capítulo uno

TAILANDIA | Maya

COMO CADA VERANO DESDE que tengo uso de razón, una vez más mi hermano y yo estábamos en Tailandia, pasando unos días en el santuario de animales con mi tío Francisco.

Sí, Francisco, aunque todos le conocen como Frank, supongo que lo hace más molón. Y es que creo que nadie se imagina a un tal "Francisco de la jungla", ¿o sí?

El santuario de Frank era mi lugar favorito en todo el mundo.

Habían animales por todas partes, de todas las clases, y lo mejor de todo es que estaban en libertad, felices, y eso era lo que lo hacía todo tan bonito.

El reloj marcaba las diez de la mañana y el termómetro estaba a punto de reventar de la calor. Teníamos cuatro ventiladores repartidos por el salón, pero ni con esas lográbamos mantenernos a una temperatura más o menos ambiente.

—Joder esto es insoportable.— me quejé quitándome el sudor de la frente. La barriga me empezó a gruñir—Entre la calor y el hambre...

Gracias a Dios parece que mi tío oyó mis plegarias y apareció con dos jarras de agua y platos de comida.

—A comer chavales.— dejó la comida en la mesa y palmeó sus manos.

Enseguida salió Mateo de dentro de la casa y nos sentamos a comer todos juntos en la terraza. Después de comer, mi hermano se fue a grabar los suricatas para su canal de Twitch y yo me quedé en el sofá de la terraza viendo Youtube, entonces me salió un vídeo que se había subido hace poco y que me llamó bastante la atención.

"La mejor mascota del mundo!"

Ese era el título del vídeo, y en la miniatura salía un chico con una capybara.

Oh oh, esto pinta fatal.

No sabía bien que podía encontrarme en aquel vídeo de quince minutos pero más o menos me lo esperaba.

Entré por curiosidad y enseguida salió un chico saludando a sus seguidores y contándoles que pronto les llegaría una sorpresa. Entonces aparecía un plano con una caja en medio del comedor de una mansión, y un montón de chicos alrededor.

De ella salió una capibara, que a la vista podía verse totalmente incómoda y nerviosa, pues una capibara es un animal salvaje que no está acostumbrada a estar en una casa, y mucho menos rodeada de siete o ocho personas que están gritando y haciendo movimientos bruscos todo el rato.

Los chicos se reían ante los movimientos confusos del animal, y me estaba dando bastante pena.

—¿Qué estás mirando?— me sorprendió mi tío.

Me sobresalté y paré el vídeo.

Después de recuperar mi respiración le miré.

—Me acaba de salir un vídeo por YouTube bastante curioso, la verdad.

—¿A sí? ¿Y de qué va?— se sentó a mi lado.

Sabía que si Frank veía el vídeo podían pasar dos cosas.

1. O que insultara al chaval delante de mi y lo dejara pasar (no sin antes leccionarme en como estas cosas están mal y que no hay que apoyarlas).

2. O que insultara al chaval y se hiciera cargo de hacerlo público, creando una nueva polémica.

Creo que los tiros iban por la segunda.

—¿Pero y este gilipollas que coño hace?— preguntó mientras miraba el vídeo. Me quitó el móvil de las manos y todo, estaba verdaderamente enfadado— Madre mía, ¿pero tú lo estás viendo? Mira, mira. Mira que cara pone el pobre bicho.— señaló a la capibara.

Después de soltar tacos que no puedo escribir durante la duración del vídeo, se levantó enfadado y se marchó.

No sabía exactamente que iba a pasar a continuación, pero sí sabía algo, y es que nunca más volvería a ver un vídeo de ese chaval.

Después de dormir una siesta al aire libre me despertó Mateo con una de sus bromas para su canal. Al contrario que el tonto de la capibara, Mateo grababa a los animales en su hábitat y tenía contenido bastante variado, en el que se encontraba también molestar a su hermana mayor.

Lo segundo me fastidiaba un poco.

—¿Mateo, tu eres tonto o que te pasa?— me quejé cuando me di cuenta de que tenía una serpiente de goma encima.

A lo mejor me veis exagerada, pero cuando estás rodeada de serpientes que pueden salir de la nada y mandarte al otro barrio, cualquier cosa puede asustarte, hasta si se trata de un juguete de goma que está tan mal hecho que da hasta pena.

—Que sí pero el susto te lo has llevado, pringá.- se rio y se marchó con su cámara.

—Soplapollas.— bufé.

Después de me reí, ¿qué clase de insulto es ese?

Bostecé por el cansancio, me levanté del sofá y vi que tenía a las nutrias a mi lado.

Saludé a Chispas y a sus hermanos y les di de comer porque parecían hambrientas. Luego di de comer a las mini cabras y con ellas pisándome los talones, caminé por el santuario en busca de mi tío.

También me acompañó Gertru, la avestruz que protege a Frank de todo aquel que se le acerca, y cuando me lo encontré estaba metido en el charco de las capibaras.

—Oye Maya, ven para aquí un momento, sobrina.—me dijo.

—¿Qué pasa?

—Toma, ¿puedes coger mi móvil y grabarme un momento?

—Uy.— tomé el móvil dudosa.

—Que sí, hombre, que es rápido, tu coge el móvil.

—Tengo miedo, la verdad.— bromeé.

—Tú calladita durante todo el vídeo, y ni se te ocurra decirle a tu madre que lo has grabado tu, ¿te enteras?— asentí— Si no, nos manda de una hostia a Inglaterra a ti y a mi, los dos a la vez.

—Vale.— cogí el móvil— ¿Desde aquí?

—Sí, desde ahí mismo, el plano me da bastante igual, lo que importa es el mensaje.

Ya me estaba oliendo algo.

Y no me gustaba ni un pelo.

¿Y si se liaba por mi culpa?

Pobre Plex, la que le iba a caer encima.

Nunca debí haber visto ese vídeo, como dicen, la curiosidad mató al gato.

—¿Oye es por el tío de la capibara?— pregunté.

—Sh, tu graba y ya.— me corto rápido, así que bufé sin querer formar parte de la polémica pero sin otra opción que grabar— ¿Ya está?

—Grabando.— dije de mala gana.

—¿Qué pasa chavales? Bueno— empezó hablando— Hoy os voy a comentar una cosilla. Hay un canal, que se llama "Yo soy Plex", que yo desde aquí lo voy a bautizar como "Yo soy Gilipollas".

Aquellas declaraciones me dejaron flipando, abrí los ojos como platos, pero no podía hacer nada que seguir grabando y escuchando todo lo que mi tío tenía que decir.

—Hoy vamos a hablar de las capibaras. Como veis, mirad, aquí viene una capibara— enseñó a una aproximándose, a quien yo había bautizado como "Jakepauler" por mi amor a Jake Paul.

Lo sé, un nombre estupido en honor a una persona estupida.

—Veis que la capibara cuando yo me paro, se para.— enfoqué al animal— ¿De acuerdo?

Frank empezó a hablar de las capibaras y su comodidad, el hecho de que tenían una distancia para sentirse seguras y que uno no podía ir y saltarse eso así como así.

-A ver, Yo soy gilipollas, te lo explico, ¿vale? Esta no es la mejor mascota del mundo.— señaló a Jakepauler como referencia al título del vídeo de Plex— No lo es. Esto es un animal que vive aquí, donde se puede mover.— hizo referencia al santuario.

Al principio, cuando hablaba de la capibara y sus cuidados, se metía con él de manera más "calmada"- dentro de lo que cabe (llamándole irresponsable y esas cosas).

Luego se enfureció de golpe, y de brote empezó a llamarle de todo.

—¡Y espero que todo el mundo te denuncie!— exclamó, y juro que mi cara en aquellos momentos era indescriptible. Lo repitió otra vez gritando— ¿Porque sabes lo que eres? Lo que eres es eso que está ahí.— señaló a uno de los cerdos que había parecido y estaba de chill, masticando hierba— Eso es lo que eres. Así de sucio eres tú. Así de asqueroso eres tú. Y todos tus amigos. Y todos tus seguidores que te aplauden. Porque si no hay demanda, no hay negocio, eres el puto claro ejemplo.

De repente apareció Mateo con un balón en la mano y me miró tipo "wtf" a lo que yo solo me encogí de brazos y se me acercó.

—Corta que me cago en la puta.— dijo Frank finalmente, y es que soltarlo todo lo había enfurecido de verdad.

Dejé de grabar y me quedé sin saber que hacer. Él tan solo salió del agua y me quitó el móvil de las manos.

—¿Eh pero a donde vas?— pregunté mientras se alejaba.

—A editar esta mierda.

Mateo y yo nos miramos y Frank desapareció.

—¿Qué acaba de pasar?— me preguntó, pero ni yo misma había entendido nada. Me encogí de hombros— Bueno, ¿hacemos unos pases?

—Va.

Mi hermano y yo nos pusimos a jugar a fútbol para olvidarnos un poco del show que acabábamos de ver. Antes de que cayera la noche, decidimos darnos un baño en la charca con Chispas y algunas otras nutrias, y aunque estaba un poco sucia, al menos nos lo pasamos bien.

Luego nos duchamos y cenamos todos juntos en la terraza, junto con mi tío, que parecía más calmado.

Antes de irnos a dormir, vi que el vídeo de Frank ya estaba subido, tenía como título "yosoyplex= GILIP%LL@S (NO, NO ME PIERDEN LAS FORMAS!!!!)

Aquella noche me costó bastante dormir, y no precisamente porque habían bichos al hacecho por todas partes que podían matarme con una picadura, o porque estaba durmiendo al lado de Lucas, que roncaba como una morsa moribunda, sino porque había alguien en mi mente que no me dejaba tranquila.

Mientras miraba el techo pensando en Plex, me pregunté si me levantaría mañana con el vídeo viralizado y una nueva polémica a la vuelta de la esquina...

En fin, el verano acababa de comenzar, y aún así no dejaba de sorprenderme.



























capítulo editado.

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