[56]

El Rey Ji-Sub contemplaba el ataúd de su madre, las demás concubinas lloraban desconsoladas ante la muerte de la Reina Viuda, Bae Susy también, por lo menos fingía para no levantar sospechas. El Rey contempló el cielo mientras la lluvia caía con fuerza, la enfermedad de su madre se había deteriorado, ahora solo le quedaba su esposa e hijos, se giró a ver a las concubinas y a la Reina Consorte. Bae Susy se acercó al Rey, quien la tomó de la mano, frotando su mejilla sobre la palma de ella, su esposa solo contuvo las ganas de quitar su mano.

—¿Mamá no sufrió? pensé que descansaría bien en ese lugar.

—Su madre murió durmiendo, su alteza, dicen que es la muerte más bonita que puede un humano tener—comentó forzando una sonrisa.

—Gracias por haber estado a su lado y apoyarla.

—Era mi deber, su majestad—la mujer contempló a las demás consortes, muchas de ellas estaban allí porque fueron tomadas por Ji-Sub a la fuerza y otras ya estaban antes de que el hombre tomara el trono a la fuerza, mucho de esos hijos habían muerto, por enfermedades y de las nuevas, se encargó de que no tuvieran hijos, por ordenes de su señor. Min Yoongi, ya que su alteza el cuarto principe, no quería tener que matar a un niño para romper el linaje de aquel hombre.

Había cumplido todo, pronto encontraría su libertad.

—Ve a descansar, has estado en velo estos tres días.

—Su majestad, supongo que la fiesta...no se podrá hacer ¿Verdad? por la muerte de la Reina Viuda.

—¿Pero qué dices? ya faltan cuatro meses para esa fiesta, es en honor a mi tercer año en el poder, es una fiesta que se hará a lo grande, un mes será el luto para madre, me duele el corazón que ella no haya podido disfrutarlo.

—¿Qué hay de la princesa Sohee? escuché del médico que está muy mal.

—Pobre de mi hija, después de perder sus tres hijos anteriores, su salud se deterioró—musitó con tristeza—, ve a visitarla. Tengo muchas cosas que hacer de trabajo.

—Lo haré, su majestad. Me retiro a descansar a mi palacio.

Ji-Sub afirmó y Susy quitó su mano, contempló a las 25 concubinas y rió ladina para caminar entre ellas, quienes se levantaron para tener que hacer una reverencia.


Kim Taehyung ingresó al cuarto de Min Sohee, notando a la mujer que se mantenía sentada sobre una silla de madera vieja, haciendo unos calcetines de bebé, ya ni siquiera parecía estar en sus cinco sentidos, el alfa frunció el ceño y desvió la mirada sin entender porque había sido llamado a ese cuarto, no soportaba el aroma de ese lugar.

—No tomaré mucho de tu tiempo—dijo ella dejando aquellas prendas sobre la mesa donde tomaba el té.

—¿Qué desea de mi, su alteza?

—Deberías ser mas calmado con una mujer que ya esta al borde de la muerte—musitó ella desviando la mirada—, debes haber oido de parte del médico que me quedan poco tiempo de vida.

—Lo escuché.

—Debes estar feliz ¿No?... que moriré.

—Si cree que soy una persona tan despiadada para celebrar una muerte, no es así. El dolor que causó, no se podrá pagar con la muerte suya, princesa.

—Yo no maté a tus hijos, no tenía ni idea de lo que padre iba a hacer esa noche. Supongo que estoy pagando por los pecados de mi padre.

—Pero no era ajena tampoco, princesa, usted sabía que su padre buscaba el trono.

—Antes podíamos tener conversaciones largas en el jardín, usted y yo, joven bibliotecario Kim Taehyung. Ahora solo somos dos desconocidos, es muy tarde para arrepentirse supongo, tu odio hacia mi, es claro.

—En la verdad princesa, no puedo odiarla. Solo me da lástima que haya terminado de esta forma.

—Lo siento—susurró ella con lágrimas en los ojos y bajó su rostro—, por todo el daño que te ocasioné.

—¿Piensa que con eso podrá remediar todo, su alteza Min Sohee? no es solo a mí quien debe pronunciar aquellas palabras, hay otra persona que le hubiera gustado escucharla, su tío.

Ella miró al frente y recordó el rostro de Min Yoongi, cuando ella tenía cinco años y su tio se acercó a ella y sonrió diciendo algunas palabras, la diferencia en edad de ambos no era mucho ya que era uno de los últimos hijos de su abuelo, incluso a veces jugaron juntos entre los jardines del jardín; pero ya esos tiempos quedaron atrás, y terminaron siendo lo que eran.

—Ah...siempre tendrás en la mente a ese hombre.

—Si, hasta mi muerte mi corazón solo pertenecerá a Min Yoongi.

Entonces ella recordó las palabras de aquel omega, cuando estaba agonizando del dolor después de que le había golpeado: "Podrás tener su cuerpo; pero nunca el corazón de Kim Taehyung" unas palabras que decidió ignorar; pero que eran una gran realidad.

—Entonces...es lo que es, quiero recordarte como la primera vez. Retirate, Kim Taehyung.

Aquel hombre se giró sobre sus talones; pero esa vez se detuvo y se giró, para hacer una última reverencia. Sohee se sorprendió de aquella despedida, ya que él nunca le había mostrado un poco de respeto.



Min Yoongi contempló a los soldados escogidos, ya que estaban practicando el baile que se haría para su hermano Ji-Sub. El jefe de palacio ingresó al cuarto e hizo una reverencia de respeto.

—Su alteza, han venido las bailarinas que me pidió—comentó con voz suave y tranquila. Yoongi le hizo un gesto para que aquellas mujeres ingresaran. El pelinegro volvió acomodar el brazo de uno de los chicos, frunciendo el ceño.

Minutos después seis jovencitas ingresaron e hicieron una reverencia, el omega se giró para estudiar a cada uno, se fue acercando, contemplando el color de su piel, sus ojos, dientes bien cuidados y ninguna cicatriz en el rostro o alguna mancha de nacimiento. Busto, cadera y trasero prominente o mas que la media de mujeres de aquel país.

—¿La eligió la matriarca de la casa de gisaengs?—el jefe Lee afirmó , fijando su mirada en aquellas hermosas mujeres, Min Yoongi sonrió orgulloso del trabajo de aquella matriarca, al parecer, sabía a quien darle la mano—, bien, ha hecho un buen trabajo. A su majestad le gusta este tipo de mujeres. Seojoon ¿Qué opinas?

El soldado se señaló a si mismo y su mirada se enfocó sobre aquellas hermosas mujeres,c carraspeó nervioso, enfocando su mirada sobre los compañeros, quienes estaban embelesados contemplando también aquellas bellezas.

—Mi señor, si usted las aprobó, no tengo mas que decir—comentó ofreciendo una sonrisa forzada, no entendía porque le preguntaban algo así.

Yoongi rió divertido, tomando de la quijada a una de las mujeres, quien le ofreció una sonrisa, si, eran las adecuadas para hacer de bailarinas.

—¡Perfecto! ponganse en fila y muestren su baile, quiero ver.

Ellas afirmaron y se posicionaron, empezando a bailar sin música, ya que se habían memorizado todo perfecto, hace tres meses que empezaron sus prácticas dia y noche para ser seleccionadas e ir al palacio imperial, Seojoon solo contemplaba en silencio, junto a los demás compañeros, fijó su mirada sobre su alteza, notando como aquellos ojos se habían vuelto fríos de nuevo y de un color celeste intenso, dejando en claro que era el omega quien estaba analizando cada mujer, era una pieza importante, no podían fallar. Estaban a unos meses del derrocamiento de su majestad.

Cuando la prueba terminó, ellas se habían retirado, quedando solo Min Yoongi con los soldados seleccionados, los cinco le miraron con sumo nervios, notando como el cuarto príncipe se sentó en una silla, pensativo.

—Es la única oportunidad que tendremos. Nuestro pueblo está sufriendo mientras el Rey disfruta su vida en riquezas, fiestas,banquetes de comida cara. La gente muere del hambre y tiene que pagar más para satisfacer el apetito incansable de mi hermano, el Rey Ji-Sub. Los seleccioné a ustedes porque eran los mejores. Si llegamos a morir, lo haremos con gloria pero desde ese día, la gente recordará nuestra hazaña.

—Su alteza, le entregamos nuestra espada—afirmaron aquellos cinco y se hincaron frente a Min Yoongi, quien solo afirmó.

—Kim Seokjin, el ahora segundo ministro, fue ordenado a hacer esta fiesta. Le prometió al rey que buscaría las mejores bailarines y bailarines, cantantes y buena música. Espero que se hayan memorizado el rostro de aquellos traidores.

—Nos hemos preparado todo este tiempo para algo así, su alteza—habló Kai—podré rescatar a mi hermana de ese palacio.

—Lo harás, aquellas concubinas y consortes que se rindan, tendrán la suerte de ser liberadas y se les perdonará la vida, quienes no, serán castigadas. No podemos equivocarnos ni cometer un error.

Aquellos soldados afirmaron con mucho nervios. El pelinegro les hizo un gesto para que se retiraran, quedando solo en aquel silencioso cuarto, hace mucho que no se sentía tan ansioso del futuro.



Min Sohee alzó el rostro contemplando como el cielo aquella tarde ya se había despejado, ni siquiera pudo asistir al funeral de su abuela debido a su mala condición de salud, tocó su vientre y agachó su rostro, se giró a ver en dirección del jardín, logrando ver a la Reina Consorte que caminaba y sus hijos eran cuidado por la nodriza, aquella mujer se detuvo y miró a la derecha en dirección de la princesa, comentó algo sus sirvientes, quienes se fueron alejando para dejar sola a la Reina Consorte.

Bae Susy se acercó a Sohee que se encontraba sentada en una banca de aquel palacio, se sentó al lado de aquella joven, quien le miró con ojos llenos de frialdad total.

—Me envenenaste el cuerpo—habló ella en casi un hilo de voz, incluso hablar era un esfuerzo—, esas joyas que me diste, era para que no tuviera hijo ¿Qué te hice para recibir eso? ¿Por qué?

—No lo hice de forma personal, seguí indicaciones—la Reina Consorte contempló a la demacrada mujer, sintiendo por una vez, lástima—. Su pecado más grande fue obsesionarse con un hombre que no le pertenecía, igual como lo hizo su padre, se obsesionó con una mujer que no le pertenecía...conmigo.

—¿Es por padre? pensé que podiamos ser amigas, todo este tiempo, confié en tí...

—Jamás quise ser su amiga, verla a usted me recordaba el dia que fui tomada como una concubina para el Rey, pero mira hasta donde he llegado, se que dentro de tí me resentías por lo sucedido con tu madre.

—Ah...es cierto que te resentí la muerte de mi madre; pero quien era mas culpable era padre que decidió por ti: ¿Qué podia hacer al respecto?—rió con amargura—, aun asi, trate de complacerlo y llevarme bien contigo; pero eres una vil serpiente, al final no somos tan distintas en ese sentido, Reina Consorte.

—Princesa Sohee, usted tomó al esposo de su tio, Min Yoongi. No solo eso, le causó mucho dolor a su tio por los celos, eres como tu padre, ya no amabas al joven Kim, simplemente buscabas poseerlo sin importar que. Aunque la persona que usted decia amar, tuviera que sufrir...respecto a sobre que nos parecemos, no se confunda, es distinto.

—Traté de ser buena con él, pensé que algún dia entenderia que mis sentimientos eran honestos; pero el nunca me vio así...que mas da, ustedes dos se confabularon para destrozar mi cuerpo.

—Se equivoca, fue su tio, princesa Sohee—la Reina Consorte sonrió y rió, se levantó manteniendo sus manos juntas—¿Sabe, princesa? cuando un omega y un alfa hacen un lazo, nadie puede romperlos, pero si el omega muere primero o el alfa, su pareja no vivirá mas de una semanas o meses? su esposo debió haber muerto en menos de unos meses—afirmó aquella Reina Consorte.

—¿A qué te refieres? no...¡No!—Sohee sintió su cuerpo débil y trató de sostenerse, buscó perseguir a Bae Susy; pero sus piernas fallaron, volviendo a caer débil por su cuerpo—¡Mientes, Min Yoongi está muerto, lo vimos morir!

—Si, por supuesto que está muerto—sonrió ella viendo el despejado cielo—,el que ustedes conocían, murió. Es tarde princesa, debe descansar.

La mayor se fue caminando con un leve pavoneo cantando una canción para ir a su palacio, se subió al palanquin que la esperaba a unos metros y sin ver más a la agonizante Min Sohee, ordenó retirarse.

La criada de la princesa que iba llegando con una bandeja y taza de té, al ver a su señora, tiró aquellos instrumentos y corrió a tomarla, mirando a los lados en búsqueda de ayuda, llegando un soldado que estaba cerca, dirigiendo a la joven al cuarto de su palacio.


Sohee cuando despertó, solo podía contemplar el techo de aquel cuarto, sus lágrimas no dejaban de caer y sabía que Kim Taehyung no llegaría a verla, ni siquiera la había visitado esos días, aunque supiera de su mala condición, todo era así, al final, estaba de nuevo sola.

—Oye—llamó a su doncella la cual se encontraba limpiando unos jarrones del cuarto—, llama a mi padre.

—Si, mi señora.

La doncella se retiró para cumplir con aquella orden.

Ji-Sub tomaba alcohol mientras se encontraba en su oficina privada, a cada lado una mujer, que reían y jugaban al respecto con él, el Rey tomó una manzana y se la entregó a una de sus concubinas, la cual le dio una mordida.

La puerta de aquel lugar fue tocado.

—Su majestad, la doncella de la princesa Min Sohee ha venido a visitarlo, dice que quiere reunirse con usted.

—¿Vino mi hija hacía aquí?

—No, ella está en su cuarto.

—No tengo tiempo, dile que estoy ocupado—comentó desinteresado para seguir jugando con aquellas amantes.

—Quiere decirle algo importante, su majestad.

—¡Mañana iré a visitarla, estoy ocupado!—gritó aquel hombre ya alterado por la insistencia de aquel soldado de la puerta.

La doncella al escuchar aquellas risas de esas acompañantes del Rey dentro del cuarto, entendió que el tipo no iria a visitar a su hija, a pesar de estar enferma, el soldado la miró con suma lástima, por lo que la doncella solo agradeció el esfuerzo y se retiró para regresar al palacio de su señora.

Sohee se había arreglado sus cabellos e incluso se puso un poco de maquillaje para estar presente frente a su padre, dejó el pequeño espejo redondo sobre la mesa y juntó sus manos, recordando las palabras de la Reina Consorte, la doncella ingresó al cuarto, viendo a su señora, quien le ofreció una sonrisa.

—Lo siento, su alteza. Su majestad dijo que estaba ocupado y no podía venir.

—¿Incluso aunque esté enferma?

—Su majestad estaba ocupado.

Min Sohee rió con amargura al darse cuenta que su padre no iria a visitarla, pasó saliva con dificultad para respirar con suma profundidad, incluso en eso, volvió a envidiar a su tio Min Yoongi. El difunto Rey Min-Sik siempre corrió a los llamados de su hijo e incluso mandó a hacer un jardín solo de árboles de mandarina para aquel cuarto principe. Pero su padre, al contrario, ni porque ya estaba en el hilo de su enfermedad, no llegaba a su llamado: ¿Hubo alguien en ese lugar que se interesó por ella? no, nadie.

—Nodriza—llamó con una voz ya muy cansada—, ve a la cocina y pide que me hagan unos dulce de miel y me los traes, quiero comer unos.

—Son los dulces que su madre le daba cuando estaba niña, me alegro que este de animo para volver a comerlos ¡Iré por ellos, su alteza!

—Y nodriza...gracias.

La mujer de cincuenta años solo le ofreció una sonrisa, saliendo emocionada de aquel cuarto para conseguir los dulces de su señorita, apresurando su caminar para que fueran hecho lo mas rápido posible.

Sohee se bajó de la cama tosiendo, se fue acercando a un espejo,notando su delgado y muy pálido rostro, las ojeras debajo de su ojos y sus labios resecos—¿Quien eres tú?—se dijo a si misma, al darse cuenta de su realidad, se dirigió a la mesa y sacó de un cofre una carta para depositarla sobre la cama con lentitud.

La Nodriza de la princesa iba con la bandeja de dulces, ingresó al cuarto y lo depositó sobre la mesa—Su alteza...Princesa, ya traje los dulces—ella no escuchó la respuesta de su señora, se dirigió a donde se encontraba la cama pero estaba vacio, por lo que la siguió buscando hasta dar con el jardin trasero de aquel lugar, lo único que pudo ver fue el cuerpo de Min Sohee, colgando de una barandilla del techo. Ella pegó un grito desgarrador y rompio a llorar, corrió a buscar ayuda, gritando a los demás sirvientes que ingresaron al cuarto y buscaron bajar el cuerpo ya sin vida de ella.

La Nodriza vio aquella carta sobre la cama y se acercó con sus manos temblorosas para abrirla con lentitud.

"He pagado por mis pecados en esta vida, perdí mi sonrisa, mi corazón y mi humanidad, mi libertad en estas paredes de un palacio, la riqueza y el poder me era insignificante pero no me di cuenta hasta que fui consumida...causé daños a las personas de mi alrededor y a inocentes y todo fue cobrado de la misma forma. Es tarde para arrepentirse, el daño fue hecho: ¿Tal vez en otra vida, pueda encontrar y entender el significado del amor y formar una familia?"

«Min Sohee contempló las cabelleras rubias de un niño más alto que ella, el cual se le acercó y sacudió los cabellos de la pequeña princesa, Ji-Sub solo contempló aquella escena de su hija y su hermano menor.

—Por fin puedo ver a mi otra sobrina, la pequeña Min Sohee—comentó aquel niño poniendo sus manos detrás de la espalda—, espero que podamos ser amigos.

—¿Amigos? ¡Si, seremos amigos!

Exclamó aquella sonriente pequeña que extendió sus brazos, Min Yoongi se despidió de ella y se fue alejando dejando ver una sonrisa más con un movimiento de despedida de manos, el aire movió aquellos cabellos rubios, como si brillara bajo la luz del día.»

"En otra vida, ¿Podremos ser amigos, Min Yoongi?"

Lunes-15-enero-2024:

¡Recuerden el lema de la familia: Somos Sol que calienta; pero no quema!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top