i. madrid

MADRID | Maya

Unos meses más tarde...

mayacuestaa_
📍Madrid, España

❤️✈️💬

le gusta a teddarchie, yosoyplex y a 153.556 personas más

mayacuestaa_: home, sweet home💘

desde que he vuelto a casa, me he aficionado a dos cosas: a los GRWM y a los streams (gracias @elcromas_ )

seguidme en tiktok(notmayacuestaa) y en twitch (mayacuesta) para no perderos ningún vídeo/directo. veamos esto, a ver como nos va🥹✨

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ABRO LOS OJOS, y aún no creo que esto esté sucediendo.

No estoy en Birmingham, ni en ningún otro lugar de Inglaterra. Ni siquiera estoy en mi casa, aunque sí esté en Madrid, pero estoy a punto de cometer la mayor locura de toda mi vida, que o puede salir muy bien, o puede salir demasiado mal.

Me quito los auriculares cuando salgo del coche.

La calle está prácticamente vacía, en silencio, son las diez de la noche, y ni siquiera sé si estoy en el lugar correcto. Mis dudas desparecen cuando las puertas de la casa, aquella enrome mansión que tengo delante, se abre. en cuanto le doy al timbre, y de ellas salen un grupo de chicos, todos muy bajitos y parecidos los unos con los otros.

Menos uno, que sobresale.

Ahí está, después de dos meses, en frente de mi. Parece que es el último en darse cuenta de que estoy ahí, porque para cuando se da la vuelta y me ve, todos sus amigos se me habían quedado viendo desde hacía rato ya, con una sonrisa y grabándome.

Dani está muy guapo. Le ha crecido un poco el pelo, se ha vuelto a hacer el corte de la ceja y, acostumbrada a verle pasearse por Tailandia con crocs, camisetas medio rotas y los mismos pantalones, se me hace raro verle con chaqueta y bambas, llevando un estilo que le favorece muchísimo.

—¡Hostia, Maya!— sonríe, y se me llena el corazón en silencio cuando veo lo feliz que se ha puesto al verme— Ven aquí. Joder, cuánto tiempo.

Dejo mi mochila en el suelo y me acerco a la puerta con las manos en los bolsillos. Cuando lo tengo delante le doy un abrazo, y nos separamos a los segundos, los dos seguramente avergonzados por estar siendo el centro de atención.

—Holaa.— saludó a los demás cuando nos separamos, me sabía mal no hacerles demasiado caso.

Todos me responden a la vez, algunos levantando la mano en forma de saludo o sonriendo.

—Mira, te los presento.— Plex me pone la mano en la espalda y nos acercamos a ellos, que están puestos en fila— Este es Marc, o bueno, tú ya lo conoces por Krufy.

—Ah siii, ya se quien eres.— asiento y le doy dos besos— Encantada.

—Igual.— me sonríe, me parece un chico monísimo.

Va vestido con una sudadera con la capucha puesta, escondiendo un poco su cara pero dejándola ver lo justo como para comprobar que es muy atractivo. Lleva unos pantalones cortos parecidos a los que llevaba Plex en Tailandia,  y como no podía ser de otra manera, lleva chanclas con calcetines.

—Este es Jan.

—O Tito Janson, como prefieras.— me dice, y el de su lado suelta un ronquido de esos que salen a veces cuando te ríes. Me los quedo mirando cuando Jan le da una colleja— Tío, Archie, ¿de qué te ríes?

—Pues de ti, pringao, soy Archie guapísima, encantado.— me da dos besos y me separo con una sonrisa.

—Ah, sí, espera, tu eres el del Chelsea, ¿no?

—¿Chelsea, yo? Pf aguante Arsenal.— me dice, y ahogo un grito de sorpresa.

—Pfff pero que falso eres, anda.— dice Jan— Si estaba todo el día diciendo que era una pasada que jugaras en el Chelsea.

—Yaya, si me lo creo.— le digo, y amenazo a Archie, que hace una mueca—Y tú, bien que me me comentabas este verano cosas del Chelsea, eh campeón, que sepas que yo de Judas y sapos no quiero saber nada. A menos que sea Jude Bellingham, claro.— añadí— Eso es otra historia.

—Madre mía.— Plex rodó los ojos.

—Es que Archie es un sapo, Maya, un sapazo, el sapo rey. Yo no soy como él, yo real hasta la muerte bebé, de mi puedes saber lo que tú quieras.— dice Adri, lo reconozco por la perilla y porque este verano hablé un poco con él en Tailandia, y también algunas semanas después, cuando me contestó algunas stories.

Creo que Plex no lo sabe, pero tampoco esperaba que lo hiciera, tipo, ¿a él que iba a importarle?

Seguramente me diría algo como "buen dato crack" y se pondría a grabar a una mosca volando.

En fin.

He de reconocer que Adri es más guapo en persona.

Lleva una sudadera puesta con la capucha que solo le deja ver el flequillo negro, que le tapa un poco la frente y le esconde en parte los ojos, como a Krufy. Tiene unos labios gruesos, muy bonitos, acompañados por una perilla que le da el toque. Su voz es grave, de esas que son imposible olvidar.

Es guapísimo, sonríe tonta. Me dice mi conciencia.

Sonrío sin poder controlarlo, y le muestro una sonrisa sincera que no me había salido con nadie más. Ni siquiera con el propio Plex.

—Madre mía Adrián, ubícate que estás más perdío....— el chico de su lado confirma mis sospechas.

—Vamos, que si eres Adri es que también eres Buitreman.— digo obvia, y el jardín estalla en risas, creo que nadie se esperaba que conociera la broma.

What.— dice Adri flipando.

—Madre mía pringao, pero si te vacila hasta Maya que no te conoce de nada.— le dice un niño pequeño por encima de las risas.

—Tu cállate anda. Y tirársela a alguien de tu edad, que creo que soy demasiado mayor para ti.— le suelto, y se ríen aún más.

El niño empieza a negar con una sonrisa, sé que es Peacky por la forma en la que habla.

—Pfff es que vaya jefa.— Krufy dice.

—¿Qué voy a hacer? Me gustan los retos.— se encoge de hombros Peacky con chulería— Y las maduritas, guapa.— me guiña el ojo haciendo un sonidito con la lengua.

Mi cara no da créditos en estos momentos.

—Pobre Maya, no entiende nada.— dice Krufy grabándome, y efectivamente, no se que coño está pasando y porqué se está descontrolando todo— No sabe lo que le viene.

—Es que Maya, me pareces muy guapa.— Peacky da un paso al frente y me sonríe con timidez, haciendo que por un momento me sienta halagada y me parezca hasta mono, pero enseguida me recompongo.

—¿Qué?— pregunto con una sonrisa incómoda— ¿Esto porqué? ¿De gratis?

A mi alrededor se oyen risas, Krufy está grabándolo todo con una cámara que supongo que será para el vlog de hoy.

—No puedes hacer estas cosas.— Dani habla por primera vez, y aunque parece que esté serio, sé que solo está jugando. Tiene a Peacky sujeto por el hombro, que a causa de la diferencia de altura, lo está mirando desde abajo con una expresión nerviosa. Creo que se piensa que se ha enfadado de verdad— Una abeja no puede ir de flor en flor. No puedes ir, ayer con Lucia Correa y hoy con Maya Cuesta, ósea, olvídate.— le amenaza, pero a Peacky se la suda.

—Es que eres muy guapa, Maya.

Krufy me pone la cámara a centímetros de la cara, y no sé bien bien cómo actuar, me pongo nerviosa al tener la cámara tan de cerca. Grabo GRWM y hago streams casi todos los días, eso es cierto. Pero solo cuando estoy sola en casa, porque ni me gusta que me vean cuando grabo me gusta que me graben los demás, porque siento que no tengo yo el control de mi imagen.

Puta psicopata.

Que te calles conciencia. Bueno, un poco loca sí que parezco.

—¿Qué tienes que responder a eso?— me pregunta Adri riéndose, y yo niego con una sonrisa.

—Nada, pues que muchas gracias.

—¿Y yo no? ¿Yo no te parezco guapo?

—Eh... ¿pues sí?— pregunto riéndome, y me da un abrazo que me toma por sorpresa pero le correspondo.

—Eh, a tres metros de distancia te quiero, niñato, te estás pasando.— Dani lo separa, pero Peacky está sonriendo como un bobo.

—Es que no estoy entendiendo nada.

—Que me gustas Maya.— dice con un tono enamorado.

—¡ALA ALA FLIPAO'!— exclaman dos o tres, esto se esta descontrolando.

—Mira, para que veas que es verdad.— me enseña la pantalla de su móvil, y me doy cuenta de que fondo de pantalla soy yo.

—Una polla, Peacky.— Adri lo mira sorprendido mientras aplaude, desinflándose de la risa.

Todos se quedan en shock y se ríen los unos con los otros.

—¿Es coña?— me rio, la situación es tan surrealista que me causa hasta gracia.

—Pf, el puto niño. Oye, déjalo, desde que es adolescente está salido.— me explica Plex, y no puedo evitar seguir riéndome— No se lo tengas en cuenta. Y tú cámbiate ese fondo, que pareces un acosador.

—Emmm, yo— se señala Jan— en tu lugar,— me señala a mi— me rallaría.

—Sisi, la verdad es que ralla un poco.— coincide Archie— Yo le pondría una orden de alejamiento por lo menos, Maya.

—Tu, sapazo, prohibido estar cerca de ella o entrar en su cuarto esta noche, ¿te enteras?—Adri amenaza a Peacky, y no puedo evitar sentir un cosquilleo al oírlo hablar así sobre mi, tan firmemente aunque sé que lo dice de broma.

Ignoro esa sensación cuando Plex me sigue presentando a los demás.

—Olvídate de este anda, mira, él es Borja, muy majo, que va a venir con nosotros a la vuelta al mundo— me señala al chico bajito que esta al lado de Adrián— y con Adri y Jopa, claro.

—Encantado.— me da dos besos.

—¿Quien es Jopa?

—Yo soy Jopa guapísima.— me dice un chico hablando súper rápido, con un claro acento andaluz, de Cádiz o Málaga, tal vez, pero no estoy segura.

Es un chico de la misma estatura que Borja, pero son muy diferentes. Tiene el pelo más oscuro, lleva gafas y no tiene perilla. También me da dos besos y yo se los correspondo, creo que ya están todos.

—Falta uno, Ruby, pero está en Barcelona así que no creo que mañana llegue a tiempo para que lo conozcas.— me explica Plex, y yo asiento.

Mi madre entra en el jardín, y se une a nosotros. Se había quedado fuera hablando por teléfono, pero ahora ya había colgado, y nos sonríe.

—Holaaa.— saluda a todos, que le devuelven el saludo— Hola Daniel.

—Hombre, Ana María, ¿qué tal?— se acerca y le da dos besos. Lo miro con una pequeña sonrisa. Me encanta que sea tan educado con mi madre— Chicos, ella es Ana María, la madre de Maya.

—Pf, con razón.— murmura Jopa, aunque demasiado alto para mi gusto.

—Jopa pírate pringao.— le dice Adri.

—Mi compa el más disimulado.— dice Jan.

—Joder, bro, es que se ha escuchado hasta aquí.— se ríe Krufy, que se ha vuelto a poner la capucha y ahora mismo está igual de guapo que Adri.

Hacemos contacto visual una milésima de segundo, y me enfado conmigo misma.

¿Qué mierda me está pasando? ¿Porqué me estoy comportando así?

No puedo estar pensando así de cada chico que veo, y menos cuando voy a pasarme 80 días conviviendo con cuatro. Pero es que se me hace difícil cuando son tan guapos, tan majos, y sobre todo cuando tienen el humor roto como yo, pero habrá que hacer un esfuerzo, porque de por medio está Dani, con quien las cosas, aún, no están demasiado claras.

Sí, me he pasado meses lejos de él.

Sí, cada uno ha hecho su vida.

Pero ahora volvemos a estar juntos, y aunque hay chicos que han pasado por mi vida estos meses, ninguno ha sido él.

—Me halagas, chico, pero podría ser tú madre así que...— menos mal que mi madre se lo toma a coña.

—Para el amor no hay edad, bonita.— le dice Jopa fingiendo un tono enamorado.

—Mira, al final me voy.— amenazo sonriéndome.

—Nono, Maya, tú no. Que se vaya Jopa.— suplica Peacky.

—Si es con tu madre me voy donde sea.— dice con un tono "sensual" y le guiña el ojo exageradamente, y todos reímos.

Que patético, pero supongo que así somos.

Los chicos nos dejan unos minutos a solas con mi madre, y me despido de ella, pues al fin y al cabo, no la vería durante tres meses. Para despedirme de mi padre me había pasado una semana con él y mis abuelos en el pueblo, y a Mateo lo dejé en casa bastante triste, lo que me rompió el corazón.

Sabía que mi hermano tenía un poco de envidia de que fuera a estar tres meses viajando por el mundo junto a un youtuber, uno de sus favoritos, pero por encima de la envidia estaba la hermandad, y sabía que le ponía triste no tener a nadie a quien poder molestar cada mañana.

Él mismo me lo había dicho.

—¿Tienes los medicamentos?

—Sí.

—¿Los productos del pelo?

—Siiii.

—¿Los tampones?

—Compresas.— le corrijo.

A mis 17 años, aún no he conseguido ponerme uno. Y ya he perdido la esperanza, la verdad.

—¿Y los preservativos?

—¡Mamá!— exclamo sorprendida.

—Tranquila, ya los lleva Plex.— grita Jopa desde la puerta de la casa, y todos se ríen mientras yo me pongo roja, aunque estoy de espaldas y nadie puede verme.

—Menudo personaje.— mi madre se ríe— Oye, hija, sobre todo no te olvides de los papeles que te firmamos tu padre y yo, que sin eso no puedes viajar a ningún lado.— me advierte, y abro mi mochila sacando la carpeta donde guardo todos los documentos importantes y el pasaporte— Perfecto. Pásatelo muy bien, cariño, pero ten mucho cuidado, evita meterte en problemas, ¿vale? Que el mundo ahora mismo está muy difícil...— suspira, y yo asiento— Escríbeme siempre que puedas, siempre que despegues y aterrices, y cualquier cosa no dudes en llamar, ¿vale? Cogeré un vuelo donde sea para ir a por ti.

—Te quiero mamá.— le doy un abrazo, mientras ella me acaricia la cabeza, como cuando era pequeña.

—Yo te quiero más, mi niña. Corre, pásatelo muy bien.— me da una palmada y nos separamos.

Voy hasta la puerta, donde me esperan Dani y los pocos que aún no han entrado a la casa, y me despido con la mano.

Entramos en la mansión y Plex cierra la puerta detrás de mí.

—Bueno, bienvenida a tu nueva casa. Ven, que te enseño tu cuarto.

Subimos las escaleras y mi cara es de admiración. Plex y sus amigos viven en un casoplón, tanto por fuera como por dentro, y a mi, que vengo de unos orígenes medio humildes, tanto espacio me queda demasiado grande.

—Pasa.— enciende la luz, y flipo en colores.

Estoy un cuarto básico, muy básico, pero también grande.

Y es precioso.

Tiene un baño gigante, un armario para mi, y una cama espaciosa. Sé que solo voy a estar aquí un par de noches, tal vez algún tiempo más cuando vuelva de la vuelta al mundo, ¿quien sabe? Pero se nota que se lo han currado para causarme buena impresión, para que esté cómoda viviendo aquí con ellos, y me siento muy agradecida.

—Ala Plex, esto es demasiado, no teníais porque.

—A ver, un poco sí.— se sienta a mi lado, en la cama— Vosotros me acogisteis igual de bien en Tailandia, es lo mínimo que tenía que hacer.

—Si para ti acogerte bien es tener a Frank insultándote las 24 horas del día...

—Bueeeeeno, dejando eso de lado.— rueda los ojos— Al final le caí bien y todo, y lo sabes.

Pues sí, tiene razón.

No se lo dije, pero desde que Plex se fue de Tailandia Frank hablaba mucho de él, admirando el cambio que había dado desde que había pisado el Santuario.

—La cama es cómoda, eh.— decido cambiar de tema.

—No vamos a dormir nada en ochenta días, así que aprovecha esta noche para estrenarla y dormir todo lo que puedas.— me advierte riéndose. Me tumbo en la cama, dejándome caer de espaldas. Es una cama comodisima. Que maravilla— Oye, ¿cómo va la rodilla?— decide sacar el tema.

Me recompongo apoyándome en el cabecero.

—Bueno...

—¿Bien para andar por el mundo al menos?— me sonríe a medias.

Me pierdo en sus labios, que son muy bonitos. Le sonrío, y él me sonríe otra vez.

—Sí, para eso seguro.

—Bueno, bien, bien.— está satisfecho— Y... ¿para el fútbol?— duda si preguntar, creo que sabe que está tocando un tema complicado.

Suspiro, agradezco su delicadeza.

—No, creo que voy a dejarlo.— le confieso. Me mira sorprendido, creo que se esperaba de todo menos eso— Soy consciente de que no voy a volver a andar si quiera como antes, así que jugar ya me parece algo imposible, tengo asumido que he perdido todo mi talento.— aunque me duele decirlo, es la verdad, así que no la escondo— Me he mudado otra vez a Madrid, ahora vivo con mi madre y Mateo por el centro. He enviado unas solicitudes a un par de universidades, así que cuando vuelva de la vuelta al mundo, que voy a tomarla como un año sabático, veré lo que haré. Pero seguramente me meteré por periodismo deportivo, así al menos estaré trabajando en el fútbol, aunque al otro lado del campo.

—Bueno, es tu decisión, al fin y al cabo, es tu rodilla, y nadie mejor que tu sabe como está y cómo se siente.— dice, y yo asiento— Bua, no sabes lo que me alegro de verte, Maya. Se te echaba de menos por aquí.

—Jooo.— me emociono, y dudo en si darle un abrazo.

Al carajo, echo de menos sus brazos.

Cuando nos separamos, Plex me dice.

—Lo pasaremos increíble, lo verás. Ah, y una cosa. De verdad que siento un montón lo de Peacky, no vayas a pensar que es un acosador.

—Hablas como si fuera tu hijo.— bromeó, él asiente como diciendo "lo parece".— Es un crío, Plex, lo sé.— lo tranquilizo riéndome— Alguna vez yo también fui así.

—¡Pff alguna vez dice! Dirás hace como dos años.— me corrige riéndose— Tienes diecisiete eh, ni que fueras un viejo en estado vegetativo.

—Ya ya, pues tienes razón, hace dos años, sí.—asiento— Buf pero he cambiado mucho, prefiero ni acordarme de esa etapa.— me mira asustado.

—¿Pero porqué lo dices así? ¿Qué mierda hiciste? ¿Robar un banco, pedazo de criminal?— bromea.

—Algo así. Tal vez te lo cuente algún día.— le guiño el ojo.

Nos miramos en silencio con una sonrisa, echaba de menos estos momentos con él.

De repente alguien asoma la cabeza por la puerta y nos interrumpe, justo cuando iba a preguntarle qué había sido de él estos últimos meses.

Es Adri.

Tendré que quedarme con la intriga.

—Parejita.— anuncia— Ya han llegado las pizzas.

Dani y yo nos levantamos y bajamos a cenar con todos.

Durante la cena, todo son risas, los chicos me cuentan anécdotas que han vivido juntos, de las cuales la mayoría son muy graciosas, y siento que cada vez me caen mejor. Nos vamos a dormir pronto porque mañana hay que madrugar, y en cuanto me tumbo sobre la cama, solo puedo sonreír, emocionándome por lo que me viene a continuación.

Si Plex nunca hubiera adoptado esa capibara, nunca nos habríamos conocido.

Si el destino no hubiera querido que dejara el fútbol, ahora no estaría aquí.

Si mi pasión no se hubiera acabado, no estaría cumpliendo el sueño de mi vida.

Y con esto y un bizcocho, a lo que me refiero es que todo pasa por algo.

Intento dormir pero me cuesta un poco. Sonrío una última vez y me dejo caer rendida en los brazos de Morfeo, aunque siento que aún, no asimilo nada de lo que va a suceder.

Un día solo.

Queda un día.























🫶🏼

esta intro es una puta broma pido perdón pero esq los de la epic me parecen tan graciosos que necesitaba una buena intro JAJAJAJAJ

NO OS OLVIDÉIS DE PASAROS POR MI MURO! allí subí avisos y más cositas para las que me preguntáis 💘

mañana primer destinoooo

Capítulo editado.

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