[53]

Las puertas del palacio de caza se abrieron, ingresando el General Militar y tras él, Kim Taehyung. El alfa suspiró al recordar aquel nostálgico lugar, hace años que no había pisado ese lugar, fue allí donde Min Yoongi y él, lograron reconciliar sus diferencias. La presión en su corazón fue fuerte con esos vagos recuerdos. Cuando se bajó, logró ver a la lejanía a los soldados que practicaban, algunos iban a cierto lugar y otros solo se mantenían sentados, conversando entre ellos, dejando ver una estrecha relación de amistad. Lee Jung Jae al escuchar que el General del Rey había llegado, salió a su encuentro para saludarlo con respeto. El jefe del palacio de caza le ofreció una sonrisa.

—General, es un placer tenerlo de visita en este lugar.

—Maestro—Soohyuk le ofreció una sonrisa, haciendo una reverencia a ese hombre mayor—. Ha pasado un tiempo.

—Así es—el jefe del palacio vio a Kim Taehyung bajar de su transporte, ambos se saludaron con respeto, si hacía un movimiento y reaccionaba como si ese hombre fuera un conocido, podía levantar sospechas, por lo que trató de restarle importancia a la existencia de Kim Taehyung.

—Ah...de seguro no sabe quién es este tipo. Se lo presentaré, es el esposo de la princesa Sohee—agregó con tono tranquilo aquel general aunque con un tono despectivo.

"¿Entonces no era un rumor de que su alteza la princesa Sohee se había casado con el esposo de su difunto tío?"

—Un saludo, consorte—sonrió el jefe de caza a Kim Taehyung, apretó los labios pero no hizo una reverencia ya que no la debía dar,—. General, mi acompañante le guiará a su cuarto, debe estar cansado por el largo viaje, debe descansar—agregó con calma, se hizo a un lado y aquel ayudante se le acercó al General, dando un saludo de respeto.

El General siguió al tipo en pasos tranquilos y cuando se alejó, desapareciendo del campo de visualización del señor Lee, este contempló a Kim Taehyung por leves segundos y luego desvió la mirada.

—Ha pasado mucho tiempo.

—Quiero ver a-...

—No es el momento—sentenció aquel hombre al saber a quien se refería aquel hombre—, lo guiaré a su cuarto, ya está preparado—Un soldado alto de cabellera negra y bastante atractivo se acercó a Taehyung, quien al ver al tipo, su ceño se frunció, extrañado—. El es el soldado Soobin, líder del escuadrón cinco.

—Yo estaré a su servicio—comentó aquel hombre con una sonrisa cargada de amabilidad—. Se unirá a mi equipo de entrenamiento, sígame.

Taehyung le ofreció una mirada al Eunuco Choi, quien ya tenía en sus manos las maletas de su joven señor, ambos empezaron a caminar y se dirigieron en silencio al lugar donde descansarían esos dias. Min Yoongi pasó entre algunos soldados, logrando ver a la lejanía a Kim Taehyung, pero su rostro era mayormente cubierto por un sombrero oscuro. El omega visualizó al alfa y sintió una fuerte presión en su corazón, era emoción como al mismo tiempo dolor, porque le venía aquellos recuerdos del pasado y que lo último que pudo ver de su esposo fue un rostro lleno de tristeza.

Al ver del otro lado, vio a ese General, quien reía a carcajadas con el soldado que lo llevaba a su cuarto, solo oirlo su interior se removió, conteniendo la rabia: "¿Ese tipo aún podía sonreir después de lo que le hizo a él?" había destrozado su vida y le arrancó una parte de sus alma. El omega se metrió al bosque bajo la mirada de algun que otro soldado, en la verdad que nadie se metía con el entrenador de ellos, les causaba mucho temor y preferían que viviera lejos y solo entre el bosque, de esa manera sentirían mas libertad al estar en el palacio de caza.

Taehyung ingresó al cuarto asignado, el alfa contempló a su alrededor, podía deducir que era nuevo ya que la vez pasada que estuvo en el palacio de caza, ese lugar no existia, siguió caminando recto, viendo otra puerta que daba al cuarto principal, separando donde sería la pequeña sala y comedor. Sonrió satisfecho, escuchando a su alrededor los pasos de losa ayudantes que dejaban su baúl con sus pertenencias, al entrar al cuarto, contempló una segunda puerta, la abrió con lentitud y al hacerlo, este daba la vista a un paisaje de un espeso bosque.

—¡Oh, es una hermosa vista!—interrumpió sus pensamientos el Eunuco Choi, que se acercó a su señor, viendo si necesitaba algo—. Da al bosque, podrá ver el amanecer y la luz colarse entre los árboles.

—Si...es un bonito cuarto.

El soldado Soobin se acercó, viendo a Taehyung, puso sus manos tras la espalda, pensativo.

—Joven Kim, el jefe lo manda a llamar.

Taehyung se quedó extrañado al escuchar aquello, pero no dijo nada, Soobin le hizo un gesto de que lo siguiera por lo que el alfa solo afirmó para cumplir la orden de alguien mayor que él. No sabía que deseaba el jefe del palacio de caza: ¿Tal vez le pediría un favor? no lo veía muy claro, pero le preguntaría acerca de Min Yoongi, deseaba ver a su omega.

Ambos empezaron a alejarse del palacio principal, ingresando por el frondoso bosque, Taehyung miró con suma sospecha al soldado, sin comprender donde lo llevaban. ¿Y si era una orden del General y lo mataban allí mismo?

Soobin sintió tras suyo una fuerte aura, sospechando que venía de aquel alfa que lo seguía. Mantuvo su compostura, era un soldado que se podía defender de un hombre como ese, había estado entrenando desde muy joven. Ambos llegaron hasta una cabaña vieja que tenía un hermoso jardín a su alrededor, eran muchas flores de distintas especies y colores.

—El jefe está adentro—comentó Soobin y se giró a ver al alfa—,entre.

Kim Taehyung afirmó dudoso pero entró con sumo cuidado, su ceño se frunció viendo como una persona se mantenía de espaldas, vistiendo de negro y su cabello era corto, algo que no era muy común entre los jóvenes, la puerta tras ellos se cerró.

—Siempre pensé como sería volver a vernos—logró escuchar aquella voz tan familiar. Min Yoongi se giró con sus manos tras la espalda, dejando ver un rostro serio; pero de alguna forma, sereno. Al ver a su alfa, un nudo se hizo presente en su estomago, suspiró tratando de calmar sus emociones.

—Omega...Min Yoongi—exclamó Taehyung y quiso correr, abrazarlo y besarlo; pero el omega lo detuvo con una mano que posó sobre aquel pecho ajeno, lo olfateó, sintiendo el aroma de su sobrina encima de aquel alfa, rió con amargura y se fue a sentar a una silla, ese olor repudiable, quería vomitar.

—Mantén tu distancia—ordenó y se sentó en una de las sillas de aquella cabaña.

Taehyung presionó sus manos entre sí, tratando de controlar su emoción, podía notar como aquella mirada fría lo barría. Al darse cuenta del rechazo, se hincó con lágrimas en los ojos y quiso tocarlo; pero él ahora pelinegro no se lo permitió.

—Lo siento—susurró casi en un hilo de voz—, no pude hacer nada para salvar a nuestros hijos...fui un cobarde.

—¿De qué sirven las disculpas ahora, alfa? no traerá a nuestros hijos de regreso—musitó Min Yoongi con un nudo en la garganta—, estoy vivo; pero es como si mi cuerpo estuviera vacío. El omega y cuarto Príncipe Min Yoongi, que tu conocías, murió aquella noche.

—No me haga esto, he soportado todo por usted, este dolor...la culpa.

—¿Cómo es qué terminaste contrayendo matrimonio con mi sobrina? ¡Si hubieras tenido orgullo, la muerte era lo mejor!

—Cuando me enteré de que usted estaba vivo...entonces la dignidad y el orgullo ya no eran tan importantes, si eso significaba volver a verlo—Taehyung buscó acercarse, pero el omega se alejó con cierto asco y repudio.

—No te me acerques, apestas a ella ¡No puedo soportar ese aroma asqueroso sobre tí!

Taehyung se quedó hincado, derramando lágrimas ante aquel trato frío hacia él.

—Eres mi omega Min Yoongi, si quieres castigarme, entonces Hazlo.

El pelinegro se acercó a su alfa y alzó la mano buscando abofetearlo pero rompió a llorar y se dio la vuelta.

—Los médicos me dijeron que no podría volver a tener un cachorro, Kim Taehyung.

Taehyung al escuchar aquella noticia, se derrumbó más, cayendo sentado en aquel piso de madera vieja, notando la espalda del omega, cargada de dolor y mucho peso.

—¿A-a qué te refieres?

—Cuando di a luz a nuestro último hijo...el veneno que consumí aquella tarde para sobrevivir, deterioró todo mi interior, mi omega hizo lo posible para mantener a nuestro bebé vivo. Cuando vuelva al palacio y tome la corona, ya no podré darte hijos, Kim Taehyung. Tendrás que separarte de mi, ya no funciono.

Taehyung se levantó y se acercó al mayor, lo tomó de los brazos y lo acercó a él negando en silencio.

—No me importa que ya no podamos tener más hijos, su alteza. Solo quiero permanecer a su lado y cuidar de los que tenemos ¡Quiero volver con mi familia!

Min Yoongi siguió llorando y bajó su cabeza, debilitandose en los brazos de su alfa, quien lo tomó a tiempo, aferrandose con él lo mejor posible.

—Nunca he dejado de amarte—musitó con un nudo en la garganta el príncipe—. Pensar que esa mujer ha estado contigo y pasado noches, me muero de celos.

—Apenas he compartido cama con ella, no pudo verla.

Min Yoongi enrolló sus brazos alrededor del cuello de su esposo, buscando con mucho anhelo aquellos labios que hace tiempo ya no besaba, cuando sus labios tocaron, el omega de Min Yoongi ronroneó soltando chillidos desesperados, frotando su pecho y pelvis, buscando algo más que solo un simple y suave tacto.

Kim Taehyung rodeó sus manos alrededor de la cintura y lo cargó con cuidado. Tres largos años en los que tuvo que soportar un aroma ajeno al que le gustaba, bajó su mano bajo las prendas de Min Yoongi, buscando quitar las parte inferior, desesperado por poseerlo de nuevo, sacó su semi erección y cuando bajó aquellas prendas de su omega, tomó su miembro, buscando ubicarlo en la entrada vaginal, Min Yoongi siguió besando con desenfreno, deseoso.

Cuando sintió el glande del alfa, soltó un suave quejido y cuando la estocada se hizo presente, soltó un fuerte gemido, se aferró lo mejor posible, arqueando su cuello y tratando de calmar su cuerpo, Taehyung lo recostó boca arriba en el suelo, terminando de subir las prendas y acomodó las pierna a los lados laterales de su cadera, para seguir con aquel acto.

—Lo siento...te he lastimado, no pude contenerme.

—Aún puedo recordar tu cuerpo, no es mucho—susurró rozando ambos sus narices.

Kim Taehyung besó el cuello del omega, sus dientes picaron buscando marcarlo; pero se recordó que si lo hacía, el aroma de la marca recíen hecha, podía levantar sospechas en aquel palacio de caza, por lo que se contuvo para empezar a dar suaves embestidas. Min Yoongi soltó suaves gemido al principio, pero a medida que el movimiento era más fuerte y rápido, fueron aumentando. Min Yoongi besó de nuevo los labios del alfa y lo giró hasta ponerlo boca abajo, quedando arriba, entrelazando las manos de su amado para empezar a moverse arriba y abajo, cayendo sobre el miembro duro de Kim Taehyung y luego hacer un vaivén que ocasionó que Taehyung arqueara su cuello, tratando de no eyacular demasiado rápido, su alfa hizo prescencia, y apretó bien sus manos sobre el trasero, presionando, lo cargó entre sus brazos y lo levantó en dirección de la mesa, lo sentó y abrió un poco más las piernas de Min Yoongi, para seguir embistiendo.


Ambos terminaron rendidos sobre la pequeña cama en la que Min Yoongi dormía, el omega estaba con su rostro recostado sobre el pecho de Kim Taehyung, acariciando con sus dedos desnudos el pecho de su alfa, el castaño contempló al ahora peli-negro y tocó aquellos cabellos, recordando el hermoso rubio cenizo que poseía.

—¿No te gusta mi nuevo color de pelo? ya no parezco un extraño y es más fácil a la hora de entrenar—susurró cansado y adormitado.

—Se te ve bien—afirmó ofreciendo un beso sobre la frente de su amado.

—Me he mantenido vivo porque quería ver los rostros de nuestros hijos por una última vez, he tratado de imaginar el rostro de nuestro cachorro más pequeño ¿Cómo sería su rostro, parecido al tuyo, al mio, o una combinación de ambos?—acarició el rostro de Kim Taehyung y le ofreció un beso sobre los labios—, tienes que regresar a tu cuarto o empezaran a sospechar.

—¿No puedo quedarme contigo?

—No, solo pocos saben de este lugar, no sería bueno que la encontraran. Escucha bien, dentro de unos meses atacaremos el palacio, todo esta preparado, será en la fiesta que el ha organizado. Tienes que regresar al palacio, con normalidad como si no supieras nada. Nos infiltraremos como bailarines.

—Esa noche solo irán los ministros y personas importantes de la realeza.

—¿Confías en mí, Kim Taehyung?

—Si, siempre lo he hecho.

Min Yoongi se levantó y se puso sus vestimentas, contempló el cuerpo desnudo de Taehyung, quien se sentó algo aturdido al darse cuenta que era hora de partir. Yoongi terminó de vestirse y se acercó a la ventana que dejaba la vista de los árboles, notó a lo lejos a Seojoon que conversaban con Soobin, ambos estaban haciendo guardia a varios metros de la casa, el príncipe dirigió su mirada a su alfa.

—Vete, ya es muy noche, prometo verte mañana.

Taehyung se levantó y se empezó a poner sus prendas con sumo cuidado, contempló a su omega una vez más hasta despedirse de último con un casto beso, Yoongi se estremeció, viendo a su alfa salir del lugar y luego despedirse con un movimiento de manos con una leve sonrisa.



Lee So Hyuk soltaba carcajadas ya en un estado de ebriedad completo, los dos soldados que lo acompañaban solo contemplaban las escena descarada de aquel General riendo, gastando dinero y a la par muchas mujeres cortesanas. La jefa de aquel edificio frunció el ceño y miró a su mejor trabajadora para susurrar algo al oido, entregando una bandeja con dos bebidas y unos dulces espolvoreados de azúcar.

Min DoHwan se mantenía en un carruaje, esperando que aquel general saliera de aquella casa de cortesanas. Estuvo una hora hasta que por fin logró ver al tipo salir con una bonita mujer, el tipo se tambaleaba y apenas se podía sostener, los dos soldados que lo acompañaban ayudaban al ebrio a caminar.

DoWhan, su alteza se bajó, contemplando a la prostituta, para ofrecerle una bolsa de monedas, ofreciendo una media sonrisa. Ella soltó al tipo y se fue alejando, dejando a los soldados lidiando con el ebrio General.

—Tu benefactor te manda esto, dice que gracias por el trabajo de esta noche. Esta muy complacido por tu trabajo en este tiempo.

—Nuestro señor es muy amable—comentó ella tomando aquella bolsa de monedas de oro—. Espero que cuando cumpla su objetivo pueda seguir ofreciendo mi trabajo.

—Por supuesto que lo hará, necesitará a un hermoso pájaro cantor en estos lares para cuando tome el poder—comentó aquel príncipe que puyó la nariz de la cortesana. Sabía que ella y la matriarca de aquel edificio se encargaron de matar al hijo del octavo ministro, al antiguo gobernador de aquella provincia para que así el jefe del palacio de caza, tomara el puesto—. Buen trabajo.

Min DoHwan se acercó a los dos soldados quienes alzaron el rostro y al verlo, le hicieron un saludo de reverencia en son de respeto. El principe les hizo un gesto con su rostro para que subieran al tipo al carruaje, lo cuale ambos hombres cumplieron y lo subieron, dejándolo acostado sobre el asiento, el duque les dio una bolsa de moneda a los otros dos con la orden de que callaran y fingieran que no vieron nada. Ingresó al carruaje y cerró aquella puerta con fuerza, viendo con frialdad al tipo sobre aquel asiento, quien no estaba por completo en su total razonamiento.

El tipo fue dirigido a una casa pequeña, dos hombres vestidos de negro y cubiertos de su rostro lo llevaron casi a rastras mientras DoHwan solo contemplaba la escena del General tratando de levantarse y defenderse sin salvación alguna. Aquellos hombres sentaron al su víctima sobre una silla de madera para empezar a atarlo de los pies brazos y cubrir su boca, metiendo un pedazo de tela y luego aferrarlo con una soga para que no pudiera sacar aquella prenda de su interior. El General buscaba liberarse con su torpeza; pero le era imposible, no coordinaba bien sus movimientos, aunque no había tomado demasiado alcohol, no entendía porque su cuerpo estaba sin fuerzas.

Fue entonces que recordó a la hermosa mujer que ingresó con dos bebidas y unos dulces, ella era la culpable, había sido drogado.

Su desesperación y sus gritos eran en vano, lo habían aislado a una pequeña casa vieja hecha de madera con sus techos de paja, empezó a sentir sueño hasta que sus ojos se cerraron con lentitud, cayendo desmayado.

Un balde de agua fria cayó sobre su rostro, el General alzó el su mirada viendo al frente borroso, hasta que notó a una persona de espalda, con un sombrero de paja y vistiendo por completo de negro, el general rió ladino y negó en silencio, apenas la silueta era visible por la luz de las velas.

—Debes estar loco para agarrar a un General de Guerra de este país, tu familia morirá.

—No puedo perder algo que tú me arrebataste—comentó aquella voz. Soohyuk abrió los ojos en par al reconocer aquel tono de voz, miró de un golpe al frente, viendo como aquella persona se giró y alzó su rostro.

—Min Yoongi—susurró con la vez entrecortada y rió incrédulo—, es imposible,te vi morir.

—Morí, lo hice aquella noche pero regresé para vengar la muerte de los inocentes—el omega tomó una silla que estaba cercana y la empezó a arrastrar al frente.

—¡Alguien, afuera!—trató de gritar en búsqueda de ayuda aquel hombre.

—Nadie te oirá, estamos en medio del bosque, General. Debes sentir desesperación de que te des cuenta que te has convertido en una presa y nadie vendrá a tu rescate, el miedo a la muerte, es fuerte. Lee Soo hyuk.

—¿El miedo a la muerte?—aquel hombre rió con amargura—, lo perdí hace mucho tiempo por tu culpa ¡Mataste a mi hermano, era la persona que mas quería en este mundo y le arrebataste la vida! decidí convertirme en General para que así sintieras lo mismo que yo.

—¿No es la vida una burla, General? esa noche de bodas, la Reina Consorte ordenó a tu hermano que me matara, ese hombre—señaló la cicatriz de su rostro—, me dejó un recuerdo para toda mi vida y me marcó. Yo lo amaba y el me traicionó, SooHyuk ¡No sabes nada de lo que sucedió aquella noche y aún así, si tenías algo contra mí, me debías haber castigado, no llevarte la vida de dos inocentes niños!—gritó lleno de desesperación y rabia, se levantó de su asiento, tomando de los cabellos a ese hombre y le arqueó el cuello, soltando un fuerte gruñido.

—Solo regrese el mismo dolor.

—¡Eran unos niños!—Min Yoongi alzó la mano y le ofreció una fuerte bofetada al rostro a tal punto que el golpe generó que la fuerza botara al tipo de lado con toda silla. El omega se tocó la mano dejando caer unas lágrimas y se contempló su enrojecida palma—, ellos no tenían culpa alguna—levantó la silla y la puso de nuevo parada, contempló al tipo con total frialdad—, cada noche veo como sus cabezas ruedan y lo último que me ofrecieron fue una sonrisa...¡Maldito!—golpeó de nuevo el rostro de aquel tipo y se alejó tratando de contenerse.

—Lo que sientes es lo mismo que yo sentí cuando perdí a mi hermano.

—¿No somos acaso víctimas de la circunstancias y una broma para la vida, General? este juego de sangre y venganza terminará hoy.

—Mataste a todos tus anteriores esposos, una persona como tú, no deberías vivir.

—Oh, supongo que no te enteraste, es normal, era secreto pero cada uno de mis antiguos esposos, viven bien con sus familias—sonrió gustoso—, aquellos que me han sido leales, tendrán su compensación al final. Es una lástima que usted, General Lee, no pueda llegar a ver cuando tome la corona y me convierta en el próximo Rey. Le tengo una sorpresa—Yoongi abrió la puerta de aquella casa y afuera estaban unos hombres que sostenían con unas sogas unos perros, que mostraron sus dientes y empezaron a ladrar desesperados buscando destrozar algo.—, preparé un juego especial para usted.

—¡Soy el General de la Guerra del Rey Min Ji-Sub! ¡No escaparás de esto!

—Claro, si escapas corre y le cuentas a tu Gran Rey—Dos hombres ingresaron y empezaron a desatar al General, Min Yoongi se fue alejando, cuando aquel hombre quedó libre, notó la mirada de los perros sobre él—, olvidé mencionar que el agua estaba combinado con olor a sangre, estos perros han sido criados desde pequeños para seguir el olor de la sangre y se les ha alimentado con carne de prisioneros que han sido castigados por crímenes atroces.

Los perros empezaron a ladrar y fueron soltados de su soga, el general negó nervioso y cuando vio que aquellos perros salvajes iban hacia él, empezó a correr sin rumbo alguno en aquel bosque, bajo la mirada de Min Yoongi quien juntó sus manos, escuchando los gritos de desesperación de aquel tipo.

El general siguió corriendo entre aquella espesa vegetación, viendo a su alrededor, escuchando aquellos ladridos y las hojas siendo pisoteadas por los cinco perros que lo perseguían, no recordaba hace cuanto había estado corriendo; pero debido a lo último de la droga en su cuerpo, su cuerpo aún no se encontraba en las mejores condiciones, tomó una rama de un árbol que se había encontrado y entonces el ruido tras él se detuvo, con su respiración agitada, viendo borroso, empezó a dar vueltas alrededor de sí, empezando a golpear al aire. Escuchó unos fuertes gruñidos que lo hizo detenerse, se giró con el corazón latiendo a gran velocidad, viendo ahora a los cinco perros muy cerca, los cuales se abalanzaron, empezando a morder, brazos, piernas, pecho y el rostro.

Los gritos desgarradores del tipo se escucharon hasta donde Min Yoongi, quien limpiaba sus manos con un pañuelo, que se lo entregó a Seojoon, el cual tomó aquella prenda pequeña. DoHwan le ofreció una espada con un mango negro que le había traido de regalo.

—Cuando sea de noche, ordena que recojan el cuerpo y lo dejen a la orilla de la calle. Que esparzan la noticia de que salió de la casa Gisaeng siendo muy noche y tomado, no quiso que nadie lo acompañara y buscó regresar al palacio de caza, pero fue atacado por unos lobos salvajes y hambrientos—ordenó aquel omega que se acomodó la espada en su cintura.

Ambos alfas solo le contemplaron con orgullo, afirmando en silencio.

—Como usted ordene, su alteza.

—Y quemen esta casa—pidió viendo aquel lugar viejo, que no quede nada.

Cuando Min Yoongi alzó el cielo en aquella madrugada, notó una luna llena y como dos estrellas a su lado, brillaron con fuerza, soltando una sonrisa suave, cargada de una presión pero al mismo tiempo, amarga. Había vengado por fin la muerte de sus gemelos y ahora tocaba cobrar lo que por Ley le pertenecía: "La corona".

01-enero-2024:

Hoy si, ya proseguimos hasta donde había dejado este fanfic con este nuevo capitulo, gracias a todos aquellos que me apoyaron y motivaron a seguir adelante con esta historia, pronto llegaremos a su final. Besos y abrazos.

¡Recuerden el lema de la familia: Somos Sol que calienta; pero no quema!

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