi padre me contó sobre su amistad con usted, es un honor para mí poder estudiar aquí.
Si esa persona sólo intentaría adularlo, él jugaría el mismo juego. No tenía otra opción más que tratar de no meterse en problemas y mantener la situación a su favor en todo momento.
— Como ya lo dije, el honor es nuestro — Junseo se sienta frente a su escritorio y le hace una seña a Jin para que ocupe la silla frente a él —. Tu padre también debe haberte dicho que en esta universidad tenemos un nivel de estudios totalmente comparable a cualquier establecimiento educativo de América, por lo tanto, tus equivalencias de materias han sido aprobadas casi en su totalidad. Sólo deberías rendir algunos exámenes para evaluar tu nivel de inglés, por simple protocolo —. Junseo sonríe nervioso rogando para que el joven no tome aquel dato como una ofensa hacia su persona siendo que ha vivido tantos años en un país cuya lengua nativa es el inglés —. Puedes comenzar a cursar el segundo año de tu carrera...
— Disculpe señor Chung, pero según lo que leí en el programa de estudios de la carrera de Administración de Empresas de esta universidad, hay al menos dos asignaturas que en el primer año de mi antigua universidad en EE. UU no figuraban — le interrumpe SeokJin abriendo una pequeña carpeta con folios que extiende hacia el director para que éste pueda corroborar lo que le está diciendo —. Me gustaría no recibir ningún trato especial al respecto ya que deseo cursar estas asignaturas y rendir las equivalencias como cualquier otro alumno.
— Pero eso significaría que estarías sobrecargando tu programa de estudios y tu padre me comentó que también estarás trabajando para él a la par de que asistes a tus clases... — Junseo no está para nada de acuerdo en que el hijo de su importante amigo pierda tiempo en detalles menores como dos simples materias de cultura y estadísticas coreanas que él podría dar por aprobadas porque, después de todo, dirige la universidad por completo.
— No me importa eso señor Chung, me considero lo suficientemente capaz de poder cumplir con mis obligaciones laborales y completar mis estudios como corresponde — responde Jin con un tono de voz más duro, pero sin perder la sonrisa en sus labios.
Quizás su padre ha hecho elecciones por él, pero, desde ese momento, SeokJin se va a encargar de tomar las riendas de su nueva vida poco a poco.
— Desde luego, no esperaba menos del hijo de Kim ChangJun — termina por asentir Junseo muy a su pesar. Toma un papel de su escritorio y lo firma rápidamente para luego entregarlo a Jin —. Con esta nota podrás ir a las oficinas de la Secretaría Académica y pedir que te inscriban en los días y horarios para asistir a tus clases, así como a los exámenes que deberás rendir.
— Muchas gracias señor Chung — Jin toma el papel que coloca dentro de su carpeta y se pone de pie dispuesto a dejar la oficina.
— Déjame acompañarte hijo, este lugar es muy grande y posiblemente te pases una hora buscando la oficina a donde debes ir porque se encuentra en otro edificio del campus — le dice Junseo dirigiéndose rápidamente hacia la puerta seguido por SeokJin quien suspira resignado.
El decano comienza a hacerle preguntas sobre su padre y la salud de éste, cosas que a SeokJin no le interesan. Mucho menos presta atención a los comentarios aduladores que Junseo adora hacer sobre ChangJun a cada minuto.
Al menos ya ha hecho gran parte de lo que su padre le ha ordenado. Ha hablado con el decano, tiene los papeles necesarios para ser un alumno en Corea y ahora sólo debe coordinar sus días de cursado. Una parte de su nueva vida está encaminada, pero él siente que aún está demasiado aturdido y perdido como para pensar que todo va a estar bien.
— ¡Usted no entiende, necesito ver al decano ahora mismo, no puedo esperar!
Tanto SeokJin como Junseo se detienen al escuchar aquella exclamación que llama la atención de otras personas cercanas a la oficina también.
— Ya te he explicado que el señor Chung Junseo está muy ocupado y no tiene tiempo en su agenda –. Se escucha cómo la secretaria le da explicaciones a quien parece ser un alumno, tratando de mantener un tono de voz calmado —. Si deseas una cita con él puedo programarla para la próxima semana.
— No puedo esperar a la próxima semana, por favor, yo...
Quien habla es un joven delgado, vestido con jeans oscuros, un suéter holgado — el cual resalta aún más su esbelta figura —, y zapatillas deportivas. Su cabello negro y corto forma pequeñas ondas en sus puntas que cubren parte de su frente. Es evidente que está tratando de controlar su temperamento ante la negativa recibida porque sabe que la mujer frente a él es sólo una empleada cumpliendo con su trabajo. Lamentablemente necesita hablar con el decano Chung lo antes posible para poder solucionar su problema.
SeokJin se detiene al ver a esa persona, sintiéndose incapaz de dar un paso más. Percibe que algo debe estar fallando en su vista, o quizás su imaginación está demasiado activa haciéndole pensar que esa persona le recuerda a alguien muy querido. Su corazón comienza a latir más y más rápido. ¿Es posible que...?
— ¿Algún problema? — se apresura a preguntar Junseo mientras se acerca al escritorio en donde el joven de cabello negro ha depositado uno de sus puños cerrados con furia.
— E-Este alumno quería verlo señor... — La joven secretaria tartamudea un poco antes de responder.
— ¡Oh, pero si es nuestro pianista estrella Min Yoongi! — Exclama Junseo extendiendo sus brazos hacia el alumno quien se ha sorprendido al escuchar la voz del hombre y ahora lo mira con sus pequeños ojos muy abiertos tratando de recuperar su compostura — ¿Por qué causas un escándalo en mis oficinas muchacho?
— Señor, necesito hablar con usted sobre lo que ocurrió en el concurso de piano, el profesor... — Min Yoongi intenta hablar con rapidez, pero inmediatamente es interrumpido.
— Nos sentimos muy afortunados de tener a un pianista tan talentoso como tú siendo alumno de nuestro establecimiento, Min Yoongi — Chung Junseo palmea uno de los hombros del muchacho con fuerza mientras le sonríe para luego obligarlo a caminar junto a él, guiándolo hacia la salida —. Es una lástima que no hayas ganado ese concurso, pero habrá más oportunidades...
— Justamente necesito hablar con usted sobre el profesor Na...
— No hay nada qué hablar — dictamina Junseo con una mirada más firme, pero sin dejar de sonreír al joven que parece entender que la conversación ha terminado en ese mismo momento. Yoongi aprieta uno de sus puños desviando su mirada al suelo —. Pero ya que nuestro músico estrella está aquí, podrías hacerme un gran favor — Junseo se voltea buscando a Jin quien no se ha movido del pasillo durante todos esos minutos — ¡SeokJin, muchacho, acércate!
Cuando Jin finalmente reacciona, se aproxima rápidamente, pero con timidez, todavía aturdido por lo que cree que está pasando. ¿Min Yoongi?, ¿Ese es el nombre del estudiante que está frente a él?, ¿Qué posibilidades hay de que ese Min Yoongi sea otro completamente diferente a su amigo a quien ha estado buscando?, ¿Puede existir más de un Min Yoongi?
Con algo de cautela, SeokJin intenta observar los rasgos del joven para asegurarse de que se trata de su amigo. Es delgado, alto, sus piernas son esbeltas y su piel es muy pálida. Sus ojos son pequeños y oscuros, y en sus orejas lleva varios piercings que tintinean al golpearse entre sí cuando el muchacho rasca la parte posterior de una de sus orejas, notablemente incómodo ante la situación que está viviendo.
— Él es un estudiante nuevo llamado Kim SeokJin que necesita ayuda para conocer las instalaciones y llegar hasta las oficinas de la Secretaría Académica — explica Junseo señalando a Jin quien hace una pequeña reverencia en forma de saludo. El joven llamado Min Yoongi sólo lo observa con seriedad sin emitir palabra o hacer gesto alguno —. Cuento contigo para que SeokJin se sienta cómodo y pueda llegar a las oficinas.
Yoongi asiente volviendo su vista hacia el suelo mientras comienza a abrir poco a poco su puño cerrado, posiblemente dejando ir parte de su enojo. No tiene caso seguir discutiendo porque el único perjudicado será él. Junseo sonríe luego de asegurarse de que SeokJin ha quedado en buenas manos y se voltea para regresar a su oficina.
— ¡Muchas gracias Min, quizás la semana próxima tenga un espacio en mi agenda para hablar contigo! — exclama el hombre cerrando la puerta detrás de sí.
Jin observa con cierta compasión al muchacho que maldice por lo bajo volviendo a apretar sus puños los cuales esconde dentro de los bolsillos de su suéter rápidamente. Ese viejo es sólo un engreído que jamás demostrará genuina preocupación por sus alumnos ni admitirá que tiene a profesores incompetentes y corruptos en su "prestigiosa universidad".
— Disculpa... — La voz de Yoongi es suave, pero saca a Jin inmediatamente de sus pensamientos — ¿Estás llorando?
— ¿Cómo? — SeokJin pestañea sorprendido por la pregunta y por la forma en que Yoongi lo mira frunciendo su ceño en ese típico gesto el cual Jin recuerda muy bien que su amigo hace cuando algo le parece desagradable o extraño —. Yo... en realidad... — Jin toca sus mejillas por las cuales han caído lágrimas que él no ha controlado e intenta secarlas rápidamente para evitar más preguntas incómodas — ¡No! Sólo...algo se metió en mi ojo y...
— No importa, no tienes que explicarme nada — le interrumpe Yoongi extendiéndole un pañuelo mientras desvía su mirada hacia un punto fijo, lejos de los ojos de SeokJin.
El muchacho acepta el pañuelo y limpia su rostro, avergonzado por llorar sin siquiera notarlo y rogando porque las lágrimas no vuelvan a traicionarlo. En verdad el joven frente a él es su amigo Min Yoongi que amaba tocar el piano para todos ellos en el cuarto de castigos del colegio secundario donde los siete se conocieron y el mismo a quien salvó incontables veces de morir quemado en la habitación de un motel. También es el mismo Min Yoongi a quien llamó "mejor amigo y hermano" en el último Universo donde vivieron.
SeokJin ha encontrado a Yoongi sin buscarlo esta vez, y desea abrazarlo y contarle todo lo que ha vivido hasta entonces. Desea hacerle saber que, cuando había perdido todo esperanza de volver a verlo — al igual que al resto de sus amigos —, Yoongi simplemente ha aparecido frente a él como si el "destino" así lo hubiera planeado. ¿De esa misma forma se habrían reencontrado JungKook y Nicole? Por supuesto que no lo sabe y quizás nunca lo sepa, pero siente que su corazón late con mucha fuerza y rapidez ante la imagen de su mejor amigo parado frente a él sano y salvo. Rápidamente recuerda que, a pesar de que esa persona es el mismo Min Yoongi que él conoce, ellos dos jamás se han visto hasta ese momento en aquel Universo, así que debe controlar sus emociones para no asustarlo por sus comportamientos impulsivos. Si lo ha logrado con Jungkook, también podrá hacerlo con Yoongi.
— El decano dijo que debo ayudarte a llegar a las oficinas de la Secretaría Académica — habla finalmente Yoongi tratando de no prestar mayor atención al hecho de que hay un desconocido frente a él que lo mira con los ojos llorosos y que parece querer lanzarse a sus brazos, lo cual resulta extraño y muy incómodo para él —. Ven, te llevaré allí.
— ¡Claro, gracias! — Jin no puede reprimir su entusiasmo al responder. Siente tanta felicidad de estar junto a su mejor amigo, que cree estar soñando en ese momento.
SeokJin limpia sus ojos húmedos por última vez bajo la curiosa mirada de Yoongi quien no entiende por qué ese apuesto joven, que lo observa con una mezcla de adoración y felicidad, lo hace sentir tan nervioso. Yoongi prefiere pasar desapercibido para la gente, no le gusta ser el centro de atención, pero ese muchacho lo está exponiendo con su mirada dulce y cristalina, cargada de un cariño que él no puede descifrar. Jin sonríe a Yoongi cuando se percata que lo está mirando y éste se voltea de inmediato un poco sonrojado al ser descubierto.
Comienzan a caminar por el campus y, luego de cruzar algunos pasillos, Yoongi señala uno de los edificios que es un poco más pequeño que el resto.
— Allí es donde debes presentar tus papeles para anotarte en tus clases. Te darán tu horario y podrás revisar las fechas de exámenes — le informa manteniendo una considerable distancia entre ambos —. También es donde puedes encontrar toda la información importante referida a esta universidad y sus reglas.
— Gracias, has sido de mucha ayuda — responde Jin con una enorme sonrisa y la misma mirada de felicidad que hace sentir a Yoongi demasiado incómodo.
Por unos segundos, ninguno de los dos se dirige la palabra, hasta que Yoongi finalmente se anima a hablar porque ya no soporta la tensión que siente. Al no poder sostener la mirada de Jin, prefiere observar el cielo mientras pregunta: — Disculpa, pero, ¿Por qué me miras de esa forma?
— ¿De qué forma? — Jin pestañea confundido para luego darse pequeños golpes en la cabeza. Seguramente se ha comportado raro frente a Yoongi sin poder evitarlo y éste se ha dado cuenta. ¡Estúpidas emociones reprimidas! De verdad es difícil estar frente a alguien que aprecias mucho y no poder hacérselo saber.
— ¡Como si quisieras llorar, pero reír a la vez, como si estuvieras demasiado feliz de verme y no pudieras contenerlo! — Yoongi comienza a levantar su voz haciendo contacto visual con SeokJin por primera vez — ¡Como si yo fuera alguien importante para ti o...! — Pero se interrumpe porque logra darse cuenta a tiempo de que está por decir algo demasiado vergonzoso frente a un desconocido. Entonces sus mejillas se tiñen de un fuerte color rojo.
— ¡Ah, eso! — Exclama SeokJin dejando a Yoongi confundido por la expresión de inocencia que ve en el armonioso rostro del joven frente a él —. Es porque te pareces demasiado a una persona que conocí hace mucho tiempo y fue mi mejor amigo... En realidad, él era un hermano para mí.
SeokJin sonríe de una forma tan genuina y bonita, cerrando sus ojos mientras muestra sus perfectos dientes blancos, que Yoongi siente que sus mejillas están ardiendo en ese momento por la vergüenza de haber pensado que ese muchacho lo miraba con otras intenciones. ¡Eso sí que es vergonzoso, maldita sea!
— ¿Sucede algo? — La voz de Jin suena preocupada mientras observa cómo el rostro pálido de Yoongi ahora es bastante rojo al igual que sus orejas y su cuello. El joven niega moviendo su cabeza de un lado a otro rápidamente y Jin esconde una pequeña risa al recordar que su amigo se ve muy adorable cuando se avergüenza —. Lamento si te hice pasar un mal momento por culpa de mis emociones, en verdad amo mucho a esa persona y deseaba volver a verla.
— ¡Pero yo no te conozco y no soy esa persona! — Se apresura a responder Yoongi elevando su rostro hacia Jin nuevamente, esta vez con un poco de temor. ¿Quién demonios es ese extraño sujeto?
— Ahora me conoces, ¿Verdad? — Jin vuelve a sonreír, un poco dolido por las palabras de su amigo a pesar de que sabe que son reales en ese Universo.
Yoongi vuelve a sentir que los latidos de su corazón — los cuales no han parado de acelerar su ritmo desde que vio a Jin por primera vez en la oficina del decano —, ahora son tan fuertes que quizás cualquier persona cerca suyo podría escucharlos. ¿Por qué estar junto a ese joven llamado Kim SeokJin lo hace sentir tan nervioso, pero no lo suficiente como para salir corriendo en ese mismo instante después de aquella conversación tan extraña?
— Como sea — dice luego de toser levemente y recuperar su compostura, tratando de restarle importancia a la situación —. No hiciste nada malo, sólo tenía curiosidad, nadie me había mirado con tanta...intensidad.
— Prometo dejar de mirarte así, lo siento — ríe Jin divertido.
— Deja de disculparte y de reírte, es extraño — se atreve a recriminarle Yoongi volviendo a sentir que sus mejillas arden —. En fin, cumplí con mi deber, te traje hasta aquí, deberías inscribirte ahora que las oficinas no están atestadas de alumnos.
— ¡Cierto, casi lo olvido! — Exclama Jin ordenando los papeles dentro de su carpeta. Yoongi suspira aliviado porque ya no debe seguir en compañía de alguien tan extraño que lo hace sentir demasiado observado. Pero entonces, Jin vuelve a hablar: — ¡Oh! Si no es mucha molestia, ¿Te gustaría tomar un café conmigo? No conozco a nadie aquí además de ti y recién llego de otro país, en verdad me sería de mucha ayuda tener un amigo y conocer más de la universidad. Si estás de acuerdo, desde luego...
— Debes estar bromeando — Yoongi habla en voz baja sin darse cuenta, pero Jin lo escucha y vuelve a reír. Inmediatamente el joven se apresura a hablar rascando una de sus orejas con nerviosismo: — ¡Eh, no! Digo, no es molestia, pero... ¿Podrías esperar a que arregle algunos asuntos que tengo pendientes? Prometo volver por ti aquí a penas termine y podremos ir a la cafetería del campus para que la conozcas. Un amigo trabaja allí.
— Está bien, entonces nos vemos aquí en unos minutos — afirma SeokJin mientras comienza a caminar hacia las oficinas, sonriendo de oreja a oreja ante su triunfo. No dejará ir a Yoongi tan fácilmente ahora que lo ha encontrado.
— Sí, aquí mismo, no vayas a otro lado o te perderás, sólo... ¡Espera por mí! — Termina por gritarle Yoongi antes de salir corriendo hacia el edificio de arte en donde ha dejado todas sus pertenencias porque acaba de tomar la decisión de que no asistirá al resto de sus clases por ese día.
Min Yoongi quiere saber quién es ese extraño muchacho que ha hecho latir su corazón de una forma tan repentina pero familiar a la vez.
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Glosario:
*Americano ice: bebida fría compuesta por café, hielo y agua.
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NOTAS DE LA AUTORA:
¡Al fin el capítulo cinco está terminado y publicado! Uf, me costó bastante escribir esto porque quería plasmar las emociones de Jin y su frustración al tener que aceptar vivir en aquel mundo donde jamás conoció a sus amigos.
Pero parece que no todo es tan malo para él, ¿No? *risita*
Espero que este capítulo les divierta y los deje con ganas de saber por qué Yoongi ha decidido aceptar la invitación de Jin de un momento a otro *intriga*
Si has llegado hasta aquí: ¡Muchas gracias!
Tengan días hermoso, cuídense mucho y nos veremos en la próxima ^^
*Como siempre dedicado también a quienes me dan de su tiempo para corregir lo que escribo*
*Actualización al 23/01/24: se modificaron algunos párrafos incluyendo el nombre de Sirius y se corrigieron errores de gramática general (es posible que aún hayan errores, sepan disculpar)
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