ix. dubái
DUBAI | Maya
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DUBAI, POR FIN.
Era el sitio que más ganas tenía de visitar, y si no se lo había repetido a Plex cuarenta veces durante el vuelo, no se lo había repetido ninguna.
Le contaba datos curiosos sobre Dubái, su arquitectura, su cultura y los coches, sobre todo los coches. Desde pequeña me gustaron y al parecer a él también, porque entendía bastante sobre el tema. Por un momento me sentí una friki, algo así como Jopa cuando activaba jopapedia, pero Dani tan solo me miraba con una sonrisa divertida, lo que me animaba a seguir contándole cosas, ya que él sí me escuchaba.
Después de Turquía viajamos a un lugar muy curioso, Jordania se llamaba, aunque fue una estancia muy breve. Dormimos en un campamento de cúpulas perdidas por el desierto, el desierto de Wadi Rum, y nos sentíamos como extraterrestres en Marte, al fin y al cabo, solo había arena roja.
Estuvimos allí dos días solo, dos días cortos pero intensos. Plex llegó a los 10 millones de suscriptores nada más llegar, y yo a los 300.000 seguidores en Instagram: casi lo mismo, ¿verdad?
Hicimos una celebración improvisada en la parte de atrás de la camioneta que nos llevaría al campamento, abrimos un par de cervezas que no pude probar por ser menor, porque si se veía en el vídeo a Plex le podía caer una gorda.
En el campamento teníamos una habitación solo, así que durmieron todos los chicos en las dos camas de matrimonio que juntaron y a mi me tocó dormir sola por primera vez. Dormí en el sofá, que aunque no era muy grande, al menos era cómodo.
Al día siguiente exploramos un poco el lugar, y hoy nos levantamos y, después de pasar por el Mar Muerto a darnos un baño, tomamos un vuelo directamente a Dubái, que sería un poco largo así que teóricamente teníamos oportunidad de dormir.
Pero a mi me gustaba demasiado hablar, así que no lo hice.
—Maya calla un rato anda.— protestó Adri cuando llevábamos una hora de vuelo, una hora en la que no había dejado de hablar con Plex. Me giré indignada, viéndole mientras tiraba su cabeza hacia atrás y se la sujetaba con las dos manos— No me mires así, me duele la cabeza que flipas y no te callas.
—Estoy contándole cosas sobre Dubái.
—Me la pela barbaridades.— se rio con burla.
—Tómate una pastillita y a dormir, campeón, que no cuesta nada.— le di unas palmadas en el hombro y volví a girarme, encontrándome con Plex sonriéndome— Como decía...
Y así nos pasamos hablando un buen rato, hasta que ninguno de los dos pudimos soportarlo más, y nos dormimos.
Recuerdo que tuve un sueño muy extraño.
Ya habíamos llegado a Dubái, pero todo era como... muy diferente. Estaba en un coche, diría que era un Bugatti, y sonaba Kanye West en la radio, Flashing Lights, de hecho. No podía ver al conductor, pero sí pude ver mi vestido, que era rojo y ajustado, tan largo como de princesa.
Estaba como en el paraíso, todo parecía irreal. Veía los enormes rascacielos en la noche desde la ventana del coche, sentía la música fluir en mí, pero había algo que me fallaba, ¿quien coño estaba conduciendo?
Giré un poco la cabeza y entonces le vi, sonriéndome, vestido de traje, con las dos manos en el volante y más guapo que nunca.
—Psttt... Maya. Maya...— oí que me llamaban.
Abrí los ojos y me encontré con Plex sacudiéndome levemente, intentando despertarme.
—Ya hemos llegado.— se rio.
Lo miré con los ojos adormecidos y me limpié la baba con la manga, dándome cuenta de que había un poco en su hombro. Empezó a reírse, aunque yo me quería morir de la vergüenza.
—Te he babeado, perdón.— me sonrojé mientras le limpiaba, me apuesto lo que fuera a que estaba roja como un tomate.
—Madre mía, si que has dormido bien eh.— siguió riéndose mientras se limpiaba— No pasa nada, déjalo.
—Que vergüenza.
—A la próxima babéale al Adri anda.— me sonrió divertido, y le di un golpe en el brazo.
Sabía que solo bromeaba, pero no podía dejar de quitarme de la cabeza esa situación tan embarazosa.
La ilusión de estar en Dubái no tardó en hacerme efecto.
En 10 minutos, los que tardamos de bajarnos del avión, ya estaba correteando de aquí para allí como una niña pequeña, sonriendo a cada rato y admirando cada cosa que veía a mi alrededor.
—¿Estás contenta?— me preguntó Dani.
—Muchísimo.
—Me alegro.
No pude contenerme y le abracé, porque sabía que si estábamos en Dubái era por mi, porque no estaba incluido en la vuelta al mundo pero Dani era el único que sabía la ilusión que me hacía venir aquí, así que hizo lo posible por hacerme feliz.
Escuché un "ohhh" de los chicos, pero me dio igual. No quise romper ese abrazo. Estar en sus brazos era una sensación muy fácil de añorar, y verle sonreír después de abrazarme es una imagen que no me quitaría nunca de la cabeza.
Joder, ¿qué me está pasando?
¿Porqué gusta cada cosa que hace...?
Estuve pensando en esas preguntas mientras paseábamos por Dubái, sobretodo cuando andábamos unos detrás de otros por la calle y mis ojos solo podían buscarle a él.
Hacía tan solo un par de días me había liado con Adri en la discoteca, pero Adri había desaparecido de mi mente por completo, y algo me estaba llevando de vuelta a Tailandia, lugar en el que conocí a Plex, bueno, a Dani.
Le veía andar despreocupado, con sus crocs, su gorra hacia atrás, y sus 2 metros de altura, y no podía evitar sonreír.
Joder, no sé que mierda me estaba pasando, pero verle me hacía feliz, mirarle me hacía sonreír, y hablar con él se había convertido en mi pasatiempo favorito.
No entendía porqué me sentía así si me había jurado que lo que sentía por él no iba más allá de la atracción física, que los dos nos teníamos ganas pero que la cosa no iba mas allá.
Y entonces me di cuenta.
Creo que me gusta Dani, que me gusta enserio, pero no se si yo le gustaré de la misma forma a él.
Me quité esos pensamientos de la cabeza cuando nos paramos delante de un Bugatti en medio de una plaza, muy parecido al de mi sueño.
Me quedé unos segundos perpleja viéndolo, hasta que Plex me dio su cartera.
—Pero.
—Guárdame esto— me interrumpió con una sonrisa, dándomela— Ahora vengo.
Plex dejó a Jopa subirse al coche antes de irse con el tío de la parada de coches a darse una vuelta. Aunque no le dejaban a Jopa ir de copiloto, Plex sabía la ilusión que le hacía así que le dejó hacer un poco de postu y luego se fue.
—¿Y ahora qué se supone que tenemos que hacer nosotros?— preguntó Borja.
—Tengo una idea.— sonreí.
Pfff, salió como el culo.
Nos perdimos.
Puse el Google Maps en busca de un concesionario de coches que estaba a 15 minutos, y después de andar y andar, no se como pero acabamos en el puerto marítimo, entre yates que debían de valer más que mi vida entera.
—¿Alguien me dice porqué coño hemos acabado en el puerto?— preguntó Jopa.
—La Maya, que nos pone el GPS y acabamos en Fuengirola.— Borja se burló.
—¿Queréis callar y disfrutar de las vistas?— intenté tapar el hecho de que por mi culpa nos habíamos perdido— ¿A quien le importa, eh..., un Maserati cuando puede ver un Yate? Mirad este, esta to flama.
—Anda pírate Maya.— Adri se rio.
—Al final te tiro al agua por pesao.— lo amenacé, y me sacó el dedo del medio.
Mientras Adri y Jopa se sentaban en unas bolitas que habían de decoración en el puerto, convencí a Borja para que me sacara un par de fotos. Desde el inicio de la vuelta al mundo mi instagram había mejorado muchísimo, así que tenía que seguir con la estética del feed, y una fotito en el atardecer en el
puerto de Dubái quedaría perfecta.
—Anda, deja de posar ya, pringada.— con la mano en la boca, Adri me gritó para desconcentrarme.
—Eso, que no te va a dar like ni tu abuela.— se le unió Jopa, imitándole.
—¿Queréis dejar de molestar a la modelo? Así uno no puede trabajar eh.— se giró Borja y empezamos a reírnos los tres.
—Luego sois los primeros en comentar, eh, payasos.— bromeé— Que yo se que veis mis fotos en secreto.
—Buenoo, yo me sé de uno...— susurró Jopa lo suficientemente alto como para que pudiera oírle, y Adri le dio un manotazo como diciéndole que se callara.
—Tutu cállate.
Fruncí el ceño ante la actitud de Adri pero lo dejé correr, y al final le dije a Borja que parara, al pobrecillo le tenía esclavizado sacándome fotos y me daba pena. Entre los dos elegimos una que me gustó mucho, así que es la que publiqué.
Los minutos pasaban y nos dimos cuenta de que Plex tardaría aún una hora en llegar de su paseo en Bugatti, así que hicimos tiempo sentados en círculo en la arena de la playa, jugando verdad o reto por propuesta de Adri.
Como no.
—Borja, verdad o reto.
—Verdad.— dijo Borja.
Adri se quedó pensativo unos segundos, hasta que le soltó:
—¿Cuál es tu postura favorita?
Hubo un silencio en el que todos miramos a Borja.
—Ala tu, madre mía Adri.— se rio incómodo, solo le faltó sonrojarse. Miré a Borja expresamente levantando las cejas de manera divertida, y bufó como pensándoselo— Uff no se.
—Madre, eso es que ha probado unas cuantas.— Jopa codeó a Adri para ponerle más nervioso— Pa' la Lili que vas, Borjita, que travieso eres.
—Ufff es que es difícil esta pregunta. ¿No puedo pasar?
—No.— dijimos los tres a la vez, y Borja se tapó la cara y dijo:
—Bueno, pues la típica.
—¿La qué?— Adri quería que lo dijera en voz alta, pero Borja se negó y solo y hizo un 4 con las manos.
Adri y Jopa soltaron un "uhhh" y yo, que soy más virgen que el aceite, me quedé tal cual, tampoco podía reaccionar de otra forma.
—¿A quien eliges?
—A ti. Maya, ¿verdad o reto?— me preguntó Borja.
Joder, ¿quien mierda me mandaba a hablar?
—Verdad.— le copié.
Levantarme de la arena para hacer cualquier reto me daba bastante de pereza, aunque teniendo 17 años tampoco es que hubiera hecho demasiado, así que tenía miedo de no poder responder lo que me fuera a preguntar.
—Bueno es que tú eres más pequeña, no habrás hecho tanto.
—O si.— dijo Adri sonriendo, y quise abofetearle.
—Pues no.— me burlé en un tono tonto, y Adri rodó los ojos.
—Bueno, pues te haremos una flojita, que eres pequeña.— Borja consideró— ¿Alguna vez has pasado nudes?
Wow, aquella pregunta me mandó directa al pasado. Asentí con la cabeza, y los tres abrieron la boca sorprendidos.
—¿A quien? ¿A quien?— insistió Adri.
—Eso es otra pregunta, eh, Adrián, no te pases.
—No, bro, pero necesito contexto.
—Bueno, me hablé con un tipo hace unos años y la cosa parecía ir enserio así que le envié una foto de mis tetas.— confesé, ya había pasado tanto tiempo que no tenía problema en contarlo.
—Bofff que rico.— Adri puso los ojos en blanco y las manos en las mejillas, y empecé a reírme ante su reacción.
—Puto enfermo.— le insulté— Va Adri, verdad o reto.
—Reto. Me gusta jugar bien.— dijo con chulería.
—Sí, pues te vas a arrepentir.— lo amenacé, y así fue como Adri acabó yendo en calzoncillos a pedirle el instagram a un grupo de chicas sentadas por ahí cerca, que se rieron todas de él dejándole en ridículo— Me las vas a pagar, niñata.— volvió enfadado y le pasé sus pantalones.
—Que te las pague Jopa, que es su turno.
—Jopitaaa, ¿verdad o reto?— le preguntó Adri, y Jopa hizo como que se lo pensaba.
—Verdad.
—Madre mia, chico, que aburridos sois todos. Os falta sangre en las venas, coño.
—No, tenemos sentido del ridículo, que es diferente.— le corrigió Borja, y justo sonó el teléfono.
—Es Plex.— anuncié.
Ver su nombre en la pantalla me hizo sentir algo por dentro. Llevaba una hora sin verle y era como si sintiese que me faltara algo, que me faltara él.
Enseguida me puse seria al notarlo. Esta sensación me asustaba.
—¿Y porqué la llama a ella?— le susurró Adri a Jopa, pero le oí.
Esta gente tenía graves problemas en hablar bajito.
—Dime.— le ordené a Plex.
—¿Dónde estáis? No os veo por ninguna parte.
¿Y ahora como le digo yo que estamos todos en la playa, sentados en la arena y jugando a verdad o reto como adolescentes frikis?
—Es una larga historia. Ya vamos.— le dije, y colgué— ¿Alguno sabe como volver? Diría que mi GPS está roto.
Les enseñé en la pantalla y ahí se veía la ruta que me había propuesto el GPS, la cual duraba 12 horas andando y nos mandaba a pernambuco.
—Anda, seguidme a mi.— Adri nos ordenó en cuánto empezamos a andar, y no se hasta que punto es esto buena idea...
🌎
—Tutu, que llevo una hora esperándoos. ¿Dónde mierda estabais?— Plex se rio en cuanto nos vio llegar, sudando como pollos y hiperventilando como si hubiéramos estado corriendo, aunque a decir verdad, es eso exactamente lo que habíamos estado haciendo.
—Yo que sé, esta nos quería llevar a ver no se que de coches y hemos acabado en la playa.— Adri me echó la culpa.
—Sí, tendrás huevos de decir que te lo has pasado mal.— lo miré, y se calló con una sonrisa— Ahh, ¿lo ves?
—¿Qué tal el paseo en mi futuro coche?— preguntó Jopa levantando las cejas.
—Búa, Jopa, ha sido brutal. Toma, te he grabado unos vídeos.— le enseñó su móvil, y empezamos a andar sin rumbo mientras Jopa veía los vídeos— Oye, ¿a donde queréis ir? Me han dicho por aquí que hay un centro comercial tochísimo. ¿Vamos a ver?— nos preguntó.
—Ala, sisi, porfa.
—¿Oye y ese entusiasmo?— Dani me sonrió de lado, y no pude evitar sonreír también.
—Ayer no podía dormir y vi un tutorial de maquillaje muy chulo y bueno, díganos que necesito nuevos productos.
—Maquillaje no...— Adri se quejó desde atrás— No saldremos del centro comercial ese ni mañana.
—Adri cállate ya, tío, te quejas por todo.— lo empujé.
—Me quejo por todo lo que tenga que ver contigo, pesada.— me pasó el brazo por los hombros y me despeinó entera, riéndose a carcajadas.
—Mira...— grité— Me cago en tu puta estampa, Adrian, esta noche juro por mi madre que voy a hacer lo posible porque no duermas.— lo amenacé mientras traté de peinarme y dejarme el pelo como lo llevaba.
—Ufff lo tienes chungo, eh Adri.— Borja le puso leña al fuego, y Adrian negó con chulería.
—Nah, esta noche duermo como un tronco.
—Ya lo veremos, ya.
De repente alcé la cabeza y vi que ya habíamos llegado al centro comercial.
Era un edificio gigante con muchas luces, escaparates llamativos y inteligencia tecnológica que no llegaría a España en probablemente 50 años. Comparado con Dubái, Madrid parecía una ciudad del pasado, de la época de Pedro Picapiedra por lo menos.
—Oye, Maya y yo vamos un momento al Zara que tiene que ayudarme con una cosa de mi hermana.— Plex mintió a los demás— Ahora venimos.
El corazón se me aceleró ante la idea de que estaba mintiéndole a Borja, Adri y a Jopa para que pasáramos tiempo juntos, y empecé a ponerme nerviosa. Disimulé el hecho de que no tenía ni idea de lo que Plex estaba diciendo, y asentí como siguiéndole el rollo para hacerlo todo más creíble.
Parece que se lo creyeron, así que nos dimos media vuelta y nos fuimos.
En cuánto estuvimos suficientemente lejos de los chichos, Plex me dio explicaciones.
—Vale, tengo un serio problema.— sacó la cámara y empezó a grabar, supongo que para aprovechar y no tener que explicar lo mismo dos veces— Y es que bueno, no sé si lo habréis notado, pero Adri está un muy enfadado conmigo.— fruncí un poco el ceño, y Dani me miró— Nono, no me mires así. Está cabreado de verdad.
—¿Qué? Pues no me ha dicho nada, y yo juro que no me he dado cuenta.— me enfocó con la cámara.
Pensaba que después de la movida de la fiesta habían hecho las paces de verdad, así que me asusté pensando en que se podían haber peleado de nuevo por el temita del lío de Adri y mío.
—Sí, pues está cabreadísimo, pero todo tiene una explicación.— empezamos a andar más rápido, la tienda de Apple se veía a lo lejos— Mirad, chicos, yo ayer le rompí el móvil a Adri, ¿vale? Se me cayó en el Mar Negro. Me puse a grabar con él, se mojó con agua con sal (que tenía mucha sal el Mar Muerto) y no se le enciende.
Admito que al escuchar eso se me partió un poquito el corazón. Pensaba que de verdad Dani quería pasar tiempo a solas conmigo, pero no, solo quería que fuera con él a la Apple para usarme como consejera y poder comprarle un buen móvil a Adri.
Jo.
—Entonces me he traído a Maya para ver si me puede ayudar. Porque obviamente voy a comprarle un móvil nuevo antes de que pierda todas sus cosas.— me enfocó— A ver, señorita, ¿qué me recomienda?
—Pues...— me hice la interesante— Le recomiendo que nos demos media vuelta y nos vayamos porque Adrián se merece de todo menos un móvil nuevo, tal vez un buen hostion.— bromee, y Plex empezó a reírse como se rie él, con esa risita tan aguda que parece una olla exprés.
No pude evitar reírme yo también, me había contagiado la risa. Al final nos calmamos y volvió a grabarme, pero esta vez lo hice bien, y dije que le debería comprar el nuevo IPhone por las molestias.
—Lo tenemos chicos.— enseñé la bolsa en cuanto Dani y yo salimos de la tienda, imitando su tono de voz— Vamos a dárselo a Adrián, a ver si deja de llorar, que lleva llorando todo el día.
—¿No ibais al Zara?— Adri preguntó en cuanto nos vio llegar con la bolsa de Apple.
—Toma, para ti, lo siento mucho Adri.
Me encargué yo de darle la bolsa con una sonrisa a la misma vez que Plex se disculpaba, y a Adrian, que venía con cara de perro, se le escapó la sonrisilla al imaginarse que, en sus manos, tenía un IPhone completamente nuevo.
—He cumplido, ¿me perdonas?
Adri respondió dándole un abrazo a Plex muy bonito, de mientras Borja trasteaba la bolsa como un niño pequeño.
—A ver que en verdad no me había enfadado tanto, solo un poquito, y vas y me compras un IPhone. Estás loco tío.— Adri estaba totalmente entusiasmado.
—Bueno, soy un hombre de palabra y he cumplido. ¿En paz?— Plex le ofreció la mano.
—En paz.— Adri se la dio.
—¿Ahora sí podemos ir a ver maquillaje?— pregunté.
Y los chicos me miraron mal, sabiendo que les esperaban un par de horas conmigo, siguiéndome de tienda de cosméticos en tienda de cosméticos.
🌎
bueno las cosas parecen empezar a mejorar.
maya ha admitido que cree que le gusta Plex, una menos que está confundida, pero que pasará con Adri...? y si el que se confunde ahora es él? 🤭
en fin, capítulo largo porque estoy de brote, y ojo porque se viene un capitulazo (o eso espero porque quiero que el próximo sea uno de los mejores)
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