CAPÍTULO 14: Puedes llamarme Airi
CAPÍTULO 14: "Puedes llamarme Airi"
"De alguna forma, el destino trae esperanza
dentro de mi corazón"
— "Found & Lost", Survive Said The Prophet.
Kim SeokJin no sabe qué hacer. En sus brazos sujeta a una niña (de quien no conoce ni siquiera su nombre), que se ha desvanecido luego de sufrir fuertes dolores de cabeza. Ambos están en medio del recinto de la piscina, y solo es cuestión de tiempo para que alguna de las personas a su alrededor tome conciencia de lo que está pasando.
Jin debe pensar rápido y decidir cómo actuar. Sabe que la niña es una viajera del tiempo como él porque, al verla nuevamente, recordó el momento exacto en que el bucle se reinició. Pero necesita asegurarse de que está en lo correcto hablando con ella primero.
Por fortuna, la pequeña recupera la conciencia rápidamente y permanece tranquila entre sus brazos, observándolo con sorpresa. Sus grandes ojos color miel expresan duda, pero la presencia de SeokJin no parece incomodarla o asustarla.
— Has despertado... — murmura el muchacho un poco más aliviado —. ¿Te sientes mejor?
Ella asiente lentamente con su cabeza, sin dejar de observar el rostro de Jin atentamente. SeokJin la ayuda a ponerse de pie, pero la niña se tambalea un poco aferrándose fuertemente a las manos del joven. Él le sonríe para demostrarle seguridad y luego da una mirada a su alrededor para asegurarse de que nadie los está viendo. Para su tranquilidad, la mayoría de las personas en la piscina y su entorno están demasiado compenetradas en sus asuntos como para notar la extraña escena que ha ocurrido.
Jin guía a la niña hacia la salida de emergencia en donde se encuentran las escaleras de servicio que utiliza el personal. Al menos allí tendrá unos minutos para hablar con ella antes de que alguien los interrumpa. SeokJin le pide que se siente en uno de los escalones y ella obedece en silencio, ocultando sus manos en los bolsillos de su ropa, mientras observa la figura del joven.
— Perdona si te asusté — comienza a hablar Jin arrodillándose frente a la pequeña para ver mejor su rostro —, pero hay algo importante que necesito saber. Por favor, respóndeme: tú sabes quién soy, ¿Verdad? Me recuerdas porque nos hemos visto antes.
La niña pestañea sorprendida para luego fijar su mirada en los ojos oscuros de SeokJin. La expresión en su rostro le asegura a Jin que sus palabras son correctas. Por unos segundos, ambos se observan el uno al otro en silencio. Como si el simple hecho de permanecer inmóviles en medio de un pasillo frío y gris, es todo lo que necesitan para comunicarse y entenderse. Jin siente que hay algo que lo conecta con la niña, algo que no puede explicar, pero necesita descubrir qué es. Porque cuando la mira y ve su pequeño rostro enmarcado por sus grandes ojos color miel, él tiene la impresión de que ha visto ese semblante en más de una ocasión (y no precisamente en ese mismo Universo Caótico), pero no puede discernir si aquella sensación familiar se trata de recuerdos de otros Universos o solo un presentimiento infundado por su apremiante necesidad de encontrar a quien causó el bucle temporal.
De pronto, el sonido de unos pasos bajando las escaleras los alerta de que ya no están solos. Jin eleva su mirada y suspira tomando valor cuando ve la figura de Ailín, miembro de la seguridad del hotel, observándolos de forma intimidante.
— Así que aquí estás... — dice la joven, dispuesta a avanzar hacia ellos.
Al escuchar esa voz, la niña se pone de pie rápidamente y se oculta detrás de la figura de SeokJin, aferrándose a sus ropas con fuerza. El muchacho siente cómo el pequeño cuerpo a sus espaldas tiembla ligeramente con cada paso que Ailín da al bajar los pocos escalones que los separan. SeokJin traga saliva conteniendo sus nervios y pensando rápidamente una excusa para librarse de Ailu. Entonces, escucha que la pequeña susurra muy bajito: «No dejes que me lleve, por favor». Él asiente en silencio y vuelve su rostro hacia Ailín, aclarando su garganta para hablar.
— H-Hola, ella...
— ¿Conoces a la niña? — le interrumpe la joven con su tono de voz frío y autoritario, tal y como él recuerda que le había hablado la primera vez que se vieron antes del reinicio del bucle.
— Sí... — responde Jin sintiendo cómo los dedos de la pequeña se aferran aún más a sus ropas —. Ella está a mi cargo...
— No está permitido que ninguna persona ajena al hotel pasee por las instalaciones — dictamina Ailín frunciendo aún más su ceño —. Niña, te he visto por las cámaras de vigilancia. Robaste comida del montacargas en el tercer piso y luego bajaste por el ascensor hacia la piscina. ¿Eres una ladrona?, ¿Debo llamar a la policía?
SeokJin abre mucho sus ojos, sorprendido al escuchar las palabras de la chica. Pero no es momento de quedarse callado, debe actuar ahora mismo si quiere evitar problemas mayores.
— ¿Tenías tanta hambre que tomaste algo que no era tuyo? — pregunta el joven volteando a ver la niña con fingida indignación. Él frunce sus cejas, pero guiña un ojo en un intento de que la pequeña entienda que está tratando de ayudarla —. ¡Aigo*, esta niña! Te dije que te compraría comida si me hacías el favor de traer mi billetera. ¿Por qué no podías esperar unos minutos? —. Cierra los ojos y niega con la cabeza, sujetando su frente mientras continúa hablando —. ¡Aish!, ¿Qué haré contigo ahora?
— ¡Este lugar es muy grande y no podía encontrarte! — exclama la niña con un ligero temblor en su voz provocado por los nervios, intentando ser convincente con su actuación —. Creí que la comida en esa bandeja era gratis, por eso la tomé. No es mi culpa que seas descuidado y hayas olvidado tu billetera en...
— En la camioneta de tu primo, lo sé — Jin se apresura a completar la frase, cruzando sus brazos y observando a la niña con una mueca de enfado —. Tienes razón, fue un gran descuido de mi parte. Pero tú estás actuando como una delincuente y TaehYung, tu primo, estará muy decepcionado cuando lo llame para que venga a buscarte y le diga que quieren llevarte con la policía.
— Tú fuiste quien me pidió venir, si no lo hubieras hecho no habría robado esa comida — responde la pequeña cruzándose de brazos también y arqueando una ceja mientras perfila una sonrisa de triunfo en sus labios —. Técnicamente la culpa es tuya y deberías recibir el castigo por mí, ya que soy una menor a tu cuidado.
SeokJin abre su boca para protestar, pero no es capaz de pensar palabras en contra del razonamiento de la niña. En poco tiempo, ella ha logrado una actuación perfecta que seguramente ayudará a convencer a Ailín. O al menos eso espera SeokJin cuando voltea a ver la expresión en el rostro de la joven mujer.
— ¿Terminaron con su espectáculo? — pregunta Ailu con notable sarcasmo —. Estoy empezando a cansarme de esta situación así que, o responden mis preguntas o llamo a la policía.
— ¡Lo siento! En verdad lamento lo que ha pasado, pero por favor no te molestes con ella — responde Jin extendiendo uno de sus brazos frente a Ailín —. Es mi culpa por olvidar algo tan importante como mi billetera y pedirle que la trajera hasta aquí. Ahora mismo llamaré a su primo para que venga a buscarla.
Ailín observa la forma en que Jin parece proteger a la niña y cómo ésta ha vuelto a aferrarse a sus ropas. Arquea una ceja con desconfianza y luego observa la figura de SeokJin de arriba abajo con desdén.
— Eres el nuevo bell boy, ¿Cierto? — pregunta con una sonrisa desdeñosa en sus labios —. ¿Es tu primer día de trabajo y estás holgazaneando? Creo que no durarás mucho aquí...
SeokJin quiere responder, pero se detiene recordando que no es conveniente discutir con Ailu ahora. Aunque parece que ambos están destinados a llevarse una mala impresión el uno del otro desde un principio, sabe que con el paso del tiempo puede ganarse su confianza nuevamente. La joven es una buena amiga y, junto a J.P, son las únicas personas que le hacen sentir a gusto en aquel trabajo.
— Lo siento, quería devolver lo que encontré y no fue mi intención robar la comida — comienza a hablar la niña asomando por detrás de la espalda de Jin. Su voz tiembla un poco, aunque su mirada es desafiante cuando se dirige a Ailín —, pero cuando la vi a usted señora, sentí mucho miedo y no pude evitar correr.
— ¿Miedo? — pregunta Ailu sorprendida.
— ¡Sí, porque usted grita mucho, como un loro! — exclama la pequeña frunciendo su ceño.
— ¿Un loro? – La cara de perplejidad de Ailu hace que Jin lance una pequeña risa en contra de su voluntad —. ¿Qué es tan gracioso, idiota?
— ¡No lo insultes! — la pequeña al fin suelta las ropas de Jin y parece querer acercarse a la chica, pero el muchacho la sujeta nuevamente y se coloca en medio de ambas.
— Ella ya se va, mi amigo pasará a buscarla en unos minutos — explica SeokJin sonriendo lo más amistosamente posible para que Ailu cambie su expresión —. Avisaré al gerente Haneul sobre esto. Gracias por preocuparte y lamento las molestias.
Jin hace una reverencia a modo de disculpas y la niña lo observa unos segundos para luego imitar su acción y decir las mismas palabras: — Lamento las molestias...
— Nuevo, te diré esto por primera y última vez —. La mujer de mediana estatura, pero de mirada dura y presencia intimidante, hace sonar los dedos de sus manos mientras adopta una postura mucho más amenazante —. No me importa si te asignaron como niñero o si olvidaste tu billetera en el auto del presidente, pero en este sector que yo vigilo, ustedes no pueden estar. Así que lárguense antes de que cambie de opinión y decida acusarte por secuestro de menores.
SeokJin asiente en silencio fijando su mirada en el piso para no cometer el error de responder de forma grosera a la amenaza que ha recibido. Una vez que Ailín se va, el muchacho toma la mano de la niña y comienza a bajar por las escaleras de servicio, lanzando un suspiro de alivio. La pequeña observa un poco molesta la figura de Ailu que desaparece en el pasillo.
— Tuvimos suerte de que no insistiera, nuestra actuación fue perfecta y creyó todo lo que le dijimos. Pero debo sacarte del hotel antes de que ella cambie de opinión y vuelva a buscarnos — dice Jin con un tono de voz más serio, el cual sorprende a la niña —. Sé que soy un extraño para ti, pero tienes que confiar en mí.
— Gracias por ayudarme, pero no puedo irme de aquí. Es importante que me quede y, además, no tengo a dónde ir... — responde la pequeña deteniéndose de repente, desviando su mirada hacia la pared al sentir que SeokJin se ha detenido también y ha volteado a verla.
— Eres una viajera del tiempo como yo. Estás atrapada en un bucle temporal, ¿Verdad? — pregunta el muchacho buscando la mirada de la niña desde unos escalones por debajo de ella. Las manos de ambos continúan unidas a pesar de la distancia que los separa y que los obliga a mantener sus brazos extendidos.
— No entiendo de qué hablas...
SeokJin suspira llevando una mano a su cabeza y abultando sus labios, pensativo. No hay mucho que pueda hacer allí solo, necesita llamar a Calais y contarle sobre la niña para que el guardián del tiempo pueda descartar sus sospechas.
— Necesito hablar contigo, pero no aquí porque es arriesgado. Si Ailu nos ve merodeando por el hotel y descubre que le hemos mentido, tendremos grandes problemas.
— ¡No, no puedo irme! — insiste la niña soltando bruscamente la mano del joven, elevando el tono de su voz, notablemente molesta y asustada también.
— Tranquila, te prometo que, si vas con mi amigo TaehYung, podrás volver al hotel en mi compañía las veces que quieras — le asegura Jin elevando su dedo meñique como señal de promesa. La niña lo observa con desconfianza, escondiendo sus manos detrás de su espalda —. Por favor, necesito saber cuáles son tus motivos para reiniciar el bucle...
— No entiendo qué es un bucle y no debería estar hablando con un extraño — dice la pequeña subiendo lentamente un escalón, alejándose de Jin.
El joven traga saliva, nervioso. Si pierde de vista a esa niña, su oportunidad de resolver el misterio del reinicio del bucle será estropeada. Calais se enfadará aún más y posiblemente aquel Universo Inestable termine por estallar creando un caos peor al que pueda llegar a imaginar. Su cabeza comienza a doler ante esa idea.
— No quiero ser un extraño, quiero conocerte y ayudarte. Perdona que ni siquiera me presentara contigo, mi nombre es Kim SeokJin — dice el muchacho con completa sinceridad. La niña lo observa a los ojos como si estuviera intentando descubrir algún atisbo de mentira en las facciones de aquel jovencito tan peculiar que ha decidido ayudarla —. Quizás no lo sepas, pero es peligroso reiniciar bucles en este Universo. Por eso es importante que hablemos —. SeokJin toma su teléfono y se lo muestra —. Llamaré a mi amigo ahora para que te saque de aquí y cuando termine mi trabajo me reuniré con ustedes.
La niña inspecciona el teléfono y luego el rostro de Jin. Parece dudar por unos segundos, pero luego asiente lentamente con su cabeza. Se sienta en los escalones abrazando sus rodillas mientras hunde su rostro entre sus brazos. Se ve agotada y asustada, pero aun así Jin tiene la impresión de que es muy valiente.
Ahora, SeokJin solo ruega para que TaehYung atienda su teléfono lo antes posible.
Kim TaehYung está sentado dentro de su camioneta de repartos, leyendo con atención algunos de los recibos de los pagos que pertenecen a los clientes de su padre. El negocio que ha visitado el día anterior, ha dejado una impresión familiar en él. Por alguna razón, cree que la tienda llamada "Los Pastelitos de la Abuela" es un lugar en donde puede encontrar pistas sobre el paradero de sus amigos. No puede explicarlo ni asegurarlo, pero su instinto le dice que debe averiguar quién es el dueño de ese lugar. Aunque, por mucho que busca entre los papeles, no encuentra nada que le de la información que necesita. Quizás su hermana mayor sepa algo sobre esa tienda, pero antes de ir a casa para interrogarla, debe terminar con las entregas del día.
Vuelve a observar por el espejo retrovisor la entrada de la tienda, la cual ha estado vigilando desde la última media hora en que llegó. Hay luces en el interior, pero no ha visto a nadie entrar o salir de allí. No parece ser un lugar concurrido aun cuando hay varias personas transitando por la zona.
Finalmente, lanza un suspiro y guarda los papeles en la guantera de la camioneta, deslizándose en el asiento del conductor hasta quedar recostado casi completamente. Recuerda que antes de que se reiniciara el bucle, Jin le dijo que Park Jimin había ido a comer al salón de té del hotel. Eso solo indica que Jimin vive en el paseo marítimo o al menos lo frecuenta. La tienda "Los Pastelitos de la Abuela" está muy cerca del hotel Mudrin y eso hace que Tae tenga esperanzas de que quizás... No, sería mucha coincidencia que su amigo tenga algo que ver con esa tienda. TaehYung despeina su cabello frustrado ante lo ridícula que suena la idea en su cabeza ahora que lo piensa mejor.
De pronto, su teléfono comienza a sonar y en la pantalla aparece el nombre de SeokJin. Tae se apresura a responder un poco más animado al saber que su hyung lo está llamando.
— ¡Jin hyung, qué sorpresa! Mmm oye, ¿no se supone que estás trabajando? — Tae cambia el tono de su voz al recordar que es el primer día de trabajo de SeokJin.
— Hola Tae, estoy trabajando en este momento y necesito tu ayuda ahora mismo — le responde Jin hablando tan rápido que su amigo debe prestar mucha atención para entender lo que está escuchando.
— ¿Estás bien, hyung?
— Sí, lo estoy, pero tenemos una situación complicada — dice SeokJin bajando el tono de su voz —. Creo que encontré a quien reinició el bucle. Necesito que vengas de inmediato a mi trabajo y que actúes como un primo preocupado de haber abandonado a su prima.
— ¿Qué haga qué? — repite TaehYung confundido.
— Solo ven, Tae-Tae, por favor — ruega Jin con un dejo de desesperación en su voz —. No puedo explicarte todo lo que ha pasado por teléfono.
— No te preocupes hyung, voy para allá...
— ¡Gracias Tae, eres el mejor dongsaeng * del mundo! — El grito de Jin es tan fuerte que TaehYung da un pequeño brinco en su asiento.
— Y tú eres el hyung más loco que he conocido en mi vida.
— Oye, no te pases de listo, respeta a tus mayores.
— Estoy en camino hyung, nos vemos en menos de diez minutos — dice Tae riendo antes de cortar la llamada y poner en marcha el vehículo. Da un último vistazo por el espejo hacia la entrada de la tienda, cerciorándose de que nadie ha salido de allí, para luego tomar la ruta directo a su nuevo destino.
Cuando TaehYung estaciona su camioneta frente a las puertas del lujoso hotel Mudrin, se percata de inmediato que SeokJin está de pie allí y que lo acompaña una niña. La pequeña sujeta una de las manos de Jin mientras el muchacho mira a un lado y otro de la calle, hasta que ve llegar a su amigo.
— ¡Ah Tae-Tae! Muchas gracias por venir a salvar a tu hyung— dice Jin suspirando aliviado cuando abre la puerta de la camioneta.
— Entonces, ¿ella es mi supuesta prima y también la persona que reinició el bucle? — pregunta TaehYung arqueando una ceja, sin ocultar su perplejidad.
— Lo lamento, fue la única idea que se pasó por mi mente — se excusa Jin juntando sus manos frente a él suplicando perdón, mientras hace una reverencia —. Sólo llévala contigo a tu casa y yo iré allá tan pronto termine mi turno. Por favor Tae-Tae, en verdad creo que ella es quien buscamos, pero debo hablar con Calais al respecto.
— Mmm hyung, debo hacer las últimas entregas y...
— Por favor Tae, sólo tengo cinco minutos para volver a mi puesto de trabajo. Si me despiden en mi primer día, las cosas se pondrán peor de lo que ya están — ruega SeokJin mirando a TaehYung con desesperación —. Mi turno termina en una hora, cuídala por ese tiempo. Prometo ir directo a tu casa y hablar con tu hermana si es necesario.
— No tengo problema en llevarla a casa conmigo hyung, es sólo que me parece extraño... — confiesa Tae acariciando su cuello con una de sus manos, nervioso e indeciso. — ¿Una niña tan pequeña puede crear bucles temporales?, ¿Por qué alguien más, además de ti, tendría esa habilidad? Siento que esto es peligroso...
— Siento lo mismo Tae y por eso debemos hablar con Calais. Ella necesita ayuda también. En verdad no tengo tiempo de explicarlo ahora, pero cuando estemos en tu casa lo haré, lo prometo — vuelve a rogar el joven.
— De acuerdo hyung, cuenta conmigo.
SeokJin sonríe aliviado chocando su puño con el de su amigo. Luego voltea a ver la niña quien los ha estado observando con cautela.
— Él es mi amigo TaehYung y cuidará de ti hasta que termine mi trabajo, puedes confiar en él. Vamos a ayudarte, te lo prometo — le asegura con una sonrisa, logrando que la pequeña asienta con su cabeza y suba en los asientos traseros de la camioneta —. Llamaré tan pronto como salga de aquí. ¡Gracias Tae!
— Cuídate hyung — se despide TaehYung viendo la figura de SeokJin ingresar por las enormes puertas del hotel. El muchacho aferra fuertemente el volante y observa sus manos, dudando sobre cómo actuar. Lanza un fuerte suspiro y voltea a mirar a la niña con una gran sonrisa en su rostro —. Hola, mi nombre es TaehYung, pero puedes decirme "oppa*" si lo prefieres.
— No me gusta esa palabra, es demasiado insulsa — le interrumpe la niña arqueando una ceja y colocando una mueca de desagrado ante la mención del honorífico —. No tengo hermanos mayores y si los tuviera no los llamaría así.
— De acuerdo...— el joven se esfuerza por mantener su sonrisa ante el comentario tan peculiar —. Entonces puedes llamarme Tae. Creo que es más fácil de pronunciar que TaehYung.
— Me gusta tu nombre — dice la niña volteando a ver por la ventana en la dirección por donde Jin desapareció minutos antes —. Tú puedes llamarme Airi.
Cuando Jung Hoseok abre sus ojos, no entiende en dónde está. Lo primero que ve es una pequeña bola peluda que lo saluda lamiendo su cara. Le toma unos segundos recordar que se trata de Baekmani y que se ha quedado dormido en la entrada de la casa del señor Sanggu. Aunque, inexplicablemente, ha despertado sobre el viejo sillón de la sala con una manta sobre su cuerpo.
Hoseok pestañea confundido porque en su memoria no hay registro alguno de que haya caminado hasta allí por su cuenta. Entonces, la voz del señor Sanggu lo sobresalta cuando habla desde la mesa en donde ha dejado un par de platos llenos de un humeante caldo.
— Al fin despiertas. Muévete o la comida se enfriará.
Hoseok coloca una mueca divertida ante las palabras de Sanggu. A pesar de su mal carácter, poco a poco el muchacho se está acostumbrando a los tratos de aquel hombre.
— Lamento haberme dormido, ni siquiera me di cuenta de cuándo ocurrió — se disculpa el joven sentándose a la mesa, dispuesto a comer el delicioso plato de sopa servido para él.
— Trabajaste mucho, debes alimentarte apropiadamente para recargar energías — dice Sanggu sentándose frente a él para comer también. El hombre continúa hablando con la mirada fija en su plato —. Tus amigos vendrán por ti para que no regreses solo a tu casa.
Hoseok casi se atora cuando escucha aquella frase salir de la boca de Sanggu, pero logra tragar el caldo con verduras casi de forma natural. Hasta que, luego de unos segundos de completo silencio donde solo se escucha el sorber de sus bocas, el hombre vuelve a hablar pronunciando solo una palabra.
— Gracias.
Esta vez, Hoseok no puede contener su sorpresa y se ahoga con la sopa comenzando a toser ruidosamente. Sanggu se sonroja ante lo exagerado y molesto que está siendo el muchacho en ese momento debido a sus amables palabras. Él sabe muy bien que no es un hombre de buen carácter, pero tampoco cree que la reacción de Hoseok deba ser tan sobreactuada.
— ¿Usted está bien o se golpeó en la cabeza mientras yo dormía? — pregunta Hoseok luego de tomar un vaso de agua para calmar su tos.
— ¡¿Acaso no puedes aceptar un comentario amable de mi parte?!
— ¡No puede culparme, usted se ha comportado como un monstruo conmigo todo este tiempo!
— ¡Más respeto por tus mayores, mocoso!
— Buenas noches señor Sanggu — interrumpe la voz de Park Jimin, quien inmediatamente se detiene en la puerta al escuchar la discusión —. Oh... Noa, ¿estás segura de que ellos se llevan bien?
— Completamente — responde la chica cerrando la puerta después de que ambos ingresan a la casa, sonriendo ante la escena de Hoseok agitando su cuchara por encima de la cabeza de Sanggu, mientras el hombre continúa gritando y comiendo a la vez.
— ¡Amigos, vinieron a rescatarme! — exclama Hoseok olvidando por completo su pelea cuando se percata de la presencia de ambos jóvenes.
— En realidad, creo que hemos venido a rescatar al señor Sanggu — le corrige Jimin con una sonrisa divertida al ver la cara de confusión de su amigo —. Al parecer tu presencia hace que sus nervios estallen.
— Me estoy sintiendo traicionado, Jiminnie — dice Hoseok llevando sus manos a su pecho, con una expresión de absoluta desolación que hace reír a sus amigos a carcajadas.
— Les agradezco a los dos por llevarse a este engendro — murmura Sanggu luego de limpiar su boca y dar por terminada su comida. Hoseok le saca la lengua con una mueca de molestia por sus palabras.
— La casa se ve... luminosa — dice Noa observando los resultados de la limpieza de Hoseok.
— No conocía el color de los azulejos de la cocina... — comenta Jimin con sus pequeños ojos muy abiertos por la impresión.
Sanggu se sonroja y comienza a toser por los comentarios de los jóvenes que examinan la casa como si vieran por primera vez aquel lugar, al cual ya han ido en más de una oportunidad.
— Yo se lo dije: una casa limpia es una casa feliz — sonríe Hoseok inflando su pecho con orgullo —. Hice un excelente trabajo hoy, así que mañana haré uno mucho mejor.
— ¿Quién dijo que mañana debes volver? — se apresura a interrumpirlo Sanggu casi saltando de su asiento —. No abriré mi puerta a un mocoso engreído como tú. Lo que pasó hoy fue porque me tomaste con la guardia baja.
— ¡Lo está haciendo de nuevo! — grita Hoseok emocionado, dando pequeños saltos de alegría —. Lo que en realidad me está diciendo es que debo volver mañana y dar mi mejor esfuerzo otra vez —. El muchacho se acerca a Sanggu y le toma ambas manos entre las suyas mientras las sacude de arriba abajo y hace una pequeña reverencia, sin dejar de sonreír muy feliz —. ¡Se lo aseguro señor, usted no se arrepentirá de tenerme como su ayudante aquí! —. Finalmente, voltea a ver a sus amigos: — Ya podemos irnos, chicos.
— En realidad, creo que Sanggu dijo que no quiere que vengas... — menciona Noa arqueando una ceja, confundida por la actitud tan alegre de su amigo.
— Solo lo dice para intentar asustarme, pero no lo hará — le responde Hoseok tomando su bolso y caminando hacia la puerta con confianza.
— Que descanse señor Sanggu — saluda Jimin antes de seguir a sus amigos hacia el exterior de la casa.
— ¡Solo llévense a ese mocoso de aquí y muy lejos! — Es lo último que los tres amigos alcanzan a escuchar antes de que la puerta se cierre tras ellos.
— Adiós Bami, descansa y cuida del señor Sanggu, ¿Sí? — Hoseok se arrodilla para saludar a la perrita que los ha esperado a un lado de la entrada principal —. Mañana volveré para jugar contigo también.
Jimin y Noa intercambian miradas al ver la confianza con que su amigo habla. Finalmente, los tres dejan atrás la casa del señor Sanggu y a Baekmani para subir al auto de Noa y volver a la ciudad.
— ¿Cómo lograste traer todos esos artículos de limpieza tú solo, hyung? — pregunta Jimin desde el asiento del copiloto, abrochando su cinturón de seguridad.
— Tomé el autobús hasta la entrada del paseo marítimo y luego hice el camino hacia la casa a pie — responde Hoseok relajándose en el asiento trasero del auto.
— ¿Ni siquiera se te ocurrió cómo volverías a casa? — pregunta Noa poniendo en marcha el motor y comenzando a avanzar por el camino de tierra hacia la carretera.
— Sinceramente eso no me preocupaba — afirma el muchacho encogiéndose de hombros y lanzando un pequeño bostezo antes de continuar hablando —. Ya saben que cuando tengo una idea solo la llevo a cabo...
— Y ni siquiera piensas en las consecuencias — Jimin completa la frase con un suspiro y una gran sonrisa en su rostro. Sabe que las intenciones de su mejor amigo siempre son buenas, sin importar los resultados.
— Lo siento chicos — dice Hoseok estirando sus manos para revolver el cabello de sus amigos por encima de los asientos —. Les agradezco por venir a buscarme. Son los mejores amigos que un loco impulsivo como yo puede tener.
— Fue Sanggu quien nos dijo que habías ido a limpiar la casa, pero que no habías llevado tu scooter, agradécele a él — le informa Noa acelerando cuando el auto llega a la carretera.
— El señor Sanggu estaba muy preocupado por ti y pensó que nosotros podíamos ayudarte — agrega Jimin encendiendo la radio para escuchar música durante el viaje —. Él es un buen hombre.
Hoseok parpadea sorprendido al escuchar a sus amigos, pero se mantiene en silencio dejando que la conversación termine. Al parecer, esa actitud desagradable y dura de aquel hombre es solo una fachada que gusta mantener frente a las personas, pero no es su verdadero yo. En ese momento, mientras viajan por la carretera rumbo a la ciudad, y los árboles y el paisaje pasan rápidamente a un lado de la ventanilla, Hoseok se pregunta cuáles son las razones para que Sanggu prefiera la compañía de los animales antes que la de seres humanos.
Kim SeokJin sube a su camioneta a la velocidad de un rayo luego de cumplir con las obligaciones de su primer día de trabajo y despedirse de su nuevo jefe y sus compañeros. Agradece que después del incidente con la niña y Ailu, el gerente Haneul no le hiciera más preguntas al respecto. Ahora, la urgencia por llegar a casa de su amigo Kim TaehYung es más grande que su preocupación por el qué dirá su padre cuando sepa que no irá a cenar a su propia casa.
Apenas enciende el motor del vehículo, marca el número de su amigo y comienza a conducir en dirección a las afueras del paseo marítimo. Al cuarto tono de la llamada, Tae atiende su teléfono con alegría.
— ¡Hyung! — exclama el joven entre risas. SeokJin escucha música y más risas de fondo.
— ¿Tae?, ¿Cómo están?, ¿Cómo está la niña?
— ¿Airi? Ella está bien, nos estamos divirtiendo mucho. ¡Oye, eso es trampa! — Tae grita lanzando una risa. Luego parece volver a tomar el teléfono para preguntar: — ¿Vienes en camino, hyung?
— Llegaré en diez minutos y llevo comida — responde Jin curioso por saber qué está ocurriendo en casa de su amigo —. Al parecer ustedes se están divirtiendo...
— ¡Ella es una gran jugadora de Mario Kart, ha ganado dos carreras seguidas! Es mejor que tú hyung, ja, ja — asegura el muchacho entre pequeños espasmos de risa —. ¡Ven rápido hyung, será más divertido si jugamos los tres juntos!
Y luego de aquella frase, Kim TaehYung corta la llamada dejando a Jin sorprendido y un tanto atónito por su actitud.
Tal y como dijo, SeokJin llega en diez minutos a la casa de TaehYung, y lo primero que escucha al acercarse a la puerta son las risas de su amigo y de la niña mezcladas con exclamaciones de victoria. Aún sorprendido por cómo están resultando las cosas, Jin toca el timbre y espera a que la puerta se abra.
— ¡Bienvenido, hyung! — le saluda Tae con un fuerte abrazo —. ¿Qué tal tu primer día en el trabajo?, ¿Fue como antes del reinicio del bucle? — pregunta el muchacho colocándose detrás de Jin, empujándolo por la espalda para que entre a la casa.
— Estuvo bien, o al menos eso creo... — responde dejándose llevar por su amigo hacia la sala de donde proviene el sonido del televisor y algunas risas.
Tan pronto como ambos entran, las risas se acallan y Jin ve la figura de la niña de pie, con las manos detrás de su espalda y una expresión tímida en su pequeño rostro. TaehYung camina hacia ella y le hace un gesto de afirmación con su cabeza. La pequeña da unos pasos hacia Jin y se inclina en una respetuosa reverencia.
— Bienvenido, gracias por ayudarme hoy y no dejar que me atrapen en el hotel — saluda la niña con una voz un poco temblorosa —. No voy a decirte mi nombre verdadero, pero puedes llamarme Airi. Lamento no haberme presentado antes, ni siquiera cuando estuvimos esperando en la calle...
— Está bien Airi, entiendo que es una situación extraña para ti también — le interrumpe Jin elevando un poco sus manos y sonriendo —. Tú puedes llamarme oppa o Jin oppa...
Airi coloca una mueca de disgusto tan pronto como escucha aquella palabra. Arquea una ceja, frunce su ceño y muestra su lengua como si hubiera comido algo asqueroso. SeokJin pestañea extrañado cuando la ve y deja de hablarle de inmediato, buscando ayuda en Tae quien sonríe divertido a su lado.
— No voy a llamarte así, no me gusta esa palabra — responde Airi luego de unos segundos, observando fijamente a Jin con el ceño aún fruncido —. No tengo hermanos mayores y si los tuviera no los llamaría así.
— Oh, entiendo... — murmura Jin luego de ver cómo TaehYung tapa su boca para evitar reír a carcajadas. SeokJin se arrodilla frente a la niña y extiende una de sus manos mientras sonríe con sinceridad —. Pues, podría ser tu hermano mayor si lo deseas.
Ella lo observa con sospecha y se cruza de brazos, negando con su cabeza: — Aun así, no voy a llamarte de esa forma tan empalagosa y cliché. Así que no importa si quieres ser mi hermano mayor o no.
— De acuerdo... — acepta SeokJin retirando su mano y poniéndose de pie nuevamente, un tanto decepcionado al sentirse rechazado.
— Hyung, ¿lo recuerdas? Conoces a otra persona a quien tampoco le agrada esa palabra — dice Tae rodeando a Jin con uno de sus brazos por el cuello y guiñando uno de sus ojos —. Ella se enfurecía cuando otra chica te llamaba oppa.
— ¿Conocen a alguien como yo a quien tampoco le agrada esa palabra? — pregunta Airi sorprendida y emocionada a la vez —. Mamá siempre dice que soy rara y que nunca tendré novio si no aprendo a utilizar esa palabra, pero a mí no me importa eso.
— Sí, conocimos a alguien así, pero eso fue... hace mucho tiempo — interrumpe Jin deshaciéndose del abrazo de Tae y cambiando su expresión a una más sombría.
TaehYung lamenta haber abierto su boca en ese momento. Sabe que, a pesar de lo mucho que SeokJin intenta evitar hablar sobre quién fue su hermana adoptiva en otro Universo y su primer amor también, cualquier mención sobre ella le produce dolor. Por eso, arrepentido ante su descuido, Tae vuelve a hablar cambiando de tema al señalar una caja que su amigo ha traído consigo.
— ¿Esa es la comida que trajiste, hyung? No debiste molestarte.
— El pastel de chocolate que preparan en el salón de té del hotel es delicioso, pensé que a nuestra invitada le gustaría probarlo — responde Jin sonriendo nuevamente, mientras toma la caja que ha dejado sobre la mesa de la sala y la cual casi había olvidado por completo. Los ojos de Airi y de Tae brillan ante la mención de la palabra chocolate —. Ustedes sigan jugando mientras yo corto el pastel para que comamos juntos.
— ¡Eres el mejor hyung del mundo! — grita Tae dándole un beso en la frente a Jin para luego tomar su lugar en el piso frente al televisor —. ¡Vamos Airi, puedo ganarte esta vez!
— ¡Ja, sigue soñando Kim TaehYung! — le dice la niña sentándose junto a él y tomando su gamepad —. Si yo gano comeré la porción de pastel más grande.
— ¡No ganarás, esa porción enorme de pastel de chocolate será mía!
Una vez en la cocina, Jin toma algunos platos, cucharas y servilletas, y lleva todo a la mesa principal del comedor. Quiere llamar a Calais para decirle que ha encontrado a la persona responsable de crear el nuevo bucle temporal, pero debe darse prisa porque no tiene idea cuánto tiempo posee antes de que la hermana de TaehYung vuelva a casa y encuentre visitas inesperadas. Conociendo a Tae, de seguro él no le ha mencionado nada a su hermana y eso le preocupa. No puede mentirle a la muchacha sobre el origen de Airi, al menos no sin ser descubierto en su propia mentira.
Luego de asegurarse de que la mesa ha quedado preparada, SeokJin vuelve a la cocina y toma el reloj de la pared entre sus manos, abriendo la parte trasera del objeto. Recuerda las palabras de Calais: «Pero si quieres hablar conmigo, debes tomar un reloj y mover las manecillas veinticuatro horas hacia atrás.»
El muchacho mueve las agujas y espera a que algo sobrenatural ocurra en ese momento. Quizás una luz extraña que lo cubra o que el guardián del tiempo aparezca junto a él como suele hacerlo en su habitación. Pero no sucede absolutamente nada. La casa sigue en silencio a excepción de las risas y gritos de Airi y Tae en la sala. Jin pestañea extrañado, observando el reloj y revisando haber seguido los pasos que Calais le indicó.
Abandona la cocina y abre la puerta de entrada de la casa. Quizás Calais está parado allí y no ha tocado el timbre para entrar, lo cual es un poco ridículo de pensar si toma en cuenta que el muchacho es demasiado descarado. Pero no hay nadie afuera, solo los sonidos de la vida nocturna del campo y el brillo de las estrellas en aquella noche despejada. Jin vuelve a entrar a la casa y camina hacia el comedor revolviendo sus cabellos, nervioso y cada vez más preocupado por la ausencia del joven guardián a pesar de que lo ha llamado como él le indicó que lo hiciera.
Grande es su sorpresa (y también el susto) cuando, al pasar por la sala, ve a Calais sentado en uno de los sillones con las piernas cruzadas, observando el juego de Tae y Airi, y comiendo una porción del pastel de chocolate.
— ¡¿Qué sucede, hyung?! — pregunta TaehYung al escuchar el grito de Jin a sus espaldas, poniéndose de pie rápidamente. Airi suelta el control del juego y tapa sus oídos asustada, cerrando sus ojos con fuerza.
— ¡Pero cómo demonios...! — exclama SeokJin llevando una mano a su pecho, tratando de calmarse.
— Oye, no maldigas, hay niños presentes — le regaña Cal con una mueca de desaprobación, para luego comer una enorme cantidad de pastel —. ¡Ah, es realmente delicioso! El chocolate es uno de los mejores inventos de la humanidad.
— ¿En qué momento llegaste?, ¿Por qué da la impresión de que ya estabas aquí antes que yo?, ¡¿Quién demonios te dio permiso de comer el pastel que compré con mi dinero?! — SeokJin formula las preguntas una tras otra, a una velocidad que haría dudar a cualquier rapero urbano de sus habilidades si tuviera que enfrentarse a él en una competencia.
— Ah, siempre haces demasiadas preguntas y ninguna de ellas son importantes. Que molesto eres — responde Cal de mala gana, llevando otra rebanada de comida a su boca. El contacto del chocolate con su paladar hace que el muchacho cambie su expresión rápidamente a una de total alegría, así que toma aire y responde finalmente a las preguntas de SeokJin: — Llegué un poco después de que Tae trajera a la niña, pero ellos no me vieron así que no los molestes. Tal y como dijiste, estaba aquí antes de que tú llegaras, pero tampoco me viste. El pastel de chocolate es uno de mis favoritos y no pienso pedirle permiso a nadie para comer una porción si quiero. ¿Alguna otra estúpida pregunta que te interese hacer, estúpido Jin?
SeokJin cierra sus ojos y cuenta mentalmente hasta diez para no perder su paciencia. Sabe que en cualquier momento puede llegar la hermana de TaehYung a la casa y no tiene la menor idea de cómo justificar la presencia de una niña desconocida allí. Por lo tanto, la actitud despreocupada de Calais y sus respuestas sarcásticas sólo consiguen sacarlo de quicio. Tal y como lo pensó, aquel muchacho es un completo insolente.
— Si pensabas venir, ¿por qué demonios me dijiste que te llamara cuando te necesitara? Al menos deberías avisar de tu llegada.
— ¿Qué yo te dije qué cosa? — Calais arquea una ceja ante la pregunta de Jin, sin dejar de comer.
— ¡Dijiste que si necesitaba llamarte tenía que tomar un reloj y retroceder sus manecillas veinticuatro horas!
— ¿De verdad dije eso? — Calais contiene una risa al escuchar lo estúpido que suena aquella afirmación.
— ¡Deja de jugar conmigo, niño! — Grita SeokJin con su rostro y sus orejas completamente rojos de furia y vergüenza. Jamás se había sentido tan estúpido como en ese momento, frente a dos desconocidos y TaehYung.
Calais termina de comer la última porción del pastel y observa a Jin con curiosidad, mientras mantiene la cuchara en su boca. Deja el plato vacío sobre el sillón donde está sentado y se pone de pie lentamente, comenzando a caminar por la sala sin despegar sus ojos de la figura enfurecida de Kim SeokJin.
— Cálmate, hablas demasiado rápido y tu lengua podría enredarse — le aconseja dando una última lamida a la cuchara para aprovechar hasta el último trozo de chocolate adherido a ella —. Aunque no me molestaría que te calles por unos minutos. Como sea, veo que encontraste a la persona que causó el bucle. Felicidades Kim SeokJin —. Calais hace una pequeña reverencia y agrega de forma burlesca: — En verdad gracias por ahorrarme el trabajo.
Airi, quien ha permanecido oculta detrás de la figura de Tae, asoma su cabeza para observar al extraño muchacho de acento extranjero que ha estado discutiendo con SeokJin durante los últimos minutos. Su pequeño cuerpo se estremece con temor cuando cruza su mirada con los peculiares ojos de aquel joven. Es la primera vez en su vida que conoce a una persona con ojos de distinto color. La piel del extraño es muy blanca y sus cabellos muy claros. Sus ropas son simples y holgadas, y no usa calzado. Su enorme figura, casi tan alta como TaehYung, emana un aura etérea, como si no perteneciera a este mundo. Pero, a pesar de lo intimidante que eso puede parecer para una niña, Airi siente que ese hombre no puede hacerle ningún daño.
— Mira nada más, es solo una chiquilla... — murmura Cal cruzándose de brazos pensativo, mientras observa a la pequeña.
— Entonces tengo razón, es ella... — dice Jin aliviado ante la afirmación, pero preocupado también.
TaehYung se hace a un lado dejando a Airi cara a cara con Calais, quien se arrodilla frente a ella y continúa observándola muy serio. La niña traga saliva nerviosa, pero intenta ser valiente. Sabe que es hora de responder preguntas a los adultos que están allí, aunque no quiera hacerlo.
— Hola pequeña, mi nombre es Calais, ¿cuál es el tuyo? — para sorpresa de todos, el joven emplea un tono de voz calmado y amistoso cuando hace la pregunta.
— Puedes llamarme Airi — responde ella un poco aturdida por el cambio de expresión tan repentino en el muchacho.
— Un nombre poco común, en un país cuyos nombres son muy comunes entre sí... Interesante.
— Tu nombre también es poco común. Su origen es francés, ¿Verdad?
— Exacto, mi nombre proviene de un pueblo de Francia muy famoso por su puerto que conecta a varias regiones del norte del país — responde Cal, orgulloso al explicar el origen de su propio nombre —. Aunque, voy a contarte un secreto — el joven baja el tono de su voz para que sólo Airi pueda escucharlo —, mis padres eligieron ese nombre para mí después de leer las aventuras de Jason y los Argonautas. Calais era un semidios que se unió a los Argonautas en sus viajes y combatió contra las horribles harpías.
—¡Wow, eso es increíble! Leí ese libro y sé que Calais era un gran atleta que poseía alas igual que su hermano mellizo Zetes. Ambos eran excelentes luchadores — Airi no puede contener su emoción y da pequeños saltos en su lugar mientras habla —. ¡Amo leer mitos griegos, son mis favoritos! Tus padres son geniales.
— Al fin encontré a alguien con quien hablar de temas interesantes en este país... — Calais eleva el tono de su voz nuevamente y dirige una mirada pícara a SeokJin y TaehYung, quienes solo se encogen de hombros. Luego de ver el resultado de su pequeña burla, vuelve toda su atención a Airi: — Eres una niña muy inteligente.
— ¡Me gusta mucho Francia! Cuando sea adulta viajaré a Europa y me tomaré fotos en todos los lugares famosos — dice Airi con sus grandes ojos muy abiertos y su rostro iluminado por la ilusión que siente ante sus propias palabras —. ¡Mi sueño es conocer Italia, es mi país favorito!
— Yo pensaba lo mismo que tú cuando era niño, pero ahora quiero viajar a América del Sur — confiesa Cal sentándose sobre el piso, tan entusiasmado como Airi al hablar de sus sueños —. Allí hay tantas culturas diferentes que, incluso aunque en la mayoría de los países las personas hablan el mismo idioma, sus palabras y pronunciaciones son únicas entre sí.
— América queda muy lejos... — murmura Airi mientras lleva una mano a su mentón y eleva sus ojos, pensativa. Aunque rápidamente vuelve a mirar a Cal con la misma euforia de hace solo unos segundos —. ¡Creo que también viajaré allí! Lo que dices suena muy interesante.
— Te recomiendo que lo hagas, la comida es increíble.
— ¡Ejem! — SeokJin aclara su garganta, intentando no ser grosero al interrumpirlos —. Calais, tenemos que apresurarnos...
— No me digas lo que debo hacer, estúpido Jin — le recuerda el muchacho frunciendo su ceño molesto por haber sido interrumpido cuando estaba logrando ganarse la confianza de Airi. Calais cierra sus ojos y lanza un suspiro para luego hablar con la niña con una expresión despreocupada y amable otra vez —. Entonces Airi, ¿me dirías de dónde has venido?
— Yo... — la pequeña desvía su mirada hacia el suelo y retrocede unos pasos. Sabe que no puede mentir porque no ganaría nada haciéndolo. Se encuentra en una enorme casa junto a personas desconocidas quienes, a pesar de no saber nada sobre ella, le han ayudado y tratado muy bien. No sería prudente engañarlos.
— Eres una viajera del tiempo, como todos en esta habitación — asegura Calais poniéndose de pie. Su tono de voz sigue sonando gentil, pero su mirada se ha endurecido un poco. Al no recibir respuesta de la niña, el joven continúa hablando —. Sé que SeokJin quiere ayudarte, pero para que podamos hacerlo necesitamos que nos digas de dónde vienes y por qué estás aquí.
Airi piensa unos segundos, paseando su vista por toda la habitación antes de observar a Calais y preguntar: — ¿Cómo sé que puedo confiar en ustedes?
— Sinceramente, no tienes opción — responde Cal colocando sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón y encogiéndose de hombros, restando importancia a sus propias palabras con aquella actitud tan despreocupada —. Eres solo una niña de diez años atrapada en un bucle temporal... ¿Me equivoco?
— No sé qué es un bucle temporal... — confiesa la pequeña sujetando el borde de su remera y apretando sus manos en puños —. Yo solo vine aquí porque quiero rescatar a mis padres.
— ¿Tus padres? — esta vez es Jin quien hace la pregunta. El recuerdo de Airi pidiéndole ayuda con desesperación para detener a una pareja que estaba por subir a un taxi justo antes del reinicio del bucle, aún se encuentra fresco en su memoria. Definitivamente, esas personas eran los padres de la niña —. ¿Qué sucede con ellos?
— Van a morir si no les advierto que su avión explotará cuando se eleve en la pista — responde Airi intentando controlar los sollozos en su voz, viendo a SeokJin con una mirada de desesperación y angustia que hacen que el joven sienta mucha tristeza.
— ¿Cómo sabes que el avión sufrirá un accidente? — se atreve a preguntar TaehYung, quien no cabe en su asombro ante el relato que está escuchando.
Airi cierra sus ojos y respira hondo, tratando de calmarse a sí misma y tomando valor para pronunciar las palabras que sabe que no serán fáciles de creer una vez dichas. Cuando se siente fuerte otra vez, observa seriamente a los tres jóvenes frente a ella y responde con total sinceridad: — Un ángel me lo dijo y por eso estoy aquí. He venido del pasado para salvar mi futuro.
--------------------------------------------------------
*Aigo: Expresión que se utiliza para denotar sorpresa, algo increíble..."¡Dios mío!, ¡Cielos!".
*Dongsaeng: Este término no tiene género, por lo que puede ser usado por mujeres y hombres mayores para referirse a sus hermanos o amigos menores de edad.
*Oppa: Honorífico utilizado por mujeres para referirse a su hermano mayor, novio o amigo muy cercano con quien poseen confianza. Su significado parcial es "hermano mayor".
NOTAS DE LA AUTORA
¡Hola de nuevo! Tanto tiempo, como siempre jeje
Esta vez también me costó mucho escribir este capítulo. Quería plasmar las situaciones lo más natural y fluidas posibles para que fueran entendibles y no aburridas. Espero haberlo logrado...
Al fin conocemos el nombre y un poco de la historia de la niña viajera del tiempo. Airi es un personaje de mi autoría que espero que les caiga bien y les haga sentir todo tipo de emociones. Junto a ella podremos experimentar con más cercanía las situaciones del BU y sus protagonistas.
A quienes leen la historia ya les he advertido sobre mis actualizaciones poco frecuentes. Pero como siempre digo: no voy a abandonar esta historia así que pueden estar seguros de que siempre voy a volver a actualizar.
Muchas gracias por haber llegado hasta aquí junto a mí. Nos leeremos pronto :)
~ReLi
*Actualización al 06/02/24: se corrigieron errores de gramática general ^^ Gracias por seguir leyendo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top