[55]
Seojoon acarició con cuidado el hombro de su señor, ya que estaba durmiendo con suma tranquilidad, fijó su mirada en las pestañas largas de su alteza, el principe Min, sorprendido de aquella bonita tez, nunca lo había visto tan de cerca.
—Mi señor—siguió sacudiendo con suavidad, hemos llegado a la posada en la que nos quedaremos—llamó con sumo cuidado.
Yoongi abrió con lentitud sus ojos y al ver cerca aquel rostro, pestañeó varias veces divertido solo para bromear con aquel soldado.
— Si quieres besar mis labios solo hazlo, parece que me perforarás la cabeza con tu intensa mirada, soldado...hazlo, fingire que no te vuelves loco por mí.
—Su alteza...¿No se aburre de torturar mi alma?
—No. Me es divertido—resongó ladino y contempló en dirección de la casa en la que se hospedaría—. Por fin, hemos llegado, ha sido una semana larga de viaje y mi trasero duele demasiado—se bajó de aquel carruaje para estirar su espalda, contemplando el nombre de la posada—.Ordena que bajen todo, estaremos aquí unos cinco días, escuché que a la Reina Viuda le gusta mucho los bailes.La Reina Consorte debe haber llegado después al palacio del descanso, con la excusa de que cuidaría de ella. Hoy se hará una fiesta en ese lugar, nos vamos infiltrar como músicos.
—Es una lástima que el joven Kim haya tenido que regresar rápido al palacio por lo sucedido con el difunto General—agregó con pena ya que su señor no pudo pasar mas noches con su alfa.
—Kim Taehyung en estos momentos, será mas una distracción, lo mejor es que permanezca lejos, solo así podre mantener mi mente fria. He esperado cada dia para esto, no puedo echarme atrás, puedo escapar, huir con mi familia; pero entonces...¿En qué me convierto? dejando a todas las personas en la miseria, con un Rey que esta mandando todo el trabajo de padre a la basura. Es cierto, soy esposo, padre y omega...pero primero soy un príncipe de esta dinastía.
—Yo solo cumpliré lo que me pida, su alteza. Entregué mi espada a usted y la dinastia desde que me convertí en soldado.
—¡Vaya, cuánto has madurado!—rió divertido el pelinegro, picoteando con su dedo indice el vientre fornido de aquel alfa—, si sigues hablando así, tal vez considere tomarte como mi concubino.
—¿Acaso desea que sea decapitado?
—¿Quién se atrevería a poner una mano encima sobre el precioso soldado de su alteza, el cuarto principe?
—¡Su esposo!—chilló tocando su cuello al imaginar dos enormes caninos apretujando su blando cuello.
Yoongi solo rió divertido e hizo un gesto para que ingresara a la posada, ofreciendo un saludo a los dueños de aquel lugar que solo pensaban que estaban recibiendo clientes normales.
Un niño correteaba y jugaba detrás de una pelota de madera hueca que le habían hecho, sus cabellos rubios y largos resaltaban sobre los demás sirvientes que jugaban junto a él. Su alteza real, la princesa Min Honey, salió de un cuarto y juntó sus manos con sumo orgullo, viendo al pequeño.
—Su alteza, Príncipe Woozi—llamó aquella mujer.
El pequeño frenó y se giró con seriedad, al ver la señora elegante y guapa, una gran sonrisa se formó en su rostro.
—¡Tía!—exclamó para correr a abrazarla.
Mijoo salió con un pequeño niño de tres años de cabellos castaños, el cual iba caminando y bien vestido, recién bañado. La princesa Jennie salió también detrás de su madre, contemplando al pequeña, ella extendió sus brazos y el pequeño principe corrió a su encuentro.
—Miren como ha crecido nuestro pequeño Hoshi—comentó apretando las mejillas del pequeño príncipe.
—Es una lástima que sus padres no puedan ver lo crecido que están—comentó con pesar Honey, después de acariciar los cabellos del rubio, le hizo un gesto para que fuera a un lugar.
El pequeño corrió al interior de un salón y sus ojos se iluminaron al ver una pintura de su padre omega, Mijoo ingresó, viendo al príncipe que pasó sus dedos sobre el rostro de su padre, el cual se encontraba pintado sentado sobre una silla y detrás de él un hermoso jardín.
—Su alteza,el cuarto príncipe Min Yoongi, lo amaba mucho—comentó la doncella con sumo pesar, ella no sabía que su señor seguía vivo, debido a que Honey y Min Dohwan mantenían en secreto aquella información, mientras menos supieran, era mucho mejor, de esa forma si eran atrapados, no lograrían sacar información alguna—, usted sacó sus hermosos cabellos rubios.
—¿Te gusta mucho el color de mis cabellos, Mijoo?—interrogó aquel niño con suma curiosidad.
Ella afirmó con un nudo en la garganta, recordando la sonrisa de Min Yoongi y como pasaba su tiempo descansando a la sombra de un gran árbol que se mantenía en el jardín de su palacio. Un lugar al cual ya no podía regresar nunca más, su amo se había ido antes que ella, dejando a dos pequeños niños.
—El príncipe Hoshi es un niño especial, fue un milagro que nació antes de que su padre fuera ejecutado por su tío, por eso debe querer mucho a su hermano—ella trató de contener sus lágrimas al recordar a los gemelos—, sus dos hermanos menores.
—Se que también se fueron con papi—afirmó el pequeño apretando los labios al final, fijó su mirada de nuevo hacia la pintura—¿Crees Mijoo, que ahora juegan felices en un gran jardin y rien con papi?
—Debe ser así, su alteza. Juegan y son felices para siempre.
El pequeño Hoshi ingresó en los brazos de la princesa Jennie, la cual depositó al niño al suelo. El pequeño señaló en dirección de la pintura.
—¡Apa!—exclamó para correr como su piecitos pudieron, trató de subirse a la mesa para ver mejor la foto, por lo que Woozi lo ayudó, cargando con sumo cuidado.
—Es papi, Hoshi—afirmó su hermano mayor—. Tía Jennie ¿Qué hay de mi padre? ni siquiera vienen a vernos, solo nos manda cartas.
—Algún día se volverán a encontrar con su padre alfa, su alteza—recordó Jennie con pesar—, es solo que no puede salir del palacio, lo hace para protegerlos a ustedes. Pero estarán juntos, se lo prometo.
—¿Acaso no nos quiere?—rezongó un poco molesto el de cabelleras rubias, ambas mujeres se contemplaron con pesar.
Honey ingresó, escuchando lo último que dijo aquel niño.
—Su padre lo ama mucho, príncipe Woozi. Es solo que las circunstancias en la que se encuentra no lo permite verlo, usted fue un niño amado desde su concepción—ella se agachó y le ordeno que se acercara, Woozi dejó en el suelo a su pequeño hermano que seguía contemplando la pintura. Se acercó a su tía abuela—. Nunca encontraré un amor tan profundo como ellos dos se tenían, eran almas gemelas.
—¿Qué son las almas gemelas, tia?
—Es cuando encuentras tu otra mitad, tu compañero de vida, tu luna. Se convierten en uno y cuando estén lejos, sentirás que tu corazón duele...pero cuandocon él o ella, tu corazón se tranquiliza y tu mundo brilla, eso es, pequeño príncipe.
—¿Algún día encontraré también mi alma gemela?
—Por supuesto que sí, príncipe, usted es un niño bendecido, lo encontrará.
La señorita Ji Eun llegó con una pequeña de siete años, la cual saludó a su abuela con una dulce sonrisa, Woozi al ver a su prima en segundo grado, se escondió detrás de su doncella mijoo, avergonzado.
Los presentes rieron divertidos ante lo tímido que se había puesto el príncipe, quien hizo un puchero debido a que le daba mucha pena acercarse a la niña.
La princesa Sohee tosió, volviendo a escupir sangre, ella se encontraba acostada en la cama sin poder moverse esos días, su cuerpo estaba deteriorado, en mal estado y ya no tenía las fuerzas ni para caminar. El médico le daba unos pocos meses de vida, sin salvación alguna; pero eso no es lo que mas le dolió a esa mujer, las palabras frias de Kim Taehyung habían causado las ganas de ya no vivir. Su vida miserable, solo quería encontrar a alguien a quien amar y hacer una familia. El médico la estaba revisando, la doncella solo la miraba a lo lejos, con suma tristeza.
Aquel médico anciano frunció el ceño al ver la pulsera que la princesa sostenía y se la quitó, la olfateó un tanto extraño.
—Su alteza...¿Hace cúanto esta ocupando este adorno?
—Hace tres años, fue un regalo especial.
—Princesa...esto tiene aroma a almizcle—el hombre tomó una pequeña piedra que estaba cerca y puso aquella pulsera sobre la mesa, para golpearla, logrando ver como adentro había una pequeño polvo, lo olfateó y afirmó con seriedad, el anciano frunció el ceño—si, tiene almizle de ciervo macho.
—¿Qué sucede con eso?—interrogó ella extrañada.
—Princesa, esta sustancia causara daño a través de la piel si se usa de forma prolongada, terminando por conducir a la infertilidad, sin poder tener hijos ¿Quién le entregó esto?
Los ojos de Min Sohee se abrieron en par, se sentó con lentitud en la cama, recordando aquel dia en que la Reina Consorte le regaló aquella joyas con una sonrisa y le ordenó que no se las quitará ya que daban abundancia. La esquina de sus ojos se llenaron de lágrimas, no solo Kim Taehyung le había causado que tuviera tres abortos, esa mujer, la esposa de su padre, le impidió ser madre.
—Fue...un regalo de la Reina Consorte ¿Por qué?—susurró con un hilo de voz—¿Por qué me hizo esto!
Sohee tomó un jarrón que estaba sobre la mesa de noche y lo tiró con furia, el médico se sobresaltó y la doncella le ordenó que era mejor que se retirara. El anciano afirmó y salió de aquel lugar en silencio, con cuidado y temor.
Bae Susy sonrió, cerrando una caja con cuidado. Se giró viendo a su señor Min Yoongi, quien se mantenía sentado sobre una silla, con la mirada desviada, ambos personajes se contemplaron en un profundo silencio. La Reina Consorte se acercó a su alteza e hizo una reverencia con sumo respeto.
—Ha pasado mucho tiempo, su alteza, Min Yoongi—el principe estiró su mano y ella lo tomó para depostar un beso con una gran sonrisa de sastifacción y orgullo.
—¿Cómo te encuentras? deben haber sido dias muy duro.
—Lo ha sido; pero lo he soportado para poder ver el final. Ese hombre, Ji-Sub y la Reina Viuda, impidieron que pudiera estar al lado del hombre que amara, gracias a usted he podido completar mi venganza y también la suya.
—Pronto podrás irte del palacio, Bae Susy, con tu hijo y tu amante. Te llenaré de riquezas por tu lealtad a través de estos años.
—Usted me dio una oportunidad, solo puse mi confianza.
—¿Cómo ha estado la princesa Sohee?
—Su estado es muy grave, con tres abortos y su cuerpo infertil, ha sido un fuerte castigo—Bae Susy notó como los ojos de aquel omega se pusieron de color celeste y una sonrisa cargada de vileza se formó en ese rostro. Lo cual le erizó un poco los vellos de su piel
—Eso le sucede por codiciar a mi hombre, mujer tonta—siseó molesto al final, se levantó, poniendo su manos tras la espalda, contemplando un poco el jardind de aquella casa de hospedaje—, todo debe salir perfecto esta noche, no puedo permitir ningún error.
—Todo listo como lo pidió, su alteza.
—Bien, nos vemos esta noche, Reina Consorte.
Bae Susy afirmó y se despidió haciend una última reverencia hasta salir de aquel cuarto, al estar afuera, pudo ver al soldado Seojoon, ambos se saludaron con respeto y luego dejaron de verse.
Cuando la noche cayó, la Reina Consorte se sentó al lado de la silla de la Reina viuda, la cual tosió muy cansada, aquella mujer le contempló con una sonrisa y extendió su mano en dirección de la esposa principal de su hijo.
—Escuché que me hiciste una fiesta para esta noche, siempre piensas como complacerme.
—Oh, madre—canturreó aquella mujer tomando ambas manos de la mujer—, se lo mucho que le gusta estas fiestas y como bienvenida a este lugar, decidí planearlo, deseo que se sienta comoda y disfrute mucho, sabe como me encanta verla sonreir.. Estos dias su animo no ha sido el mejor, sabe muy bien como me gusta verla sonreir.
—¡Oh!—rió avergonzada aquella mujer—, hice muy bien en presentarte a mi hijo, me has acompañado estos casi cuatro años y le has dado tres hermosos hijos a Ji-Sub. El Rey te ama y esta orgulloso de tí como Reina, haces buen trabajo.
—Es mi trabajo al ser la madre de esta nación. Por favor, disfrute de esta fiesta.
La mujer mayor tosió y alzó su rostro con sumo orgullo, viendo como la puerta se abrió, ingresando las bailarinas junto los músicos, que se acomodaron para empezar el agasajo. Bae Susy contempló con fijeza a la Reina viuda, soltando su mano, notando aquel anillo que siempre mantenía en su mano derecha y solo se lo quitaba a la hora de dormir, la mujer mayor, se empezó a rascar con disimulo.
Min Yoongi alzó el rostro mientras se mantenía en medio de los músicos, con una máscara cubriendo su rostro, contempló a la Reina Consorte y a la Reina Viuda, la cual mantenía una gran sonrisa y movia sus manos al son de la música.Susy enfocó su vista sobre una persona, sobre el músico que poseía la máscara de color negro de un demonio, ella afirmó con un leve movimiento de cabeza, para dejar en claro que pronto sería la hora del deceso de aquella mujer, que no sabía que sería su última fiesta.
Cuando pasó una hora de tantas risas y diversión,la Reina Viuda se empezó a sentir cansada, era hora de ir a la cama.
—Esto ha sido fantástico, me ha levantado el ánimo después de tantos días que no me sentía bien—agregó aquella mujer que extendió su mano para que la Reina le ayudara a levantarse, Susy le ayudó manteniendo su sonrisa fría sobre el rostro.
—Me alegro que se sienta mejor, Reina Viuda, la llevaré a su cuarto para que descanse.
Susy empezó a dirigir a la mujer a su cuarto privado, se giró a ver con disimulo a su doncella personal, la cual le ofreció una sonrisa y se alejó a cierto lugar.
Cuando la Reina viuda ya se acostó en su cama con su pijama, para descansar, tomó la mano de aquella joven mujer, quien se giró manteniendo una sonrisa.
—Mi hijo quedará solo, se que mi salud ya no es la misma, pero me voy en paz, porque he dejado a una buena mujer al lado de mi hijo más querido.
—Reina Viuda—Bae Susy contempló la mano de aquella mujer, fijando su mirada en el anillo, se lo quitó con cuidado para depositarlo sobre la mesa de noche—. Hay alguien que desea verla antes, supo sobre que estaba mal.
—¿Quien desea verme?
—Ha venido hasta acá para darle sus saludos, de forma personal.
Bae Susy soltó la mano de aquella mujer y se levantó, la puerta se abrió en par, apareciendo un hombre con una máscara, el ceño de la Reina viuda se frunció, sin comprender porque uno de los músicos se encontraba en el lugar. Bae Susy se retiró sin decir más, para dejar aquellas dos personas en lo privado de aquel cuarto.
—¿Q-quién eres tú?—inquirió con nervios la mujer mayor.
Yoongi tomó el collar y lo abrió, notando el polvo en el interior de aquella joya, la reina abrió los ojos en par: "¿Cómo esa persona sabía su secreto?"
El omega rió con amargura detrás de aquella mascara, se giró para quitarla, depositando con cuidado sobre una silla que se mantenía en la esquina del cuarto, se giró y cuando la mirada de ambos chocaron, ella se quedó consternada.
—M-Min Yoongi...¡Guardias, ayuda!
El omega apresuró sus pasos y tomó del cuello a la mujer para acostarla a la fuerza, apretujando, lleno de rabia.
—Grita todo lo que quieras, Reina Viuda, nadie vendrá a tu auxilio—aquella mujer al sentir que su respiración se cortaba, empezó a toser.
Yoongi la liberó y tomó de nuevo aquel anillo, contemplando con cuidado.
—Escuché que este veneno mata lento, sin dejar casi rastro, deteriorando el interior de la persona que lo consume, incolor e inholoro. El alma perfecta para un asesinato...digame, su alteza, Reina Viuda ¿Quiere confesar sus pecados, qué se sintió matar a mi padre con este veneno?
—¿Qué te hace pensar que eso es un veneno? ¡Es una medicina que yo tomo!
—El veneno, este polvillo, termina causando una picazon en la piel de la persona que lo ocupa—Min Yoongi quiso tomar la mano de la mujer, pero ella se rehuzó, por lo que el omega tomó a la fuerza, lastimando a la anciana, quien pegó un grito de dolor—¿Puedes explicar entonces esta alergia en tu mano?
—¿Cómo estás vivo? ¡Te vimos morir!
—¡Por supuesto que morí! me mataron y destrozaron mi alma aquella noche, mujer despiadada. Supongo que no te has dado cuenta de la razón de tu mala salud—Yoongi rió ladino mientras sus ojos celeste relucian en total furia—, esa bebida que has consumido cada dia, tu té, ordené que lo enveneraran.
—¿A-a qué te refieres?
—Puse a tu lado a una persona, de quien menos sospecharías. La Reina Consorte es en realidad una gran mujer.
La Reina Viuda se quiso levantar al darse cuenta de aquella información recibida; pero Yoongi la volvió acostar a la fuerza.
—¡Mientes! ella es leal a nosotros.
—Pobre mujer tonta—exclamó aquel omega—, toda tu vida te preparaste para poner a tu hijo sobre el trono; pero olvidaste que aquellos que de menos esperas, son los que te traicionaran.
Ella dejó caer unas lágrimas al darse cuenta que había caido sobre la trampa de aquel principe, a quien subestimó siempre.
—¿Con este veneno también mataste a mi madre, cierto y a las otras Consortes?
Ella rió entre lágrimas al darse cuenta que ya estaba al borde de la muerte y de nada servía seguir ocultando sus oscuros secretos, miró al omega con una mirada fria, aún llena de soberbia total.
—Si...yo maté a tu madre y demás mujeres. Yo fui criada para ser una Reina, desde que tengo memorias, nuestros padres nos comprometieron y me prometieron como esposa, cuando cumplí catorce años nos casaron y tuve a mi hijo a los quince, él era un hombre maravilloso, me cuidaba y respetaba, era la madre de su hijo. Tuve a tres más pero no sobrevivieron, eran muy pequeños—la Reina Consorte alzó su mirada—, pero luego dio el suceso del trono y quedó solo él, cuando se convirtió en Su majestad, el Rey...empezó a tener concubinas hermosas y fui olvidad, dejada a un lado ¡El me olvidó como su esposa!
—¿Y mi madre?
—Ella llegó como una sirvienta del palacio, había sido comprada; pero él no pudo quitarle la vista desde la primera vez, tu madre trabajaba para mi, era una simple plebeya. Mi esposo empezó a frecuentar de nuevo al palacio...creí que por fin había recapacitado, hasta que me di cuenta que era por esa mujer. Ella lo sedujo y en menos de tres meses de conocerla, la llevó a la cama y la convirtió en su preferida ¡En una Consorte Noble Imperial! en la segunda esposa, a una simple plebeya. Entonces naciste tú...olvidó a su hijo y cerró el harem por ordenes de su amada ¡Aunque yo se lo pedí primero, nunca me hizo caso!—gritó de forma desgarradora y llorando—, tu padre no era el hombre que tu conociste Min Yoongi, el te dio todo y a los demás, nos dejó a un lado. Asi que maté a tu madre—rió sin un poco de arrepentimiento.
—¿Y mi padre, también lo mataste? nunca perdonaste que él aún después de la muerte de mamá, la siguiera amando, dejaste que los celos te consumieran y dejaste de actuar como una Reina Consorte.
—Tu también sufrirás lo mismo, Min Yoongi, tu esposo tomará algun dia alguna amante.
—No lo hará, Reina Viuda. Seré yo, el único en la vida de Kim Taehyung y si una mujer llega...no tendrá la minima oportunidad. Tal como tu nieta Sohee, que desdichada.
—¿Fuiste tú?—inquirió sorprendida al darse cuenta hasta donde ese omega había llegado—.Min Yoongi—gruñó con amenaza aquella mujer.
—Haré que tu hijo, sufra de forma lenta y se arrepienta de haberme quitado todo, tus nietos, tal vez les tenga compasión, Reina Viuda. Seré yo que me convertiré en el próximo Rey, es una lástima que no puedas ver mi victoria.
Yoongi sonrió y tocó las manos de aquella mujer, la cual la quitó rápido.
—¡Eres un maldito como tu madre!—ella tosió con fuerza y empezó a escupir sangre.
Una doncella ingresó con una pequeña bandeja que traia un frasco donde se ponía el licor, pequño, con una bebida de color negro. El omega se acercó a la Reina, quien presionó los labios , pero Yoongi le abrió la boca a la fuerza y le metió aquella bebida. Ella tosió buscando regresarlo; pero el omega le tapó la nariz y boca, haciendo que tragara la bebida por inercia.
—¿Q-qué me diste? ¡Min Yoongi!
—Jamás había escuchado mi nombre tantas veces, tener que escucharlo de tí, no me alegra. Es un veneno...sentirás como tu respiración se corta, tendrás una muerte lenta y dolorosa, Reina Viuda.
—¡Mi hijo sabrá de esto, serás castigado por mi muerte!
—Con esto me cobro todo lo que me hiciste, mi herida del rostro, fue un recuerdo de cada día, para hacerte pagar.
—Maldito...omega.
Yoongi se levantó para salir de aquel cuarto pero se detuvo.
—Ah...se me olvidó decirte, las concubinas que tu hijo agarró, no pudieron tener hijos estos años, es porque la Reina Consorte se encargó de que no quedaran embarazadas y esos niños, que tuvo la Reina consorte...no son de su Majestad el Rey Ji-Sub, son de otro hombre.Por lo tanto, tu linaje ha terminado, Reina Viuda.
Aquella mujer abrió los ojos en par y gritó el nombre de Min Yoongi varias veces hasta que sintió como su respiración se empezó a cortar, desesperado buscó respirar pero le fue imposible, rodó por la cama y cayó al suelo, buscando dirigirse a la puerta, viendo como la figura de aquel hombre se hacía borrosa y pequeña, hasta que las puertas se cerraron. Ella estiró su mano temblorosa hasta que escupió sangre, dejando escapar un hilo de sangre de la comisura de su boca.
Miércoles-10-enero-2024:
¡Recuerden el lema de la familia: Somos Sol que calienta; pero no quema!
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