CAPÍTULO 3: Cuéntale a un viejo amigo


TAIMU FURAIYAA

CAPÍTULO 3: "Cuéntale a un viejo amigo"

~Dedicado a Sirius y Mimi-neechan~


"Sobre el camino de la amistad, no dejes la hierba crecer."

– Proverbio.


Jeon JungKook es un adolescente de diecisiete años, considerado multi talentoso por sus profesores y compañeros de escuela debido a su facilidad para desempeñar cualquier tipo de tarea, deporte o disciplina.

Llama la atención sobre su persona con facilidad ya que es alto para su edad, — aunque todavía le falta crecer porque está en pleno desarrollo —, con un cuerpo delgado, pero bien formado y proporcionado gracias a los diferentes deportes que ha practicado desde niño. Sus ojos son grandes y de un marrón no tan oscuro, los cuales se pierden entre los pliegues que se forman alrededor de ellos cuando deja relucir su enorme sonrisa contagiosa.

Aún es un poco tímido con las personas, especialmente si debe tratar con chicas de su edad o mayores, pero posee la típica osadía de la juventud que a veces lo lleva a meterse en algunos problemas. En realidad, no le gusta ser el centro de atención, pero en ocasiones es imposible que los profesores no le recuerden que debe apegarse a las normas de protocolo escolar cuando lo ven peinar su cabello oscuro de forma desordenada o lucir más de un piercing en sus orejas.

Siendo sinceros, JungKook no está interesado en seguir reglas o destacar en su clase, sólo desea encontrar algo a lo cual dedicarse con todo su corazón.

A pesar de sus grandes talentos, sus notas no son particularmente altas en comparación a las del resto de sus compañeros debido a su personalidad un tanto distraída y curiosa. Todos los clubes de su colegio secundario desean que él los integre, pero, aunque ha probado en cada uno de ellos, su mayor interés continúa siendo el club de taekwondo al cual perteneció durante su paso por la escuela media y tuvo que abandonar luego de una lesión en un campeonato que le dejó secuelas, no sólo corporales sino también emocionales.

Aunque el accidente significó el retiro de JungKook del taekwondo por aquel entonces, el joven no se rindió al intentar una y otra vez superar sus inseguridades para volver a la práctica de dicho deporte con total convicción en sus habilidades. Muy dentro de su ser, Jeon JungKook sabe que es bueno en aquella disciplina y que su lesión sólo fue producto de la mala suerte, no de su mal desempeño. Pero en un principio, las culpas y la humillación lograban ganar su batalla haciéndolo sentir miserable y poco apto para el arte marcial.

Ahora JungKook sonríe cuando recuerda esos días porque todo es diferente, o al menos está comenzando a serlo gracias a la nueva amistad que formó hace unos meses.

Mientras sale de su casa con el gran bolso de deportes a sus espaldas, llevando su uniforme lo más prolijo posible, el joven no puede evitar recordar el momento en que su vida comenzó a tomar un giro inesperado para él: el día que conoció a Sirius.



<<Flashback – Seis meses antes...>>

Aquel día comenzaba la fase de admisión para los clubes de actividades especiales del colegio secundario de Jeon JungKook. Como no podía ser de otra forma, el club de taekwondo estaba listo para poner a prueba a los nuevos aspirantes.

JungKook también estaba ahí porque quería postularse, aunque no se sentía seguro de quedar elegido. Casi a último momento, el muchacho decidió escapar del gimnasio en donde se estaban haciendo las pruebas, pero fue entonces cuando vio a una joven acercarse hacia el líder del club entregando su formulario para participar de la selección. La reconoció como una de las alumnas nuevas de los cursos inferiores. JungKook no supo por qué, pero en ese momento pensó que era buena idea quedarse a observar cómo otras personas hacían la prueba, quizás eso le ayudaría a tomar el valor que necesitaba para hacer la suya. Por eso se apresuró a buscar un asiento en las gradas tratando de pasar desapercibido para el resto de las personas, mientras ponía especial atención a la alumna nueva que se veía completamente decidida en su elección.

— Te has equivocado, el club de literatura no es aquí, esto es taekwondo, pequeña —. JungKook escuchó la voz firme del líder Chisoo por entre las risas de los presentes, cuando fue el turno de la chica para ser evaluada.

El escándalo fue grande cuando Chisoo finalmente se negó a admitir a la jovencita por ser menor al resto de los integrantes y ésta no dejó pasar la oportunidad para demostrar su inconformidad con aquella decisión. Desde luego que este hecho no pasó inadvertido por los directivos quienes decidieron tomar medidas en contra de la alumna que causaba demasiados problemas. Pero lo cierto era que esa chica sólo buscaba la oportunidad de practicar aquel deporte con la misma igualdad que el resto del equipo, porque tenía la capacidad para hacerlo a pesar de ser más joven.

Sin importar sus protestas, ese día no se le permitió presentar su solicitud para el club y como castigo se le prohibió postularse hasta no demostrar un mejor comportamiento hacia las normas de convivencia de la institución.

JungKook, al ver la forma en que la chica se defendía ante las autoridades del colegio y su capacidad para demostrar que estaba a la altura del resto, comenzó a desarrollar un interés por ella; uno que no era para nada romántico, sino más bien una genuina admiración.

Por eso, cuando volvió a encontrarse con la muchacha sentada en las gradas del gimnasio vistiendo el uniforme de deportes y una campera ancha con capucha que tapaba casi todo su rostro, Jungkook no supo cómo fue capaz de caminar hacia ella y extenderle un trozo de sándwich con una sonrisa gentil en su rostro a pesar de los nervios que sentía.

La joven, que era sólo unos años menor a él y aun así lo sobrepasaba unos centímetros en altura, lo observó con sus ojos oscuros y una mueca seria en su rostro, apenas elevando su mirada para reconocerlo y luego volver a esconderse en la seguridad que le proporcionaba la capucha de su abrigo. Rápidamente intentó tomar su bolso y marcharse, pero JungKook fue más rápido que ella.

— ¡Disculpa! — Exclamó tomando por el brazo a la chica quien se giró sorprendida de que un extraño estuviera invadiendo su espacio personal con tanta facilidad, y se deshizo del amarre de un manotazo para permanecer inmóvil en su lugar sin despegar su vista del rostro del muchacho que no sabía exactamente qué hacer, pero aun así continuó hablando —. No era mi intención molestarte, sólo me preguntaba si querrías acompañarme a almorzar... Es un sándwich de verduras, — agregó al ver la desconfianza con que la joven miraba la comida para luego volver a observarlo a él —. Perdona, que pocos modales, me llamo Jeon JungKook, un gusto conocerte... Ehmm... no sé tu nombre en realidad... — JungKook dijo esto último desviando su mirada hacia el suelo, totalmente avergonzado por haber actuado impulsivamente. Ese no era su estilo, nunca había tomado la iniciativa en una conversación y menos con una chica.

— Nicole... ¡No, ese no es mi nombre!, quiero decir... — respondió ella notablemente nerviosa, encogiéndose aún más dentro de su abrigo. Su respiración estaba agitada y daba la impresión que volvería a intentar escapar en cualquier momento.

— Tranquila, no es necesario que lo digas si no quieres... — comenzó a hablar JungKook, pero fue interrumpido casi de inmediato.

— "Tranquilo" ... Esa es la forma correcta de referirse a mi persona — susurró la chica casi tartamudeando por los nervios, pero volviendo su rostro hacia el del muchacho. En ese momento, JungKook pudo notar que estaba librando una batalla interna consigo misma para continuar hablando. Se preguntó si acaso ganaría ella o lo que fuera que la estaba torturando.

Luego de un largo suspiro y de respirar profundamente, la joven volvió a hablar de forma pausada: — Mi nombre es Sirius y te agradecería que olvides el nombre que dije primero, por favor.

JungKook pestañeó un poco sorprendido al principio, pero luego todo tuvo sentido para él: el uniforme escolar de deportes que siempre veía que la joven utilizaba, su cabello muy corto y el escaso uso de maquillaje. El por qué no le habían permitido realizar la prueba del club a pesar de que el jefe Chisoo había dicho que solo se trataba de una cuestión de edad. Ahora entendía mejor quién era la persona que causó tanta admiración en él y por qué.

— Claro, es un gusto conocerte Sirius. Me gusta tu nombre — respondió Kook con una gran y sincera sonrisa —. ¿Comemos juntos?

Sirius observó con un poco de asombro la forma tan natural con que aquel jovencito acababa de aceptar sus palabras. Era la primera vez que se animaba a hablar de esa forma tan franca con un desconocido. Quizás fue la forma amigable con que JungKook le había hablado, o tal vez el hecho de que no pareció juzgarlo en ningún momento, lo que hizo que se presentara ante él como la persona que quería ser, aquella que sentía que realmente era. Sirius era más que solo un nombre que le gustaba o que le hacía sentir que estaba en el sitio correcto: era su verdadero yo. Y ahora un extraño como Jeon JungKook estaba conociendo su verdadero yo. ¿Daba miedo? Claro que sí, pero, a decir verdad, no había nada de atemorizante en la forma en que aquel muchacho le ofrecía más comida. Así que Sirius tomó finalmente el sándwich de las manos de JungKook quien sonrió agradecido y se sentó a su lado tomando otro sándwich que llevaba en su bolso, disponiéndose a comer. Sirius lo observó arqueando una ceja, pero al poco tiempo también comenzó a comer junto a él.

Ambos estaban en silencio, pero disfrutaban de la mutua compañía porque eran dos desconocidos que habían coincidido en el mismo espacio, en el momento justo y oportuno aun cuando no fueran lo suficientemente conscientes de ello. Y los días siguientes continuaron siendo similares: JungKook y Sirius se encontrarían en algún punto en común de los recesos y comerían juntos sándwich de verduras o bolitas de arroz o cualquier otra comida que no tuviera carne, porque Sirius prefería que fuera así y JungKook no tenía nada en contra de eso. Y hablarían muy poco de quiénes eran, pero sí compartirían su pasión por el taekwondo, los videos juegos y el dibujo, entre otras muchas cosas.

Sin siquiera planearlo, comenzaron a practicar juntos porque Sirius, con su personalidad fuerte y decidida, logró convencer a JungKook de que podía volver al taekwondo y superar su lesión. Al principio, el muchacho se mostró escéptico, pero bastó con una visita a casa de Sirius y una revisión por parte de su padre que era médico, para entender que su lesión se había curado por si sola hacía tiempo y lo único que lo detenía eran sus propios miedos.

Fue así como juntos se ayudaron y se dieron valor para tomar la prueba del club logrando pasarla. JungKook y Sirius fueron aceptados como miembros oficiales del club de taekwondo, siendo Sirius el maknae de dicho grupo.

<<Fin del flashback>>



Desde ese momento, Jeon JungKook entiende que Sirius no es una persona más entre tantas otras que comparten sus días, sino que parece conocerlo y comprenderlo mejor que nadie. Y él agradece haber sido valiente cuando le habló por primera vez y almorzaron juntos, porque ahora se siente confiado y fuerte otra vez gracias a su amistad.

Sirius es un verdadero amigo con quien es fácil hablar sobre cualquier tema que quiera. Es el joven de mirada ruda y presencia fuerte que siempre lo espera al final de sus clases para practicar juntos desafiando sus propios temores. El chico que le hace reír hasta no sentir su estómago, cuando critican alguna idea ridícula por parte de sus compañeros de clases o de los profesores. Y también la persona callada y tranquila que a veces se queda mirando el cielo como si añorara ver a alguien o sopesara recuerdos pasados, mientras sus cabellos cortos se mecen con el viento junto al pequeño peluche de un conejo rosa que cuelga de uno de los bolsillos de su bolso favorito color celeste.

El muchacho aleja sus pensamientos al respecto mientras camina porque hoy tienen una reunión en horas de la tarde y todos los miembros del club deben estar presentes. El líder Chisoo tiene un anuncio importante que hacer y les ha pedido ser puntuales, así que debe apresurarse para llegar a la esquina en donde Sirius ya lo está esperando.

Pero todo da un giro inesperado cuando ambos son testigos de cómo un joven desconocido corre hacia ellos gritando el nombre de JungKook con desesperación. El aludido no tiene idea de quién se trata y Sirius sólo frunce su ceño con molestia al escuchar el tono de confianza con que el recién llegado se dirige a su amigo.

— ¿Quién soy? — Repite el joven con una expresión de desconcierto en su armonioso rostro —. Tú eres Jeon JungKook, ¿Cierto?

— Ese es mi nombre, pero no sé quién eres y tampoco sé de qué estás hablando — afirma JungKook todavía confundido — ¿De dónde me conoces?

El extraño no reacciona ante la pregunta, más bien parece aturdido y parpadea sin dejar de mirar al joven Jeon quien se muestra igual de confundido. La situación ya es lo suficientemente rara e incómoda como para que ambos sigan mirándose sin intercambiar ni una palabra.

— Oye, tenemos una reunión en nuestro club de taekwondo ahora. Así que, si no te importa, dinos quién demonios eres y qué quieres, porque no podemos estar esperando a que se te acomoden las ideas — habla Sirius impaciente, mientras se adelanta unos pasos hasta quedar por enfrente de su amigo, luciendo amenazante mientras hace sonar los nudillos de sus manos.

— Yo... — Kim SeokJin no sabe qué decir porque no tiene idea de lo que está pasando.

Hasta el momento, todo lo que ha ocurrido en ese día ha sido sorpresivo e inesperado. Primero no encuentra a sus amigos en los lugares donde deberían trabajar, vivir o transitar, y ahora JungKook no parece tener la menor idea de quién es él. Además de que quien acompaña a su joven amigo es Nicole, una persona que conoció en el último Universo de donde vino. ¿Acaso el hecho de que Nicole esté ahí con JungKook, siendo aparentemente amigos muy cercanos, indica que las demás personas que conocieron en ese otro Universo pueden estar cerca de ellos también y volver a encontrarse? El corazón de Jin palpita fuertemente al pensar en esa posibilidad.

— Bueno, mi paciencia se está acabando y no pienso lidiar con un supuesto acosador que sólo balbucea cosas sin sentido. Me aburro —. Sirius observa a SeokJin amenazante, mientras JungKook intenta ocultar una pequeña risita ante las palabras de su amigo —. Vámonos Kook.

Piensa rápido Seokjin, tu tiempo también se está terminando.

Posiblemente no volverá a ver a JungKook si deja que se marche en ese momento. Si sigue dudando y titubeando ante los dos jóvenes, (a quienes conoce muy bien y se alegra de volver a ver), sólo despertará desconfianza y sospechas. Ante esto, lo más seguro es que alguien llame a una autoridad del colegio o que Nicole le dé una buena golpiza.

— Estoy buscando a un amigo que te conoce — es lo que se le ocurre decir a Jin porque es lo único que su cerebro ha podido pensar en tan poco tiempo.

— ¿Qué amigo?, ¿Cómo lo conoces? — Sirius se adelanta unos pasos, sin importarle la diferencia de altura ni de tamaño respecto a aquel joven, con la mirada fija en cada movimiento que el muchacho pueda hacer —. ¿Quién demonios es Kim NamJoon?

— Sirius, deja que hable... — lo detiene JungKook consiguiendo que el joven desvíe su atención hacia él y retroceda un poco en su avance.

«¿Sirius?... Pero es Nicole, estoy seguro de eso», se dice SeokJin mientras traga saliva, atónito y pensando cómo es posible que esté viviendo esta situación. Pero gracias a su experiencia viajando en los bucles temporales y afrontando todo tipo de momentos irracionales — como, por ejemplo, dialogar con un dios y su hijo —, posee la suficiente fluidez para hablar y actuar mientras su mente trabaja a mil revoluciones en cada una de las excusas o razones posibles para formular.

— Verán chicos, yo vivía en EE.UU. hasta hace sólo unos días y ahora viviré aquí de forma permanente — comienza su relato con más soltura, controlando los músculos de su rostro para que se muestren relajados y no denoten su nerviosismo más allá de lo normal —. Tengo un amigo que asistía a esta escuela, pero perdí contacto con él poco antes de mudarme y vine a buscarlo. Él siempre me hablaba de un chico prodigio llamado Jeon JungKook a quien admiraba, por eso mi primera idea fue buscarte a ti.

JungKook y Sirius pestañean procesando la información que acaban de recibir. SeokJin se da cuenta de que se ha convertido en un buen actor al acoplarse a las situaciones a medida que lo va necesitando, dejando de lado sus emociones una vez que puede controlarlas. Y, para su sorpresa, nota que las está controlando con demasiada rapidez esta vez. Se siente diferente, como si pudiera ser capaz de decir o inventar cualquier historia lo suficientemente creíble para quienes lo rodean, ya que tiene experiencia en alterar los sucesos vividos una y otra vez. Es como si viviera dentro de un sueño del cual él fuera el creador y pudiera controlar absolutamente todo, incluso a las personas.

Pero esto no es un sueño Kim SeokJin, es una realidad, y debes ser precavido porque todo lo que digas o hagas puede afectar de forma definitiva a cualquiera de las personas que te rodean y sus vidas. Tú no eres un dios.

— ¿Cómo se llama tu amigo? — La voz de JungKook rompe el silencio y con ello la neblina de pensamientos que ha abrumado la mente de Jin.

— Kim TaehYung — responde inmediatamente, porque después de todo es verdad que está buscando a TaehYung. SeokJin se guía por los recuerdos que posee de las otras realidades donde sus amigos han asistido al mismo colegio —. Él es un año mayor que tú, según me dijo.

— Conocí a un "Kim TaehYung" en el club de arte y fotografía. Él se graduó el semestre pasado, pero no éramos amigos —. JungKook frunce su ceño pensativo mientras hace una mueca debido al esfuerzo de intentar recordar a la persona de quien habla.

— ¡Entonces sí sabes quién es! — SeokJin siente una ola de esperanza recorrer su cuerpo al escuchar esas palabras. ¡Es posible que encuentre a TaehYung!

— Creo que mi amigo fue suficientemente claro, pero tú sigues sin responder a mis preguntas — le recrimina Sirius enfadado al ser ignorado.

Esta vez, JungKook posa una de sus manos en uno de los brazos de su amigo y lo observa negando con la cabeza. Sirius fija su mirada en la del muchacho, pero no dice nada más. Sabe que es inútil protestar en esa situación porque el joven sólo está evitando que él cometa algún error al dejarse llevar por su temperamento.

— Como te dije, es el único Kim TaehYung que he conocido y lamento no poder ser de mayor ayuda —. JungKook se dirige a Jin con una amable sonrisa.

— Está bien, yo lamento las molestias que les causé — se disculpa haciendo una pequeña reverencia —. Pero si llegan a saber de él o verlo, ¿podrían avisarme?

— Claro, dime tu número o tu dirección — accede JungKook de inmediato, tomando su teléfono celular, haciendo que Sirius lo mire con incredulidad.

Hace sólo unos minutos aquel muchacho era un completo desconocido y ahora su mejor amigo accede a ayudarlo, así como así. Algo no está del todo claro en esta situación.

— Muchas gracias — Jin hace una pequeña reverencia nuevamente luego de dictar su número de contacto a JungKook, todavía sorprendido por la facilidad con la que el joven ha accedido a ayudarlo a pesar de ser un completo extraño para él.

— No hay problema, Kim SeokJin – responde Kook luego de comprobar que ha agendado correctamente el nombre y el número del muchacho —. No puedo asegurar que lo veré de nuevo, pero te garantizo que no dudaré en llamarte si vuelvo a cruzarme con Kim TaehYung en mi camino.

— En verdad muchas gracias, JungKook – repite Jin aliviado al comprobar de que su pequeño amigo sigue siendo el mismo chico amable y responsable que él conoce.

— Supongo que puedes llamarme por mi nombre con más confianza ahora, "Jin hyung" — sonríe el menor al pronunciar el honorífico, con la esperanza de que su nuevo amigo misterioso no se moleste ante su atrevimiento.

— ¡Genial, claro que sí! Jin hyung es perfecto también — exclama SeokJin al escuchar una de sus frases favoritas: "Jin hyung", porque así lo llaman sus amigos y eso es algo que hace sentir cálido su corazón —. Me voy chicos, muchas gracias de nuevo y perdona si te hice enojar Nicole. ¡Te compensaré, lo prometo!

Jin decide que debe irse lo antes posible para no dar lugar a más preguntas sobre su persona. Pero pronuncia la última frase sin ser consciente de que, en realidad, él aun no debería mostrar tanta confianza.

Sirius está atónito y siente cómo el enojo comienza a crecer dentro de él hasta estallar.

— ¡¿Quién demonios se cree que es para llamarme por ese nombre?!, ¡¿cómo lo supo?! — Grita dando pequeños saltos enfurecido, mientras JungKook lanza carcajadas a sus espaldas. Algunos alumnos también ríen por la reacción del joven.

— No te molestes tanto, él simplemente repitió tu nombre después de escuchar que yo lo mencioné — intenta tranquilizarlo JungKook mientras lo toma de una mano y lo dirige rumbo al gimnasio donde se llevará a cabo la reunión del club de taekwondo.

— ¡El problema es que nunca mencionaste ese nombre precisamente, nunca lo haces! — Le recuerda Sirius aún más furioso por el comportamiento inusual de su amigo, pero sin oponer resistencia alguna a la mano que lo sujeta y lo guía en su camino — ¿Por qué demonios lo estás ayudando y defendiendo? ¡No lo conoces y es extraño!

JungKook parece meditar unos segundos antes de responder con total naturalidad, encogiéndose de hombros: — No estoy muy seguro de por qué lo estoy defendiendo, pero él se veía en verdad afectado, ¿No lo crees?

Sirius pestañea un par de veces centrando su mirada en la espalda de su amigo, mientras recuerda la forma tan desesperada en que el muchacho llamado SeokJin había llegado hasta ellos gritando el nombre de JungKook. A pesar de las incoherencias sospechosas que él encontraba en el relato de aquel joven, no puede negar que Kook tiene razón al destacar aquel detalle.

Entonces, un poco herido en su orgullo, Sirius acelera su paso tomando la delantera de la caminata, y ahora es él quien tira de la mano de JungKook para guiarlo.

— Vamos Kook, estamos llegando tarde — dice sin mirar a su amigo, y él sólo sonríe porque le gusta cuando Sirius demuestra lo que siente con acciones más que con palabras.



SeokJin está sentado en la cabina de su camioneta que continúa estacionada a unos metros de la entrada del colegio secundario en donde ha estado hace sólo unos minutos. Piensa mucho y con rapidez, intentando encajar cada parte de su conversación con JungKook y Nicole en su mente. Pero mientras más lo piensa, más siente que está perdiendo el control de su poca sensatez.

Jeon JungKook, el menor del grupo de amigos quienes se conocieron en esa misma escuela – pero en otra línea temporal –, no lo recuerda a él, no sabe quién es y ha dicho que sólo conoce a Kim TaehYung por casualidad. Nicole tampoco parece reconocerlo ni a él ni a los nombres de sus amigos. Para Jin es extraño encontrarse con ella en esa realidad y hasta llega a cuestionarse la identidad de la chica debido al nombre por el que JungKook la mencionó: Sirius. Pero descarta la duda de inmediato al recordar el peluche de conejo rosa que vio colgando del bolso de Nicole. No tiene ninguna duda de que es el mismo peluche que JungKook le regaló a la Nicole del Universo donde se hicieron amigos en la Secundaria Bangtan. ¿Cómo es posible que la Nicole de este Universo tenga en su poder el mismo objeto que le perteneció en otra realidad?, ¿Será porque JungKook y ella tienen la misma relación en este Universo Incierto también? No logra entenderlo.

Mientras más lo analiza, más siente que no puede encontrar respuestas porque sus recuerdos de las distintas líneas de tiempo que ha atravesado hasta ahora se están comenzando a mezclar en su mente, causando confusión en sus memorias. Si continúa así, está seguro de que se volverá completamente loco. Debe parar de una vez, respirar y ordenar sus ideas, encontrar indicios de cómo ha sido su vida en ese nuevo Universo investigando sus pertenencias y la casa de sus padres.

Debe tener especial cuidado de no despertar sospechas en la gente de su alrededor. Por poco pudo escapar de las preguntas de Nicole, pero sabe que sospecha de él y su identidad. Si es la misma Nicole que él recuerda, el hecho de que se haya quedado callada a pedido de Kokkie no asegura que haya olvidado las palabras y el comportamiento extraño de SeokJin.

¿Dónde demonios estás viviendo ahora Kim SeokJin?

Jin deja de cuestionar su existencia cuando escucha que su teléfono está sonando dentro del bolsillo de su campera. El muchacho toma el objeto y ve el nombre de la persona que lo está llamando en la pantalla táctil: "Lev".

— ¡Lev! Yo... — Atiende con rapidez, recordando las palabras que el chofer de su padre le ha dicho unas horas antes y percatándose de que el cielo se ha cubierto de nubes grises que apenas si dejan ver los últimos rayos del sol. Ha perdido la noción del tiempo y de seguro la llamada es para recordarle que debe volver a su casa cuánto antes.

— Joven SeokJin, ¿está bien? No ha regresado aún y su padre ya está aquí — le interrumpe la voz del hombre, notablemente preocupado, desde el otro lado del teléfono.

El muchacho traga saliva con dificultad mientras descifra las últimas palabras de Lev: "Su padre ya está aquí".

Eso sólo quiere decir que SeokJin tiene grandes problemas.

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NOTAS DE LA AUTORA:

*Perdón por tantas ediciones*

Hola a todos, muchas gracias por seguir leyendo :3 

Este capítulo no estaba para nada pensado así pero decidí que debía darle una presentación muy adecuada a los nuevos personajes, a la misma vez que un poco de suspenso ante todo lo que SeokJin debe analizar en su acribillada mente (pobre, lo estoy haciendo sufrir mucho :v)

En fin, espero que el capítulo sea de su agrado y que saquen sus propias conclusiones. Las cosas siguen mezclándose más, ¿no? jeje

Un abrazo enorme y deseo que tengas días hermosos ^^


*Actualización al día 19/01/24: para quienes leyeron este capítulo antes, notarán que hay un cambio importante con el personaje de Nicole/Sirius. Espero sepan entender que era un cambio muy necesario y que deseaba hacer. También fue un pedido realizado por mi amigo Sirius para que su personaje apareciera de forma más fiel en la historia. Por fortuna, a él le agradó el resultado y por eso estoy publicando. ¡Gracias por su paciencia, nos leemos pronto! 

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