CAPÍTULO 16: Aquellos pequeños detalles


TAIMU FURAIYAA


CAPÍTULO 16: "Aquellos pequeños detalles"



"¿Qué es tan importante para mí?

Trato de preguntármelo a mí mismo.

¿Quiero proteger algo?

De hecho, incluso ya lo sabía."

— "Taiyou no hana", Masami Okui



Luego de su charla con Kim SeokJin, Airi se siente mejor y agradece a Kim TaehYung y a su hermana Cecilia por permitirle quedarse en su casa como invitada.

Después de despedirse y prometer que volverá al día siguiente para almorzar, SeokJin se sube a su camioneta en donde Calais lo espera ya instalado en el asiento del copiloto, con la mitad de su cuerpo por fuera de la ventanilla, saludando animadamente a Airi para que la niña sonría. Sus esfuerzos parecen funcionar porque Airi no deja de reír, mientras sacude sus manos con entusiasmo al igual que Tae, despidiendo a SeokJin también.

Mientras la casa de TaehYung va quedando atrás a medida que la camioneta se adentra en la calle de tierra en dirección a la carretera principal, Calais se acomoda en su asiento y presiona botones al azar en el panel del vehículo, intentando cambiar de música.

SeokJin observa de reojo cómo, cada vez que el muchacho aprieta un botón para pasar a la siguiente canción de la lista, coloca una mueca de disgusto al escuchar la melodía.

— ¿No te gusta la música moderna? — se atreve a preguntar Jin, en un intento por obtener más información sobre la procedencia del guardián del tiempo.

— ¿Música? Eso no es música, solo son monos chillando a la par de un ritmo estúpidamente repetitivo — responde el joven con un tono agresivo en su voz —. ¿Qué clase de música escuchan en esta época?, ¿No tienes discos de jazz como TaehYung?

— Lo siento, no escucho jazz, así que no encontrarás nada que te guste en mi pendrive — responde Jin encogiéndose de hombros, a lo que Cal responde con un bufido de mal humor —. Sin embargo, hay una estación de radio local que transmite música de la década del '50 y los '60 en algunos horarios especiales del día. Quizás están transmitiendo algo de tu agrado ahora.

Jin conecta la radio y busca en el dial la estación que Lev suele colocar cuando lo ha llevado en su auto. Calais se queda en silencio, viendo cómo el muchacho aprieta botones que se encuentran en el volante de la camioneta, sin apartar la vista del camino. Finalmente, SeokJin detiene su búsqueda cuando escucha que por los parlantes suena un saxofón. Automáticamente, el semblante y la postura de Calais se relajan al escuchar la música y el joven eleva un dedo siguiendo la melodía con su movimiento de un lado a otro. Cierra sus ojos y se deja llevar por la voz del cantante que en ese momento comienza a recitar sus versos.

— ¿Por qué querías venir conmigo? — pregunta SeokJin con una pequeña sonrisa al ver cómo el estado de ánimo de su copiloto ha cambiado por completo.

— Shhh, déjame escuchar — es todo lo que responde Cal, sin abrir sus ojos, continuando con el movimiento de sus manos al ritmo de la música.

SeokJin frunce su ceño, clavando su mirada en el camino frente a él. A pesar del cambio de actitud, Calais sigue siendo el mismo muchacho maleducado y presuntuoso de siempre. Jin se concentra en la entrada a la ciudad y en dejar de lado los pensamientos que le dicen que tendrá muchos problemas si su padre está despierto cuando llegue a casa.

Pocos minutos después, cuando la canción termina, Calais habla con un tono de voz calmado: — Quería despejar mi mente antes de irme, y pensé que un viaje en tu super camioneta sería lo indicado.

— Aw, te gusta pasar tiempo conmigo — se burla Jin llevando una mano hacia su pecho —. Sabía que en algún momento lo ibas a confesar.

— Sigue soñando, estúpido Jin — responde Cal girando su cabeza hacia la ventana cuando la camioneta frena por completo al detenerse frente a un semáforo en rojo. No admitirá que el pequeño chiste de SeokJin lo ha hecho sonrojar.

— Pues, ya que te tomaste las molestias de viajar conmigo, me gustaría mostrarte algo que tengo en mi habitación — dice Jin, aguantando la risa ante la expresión de enojo del joven y el rubor en sus pálidas mejillas que ha alcanzado a ver.

— Oh, ahora pasamos al nivel de invitaciones indecentes. Creo que es a ti a quien le gusta pasar tiempo conmigo — sugiere Calais con una expresión burlona en su rostro que logra hacer que Jin ponga sus ojos en blanco con fastidio. Ahora es él quien suelta una carcajada sin disimular —. ¡Es un chiste, no te lo tomes tan personal! No eres mi tipo de chico, aunque admito que estás bastante bien en todo sentido...

— ¡No estamos hablando de ese tipo de cosas!, ¡¿Por qué tienes que hablar de esos temas cuando ni siquiera sabes lo que iba a decirte?!, ¡Aish, este niño me va a volver loco!

Las quejas de Jin solo hacen que Calais ría más fuerte, sujetándose el estómago. SeokJin acelera cuando la luz del semáforo cambia a verde, haciendo que Cal pierda el equilibrio y se estampe contra la puerta. Aun así, el joven no deja de reír.

— Pareces un viejo amargado — habla finalmente Calais cuando logra calmar sus risas —. De acuerdo, de acuerdo, iré a tu habitación para que me muestres "lo que tienes ahí".

— Eres imposible Calais.

— ¡Lo sé, ja, ja!

Kim SeokJin estaciona su camioneta en el garaje de su casa e ingresa al hall principal lo más sigilosamente posible. No hay indicios de que ninguno de los empleados o de que su padre esté despierto. Así que sube las escaleras lentamente y se escabulle por la puerta de su habitación en donde Calais lo está esperando recostado sobre la cama, con los brazos por detrás de su cabeza y una pierna cruzada encima de la otra.

— Al juzgar por tu expresión, puedo adivinar que mañana cuando despiertes tendrás muchos problemas, ¿Verdad? — dice el guardián del tiempo meneando uno de sus pies en el aire.

— Por supuesto, especialmente porque apagué mi teléfono y cuando lo encienda veré todas las llamadas y mensajes de Lev avisándome que mi padre está enfadado porque no vine a cenar a casa — responde Jin dejando su bolso sobre el piso y quitándose la chaqueta para colgarla en el respaldo de la silla junto a su escritorio —. De todos modos, no será la primera ni la última vez que él se enfade.

— Y ahora que Airi está en casa de TaehYung, supongo que pasarás más tiempo allí que aquí.

— Airi es mi responsabilidad, así que estaré con ella el mayor tiempo posible para ayudarla — dictamina SeokJin endureciendo sus facciones, así como el tono de su voz. Calais lo mira con curiosidad y luego sonríe.

— Bien, ya era hora de que te hicieras cargo de tus acciones —. El joven se endereza sobre la cama recostándose de lado y apoyando su cabeza sobre una de sus manos para observar mejor a Jin, quien parece estar buscando algo en su armario —. ¿Para qué querías que viniera contigo a tu habitación? Depravado.

— No seas idiota, sólo quería preguntarte algo — Jin se voltea en ese momento y extiende sus manos, mostrando una cámara de fotos polaroid y una filmadora —. Utilicé estos objetos en otras líneas temporales a lo largo de cada bucle. Después de que el bucle actual se reinició, las encontré aquí, en el armario. ¿Es posible que aparezcan artefactos de otras líneas temporales?

Calais no responde, solo se sienta completamente sobre la cama y mantiene su vista fija en los objetos. Jin deduce que está pensando demasiado rápido, lo cual no sabe si es buena señal o no.

— ¿Estás seguro de que son los mismos objetos? — pregunta el muchacho tomando la filmadora para encenderla.

— Completamente, y también encontré esto — Jin le entrega la fotografía de sus amigos sobre su camioneta en la playa —. Es una foto que tomé incontables veces en los bucles. En algunas de ellas, dependiendo de mis acciones, yo aparecía ahí o no. Precisamente en esta imagen, no estoy.

— En este aparato no hay nada grabado... — Calais murmura aquellas palabras pensando seriamente en lo que Jin acaba de decirle sobre la fotografía.

— No, pero yo siempre grababa a mis amigos con esa cámara. Es extraño que no haya nada, así como también es extraño que esta foto esté en esta casa, en esta línea temporal en donde jamás conocí a mis amigos y por lo tanto ese viaje a la playa nunca existió —. SeokJin se cruza de brazos y observa a Calais con el ceño fruncido —. ¿Qué significa todo esto, Calais?, ¿Por qué estos objetos están aquí?

Los ojos de SeokJin se han oscurecido y la poca luz que hay en la habitación lo hacen ver mucho más maduro para su edad. La línea de expresión que se marca entre sus cejas, denota la preocupación del muchacho e incluso su temor. Calais se mantiene igual de serio, pero traga saliva con algo de dificultad antes de responder lo primero que viene a su mente.

— No lo sé, quizás es una clara señal de que las dimensiones y el tiempo están comenzando a colapsar por sí mismos. Es posible que en esta realidad estén confluyendo todas las líneas temporales que se crearon con cada decisión que tomaste, y todo se vuelva mucho más caótico poco a poco — deduce el muchacho poniéndose de pie y estirando sus brazos hasta hacer crujir sus extremidades —. Como sea, debemos resolver esto lo antes posible — le dice tomando la foto y guardándola en el bolsillo de su pantalón rápidamente —. Me la llevaré para investigar. Intenta usar los objetos y observar qué sucede cuando lo hagas. No quites tu vista de la niña bajo ninguna circunstancia. Ella es la clave para saber que está pasando aquí. No la dejes sola hasta que yo regrese.

— Ya te dije que Airi es mi responsabilidad ahora. Voy a ayudarla a salvar a sus padres — responde Jin con tanta determinación que obliga a Cal a observarlo fijamente a sus ojos.

— No eres un héroe, SeokJin. Ten eso muy en claro — le recuerda señalándolo con un dedo, para luego desviar su mirada e intentar quitar un poco de tensión en el ambiente —. En fin, ahora que te he amenazado, me iré.

— De acuerdo, tus amenazas fueron muy claras. No debes preocuparte por eso.

— Deberías dormir. Tienes clases mañana temprano, ¿Verdad?

— ¿Ahora te preocupes por mí, Cal? — pregunta Jin llevando una mano a su pecho y fingiendo un tono de voz dulce, abultando sus labios —. Es muy tierno de tu parte.

— Estúpido SeokJin — maldice Calais casi escupiendo las palabras, dándose la vuelta para no enfrentar la burlesca sonrisa del muchacho, y comenzando a caminar por la habitación para distraerse, indeciso sobre irse aún.

Calais se detiene frente al escritorio y ve una fotografía enmarcada, la cual está seguro de no haber visto la primera vez que estuvo allí. Sujeta el cuadro y observa con atención la imagen de un niño sonriente junto a dos mujeres. El pequeño Jin se ve feliz sujetando la mano de su madre, pero, aunque la mujer sonríe, la alegría no llega a sus oscuros ojos, ni se manifiesta en sus delicadas y hermosas facciones. Calais traga saliva sintiendo que su corazón se encoje un poco en su pecho. Él sabe que en esa casa solo viven SeokJin y su padre, por lo tanto, aquella bella mujer debe haber fallecido hace años. El muchacho recuerda a su propia madre, quien es fuerte y seria cuando trabaja en el campo de refugiados, pero dulce y cariñosa cuando está a su lado y solo es "mamá Tessa". Por un segundo, la idea de perder a su madre lo abruma con una tristeza que llega a sus ojos y se transforma en pequeñas lágrimas.

El joven deposita el cuadro sobre el escritorio de nuevo y observa a Jin quien permanece de espaldas a él, organizando algunas pertenencias en su bolso. Posiblemente, aunque no lo demuestre, SeokJin se siente muy solo y triste en aquella enorme casa sin su madre, obligado a vivir allí por el capricho de su autoritario padre.

Quizás, sólo quizás, Calais puede entender un poco las decisiones de Jin, aunque considera que su situación familiar no justifica el daño que ha causado creando los bucles temporales. Una pregunta que no se ha hecho antes, viene a su mente: ¿SeokJin es realmente consciente de que ha causado daños?

Antes de seguir divagando en esos pensamientos que comienzan a molestarle, Calais decide irse de una vez por todas.

— Volveré cuando pueda. Hasta entonces, intenta controlar esta situación — le dice a Jin, desviando su mirada antes de que el muchacho voltee a verlo.

— ¿Puedo llamarte si ocurre algo malo? — la voz de Jin es casi un susurro que se vuelve perfectamente audible en el silencio de la habitación.

Calais puede contar exactamente 12.30 segundos antes de escuchar su propia voz respondiendo aquella pregunta.

— Solo si es importante. No soy tu amigo ni tu aliado, pero vendré si es importante.

— Gracias.

Y Calais está seguro, aunque no quiera verlo, de que SeokJin está sonriendo.



A la mañana siguiente, Jung Hoseok toma su bolso y se sube a su scooter dispuesto a volver a la casa del señor Sanggu tal y como lo prometió el día anterior. Afortunadamente, ha dejado los elementos de limpieza en la casa del hombre, por lo que ahora puede viajar tranquilo en su pequeño vehículo. Sabe que le espera mucho trabajo, pero debe aprovechar al máximo su último día de suspensión antes de regresar a sus clases en la universidad. Está seguro de que su profesor titular tendrá muchas tareas y castigos para darle luego de todo el alboroto que causó al llevarse a Baekmani, pero eso no le preocupa tanto. Por ahora su única inquietud es completar la difícil tarea de limpiar la casa de Sanggu y convertirse en su aprendiz.

Una vez que llega a su destino, es recibido por los animosos ladridos de Baekmani quien salta por detrás de la cerca de la casa, feliz de verlo.

— ¡Hola hermosa, ya estoy aquí! — Le saluda Hoseok yendo a su encuentro con una enorme sonrisa y los brazos extendidos. La perrita se toma su tiempo en lamer su cara y frotarse contra sus brazos en señal de alegría —. ¿Estás sola?, ¿Sanggu no está en casa?

Baekmani observa a Hoseok sin dejar de mover su cola y ladra dos veces, muy fuerte y claro, como si estuviera respondiendo a la pregunta del joven. Hoseok entra a la casa gritando fuertemente un "¡hola!", pero nadie responde. Luego de inspeccionar la sala y la cocina, comprueba que efectivamente están solos. A dónde sea que Sanggu ha ido, no ha dejado ningún aviso. Seguramente el hombre no ha creído en las palabras de Hoseok y ni siquiera se imagina que está allí ahora.

«Mejor así», piensa el muchacho, frotando sus manos y esbozando una pícara sonrisa. Ya sabe con cuál tarea comenzará: la bacha de la cocina está llena de platos sucios y ollas sin lavar. Definitivamente Sanggu necesita aprender a ser más ordenado y limpio.

Hoseok se encarga de la cocina y de repasar la limpieza en la sala, así como en el comedor. Se dirige con cierto temor hacia el baño, pero para su sorpresa está más limpio de lo que esperaba encontrarlo. Luego se detiene en medio del pasillo y observa las puertas cerradas de las tres habitaciones que hay allí.

La última, al final del pasillo, posiblemente es la habitación personal de Sanggu porque hay una toalla colgando de su picaporte. Hoseok decide que no es prudente entrometerse más de lo que ya lo ha hecho en la vida privada del hombre, por lo que no limpiará allí. En cambio, abre la puerta de la primera estancia a su derecha. Resulta ser un lugar amplio con vista al patio trasero, sin nada más que una lámpara de techo y una gruesa capa de polvo que cubre el piso de baldosas blancas. Le toma menos de treinta minutos deshacerse de la suciedad y limpiar los vidrios de la ventana. Una vez finalizado su trabajo, Hoseok sonríe con orgullo. Ahora puede ver el resultado de los días de aseo junto a su madre, pues se considera a sí mismo un excelente limpiador de vidrios.

— Ah, se supone que mi meta es convertirme en un médico veterinario, pero admito que limpiar se me da muy bien — dice en voz alta, tomando el balde con agua y el resto de los elementos de higiene —. Me pregunto si acaso esta habilidad es como la de un super héroe.

La siguiente habitación está en el lado opuesto a la que acaba de limpiar. Hoseok toma la manija de la puerta y empuja suavemente hacia adentro para abrirla, asomando primero su cabeza, un poco temeroso de lo que puede llegar a encontrar. Su asombro es grande cuando ve el interior de aquella alcoba. El recinto es igual de amplio que aquel que limpió primero, pero la diferencia más grande es que posee una pequeña cama, una alfombra estampada de flores y varios estantes donde hay peluches y otros juguetes. Las paredes están cubiertas por un papel color rosa, con diversos dibujos de osos y estrellas; las cortinas también tienen estampados para niños y, junto a la cama sobre una pequeña mesa, hay una lámpara con forma de luna llena. El lugar se ve realmente limpio, como si alguien se encargara de quitar el polvo o cualquier tipo de suciedad de aquella habitación todos los días.

Hoseok está boquiabierto por su descubrimiento y continúa observando el lugar con sus ojos oscuros muy abiertos, preguntándose quién será el dueño — o dueña — de aquella hermosa habitación. Según su experiencia, Sanggu es un hombre huraño, que no tiene intenciones de limpiar o de mantener su espacio ordenado, pero aquella habitación demuestra todo lo contrario. El muchacho puede notar el cariño con el que cada decoración ha sido colocada y el esfuerzo para mantener su limpieza. Aquel lugar debe significar mucho para el señor Sanggu si se encarga de que esté así de reluciente, sin importarle que los otros espacios de la casa apesten.

— ¡Qué demonios haces aquí, te dije que no volvieras! — La voz de Sanggu sorprende a Hoseok quien da un brinco en su lugar sumamente asustado. Cuando voltea, se percata de que el hombre está en verdad enfadado, pues la expresión en su rostro causa terror.

— Y yo le dije que volvería — responde el joven, tomando valor de donde ni siquiera sabe que lo tiene, recuperando su entereza para enfrentarlo —. Es mi último día de suspensión, a partir de mañana será más difícil para mí venir aquí ya que debo volver a mis clases en la universidad, pero de igual manera...

— ¡No quiero que vengas, vete ya! — Lo interrumpe el hombre, gritando aún más fuerte, mientras se lanza hacia a puerta de la habitación en donde Hoseok está de pie y la cierra de un golpe.

El muchacho cierra sus ojos conteniendo el temblor en su cuerpo ante el empujón que Sanggu le ha dado y el estrepitoso sonido de la puerta al ser azotada. Tragando saliva, Hoseok abre sus ojos y frunce su ceño para volver a hablar con firmeza en su voz: — ¡Quiero ser su ayudante en El Santuario, por favor, vea mi esfuerzo y acéptelo!

— ¡Eres un maldito mocoso engreído que cree que el mundo gira a su alrededor! — Le acusa Sanggu señalándolo con un dedo, escupiendo por su boca sus enfurecidas palabras —. ¡Si alguien te dice que no, debes aceptar que es un no! Nunca podrás ayudar a nadie si continúas pensando solo en ti mismo y tus propios intereses. ¡Vete!

Hoseok cierra sus manos en puños y aprieta muy fuerte sus dientes, tratando de contener el enojo y la impotencia que siente. Sabe que, si actúa sin pensar, tendrá grandes problemas. Golpear a Sanggu no es una opción muy inteligente, así que debe resignarse a no cometer una locura en ese mismo momento. Opta por seguir los consejos de su mejor amigo Park Jimin: «Hyung, cuando estás realmente enojado, da media vuelta y vete a casa». Hoseok no es una persona temperamental, pero cuando está enfadado puede ser muy irracional. Por fortuna, escuchar a sus amigos es una de sus grandes virtudes.

Sale de la casa conteniendo las lágrimas de ira que se acumulan en sus ojos. «Ese hombre no sabe lo que dice, está loco», piensa mientras cruza la verja de la entrada principal. Cuando está por encender su scooter, se sobresalta al escuchar a alguien hablar.

— Hola, tú debes ser el nuevo ayudante — le saluda la señora Han, la amable vecina de Sanggu, quien lo observa a unos metros de distancia con una sonrisa—. Es bueno ver caras jóvenes por aquí.

— Aún no soy un ayudante oficial — responde Hoseok intentando ocultar la decepción en su voz. Entonces recuerda la promesa que se hizo a sí mismo y frunce su ceño al responder —, pero lo seré.

— Me gusta tu actitud. El señor Sanggu necesita mucha ayuda con sus tareas, creo que eligió a la persona correcta para acompañarlo — dice la señora Han asintiendo con su cabeza.

Hoseok pestañea un tanto dubitativo, desordenando un poco sus cabellos con una de sus manos. Finalmente, toma el valor para hablar otra vez: — Disculpe señora, ¿puedo hacerle unas preguntas? Es sobre Sanggu...

— Oh, claro que sí muchacho, pero no aquí — responde la mujer, tomando uno de los brazos de Hoseok —, ven a mi casa.

— No, no quiero causar molestias.

— Por supuesto que no causarás molestias — le asegura la señora Han con un gesto de afirmación de su cabeza —. Ven conmigo y responderé tus preguntas. Es mejor dejar a Sanggu tranquilo hoy.

Hoseok se deja llevar por la amable mujer hacia su casa, expectante de lo que puede llegar a descubrir sobre Sanggu. Para cuando es mediodía, tiene tanta información almacenada en su cabeza que siente que podría estallar. El relato de la señora Han le ha ayudado mucho a entender los comportamientos de Sanggu y su triste estancia en aquel pueblo.

El muchacho busca su scooter y dirige una última mirada a la casa de Sanggu antes de subir al vehículo y abonar las inmediaciones en dirección a su hogar. Definitivamente necesita hablar con Jimin y con Noa sobre todo lo que sabe de Sanggu ahora.



Kim SeokJin tiene un plan.

No es el mejor de todos los planes que ha tenido hasta ahora, pero al menos está seguro de que le será útil.

Aquella mañana tampoco desayuna en su casa, y se excusa con Lev y la señora Choi por los problemas que ocasionó la noche anterior al no estar presente en la cena. Lev le asegura que no debe preocuparse demasiado, pero que sea consciente de que el señor Kim querrá tener una charla con él posiblemente cuando regrese por la noche. SeokJin promete que volverá a tiempo para cenar.

Cuando llega a la universidad, se dispone a tomar las primeras clases hasta el mediodía y luego huir a casa de TaehYung. Si sigue este plan, nadie podrá decir que está en falta con sus obligaciones, ya que luego de pasar tiempo con su amigo y con Airi, se presentará a trabajar. Lo que SeokJin olvida tener en cuenta es que la mayoría de los planes suelen tener contratiempos.

Poco antes de que el reloj marque las once de la mañana, el teléfono de Jin se ilumina con notificaciones de mensajes que le está enviando Jeon JungKook. SeokJin lo ha olvidado casi por completo. Al encender el teléfono por la mañana, fue invadido con notificaciones de JungKook, Sirius y Yoongi preguntando sobre su primer día de trabajo. Se prometió a sí mismo responder lo antes posible, pero lo cierto es que lo olvidó tan pronto como entró a la universidad. Le conmueve la forma en que sus amigos se preocupan por él, por lo que sabe que los tres no lo perdonarán si no responde en los próximos minutos.

SeokJin toma sus pertenencias y se excusa con su profesor para dejar el aula. En el momento en que gira sobre sus pies para dirigirse a las escaleras, es sorprendido por la figura de JungKook en el pasillo.

— ¡Hola hyung! — le saluda el joven muy animado, con sus enormes ojos brillando por debajo de su flequillo que ha crecido mucho en esos días.

— ¡JungKook! — SeokJin grita luego de dar un pequeño salto en su lugar, realmente sorprendido. Al ver que el adolescente está vestido con el uniforme escolar, arquea una ceja y pregunta: — ¿Qué haces aquí, no deberías estar en clases?

— Hay algo muy básico que se llama saludo de buenos días, hyung... — le recrimina JungKook con una mueca de disgusto —. No estarías dando un buen ejemplo a tu dongsaeng ahora mismo.

— Lo siento, no esperaba verte aquí — admite Jin con un suspiro, luego de recuperarse del susto ante el saludo repentino de su amigo —. Ven, alejémonos del aula o el profesor se enfadará si hacemos ruido.

— ¿Estás escapando de tus clases? — pregunta el muchacho al ver que Jin lleva colgado su bolso y algunos libros en sus brazos.

— Algo así...

— ¿De nosotros también? — pregunta otra voz por detrás de JungKook —. Porque has visto todos nuestros mensajes, pero no has respondido ni uno solo...

— ¡Yoongi-chii! — Grita Jin emocionado al ver a su amigo, ocasionando que algunos alumnos que están en el pasillo se volteen a verlo con curiosidad. JungKook pestañea sorprendido volteando a ver a su hyung.

— ¿Q-Qué? — Min Yoongi arquea una ceja al escuchar el sobrenombre por el que ha sido llamado, e intenta reprimir el rubor que sube a sus mejillas cuando nota la emoción en el tono de voz de Jin —. ¿Cómo me llamaste?

— Es... es sólo un apodo porque... — se apresura a responder Jin, cayendo en la cuenta de que acaba de cometer un error al haber llamado así a Yoongi. Se supone que las circunstancias en las que él lo nombra de esa manera por primera vez eran muy diferentes a las que están ocurriendo en ese momento, pero...qué más da... Mucho ha cambiado con el reinicio del bucle. El asignar un apodo no podría empeorar las cosas, ¿o sí? —. Suelo inventar sobrenombres geniales para mis amigos.

— ¿Cuál es el mío, hyung? — pregunta JungKook expectante, sonriendo enormemente a la espera de una respuesta ingeniosa.

— Tú eres... JungKookie...

— Así es como suelen llamarme todos... — dice Kook frunciendo su ceño, un poco molesto.

— Porque es genial, y suena muy tierno — le asegura Jin revolviendo los cabellos de su amigo, en un mal intento por convencerlo de su afirmación. JungKook sólo abulta sus labios e infla sus mejillas, decepcionado.

— Pero, pero, ¿por qué me estás llamando así de repente?, ¡¿Q-Qué clase de apodo es ese?! Si no vas a llamarme por mi nombre... – comienza a quejarse Yoongi, tratando de sonar molesto, pero lo cierto es que su tono de voz ahogado sólo lo hace ver avergonzado.

— Lo siento Yoongi, tienes razón, no debí hacerlo — se disculpa SeokJin con una reverencia —. Entiendo que puede ser incómodo para ti...

— ¡N-no hyung, no es eso lo que quiero decir en realidad! — se apresura a detenerlo Yoongi moviendo sus manos de forma frenética frente a sí mismo, negando con su cabeza y con todo su ser. No quiere que SeokJin lo malinterprete, pero se siente tan expuesto en ese momento. ¿Su cara estará roja? —. Ese sobrenombre me gusta...

— Yoongi-chii es perfecto para ti, demuestra lo dulce que eres al preocuparte por tus amigos — explica Jin cerrando sus ojos mientras extiende una linda sonrisa en su resplandeciente rostro. Se acerca a Yoongi y se inclina un poco para estar a la altura de su amigo y sostener su mirada —. Así que, si no tienes problema con eso, ¿podría llamarte así a partir de ahora?

— Claro... no tengo problema con eso... — responde Yoongi casi en un susurro, demasiado embelesado observando el rostro de Jin tan cerca del suyo, sosteniendo su mirada tranquila y prendado de su pacifica sonrisa.

— Bueno, ahora entiendo a lo que se refiere Sirius con eso de que son empalagosos cuando ustedes dos comienzan a hablar como si escupieran arcoíris por sus bocas... — murmura JungKook rodando sus ojos, llamando la atención de sus amigos. Yoongi tose y se cubre el rostro con una mano, buscando una botella de agua en su bolso. Jin solo sonríe restando importancia a las palabras de Kook —. Hyung, ¿cómo te fue en tu primer día de trabajo?, ¿fue muy malo?, ¿por eso no respondiste los mensajes?

— Lamento no haber respondido, estuve muy ocupado todo el día — dice Jin con una expresión de arrepentimiento en su rostro —. El trabajo fue agotador, aprendí muchas cosas en poco tiempo y hasta pusieron una queja por mi desempeño. Pero no todo fue malo porque encontré a mi amigo TaehYung.

— ¿En verdad, hyung? ¡Eso es grandioso!

— ¿Apareció de repente? — Yoongi deja a un lado su botella de agua y observa a SeokJin frunciendo el ceño con desconfianza.

— En realidad no fue así, pude encontrarlo porque se puso en contacto conmigo — responde Jin llevando una mano a su pelo para desordenarlo un poco. Una vez más, la versión de los hechos se está desviando demasiado a como ocurrió antes del reinicio del bucle. Se supone que sus amigos conocen a TaehYung dos semanas después de que él comience a trabajar. Quizás todos estos cambios solo están ayudando a ocasionar más problemas en la continuidad de aquel Universo y eso no sería lo que Calais le aconsejó.

— ¿Por qué demoró tanto en contactarte? — pregunta Yoongi, la sospecha evidente en su mirada que no se aparta de las facciones de SeokJin.

— Tuvo problemas con su línea de teléfono, pero logró solucionarlo — responde Jin riendo para intentar que Yoongi deje de mirarlo de esa forma tan amenazante.

— Es una excelente noticia, hyung — dice JungKook con genuina felicidad —. Lo poco que recuerdo de Kim TaehYung en el club de fotografía es que era una persona muy amigable. Podrías invitarlo a comer con nosotros.

— ¡Claro que sí! A él le encantará conocerlos — afirma Jin sintiéndose emocionado porque ha sido JungKook quien ha sugerido esa idea de forma natural. Pero la expresión en el rostro de Yoongi le recuerda que el joven es renuente a hacer nuevas amistades y que quizás las cosas sean un tanto complicadas en un principio —. TaehYung estudió en el mismo colegio que ustedes, estoy seguro que tienen temas de conversación interesantes para compartir.

— Sirius no estará contento con esto... — comienza a decir Yoongi notablemente malhumorado, pero JungKook lo interrumpe casi al instante.

— Estará de acuerdo, ya lo verás — le calma el muchacho dándole una palmada en la espalda para luego cambiar de tema de conversación —. Oye hyung, ¿entonces por qué escapas de tus clases?

— No estoy escapando, solo he decidido no asistir a algunas clases hoy — responde Jin levantando una ceja de forma sugestiva antes de preguntar: — ¿Tú por qué has escapado de tus clases?

— Oh, no lo hice. Pedí un permiso especial para acompañar a Yoongi hyung — responde el adolescente con una enorme sonrisa en su pequeño rostro —. Hoy es el día que puedo ayudar a hyung con la canción que ha compuesto para presentar frente a su profesor, ese sujeto horrible que lo engañó la última vez.

— ¡Kook, deja de hablar tanto! — le recrimina Yoongi sonrojado. No es como si él quisiera que todo el mundo sepa que tiene problemas con su profesor titular.

— Oh, ya lo recuerdo, el sujeto detestable que te prometió una beca.

— Pero esta vez es diferente: si el profesor Na acepta la canción de Yoongi hyung, podrá tocarla frente a un jurado de profesores que vienen de Europa — explica JungKook con emoción —. Él simplemente no puede rechazar a Yoongi hyung otra vez, el decano se enteraría y le traería problemas.

— Comprendo.... Es por eso que has decidido confiar en ese sujeto otra vez, ¿Verdad Yoongi? — pregunta Jin con un tono de voz más serio.

— No confío en él, pero sí confío en mí mismo y en mi capacidad para crear música — responde el joven con una mirada desafiante.

— Esa es una excelente respuesta, Yoongi-chii. Estoy orgulloso de ti — dice SeokJin colocando una mano sobre uno de los hombros de su amigo y presionándolo con afecto. Yoongi abre su boca, pero permanece en silencio, el aire se ha atorado en sus pulmones y las palabras se han consumido en sus labios. Afortunadamente, SeokJin parece entender a la perfección su reacción por lo que no hace ninguna pregunta y solo se limita a revisar la hora en su celular, continuando con su conversación —. Me gustaría quedarme más tiempo, pero debo irme ahora. ¡Les prometo que hoy sí responderé sus mensajes cuando llegue a casa por la noche!, ¡Nos vemos pronto!

JungKook y Yoongi saludan a su amigo mientras lo ven dirigirse rápidamente hacia la salida. Poco a poco, los pasillos comienzan a llenarse de alumnos otra vez y JungKook tira de las ropas de Yoongi para que éste reaccione.

— Hyung, deja de babear y vamos a practicar, tengo ideas para las notas altas de tu canción — dice esperando que Yoongi se moleste por su comentario.

— Tienes razón — dice el muchacho con calma, comenzando a caminar, llevando una mano hacia el hombro en donde todavía siente la calidez del apretón de Jin, completamente absorto en aquella sensación —. Kook... ¿Crees que me llamó así porque me considera un amigo cercano?... Yoongi-chii... Nadie me había llamado de una forma tan cariñosa antes...

JungKook intenta responder, pero luego se arrepiente, porque su amigo sólo repite el sobrenombre que Jin le ha dado con una sonrisa embelesada en su rostro. Es evidente que no escuchará su opinión al respecto.

«Yoongi hyung merece ser feliz», piensa, ignorando una vez más la sensación de malestar que se ha instalado en su pecho al ver la forma en que los ojos de Min Yoongi brillan cuando Kim SeokJin está a su lado.



Airi está sentada junto a Kim TaehYung en los escalones de entrada al porche de la casa. Ambos llevan puestos sombreros de paja sobre sus cabezas, remeras holgadas y pantalones deportivos junto a zapatos impermeables. Cecilia consiguió ropa de cuando su hermano Tae era pequeño y se la obsequió a Airi para que la niña se sienta cómoda durante su estadía en aquella casa. Si bien algunas prendas son un poco grandes para la delgada contextura de Airi, al menos cuenta con más de una muda de ropa que puede usar.

Ahora, mientras descansan después de haber colaborado con las tareas de la granja, Airi y TaehYung se deleitan con una fresca limonada. El mediodía ha pasado hace una hora y, aunque el clima es agradable bajo la sombra del porche, el calor del verano que está próximo comienza a hacer sentir.

Airi mantiene su mirada fija en el camino de entrada a la propiedad mientras sorbe la limonada del vaso de cristal. Se siente intranquila a medida que el momento de volver a ver a Kim SeokJin se acerca. No sabe muy bien por qué, pero la idea de que el joven no cumpla con su palabra de almorzar con ellos le aterroriza. TaehYung y su hermana Cecilia han sido muy amables con ella y le han hecho sentir como en casa, pero ver a Jin, la primera persona con quien tuvo contacto en aquel Universo, hace que se sienta más tranquila, aunque no sepa explicar por qué.

— No te preocupes, SeokJin hyung vendrá — murmura Tae con una sonrisa, centrando su mirada en el mismo punto que Airi —. Él siempre cumple sus promesas.

— Pero... ¿y si tuvo problemas en su casa por haber llegado tarde anoche? — pregunta Airi con cierto temor, volteando a ver a Tae.

— No deberías darle importancia a eso si hyung no lo hace — responde TaehYung dejando a un lado su vaso vacío, estirando sus brazos por encima de su cabeza —. SeokJin hyung puede tener sus propios problemas con los cuales lidiar, pero él jamás dejará de cumplir una promesa. Me escribió por la mañana asegurando que vendría. Sólo mantén tu mirada en el camino, verás el polvo elevarse cuando la camioneta ingrese al prado.

Airi asiente un poco más tranquila, volviendo a observar el camino principal. Pasan unos minutos más cuando distingue el polvo que se eleva y escucha el sonido de un motor acercándose a la casa. Entonces, la camioneta de Jin aparece frente a la entrada y se estaciona a pocos metros de ellos. Airi da un salto de alegría, corriendo para saludar a Jin de la misma forma que TaehYung lo ha hecho.

— ¡Hyung! — grita el muchacho colgándose del cuello de SeokJin a penas éste ha salido del vehículo —. Demoraste en llegar, Airi y yo estábamos impacientes. ¿Ocurrió algo? Espero que no, pero no estás asistiendo a tus clases y eso quizás...

— También me da gusto verte Tae-Tae, pero podría responder a tus preguntas si me soltaras, por favor — dice Jin con una enorme sonrisa que demuestra lo feliz que está por ver a su amigo, a pesar del dolor que siente en su espalda por el peso extra de tener a Tae colgando de su cuello.

— Lo siento, sabes que no puedo evitar emocionarme cuando te veo — confiesa Tae mostrando su enorme sonrisa cuadrada tan particular —. A veces temo despertar y que todo esto solo haya sido un sueño...Ya sabes...

— Por fortuna, aunque sea un Universo inestable, es real y estamos juntos — SeokJin sonríe y eleva una mano para revolver con cariño los cabellos de su amigo —. Ya no existen esos malos sueños, Tae.

Entonces, Jin observa a Airi quien ha permanecido a un lado de la camioneta viendo todo el espectáculo en silencio, con sus brazos detrás de su cuerpo y una mirada de curiosidad.

— Hola Airi, ¿cómo estás?, ¿pasaste una buena noche en casa de Tae? — pregunta el joven poniéndose en cuclillas cerca de la niña para observarla a los ojos.

La pequeña asiente rápidamente con una sonrisa tímida, haciendo que Jin también sonría.

— Me alegra saber eso — murmura el muchacho enderezando su figura para volver a la camioneta y sacar un par de bolsas de mercado. Luego de cerrar la puerta del vehículo, vuelve a hablar: — Entonces Tae-Tae, ¿no tuviste que hacer repartos esta mañana?

— Ceci noona se encargó de eso para que yo pudiera cuidar de Airi mientras descansaba. En lugar de hacer repartos me dediqué a ayudar en la granja — explica Tae mientras los tres se dirigen a la casa —. Cuando Airi se despertó le pregunté si quería alimentar a los animales.

— Ya veo, por eso ambos están vestidos como verdaderos granjeros — ríe Jin sosteniendo la puerta para que Airi y Tae puedan entrar con los vasos en sus manos —. ¿Qué tal se sintió alimentar a los animales, Airi?

— Las vacas son muy grandes, pero casi no se mueven — comienza a hablar Airi dejando a un lado su aparente timidez, emocionada por contar su experiencia —. Las gallinas son muy graciosas, sus cabezas se mueven al mismo ritmo. A veces se molestan si tomas sus huevos cuando están cerca de ellos. Tae tuvo que correr porque una gallina quería picotearlo.

— No tuve miedo, solo preferí correr para evitar accidentes — se apresura a aclarar TaehYung sonrojado.

— Fue divertido ver comer a las vacas, hacen ruidos muy graciosos y mueven mucho sus colas alejando a las moscas — continúa Airi mientras deja los vasos en la bacha, hablando cada vez más rápido —. Mi parte favorita fue cuando Tae intentó ordeñar a una de las vacas, pero ...

— ¡No hace falta que le cuentes eso! — le interrumpe el muchacho elevando el sonido de su voz en una súplica que toma por sorpresa tanto a Airi como a SeokJin. La niña se tapa la boca e intenta contener una risa.

— Oh, vamos Tae-Tae, no pudo ser tan horrible — le anima Jin, pero, al ver la expresión sombría de su amigo, se arrepiente de haber insistido —. Bueno, me alegra saber que tuvieron aventuras muy emocionantes en la granja. Ahora voy a preparar el almuerzo. ¿Noona vendrá a comer?

— No, ella irá directamente a sus clases luego de terminar los repartos — responde Tae agradecido de que su hyung haya cambiado el tema de conversación.

— ¿Tú vas a cocinar? — pregunta Airi observando cómo SeokJin deposita las bolsas de mercado sobre la mesada de la cocina y comienza a sacar ingredientes de ellas.

— Así es, pero solo haré algo simple que no lleve mucha elaboración porque quiero pasar tiempo con ustedes antes de ir a trabajar — responde el joven tomando un maple de huevos y mostrándolo con una sonrisa —. ¿Está bien si preparo omelettes?

— ¡Amo los omelettes! — gritan Airi y TaehYung al unísono para luego mirarse sorprendidos y estallar en risas.

— Perfecto, entonces, vamos a empezar — declara Jin guiñándoles un ojo mientras se coloca un delantal de cocina.

SeokJin prepara el almuerzo sorprendiendo a sus amigos con sus habilidades culinarias. Airi está fascinada viendo cómo Jin cocina y TaehYung prepara la mesa del comedor con platos, vasos y una botella llena de limonada. En pocos minutos, los omelettes están listos y los tres están disfrutando del delicioso almuerzo.

SeokJin sonríe satisfecho al ver la alegría con que TaehYung y Airi disfrutan de la comida que él mismo preparó para ellos. Al verlos tan felices y emocionados hablando y riendo, siente una calidez que se expande por su pecho dándole la certeza, aunque sea por ese momento, de que todo estará bien ahora que están juntos. Tal y como lo dijo: quizás sea un Universo inestable que está comenzando a colapsar sobre sí mismo, pero al menos aquí son genuinamente felices.

— Hyung, fueron los mejores omelettes que he comido en mucho tiempo — dice Tae relamiendo sus labios al terminar de comer —. A noona le encantará probarlos.

— Cocinaré para ella como agradecimiento la próxima vez — concuerda Jin bebiendo más de la fresca limonada.

— Jin Bro... ¿cuándo volverás? — pregunta Airi con cautela, limpiando su boca con una servilleta, evitando ver el rostro de Jin.

— Mmm mañana no podré faltar a clases, pero puedo venir cuando salga de trabajar por la noche — responde SeokJin poniéndose de pie para buscar algo en su bolso que ha dejado sobre uno de los sillones de la sala.

— ¡¿En verdad?! — grita con emoción Airi para luego toser un poco y cubrir su boca con una servilleta nuevamente —. Quiero decir... que eso es genial.

— ¿No tendrás problemas, hyung? — le interroga Tae recordando que Jin no le ha contado nada sobre la reacción de su padre al no haber llegado a casa a cenar la noche anterior.

— No se preocupen por eso, puedo lidiar con mi padre. Hoy arreglaré cualquier tipo de problema que él tenga conmigo al respecto — responde SeokJin volviendo al comedor, sosteniendo su cámara de fotos polaroid entre sus manos —. ¿Qué les parece si nos tomamos unas fotos?

— ¿Esa es la cámara que creo que es? — pregunta TaehYung sorprendido, acercándose a Jin para ver el objeto más de cerca —. ¿Cómo es posible que esté aquí?

— Calais está intentando averiguar eso. Mientras tanto, me pidió que la probara — dice SeokJin sentándose junto a Airi —. Ven Tae, vamos a tomar una foto juntos.

Los tres posan para la cámara y no pueden evitar cerrar sus ojos cuando el inesperado flash se dispara con una luz muy brillante. Pocos minutos después, la imagen de la foto se revela mostrando que tanto TaehYung como Airi cerraron sus ojos y SeokJin hizo una mueca extraña. La risa de los tres se escucha como un estallido por toda la casa, mientras Tae arrebata la cámara de las manos de Jin y comienza a tomar fotos al azar. Cuando termina, el resultado solo hace que sigan riendo por las divertidas tomas que el joven ha conseguido.

Cuando SeokJin las examina, no encuentra nada raro en ellas y, a pesar de que la cámara es vieja, las fotos se ven en perfecto estado. Lo más relevante de todo aquello es que en todas las fotos su figura se ve reflejada. Eso lo deja un poco más tranquilo, aunque no termina por disipar la sensación de intriga que le causa la existencia de la cámara y la filmadora en aquel Universo.

— Te llamaré esta noche cuando llegue a casa y esté en mi habitación — le dice SeokJin a TaehYung mientras caminan hacia la camioneta del muchacho para que éste se marche a su trabajo —. Te contaré todo con lujo de detalles.

— De acuerdo hyung, pero intenta no tener más problemas con tu padre — le sugiere su amigo con una mueca —. Sabes que eres bienvenido a quedarte aquí cuando lo necesites.

— Lo sé, muchas gracias Tae — sonríe Jin para luego desviar su atención a Airi quien está muy callada y con una mirada triste en sus ojos, detrás de la figura de TaehYung. SeokJin se acerca a ella y se arrodilla para quedar un poco más a su altura —. Cuando venga mañana por la noche, traeré un postre para que comamos juntos. ¿Cuál te gustaría?

Airi duda un poco, jugueteando con la punta de sus zapatos sobre la tierra blanda. Finalmente, responde en un susurro: — Cheesecake de frutos rojos.

— Excelente elección — concuerda Jin sonriendo de una forma tan genuina que la niña se le queda mirando, sintiéndose feliz de repente, casi olvidando que debe despedirse de su amigo —. Disfruta de tu estadía junto a Tae y Ceci noona, mañana estaré aquí para cenar, ¿de acuerdo?

Airi asiente secando con el dorso de su mano unas pequeñas lágrimas que asoman a sus ojos. SeokJin extiende sus brazos y la niña se arroja a ellos en un fuerte abrazo de despedida que no sabía que necesitaba.

Finalmente, SeokJin sube a la camioneta y se aleja de la propiedad de TaehYung rumbo al paseo marítimo de la ciudad. Le espera otra larga jornada de trabajo, pero el haber compartido el almuerzo con sus amigos y comprobar que Airi está bien, lo han dejado más tranquilo. Ni siquiera le preocupa lo que su padre tenga que decirle esa noche cuando vuelva a su casa.

Entonces, mientras conduce por la carretera vislumbrando el mar a un lado del camino, se lleva un gran susto cuando una figura en el asiento del acompañante aparece de repente obligándolo a pisar el freno de forma urgente. SeokJin respira con dificultad y observa por los espejos que ningún otro vehículo esté cerca. Por fortuna, es el único conductor en aquella carretera a esa hora, lo cual es bastante sospechoso.

— ¿Qué ocurre Jinnie? Parece que hubieras visto un fantasma — habla la voz familiar a su lado.

SeokJin no quiere elevar sus ojos y encontrarse con el mismo rostro burlesco y pálido de siempre, enmarcado por los largos cabellos negros desordenados.

Dyoh suspira con frustración antes de volver a hablar: — Ustedes, los humanos, son criaturas muy extrañas... Como sea, gracias por encontrar a quien inició el bucle, Jinnie. Ahora puedo encargarme de todo.

En ese momento, SeokJin se ladea para enfrentar a Dyoh con determinación. Él no dejará que ese sujeto ponga una mano encima de Airi, aunque le cueste la vida.

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NOTAS DE LA AUTORA:

¡Hola! Ayssss ha pasado demasiado tiempo T_T lo siento mucho, en verdad lo lamento. Este es el primer capítulo que publico en el 2023 :'v  ... no tengo perdón.

Pero, como siempre digo, jamás voy a abandonar esta historia, así que siempre volveré con una actualización.

¿Qué opinan de todo lo que está descubriendo SeokJin sobre este nuevo universo? Su relación con Airi es muy tierna *ojitos llorosos* Y Hoseok ahora sabe mucho sobre el señor Sanggu :o 

Creo que el próximo capítulo tendrá algo de acción, pues no creo que Dyoh esté dispuesto a negociar y ya vimos que Jin tampoco. 

No les prometo volver pronto, pero sí les prometo que el próximo capítulo está comenzando en mis borradores.

Muchísimas gracias a todas las personitas nuevas que se han sumado a leer la historia. Espero que, a pesar de mis demoras en actualizar, esta historia sea de su agrado :)

¡Nos leemos pronto! Espero que tengan días hermosos

~ReLi

*Actualización al 08/02/24: corrección de errores generales :) 

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