CAPÍTULO 18: Momo

TAIMU FURAIYAA

CAPÍTULO 18: "Momo"


"Sueña...

Donde quiera que estés,

el mundo será comprensivo"

— "So Far Away"- Agust D


Sirius está de mal humor.

Las razones de ello son variadas y puede que tengan que ver con que la temporada de exámenes está cerca, con que su trabajo de medio tiempo en la cafetería del subsuelo de la universidad Munhyun a veces consume sus nervios, o con que su vida social peligra al haber incluido a Kim SeokJin en ella. Desde que ese sujeto conoció a sus amigos, tanto Jeon JungKook como Min Yoongi no han dejado de actuar como sus perros falderos.

Pero quizás, aquella mañana de abril, la principal razón por la cual Sirius está de mal humor se debe a que tuvo que despertar una hora antes de lo habitual para pasar por la universidad a recoger los libros de matemáticas que olvidó el día anterior en su trabajo, los cuales necesita para sus clases de las primeras horas del día.

Para su fortuna, los libros están en el lugar en donde su compañera Mei le dijo que los guardaría: junto a la caja registradora. Así que los recupera rápidamente y sale del edificio casi corriendo. Decide tomar un atajo por la parte trasera y, al pasar por al lado de los contenedores de basura, escucha un leve maullido. Sirius arquea una ceja y sigue el sonido hasta agacharse bajo uno de los enormes contenedores y ver a un gato cuyo pelaje está sucio con algunas manchas de sangre seca. El animalito se queda en silencio al verlo y sus ojos se clavan en él atentos, pero cansados.

— Oye, te conozco, ayer viniste por aquí a buscar comida — dice Sirius recordando al pequeño gato que había visto el día anterior cuando dejó la basura en ese mismo contenedor antes de irse a casa —, pero no estabas así de herido... ¿Qué te pasó? Déjame ayudarte...

Al intentar tocarlo con su mano, el gato lanza un rasguño. A pesar de su poca fuerza y mala condición, el pequeño está dispuesto a defenderse. La posición bajo el contenedor hace que sea difícil llegar hasta él. Sirius piensa que necesitará ayuda, pero se le hace tarde para sus clases. No tiene más opción que ir al colegio y rogar porque el gatito continúe allí cuando regrese. Pase lo que pase, rescatará a ese animalito y JungKook le ayudará.

Solo pasan dos horas desde su llegada al instituto, cuando Sirius comienza a sentirse realmente preocupado por el bienestar del gatito. No deja de imaginar los peores escenarios posibles para cuando vuelva a la universidad y no lo encuentre bajo el contenedor; o peor aún, que algo horrible le haya ocurrido por no ayudarlo a tiempo. Con cada minuto que transcurre, Sirius siente que el aire no ingresa a sus pulmones y que la voz del profesor se vuelve cada vez más lejana. Sus oídos comienzan a zumbar y un sudor helado cubre su frente. La agitación de su pecho es cada vez más fuerte, la habitación da vueltas; debe salir de allí rápido.

Una vez en la enfermería, Sirius se siente más relajado, pero sus pensamientos siguen puestos en el pequeño gato herido bajo los contenedores de basura de la universidad. Sabe que, si no hace algo rápido, volverá a sufrir otro ataque de ansiedad y no podrá ayudar al animalito.

Mientras se encuentra recostado en la camilla esperando a que su medicación haga efecto, toma su teléfono celular y envía un mensaje al chat grupal.

"JungKook, estoy en la enfermería, por favor ven a verme a penas puedas", escribe rápidamente, enviando otro mensaje al instante: "Min sunbaenim necesito pedirte un favor. Es muy importante."

No pasa mucho tiempo cuando la pantalla se ilumina con un mensaje de Yoongi: "¿Qué te ocurrió, por qué estás en la enfermería? Dime qué puedo hacer por ti."

"Necesito que vayas a los contenedores de basura que están en la salida trasera del edificio principal de la universidad, y veas si debajo de ellos aún hay un gato de pelaje naranja. Lo vi esta mañana antes de clases, está muy herido y tengo miedo de que se haya ido o algo malo le haya pasado..."

"En diez minutos termina mi clase. Iré a verlo y te diré si sigue allí."

"Gracias, sunbaenim."

"Sirius, ahora mismo voy a la enfermería, quédate ahí", responde JungKook enviando emojis como siempre lo hace.

"Claro Kook, aquí te espero.", Sirius bloquea su teléfono y espera en la camilla, observando el techo de la habitación, rezando con todas sus fuerzas para que Yoongi le de buenas noticias.



Kim SeokJin abre sus ojos al percibir el resplandor del sol entrando por la ventana de su habitación. Pestañea un par de veces antes de intentar enderezarse y sentir que su cuerpo duele casi en su totalidad, producto de las lesiones que le ocasionó Dyoh en su pequeña pelea.

Lanza un bostezo observando un lado y otro de la cama, buscando su teléfono para ver la hora. El reloj marca las nueve de la mañana. Es tarde para ir a sus clases, pero tomó la decisión de descansar aquel día luego de la charla con Dyoh y del acalorado intercambio de palabras con su padre durante la cena. SeokJin recuerda que Kim ChangJun no estaba para nada contento con su comportamiento y se lo hizo saber en más de una ocasión con comentarios mordaces y sarcásticos. Pero eso a él no le importó, pues le dejó en claro a su padre que tenía sus propias prioridades y, si bien no faltaría a su trabajo en el hotel, tampoco dejaría de visitar a sus amigos y pasar tiempo con ellos cuando lo deseara. Desde luego que el señor Kim tomó esas palabras de su hijo como una gran ofensa y la cena terminó con él dejando el comedor sumamente furioso.

Recuerda que luego de comer subió a su habitación y ni siquiera se molestó en darse un baño. Solo tomó el cuadro con la foto de su madre entre sus brazos y se lanzó a la cama quedándose profundamente dormido. Olvidó por completo que debía esperar a Calais, y también la respuesta de Tae al mensaje que le había enviado horas antes preguntando por él y Airi. Estaba tan agotado...

Se dispone a revisar los mensajes de su teléfono, cuando escucha dos golpes en la puerta de su habitación y ve a Lev haciendo una reverencia antes de entrar. SeokJin solo lo mira un poco sorprendido de que haya venido a despertarlo.

— Joven SeokJin, ¿cómo se encuentra hoy? — pregunta el chofer con su tono de voz apacible, pero con un notorio dejo de preocupación también.

— Buenos días Lev, estoy mucho mejor, gracias por preguntar.

— Me alegra saberlo... — el hombre parece dudar antes de ingresar por completo a la habitación —. Verá, joven SeokJin, el doctor Song ha venido para revisarlo. Anoche el señor ChangJun recibió una llamada del gerente JunHo donde le informó que usted se había presentado a trabajar luego de un accidente en la vía pública. También dijo que se negó a recibir atención médica y continuó trabajando, pero el señor JunHo estaba muy preocupado por su salud, lo vio muy golpeado. Por eso su padre ordenó llamar al doctor Song y pidió que se acataran sus órdenes al pie de la letra.

Cuando Lev termina de hablar, un hombre de baja estatura y cabello entrecano ingresa al cuarto y hace una reverencia a modo de saludo para SeokJin, quien aún no puede articular palabra alguna, sorprendido por la presencia de ambos hombres allí.

— Buenos días SeokJin, me gustaría que me cuentes qué fue lo que ocurrió exactamente — dice el amable doctor Song mientras deposita un portafolio en el escritorio y lo abre extrayendo algunos elementos.

— Nada importante — se apresura a responder Jin, siguiendo con su mirada los movimientos del hombre y percatándose en ese momento de que el cuadro de su madre está en el escritorio y no en la cama junto a él. ¿En qué momento lo depositó allí de nuevo? —. Fui sorprendido por un asaltante y opuse resistencia. Él me golpeó... Sólo fue eso.

Lev lanza un suspiro que es escuchado gracias al silencio que reina en la casa. El doctor Song le indica a SeokJin que se siente en la silla frente a él y suba su camisa para revisar sus pulmones. A penas el muchacho obedece, escucha detrás de sí un lamento de parte de Lev al ver las marcas en su abdomen. Jin sabe que los moretones deben verse peor ahora que han pasado algunas horas desde que recibió los golpes, pero no cree que sea tan grave a pesar de los fuertes dolores que siente al moverse.

— Me sorprende que con esos golpes hayas podido conducir y trabajar — confiesa el doctor recorriendo la espalda de Jin con su estetoscopio, escuchando atentamente cómo el aire entra y sale de los pulmones del joven —. Si bien no tienes fracturas, los hematomas son grandes y sugiero ver si no hay daños internos. A simple vista solo puedo decir que todo parece bien, pero me gustaría que te hicieras algunos análisis y otros estudios médicos —. El doctor Song guarda sus herramientas y revisa el rostro de Jin cuidadosamente, intentando no tocar las pequeñas raspaduras en sus mejillas —. Por el momento, te recomiendo descansar en casa y hacer reposo en cama. Te daré algunos calmantes. Tómate tres días libres del trabajo y la universidad.

— No puedo hacer eso, hace solo tres días que comencé con mis actividades... — intenta protestar SeokJin, recordando su promesa de cenar en casa de TaehYung junto a Airi.

— Me temo que no puedes negarte a mis recomendaciones, fueron órdenes de tu padre — le recuerda Song con una mirada muy seria —. Extenderé los papeles necesarios para que realices los estudios médicos que te he sugerido. Volveré a verte tan pronto como tengas los resultados — y antes de seguir a Lev fuera de la habitación, el hombre señala a Jin y agrega con voz amenazante: — Has reposo y sigue mis indicaciones. Toma los medicamentos y descansa.

SeokJin acepta a regañadientes porque de todos modos no tiene intenciones de asistir a la universidad. Ve cómo el doctor y Lev dejan su habitación, y maldice en voz alta cuando siente el dolor en su cuerpo al lanzarse sobre la cama. El cretino de Dyoh sí que le dio golpes muy fuertes. Quizás debería pensarlo mejor antes de enfrentarse puño a puño contra el hijo de un dios...

SeokJin hace una mueca de disgusto con su boca y recuerda las amenazas de su doctor y los gritos de su padre la noche anterior. ¿En verdad Kim ChangJun piensa que seguirá sus órdenes? Claro que no lo hará. Por primera vez, en todos los bucles y líneas temporales que atravesó, SeokJin resta importancia a la amenaza que representa su padre y sus exigencias, y decide tomar sus propias decisiones. ¿Será un cambio para bien o para mal? Seguramente lo averiguará con el pasar del tiempo. Ahora tiene asuntos más importantes de los cuales hacerse cargo.

Se endereza sobre la cama y revisa su teléfono donde ve el último mensaje que TaehYung le escribió mientras él ya había caído profundamente dormido el día anterior. Junto a la frase de "buenas noches" hay una foto de Airi durmiendo en el sofá y Tae saludando a la cámara. Jin sonríe enternecido ante la imagen. Se alegra al ver que Airi se está adaptando a la compañía de Tae y Ceci. Si quieren ayudarla, necesitan que la niña confíe plenamente en ellos. Además, a pesar del pacto que hizo con Dyoh, Jin no puede evitar pensar que aquel ser sigue siendo una amenaza. Quizás el pacto lo mantenga alejado, pero eso no es una garantía para pensar que no intente usar algún truco sucio.

Deja el teléfono sobre la cama y observa el portarretratos sobre el escritorio, intentando recordar en qué momento lo colocó allí. Está seguro de haberse dormido con el objeto entre sus brazos. SeokJin se pone de pie lentamente, se acerca al escritorio y toma el cuadro de su madre lanzando un profundo suspiro. Se pregunta si en aquel Universo ella era más comprensiva de lo que alguna vez lo fue. No tiene muchos recuerdos de Eunji en aquella realidad y eso lo entristece.

Entonces, ve el papel junto al bolígrafo y se sorprende por la delicada caligrafía con que hay escrito un mensaje en coreano.

"Hola estúpido Jin. Hice lo que me pediste (porque yo quise hacerlo) y tanto Airi como Tae estuvieron a salvo. Dyoh no está en este plano y no creo que aparezca. Pensaba decirte todo esto al llegar a tu casa, pero estabas a medio vestir durmiendo en tu cama. Asegúrate de no meterte en problemas, no quiero cuidar de ti. Volveré tan pronto como pueda, así que no me molestes. Calais."

Jin no puede evitar sonreír divertido ante las palabras que lee porque imagina las expresiones de Cal y su molesto tono de voz. Agradece en silencio al guardián del tiempo por cumplir con su promesa y se dispone a comenzar el día sin darle mucha importancia a las indicaciones de su doctor.

Pero su celular se enciende con notificaciones de mensajes y lo toma pensando que se trata de Tae. Se sorprende al ver que es Sirius quien ha escrito en el chat grupal avisando a JungKook que está en la enfermería y pidiéndole un favor bastante particular a Yoongi. SeokJin se preocupa al leer los mensajes y comprobar que algo malo sucede. Quiere ayudar, aunque no es de su agrado ir a la universidad en ese momento.

Yoongi escribe nuevamente confirmando que el pequeño gato, por quien Sirius está preocupado, se encuentra aún debajo del contenedor de basura.

Sirius: "Es un alivio saber que está ahí, pero hay que ayudarlo. Está muy herido."

Yoongi: "Intenté alcanzarlo, pero mis brazos no son tan largos y él está bastante molesto."

JungKook: "Llevo comida, quizás así podamos convencerlo de salir. Estamos yendo para allá ahora."

Yoongi: "¿Cómo que vendrán?, ¿Qué hay de sus clases, mocosos?, Sirius está enfermo..."

Sirius: "Solo fue un pequeño ataque de ansiedad, sunbaenim. Necesito ayudar a ese gato o me sentiré peor."

SeokJin: "¡Chicos, iré a la universidad ahora, esperen por mí!"

JungKook: "¿No estás en clases, hyung?"

SeokJin: "Tuve un accidente, pero estoy bien. Les contaré al vernos."

Yoongi: "¿Accidente?, ¿A qué te refieres?, ¿qué clase de accidente?, ¿por qué no dijiste nada? Hyung, sé que estás leyendo los mensajes."

SeokJin: "Yoongi-chii estaré ahí tan rápido como pueda y te contaré todo, esperen por mí. ¡Ya voy!"

— Joven SeokJin... — la voz de Lev hace que el muchacho suelte su teléfono asustado, pues pensaba que el chofer de su padre había salido de la casa una vez que el doctor Song se fue. Se acerca a la puerta y la abre dejando ver a un preocupado Lev, quien le devuelve una mirada de tristeza.

— Lo siento Lev, pero me iré por unas horas — dice tomando una muda de ropa limpia para dirigirse al baño y asearse.

— Joven SeokJin, el médico recomendó que descansara...

— Lo sé, pero mis amigos me necesitan ahora. Además, hice una promesa muy importante. Volveré tan pronto como termine mis asuntos — explica Jin sosteniendo la mirada de Lev, quien deja caer sus hombros, derrotado. El joven suaviza su expresión y continúa hablando: — Sé que te preocupa lo que pueda ocurrir con mi padre después de la discusión de anoche, pero quiero que entiendas que me haré responsable por ello. Si él pregunta por mí, solo dile que ignoré las órdenes del doctor y que salí sin darte explicaciones.

Lev le observa aún más preocupado: — Eso sería... muy arriesgado de su parte...

— Pero es un riesgo que estoy dispuesto a correr. Confía en mí Lev, todo estará bien.

— Siempre lo haré, joven SeokJin.

Jin coloca una de sus manos sobre uno de los hombros de Lev y le regala una leve sonrisa que es correspondida por el chofer con sinceridad. Luego se dirige rápidamente al cuarto de baño para tomar una ducha rápida e ir con sus amigos.



Ya es pasado el mediodía cuando JungKook y Sirius llegan a la universidad y se encuentran con Yoongi junto a los contenedores de basura detrás del edificio principal. El joven está en cuclillas, observando con una mirada consternada el cuerpo del gatito atrapado allí abajo.

— Yoongi hyung, ¿no debes volver a tus clases? — le cuestiona JungKook captando la atención de su amigo —. Nosotros nos haremos cargo ahora.

— Encontré la excusa perfecta para no hacerlo, así que no tienes de qué preocuparte — responde Yoongi viendo cómo Sirius se abalanza bajo el contenedor de basura en busca del gato —. Intenté ayudarlo a salir, pero me gané unos buenos rasguños. No está interesado en dejar que alguien lo auxilie.

— Sirius... — le llama JungKook al ver que el joven parece no escuchar a su amigo.

— Yo lo sacaré de ahí, sólo denme unos minutos.

— ¡Sirius! — vuelve a llamarlo JungKook, tomándolo de un brazo para obligarlo a ponerse de pie y mirarlo a los ojos —. Sabemos lo importante que es para ti ayudar a este pequeño, así que haremos todo lo posible por él. Yoongi hyung está aquí y Jin hyung dijo que vendrá pronto. Confía en nosotros.

— Lo sé, pero... — Sirius muerde su labio inferior y desvía su mirada hacia el piso, dudando sobre si debe hablar de sus propios pensamientos. No quiere volver a sentir otro ataque de ansiedad, pero la situación le está resultando extrema. No sabe cómo explicarles a sus amigos que su necesidad de salvar al gatito es algo que siente en su alma, como si el hecho de estar allí fuera obra de un destino ya trazado —. Kook no sé cómo explicarlo, pero ese animal es realmente importante para mí. Necesito que esté bien y que mejore, por favor.

— ¡Hey!, ¿ustedes son los dueños de ese gato? —. La voz de un joven atrae la atención de los tres amigos, quienes lo miran sorprendido. El muchacho está vestido con ropas de enfermería y sobre ellas lleva puesta una larga bata blanca. Sirius reconoce que se trata de un estudiante de medicina.

— No lo somos. Yo lo encontré aquí y vine a rescatarlo... — responde acercándose al joven —. ¿Eres estudiante de medicina?, ¿Puedes ayudarlo?

— Soy estudiante de medicina veterinaria — dice el muchacho con una amable sonrisa —. El gatito ha estado allí desde muy temprano por la mañana. Pensé en ayudarlo y cuando los vi a ustedes tuve la esperanza de que fueran sus dueños.

— Creo que no tiene hogar... — agrega Sirius con un tono de voz triste que hace que sus amigos lo miren preocupados. No es común que el joven se muestre tan afectado frente a un extraño —. Ayer, antes de irme a casa, lo vi deambulando por aquí, pero no estaba herido. No quiero pensar quién lo ha lastimado tanto...

— Tú podrías revisar sus heridas y curarlo, ¿verdad? — se atreve a hablar Yoongi poniéndose de pie y observando más de cerca al joven estudiante de veterinaria.

— Si soy completamente sincero con ustedes, no quiero llevar a este amigo al edificio de medicina, me temo que lo usarían para otros propósitos. Mi intención es llevarlo con un experto que vive a las afueras del paseo marítimo de la ciudad.

— ¿Qué clases de cosas hacen con los animales allí? — pregunta JungKook con sus grandes ojos muy abiertos.

— No querrás saberlo... — responde el joven con una mueca —, y yo no pienso ser cómplice de ello una vez más. Intentemos sacarlo de ahí abajo, porque si no lo hacemos morirá. Debemos atenderlo rápido. ¿Creen que entre todos podamos levantar el contenedor?

— ¡Hagámoslo! — Exclama JungKook animado, flexionando sus brazos —. Sirius, tú podrías sujetar al gatito cuando hayamos elevado lo suficiente el contenedor.

— ¡Lo haré! — responde su amigo arrodillándose a un lado del objeto.

— Es una locura, nosotros tres no podremos mover esta cosa — protesta Yoongi con una mueca de desagrado, pero aun así posicionándose junto a JungKook para comenzar a empujar.

— Intentémoslo con toda nuestra fuerza — sugiere el muchacho de bata blanca, tomando uno de los bordes del contenedor —. ¿Listos? ¡Empujen!

Los tres chicos hacen fuerza para elevar el objeto, mientras Sirius se arrastra por el piso estirando su brazo en toda su longitud para alcanzar al gatito, quien maúlla débilmente ante el ruido a su alrededor. A pesar de utilizar toda su fuerza, el intento no da resultados y Sirius no puede cumplir el objetivo.

— Es demasiado pesado — dice Yoongi, jadeando por el esfuerzo —. ¿Por qué mejor no movemos esta cosa hacia adelante? O podríamos derribarla, da igual la cantidad de basura que haya en ella.

— Esa opción es un tanto asquerosa... — JungKook coloca una mueca al escuchar la idea de su amigo.

— ¡Chicos, estoy aquí, déjenme ayudar! — La voz de SeokJin atrae la atención de sus amigos, quienes se sienten más animados al verlo correr hacia ellos.

— Viniste... — murmura Sirius, acomodando sus lentes con una expresión de perplejidad en su rostro que Jin no alcanza a comprender.

— Dije que lo haría, ¿por qué dudas de mí? — le sonríe el muchacho haciendo que Sirius se sonroje y desvíe su mirada lejos de su figura, sin responder a su pregunta.

— Jin hyung, ¿Estás bien?, ¿Por qué no mencionaste el accidente antes?, ¿Acaso chocaste tu camioneta?, ¿Qué te pasó en la cara? — Yoongi da grandes pasos, acortando la distancia entre él y SeokJin a medida que las preguntas salen por su boca una tras otra, sin pausa. No se percata de que ha tomado la camiseta de Jin entre sus manos al hablar, tirando ligeramente de la tela para examinar más de cerca el rostro del muchacho.

— Tranquilo, hablaremos de eso cuando hayamos sacado a ese gatito de allí abajo — le responde SeokJin, sujetando con delicadeza las manos de Yoongi para zafarse de su agarre. Al notar la mirada fija de su amigo en su rostro, le sonríe tratando de transmitirle tranquilidad. Muy por el contrario, no es ese el efecto que su sonrisa provoca en Yoongi, quien rápidamente se da cuenta de su arrebato, soltando la ropa de Jin y cubriendo su rostro avergonzado —. ¿Quieren elevar el contenedor?

— Necesitamos moverlo, aunque sea un poco, para que el gatito quede libre — le explica el estudiante de veterinaria, quien hasta ese momento había permanecido en silencio observando todo —. Eres bastante alto y de hombros anchos, creo que con tu ayuda podremos hacerlo.

SeokJin se voltea para responder a la persona que ha hablado y en ese momento se petrifica en su lugar. Pestañea confundido y abre su boca intentando articular palabra. Quizás está soñando o es una alucinación producto de sus golpes. Quizás debió seguir las instrucciones del doctor y quedarse descansando en casa. No es posible que se trate de Hoseok, ¿verdad? ¿Cuántos Jung Hoseok hay en ese Universo? Quiere creer que no más de uno, así como solo hay un Min Yoongi o un Jeon JungKook. Es Hoseok quien está ahí, con su cabello oscuro prolijamente cortado y peinado, vistiendo ropas de medicina y luciendo una enorme sonrisa en su angular rostro, de ojos pequeños y vivaces. Es el Hoseok que él recuerda, aquel que nunca cambia su forma tan animada de ser. Pero, ¿por qué está vestido como un médico si a él siempre le apasionó bailar?

— Jin hyung, ¿nos ayudarás? — le interrumpe JungKook, sacándolo de sus pensamientos.

— Cl-claro... Desde luego, movamos esa cosa — responde Jin intentando volcar toda su atención en la tarea que deben realizar y no en su emoción porque al fin encontró a su amigo Hoseok y lo que quiere hacer ahora mismo es llamar a TaehYung y avisarle. Debe controlarse para no parecer un lunático frente a sus amigos.

— ¡Jung Hoseok! — grita alguien cerca de ellos, haciendo que todos pierdan la concentración y dirijan sus miradas hacia el desconocido —. ¿Qué demonios crees que haces? Llevo media hora esperándote en el laboratorio.

— Aish... Lo siento mucho Minkyu hyung, pero tengo algo importante que hacer — se excusa Hoseok con una reverencia, y señala el contenedor —. ¿Te importaría ayudarnos? Necesitamos la mayor cantidad de manos posibles.

— Pero...

— Te explico todo luego, por favor ayúdanos — insiste Hoseok recibiendo una señal positiva de parte de su compañero de clases, quien se une a ellos fácilmente —. ¡Gracias hyung! ¿Listos?, ¡Empujen!

Los cinco muchachos comienzan a empujar el contenedor de basura logrando que poco a poco éste ceda ante la fuerza y se eleve algunos centímetros. Sirius aprovecha la oportunidad para acostarse en el piso y estirar su brazo lo más posible hacia el gato.

— Ven amigo, por favor, déjame ayudarte. No sé quién te ha hecho tanto daño, pero te prometo que si vienes conmigo no volverás a pasar por esto. Yo te protegeré siempre — le habla al animalito para tranquilizarlo. El gatito le observa con ojos cansados y maúlla levemente, pero ya no se defiende —. Seremos amigos. Por favor, ven... Si tú no tienes la fuerza para salir, entonces deja que yo te saque.

— Solo resistan un poco más... — los anima JungKook cerrando sus ojos para concentrarse en la fuerza que está haciendo con sus brazos.

— ¡Ya lo tengo! — grita Sirius rodando con el gato entre sus brazos y poniéndose de pie rápidamente.

En ese momento, los demás sueltan el contenedor y respiran aliviados. Yoongi se deja caer al piso exhausto y Minkyu cae de rodillas secando el sudor de su frente. JungKook y Jin se acercan rápidamente a Sirius para comprobar el estado del gatito.

— ¡Rápido, hay que llevarlo a El Santuario! — apremia Hoseok apenas ve el mal estado en que se encuentra el animal —. Buscaré mi scooter y lo llevaré.

— Iré contigo — dice Sirius completamente decidido.

— Vayamos en mi camioneta, será más rápido — dice Jin colocando una mano en el hombro de Sirius.

— ¡Iré por mi scooter y guiaré el camino! — exclama Hoseok corriendo hacia el estacionamiento de la universidad —. ¡Minkyu hyung, te llamaré más tarde, excúsame con el profesor Shin por favor, gracias!

— Aish ese chico... no tiene remedio — suspira Minkyu negando con su cabeza y cruzándose de brazos.

Una vez que todos están dentro de la camioneta, SeokJin sigue a Hoseok por la carretera rumbo al paseo marítimo de Songju. Se sorprende cuando el scooter se adentra en una calle de tierra hacia un viejo barrio de contenedores. ¿Sería el mismo en donde vivía NamJoon en otras líneas temporales? No, la ubicación es diferente según lo que él recuerda. A tan sólo unos metros, Hoseok estaciona frente a la entrada de una enorme casa y les hace señas para que lo sigan.

JungKook y Yoongi observan con curiosidad la gran fachada de la casa mientras siguen de cerca a Sirius y Hoseok. SeokJin da un vistazo a los alrededores percatándose de que es una zona rural bastante humilde. El barrio de contenedores se encuentra anexo a pequeñas casas en donde se pueden ver animales de granja y algunas huertas.

El ladrido de varios perros los recibe una vez que han llegado a la puerta principal de la casa, y Hoseok se apresura a golpear observando cada tanto el estado del gatito en brazos de Sirius. Solo pasan unos segundos hasta que la puerta se abre dejando ver a un hombre de mediana edad, bastante desalineado, con una mirada de desconfianza en su austero rostro.

— Señor Sanggu sé que no quiere verme, pero le ruego que atienda a este gato. Está en mal estado y temo lo peor — se apresura a hablar Hoseok antes de que el hombre pueda siquiera reaccionar.

— ¿Cómo dejaron que llegara a esa condición? — pregunta finalmente Sanggu, acercándose a Sirius y escrutando al gatito con el ceño fruncido en preocupación.

— Lo encontramos así, no sabemos qué le pasó — responde Sirius con angustia, logrando que los ojos oscuros de Sanggu se posen sobre él, sin perder su frialdad —. Por favor, se lo ruego, ayúdelo.

— Ayude al gato y yo no volveré a molestarlo, se lo juro — dice Hoseok inclinando su cuerpo en una gran reverencia, cerrando sus ojos con fuerza, esperando que sus palabras logren alcanzar el corazón de aquel hombre —. Yo... lamento mucho lo que pasó, no quise causarle problemas. Ahora entiendo mi error y le juro que no volveré aquí. Por favor, ayúdelo.

Sanggu observa fijamente la figura de Hoseok, pero no dice ninguna palabra, solo acaricia la cabeza del gatito lentamente para no hacerle daño. Posa sus ojos en los jóvenes que están esperando su respuesta. No le agrada la idea de tener visitas en su casa, pero evidentemente todos ellos están allí porque se preocupan genuinamente por la vida de aquel animalito. Quizás no es mala idea escuchar al mocoso por esta vez...

— No tienes que rogarme para que salve una vida. Es mi deber ayudar, ante todo — responde, dándose media vuelta hacia la puerta e ingresando rápidamente a la casa. Hoseok pestañea sorprendido, pero entiende que esa es una señal para seguir los pasos del hombre. El muchacho sujeta la puerta y deja que los demás entren junto con él —. Coloca al gato sobre la mesa y asegúrate de que no se mueva — Sanggu da indicaciones a Sirius luego de hacer a un lado el desorden que había sobre la mesa de la sala —. Necesitaré herramientas para tratarlo...

— ¡Traje lo necesario! — exclama Hoseok acercándose a él rápidamente con un bolso del cual comienza a sacar agujas y frascos con medicamentos.

Sanggu hace un gesto de asentimiento con su cabeza: — Necesitaremos suero...

— Lo tengo, el suero siempre es esencial — Hoseok muestra la bolsa de suero y se gana un gesto afirmativo de parte de Sanggu.

— Muy bien, vamos a desinfectar nuestras manos y el resto de los elementos — le apremia el hombre —. Ya hemos perdido mucho tiempo hablando. ¡Muévete, mocoso!

Sin esperar otra orden, Hoseok se dirige a la cocina y comienza a preparar todos los elementos necesarios. Después de colocarse guantes descartables, Sanggu se acerca a la mesa en donde Sirius aun sujeta al gatito y le dice que puede sentarse en los sillones porque a partir de ese momento tanto él como Hoseok se harán cargo del cuidado del animalito.

— Supongo que nosotros también podemos sentarnos, ¿Verdad? — dice con cierto sarcasmo Yoongi al sentirse completamente ignorado por el dueño de casa desde un principio.

— Quizás deberíamos esperar afuera —aconseja SeokJin al ver lo atareados que están Hoseok y Sanggu.

— Kook, vámonos por favor... — le suplica Sirius, quien no quiere estar en esa habitación en ese momento.

JungKook reconoce el semblante pálido de su amigo e inmediatamente rodea sus hombros con uno de sus brazos y lo conduce hacia la puerta para salir. Yoongi y SeokJin se reúnen con ellos en el pórtico de la casa, preocupados por el estado de ánimos de Sirius.

— ¿Te sientes mejor? — le pregunta Yoongi extendiendo una botella con agua a su joven amigo.

— Solo necesitaba aire fresco — responde Sirius aceptando la botella para beber un poco de agua. No se había percatado de que había estado conteniendo su respiración la mayor parte del tiempo. Se sienta en las escaleras del pórtico, dejando que el aire fresco del campo juegue con sus cabellos y llene sus pulmones.

— No te preocupes demasiado, ellos van a ayudar a nuestro nuevo amigo — le asegura JungKook con una gran sonrisa, sentándose a su lado.

Sirius no responde, ni tampoco hace algún gesto ante sus palabras. Quiere creer en JungKook y su afirmación, pero existe un lado pesimista y realista en él que no le ayuda a ser tan positivo como su amigo.

SeokJin aprovecha el momento para hacer la pregunta que lo ha mantenido intrigado desde que vio el comportamiento de Sirius con el gato: — Sirius, ¿por qué es tan importante para ti ayudar a ese pequeño?

El muchacho eleva su rostro hasta encontrarse con la amable mirada de Jin. Sabe que Yoongi y JungKook quieren conocer la respuesta también, pero no está seguro de cuáles son las palabras correctas para expresar todo lo que siente.

Toma un poco más de agua y aclara su garganta, tragando rápidamente para intentar hablar lo más claro posible.

— Sinceramente, no lo sé — responde centrando su mirada en la botella entre sus manos, buscando dentro de sus pensamientos razones por las cuales pueda justificar su comportamiento —. Me gustan los animales y siempre quise una mascota, pero mis padres nunca estuvieron de acuerdo con eso. En realidad, ellos no están de acuerdo con nada de lo que yo les diga.

— Sirius... — murmura JungKook colocando una de sus manos sobre uno de los hombros de su amigo. Pero el joven no presta atención al gesto y continúa hablando.

— Por eso no confío en ellos y no tengo intención de pedir su opinión sobre mis acciones. Decidí que no iba a permitir que ellos interfieran en mi vida más de lo que ya lo han hecho — el semblante de Sirius es serio y su mirada se eleva hasta volver a encontrarse con la de Jin —. Quiero adoptar a Momo y darle un hogar.

— ¿Momo? — Yoongi repite el nombre enternecido.

— Ese es su nombre — continúa Sirius devolviendo la botella de agua a su dueño —. Ya no quiero sentirme solo en casa. Quiero compartir mis días con Momo, darle un hogar al cual regresar y ser amado... Tal y como yo quisiera sentirme al volver a la casa de mis padres. Sé que quizás nunca me sienta así respecto a ellos, pero también sé que, si Momo está ahí esperándome, ambos seremos felices.

SeokJin traga saliva, abrumado por las declaraciones de Sirius. No esperaba que el joven tuviera tanta confianza como para dejarle saber la relación con sus padres. Él apenas tiene recuerdos sobre Nicole y su vida en el otro Universo, así que todo lo que acaba de escuchar le resulta realmente triste. Ahora entiende mejor por qué JungKook y Yoongi son tan sobreprotectores con ella. Y, quizás también, el por qué decidió liberarse a sí mismo llamándose Sirius.

— SeokJin hyung... — la voz de Yoongi interrumpe el silencio en que todos se han sumido. Jin voltea a verlo con intriga y se sorprende al notar que su amigo lo está mirando fijamente a los ojos —. Quiero saber lo que te ocurrió.

— Oh... No fue nada grave, sólo sufrí algunos golpes cuando me resistí a un robo rumbo al trabajo — Jin intenta sonar despreocupado para que sus amigos no se alarmen ante la anécdota, pero eso no funciona.

— ¿Intentaron robarte la camioneta? — pregunta JungKook con urgencia en su tono de voz. Incluso Sirius se muestra interesado y preocupado.

— No exactamente... — responde Jin desordenando un poco sus cabellos, mientras piensa qué más puede decir sin convertir su relato en una completa mentira. Pero se detiene cuando ve cómo Yoongi se coloca frente a él —. Yoongi...

El joven lo mira con el ceño fruncido en preocupación y los labios muy apretados, conteniendo las palabras que de seguro quiere decir. Lentamente eleva una de sus manos y la posa sobre la mejilla herida de SeokJin haciendo que éste cierre sus ojos por instinto.

— No puedes pretender hablar sobre un accidente y que no me sienta preocupado — dice acariciando levemente la piel de Jin con la yema de sus dedos —. No debes correr riesgos innecesarios en esta ciudad. Si algo te ocurre, dímelo de inmediato... Iré a ayudarte donde sea que estés.

— Gracias Yoongi-chii... — SeokJin abre sus ojos y observa cómo su amigo se aleja, avergonzado, comenzando a caminar por el jardín delantero de la casa.

— Yoongi hyung se preocupa mucho por todos nosotros, aunque no siempre lo exprese con palabras como acaba de hacerlo contigo — admite JungKook llamando la atención de Jin —. Me alegra que no hayas pasado por algo grave hyung, pero la próxima vez confía en nosotros y cuéntanos tus problemas. Siempre intentaremos ayudarte.

— Lo sé, gracias chicos...

La puerta de la casa finalmente se abre y tanto Sanggu como Hoseok aparecen frente a ellos, quitándose los guantes y suspirando. Todos se acercan impacientes por saber cómo está el gatito. Sirius toma la mano de JungKook para sentirse más valiente, y su amigo le devuelve el apretón para que sepa que está con él sin importar qué.

— Es probable que nuestro amigo mejore ya que lo trajeron a tiempo, pero todo depende de sus ganas de vivir — dice Sanggu seriamente —. Le colocamos sedantes para que descanse y así el suero pueda hacer efecto. Si todo sale bien, mañana debería estar despierto y con muchas ganas de comer.

— ¿Puedo quedarme aquí con él hasta que despierte? — pregunta Sirius soltando la mano de JungKook para acercarse aún más a Sanggu.

— Te recomiendo que vayas a tu casa a descansar, niña.

— No podré hacerlo... yo... yo... — las palabras de Sirius se convierten en leves susurros y sus nervios comienzan a aparecer. Quisiera tener la misma fuerza de voluntad que tuvo hace unos minutos, cuando le contó a SeokJin casi toda la verdad sobre su situación familiar, pero ahora se siente indefenso y débil. La sola posibilidad de saber que aquel animalito no podría sobrevivir a la noche, lo llenan de culpa y ansiedad.

— Su nombre es Sirius y es quien sacó al gato de debajo del contenedor donde estaba atrapado —. Es la fuerte voz de JungKook la que hace que Sirius deje de tartamudear y vuelva a sentirse lo suficientemente en calma como para controlar los temblores de su cuerpo. Su amigo se ha acercado a Sanggu y le habla con convicción —. Él se ha preocupado mucho e incluso no le importó ausentarse de sus clases para estar aquí ahora. Por favor, déjelo velar por ese animalito.

— Mmm... Está bien, creo que tu presencia será de gran ayuda para él — acepta Sanggu pensando que todos los amigos de Hoseok son igual de tercos que él —. Encárgate de ellos, mocoso. Yo debo ir a ver a los animales.

— De acuerdo, señor — responde Hoseok, viendo cómo el hombre baja los escalones de la entrada y se dirige al patio trasero. Entonces, se acerca a Sirius y le dice con una sonrisa: — Me quedaré a pasar la noche también, podremos turnarnos para vigilarlo.

— Lamento las molestias...

— Para nada, gracias a ti este amiguito tiene una oportunidad de vivir — le asegura Hoseok con una gran sonrisa a pesar de su notable cansancio. Luego lleva una de sus manos a su boca, avergonzado —. Oh, lamento no haberme presentado con ustedes antes.

— Eres Jung Hoseok, ¿Verdad? Tu compañero de clases gritó tu nombre cuando estábamos en el campus — le recuerda JungKook, armándose de valor para hacer la pregunta que quiere —. ¿Es posible que seas el mismo Jung Hoseok que fundó el club de baile "Just Dance" en el instituto Jeil?

— Sí soy yo, pero, ¿cómo sabes eso?

— Mi nombre es Jeon JungKook y fui miembro del club cuando estaba en la escuela media.

— ¡Wow, espera! ¿Eres Jeon JungKook el "maknae dorado"? ¡Te recuerdo! — exclama Hoseok emocionado —. Eras realmente hábil. Has crecido demasiado, por eso no te reconocí.

— Gracias hyung... Tú sigues siendo el mismo je, je — responde JungKook con un leve rubor en sus mejillas, como cada vez que una persona elogia sus habilidades.

— ¿También te graduaste del instituto Jeil? — pregunta Yoongi intentado amoldarse a la conversación —. Soy Min Yoongi y me gradué de allí hace tres años.

— ¿El genio pianista de la universidad de Songju? — pregunta Hoseok con una mueca de asombro que lo hace ver muy divertido, pues sus ojos se abren demasiado y su mandíbula casi cae hasta el piso —. ¡Esto es demasiado!, estoy conociendo a gente muy famosa.

— No soy un genio pianista... ¿Dónde escuchaste mi nombre? Estás exagerando al llamarme así — se apresura a interrumpirlo Yoongi aún más sonrojado que JungKook.

— Fuiste noticia en toda la universidad cuando quedaste fuera del concurso de becas internacionales. Según tengo entendido, tu actuación fue la más aplaudida por el público, pero tu rival se llevó el premio.

— Oh... — Yoongi baja su mirada y guarda sus manos en los bolsillos de su pantalón, entristecido al recordar aquel hecho.

— En mi opinión, y la de todos mis compañeros de clases, tú debiste ganar — le asegura Hoseok sonriéndole amistosamente y dándole un pequeño empujón con su puño.

— Gracias...

Entonces, el sonriente muchacho dirige su atención a SeokJin, quien permanece en silencio junto a Sirius, y lo observa con curiosidad.

— ¿Tú también eres famoso? Tu cara es como la de los modelos que aparecen en la televisión — dice Hoseok haciendo que los demás rían por sus palabras —. ¿Qué dije que es tan gracioso?, ¿Él no es modelo?

— La verdad es que no lo soy... Acabo de mudarme a la ciudad — responde Jin avergonzado —. Soy Kim SeokJin.

— ¡Genial!, ¿De dónde vienes, SeokJin hyung?, ¿Eres mayor que yo? Puedo llamarte hyung, ¿Verdad? — Hoseok vuelve a ser el chico que Jin recuerda, siempre sonriendo y curioso por las personas a su alrededor. Le es difícil negarse a responder a sus peguntas porque el aura de felicidad que irradia su sonrisa es contagiosa.

— Viví mucho tiempo en Los Ángeles junto a mi abuela materna. Puedes llamarme hyung o Jin hyung, si eso te resulta más fácil de recordar.

— ¡Wow, hombre! Estados Unidos, ¡eso sí que queda lejos! — grita el muchacho emocionado —. De niño soñaba con ir allí y aprender los distintos tipos de baile callejeros. Los artistas son increíbles.

— ¿Te gusta bailar? — pregunta SeokJin con inocencia, esperando que su amigo sea sincero con él y le confirme sus sospechas.

— ¡Amo bailar! Es lo que más amo en este mundo — Hoseok responde tal y como SeokJin sabía que lo haría, pero luego su sonrisa se apaga un poco y sus ojos se pierden en la lejanía del paisaje —, aunque decidí dedicar mi vida a otras causas más justas. Ya sabes, lo sueños que tenemos cuando somos niños no siempre se cumplen.

— Yo creo que con la energía que tienes, podrías hacer realidad tus sueños — la voz de Sirius sorprende a todos, al igual que la sinceridad de sus palabras. Aunque se arrepiente de haber hablado cuando todas las miradas están fijas sobre él —. Sólo fue una opinión, no tienes que tomarla en cuenta...

— ¡Gracias! Eres realmente amable y muy valiente — dice Hoseok tomando las manos del muchacho entre las suyas —. Estoy seguro de que ese gatito mejorará y que podrás adoptarlo si así lo quieres.

— Claro que sí, quiero adoptarlo y darle un buen hogar — asegura Sirius, sintiendo que es la primera vez que el contacto físico con un extraño no le resulta tan incómodo.

— También pienso quedarme con ustedes, ¿este lugar es seguro? — pregunta JungKook observando a su alrededor.

— Sí lo es — afirma Hoseok liberando las manos de Sirius al notar el ligero temblor de éstas. En los pocos minutos que ha interactuado con el joven, ha notado que sufre de ansiedad y él sabe muy bien cómo se siente lidiar con ello. Por eso, se sienta sobre uno de los escalones del pórtico y continúa hablando animadamente —. La casa del señor Sanggu funciona como un refugio de animales. Él se dedica al cuidado de muchos de ellos en el patio trasero. Quizás les parezca una casa algo precaria, pero les aseguro que todo en ella funciona y que podremos pasar la noche sin inconvenientes. Mi única preocupación es si sus padres estarán de acuerdo con esto.

— Bueno, mis padres no van a saber que estaré aquí — Sirius se encoge de hombros, consciente de la mirada de desaprobación de Yoongi en particular —. Ellos ni siquiera se dan cuenta cuando no vuelvo a casa...

— ¡Tengo un plan! — exclama JungKook elevando sus manos para atraer la atención de todos y evitar preguntas incómodas para Sirius —. Llamaré a mis padres y les diré que pasaremos la noche en casa de Yoongi hyung porque nos ayudará a estudiar matemáticas.

— ¿De verdad piensas usarme como excusa? — pregunta Yoongi fingiendo indignación, cruzándose de brazos y apoyando su espalda contra la pared de la casa —. Odio las matemáticas.

— Por favor hyung, es la única forma en que mis padres y los de Sirius no se molesten con nosotros — suplica su amigo juntando sus manos en plegaria y colocando una mueca en sus labios que lo hace ver como un tierno conejito —. Compraré comida para ti con mi propio dinero, lo prometo.

— Ustedes dos son los dongsaeng más problemáticos que he tenido — dice Yoongi desordenando sus cabellos, nervioso porque le es imposible negarse a los ruegos de JungKook cuando utiliza esa cara para convencerlo —. De acuerdo, pueden "quedarse en mi casa" esta noche.

— ¡Gracias hyung, eres el mejor!

— ¿Tus padres no harán preguntas, Yoongi? — SeokJin aprovecha la oportunidad para conocer más sobre la familia de su amigo.

— Vivo solo en un departamento cerca de la universidad — le responde encogiéndose de hombros para luego esbozar una sonrisa burlesca —. Por eso JungKook y Sirius suelen decirles a sus padres que pasan la noche conmigo cuando, en realidad, salen a pintar grafitis en las calles.

— ¡Eso no es cierto! — se defiende Sirius al instante —. ¡Nunca pintamos grafitis!

— Somos rebeldes, pero no dañamos la propiedad privada — asegura JungKook —. La única vez que te usamos como excusa fue cuando nos compraste cerveza y nos dejaste emborracharnos en tu casa. Era imposible volver en ese estado con nuestros padres.

— ¡Acordamos que nadie lo sabría! — le recuerda Yoongi con el rostro completamente enrojecido al comprobar que SeokJin lo está mirando, tapando su boca para evitar reír. ¿Qué estaría pensando de él en ese momento? Yoongi no quiere saberlo, pues siente que está a punto de morir de vergüenza.

— Tranquilo hyung, compraste la cerveza porque nosotros te lo pedimos y tú dijiste que preferías vernos borrachos contigo antes que en una discoteca — JungKook termina de relatar la anécdota para evitar malos entendidos. Aunque, según Yoongi, es demasiado tarde, pues su reputación ante SeokJin ha quedado arruinada. (Sí lector, Min Yoongi es un ser dramático...)

— ¡Ja, ja, ja! Son un gran equipo — ríe Hoseok viendo cómo JungKook abraza a Yoongi y éste intenta zafarse empujándolo un poco con sus manos —. Supongo que todo está arreglado. Ahora solo falta que traigan la comida y la bebida que pedí para pasar la noche.

— Podría ir a una tienda y buscar lo que necesiten — se ofrece Jin ocultando la risa que le provocó la anécdota de JungKook y Yoongi.

— No te preocupes, mi amigo Jimin viene en camino — le sonríe Hoseok, y entonces, la respiración de SeokJin se atora en su garganta una vez más.

— ¡Hobi hyung, estoy aquí! — se escucha que un muchacho grita desde la entrada al jardín.

— ¡Jiminnie, el mejor amigo que puedo tener! — grita Hoseok corriendo al encuentro del joven con los brazos abiertos y haciendo ruidos graciosos con su voz —. ¡Gracias por venir a salvarme!

En ese momento, Kim SeokJin siente un enorme alivio al ver el abrazo que Park Jimin y Jung Hoseok comparten.



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Notas de la autora:

¡Hola! Tanto tiempo, ¿Verdad? *se esconde*

¡Perdón! Sé que no merezco su perdón, pero igual lo pido jaja No tengo excusas por el tiempo que he demorado en subir este capítulo, así que no diré nada al respecto.

Pero sí les recuerdo que la historia pasó por un período de revisión (aunque aun tiene errores) y reformas que voy incluyendo poco a poco en los nuevos capítulos también. Gracias a quienes fueron pacientes hasta ahora y continúan leyendo.

En este capítulo tenemos el encuentro entre Jin y Hoseok, pero también podemos ver la interacción con JungKook y Yoongi. Cada vez hay más cosas en común que los unen a todos *guiño guiño*

En verdad espero que el capítulo sea de su agrado. Posiblemente más adelante corrija algunas cosas.

¡Gracias nuevamente! Y nos leemos en el próximo capítulo ^^

~ReLi

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