[14.2]
—Hace mucho tiempo, yo era una aprendiz de chamán—comentó la ahora joven chamán de la manada—era la sucesora. Nosotras tenemos como orden, guiar al espíritu y la manada. Los dioses habían creado a los hijos de la luna y los hijos de la guerra. Primero fueron creados los hijos de la fuerza, la noche, la guerra y el poder. Lobos negros de ojos rojos y para darle un equilibrio a su lado permanecería siempre un hijo de la luna. Los hijos de la luna, debían ser puros hasta la muerte, ya que traían la esperanza, la paz en una manada y no debían ser tocados en cualquier situación.
—¿Un hijo de la luna?
—Si, ellos tenían poderes especiales para calmar la ira, el odio y la fuerza de un lobo de guerra. Pero había una regla, no ser tocados...
—Hye ri—habló una anciana dando un bataso a su alumna—¿Siquiera me has escuchado? te estoy dando clases.
—¡Ay viejaaa!—gritó una quejosa niña de cabellos ondulados y pelo café, su piel era clara y una boca muy pequeña con ojos grandes que parecían casi comerse al mundo—ya te escuché, demonios, no debes pegarme así.
—De esto depende que seas una buena chamán. Guiar a los espíritus, dar ofrendas y cuidar de los elegidos. Las hijos de la guerra, se han hecho demasiado ególatras, se le adoran como dioses y han creado en ellos, un orgullo del cual nadie los baja y con el rey que tenemos...no hay ninguna excepción, presiento que ese joven lider cometerá alguna estupidez—susurró la maestra—es tu deber guiarlo por el buen camino.
Hye ri ingresó a la tienda Tipi, viendo al nuevo líder, un joven de apenas 17 años que recién había tomado el puesto.
—Escuché que eres la nueva guía espiritual, sabes ver cosas del futuro y todo...ese rollo—ella notó una sonrisa ladina del chico y en como parecía burlón al nombrarla de esa forma—¿En serio...los dioses eligieron a alguien de tu calibre? esos seres, solo son una burla, les gusta vernos como sus peones, donde pueden movernos a sus antojos...
—No debería hablar así de los dioses.
El chico se acercó a la joven chamán para tomarla del cuello y tirarla de un golpe al suelo, apretando más su agarre.
—¿Sabes...que los hombres podemos vivir sin los dioses? pero ellos sin nosotros, ya que necesitan ser adorados...nosotros seguiremos existiendo pero esos tipos, quedan en el olvido.
La joven Hyeri trataba de respirar, cuando el menor soltó su agarre, ella dio grandes inhaladas.
—¿No ves? soy lo mejor sobre estas tierras y lo demostraré.
La maestra de la joven Hyeri suspiró, contempló a la chiquilla.
—¡No quiero ser su guía, ese chiquillo casi me mata, no me respeta!—gruñó molesta.
—Es muy joven aún, cree que el mundo le pertenece, debes ayudar a que se convierta en un buen lider.
—¡No lo haré, me matará!
Wheein estaba sentada en el suelo junto con aquella chica, escuchando la historia bastante interesada.
—Ese rey creció y cada año era más fuerte, hubo un tiempo en que gobernó sobre todas las manadas, todos le temían y respetaban, no había quien no supiera su nombre e incluso llegó al oído de los humanos, que le poseyeron pavor. Fue en esos tiempos que sus ojos...se enfocaron en lo que no debían. En un hijo de la luna.
Un Kim Taehyung conversaba con algunos alfas de la manada, en eso sintió una mirada sobre él, extrañado miró a su izquierda, viendo a un chico de cabellos blancos y ojos celestes, con su pelo suelto y que caía a los hombres. La joven Hyeri frunció el ceño al notar una sonrisa ladina proviniendo del líder de la manada y negó asustada.
Cuando las conversaciones con los tipos terminaron, el chico ingresó a su tienda, siendo seguido de la joven chamán.
—Dime...¿Qué piensas de los hijos de la luna?
—Están prohibidos.
—¿Y eso...quién lo definió?—preguntó sentándose en su silla para cruzar sus piernas, acomodándose lo mejor que podía.
—Los dioses, lo prohibieron. No pueden ser tocados, ya que ayudan en el equilibrio y es parte de la ayuda para ustedes los lobos-...
—Los dioses son unos mezquinos, egoístas...¿Por qué no puedo tener a un chico como ese? soy el Rey puedo elegir a quien desee.
—No puede.
—Si puedo—dijo levantándose de su puesto y se acercó a la chica, que retrocedió un poco asustada—¿o piensas retarme?
—Al principio pensé que era capricho suyo; pero con el tiempo, noté que también ese joven...el hijo de la luna se había sentido atraído por él, una noche en una fiesta, vi como el joven de cabellos blancos se dirigió a la tienda tipi...y se ofreció a él. Claro que ese momento el líder estaba de mal humor y lo rechazó. Me dejé llevar, creyendo que no sucedería nada de nuevo...hasta que al día siguiente, el líder tomó al joven.
—Pero...no sabías que algo así podía suceder.
—Si lo sabía...—comentó en bajo—puedo ver leves escenas del futuro, vi como el líder cambiaba por completo gracias al hijo de la luna, se le veía muy feliz...y pensé que podía ser bueno, ya que el tipo era un maldito patán—la chica suspiró con pesadez—pero solo era para querer liberarme parte de mi trabajo...así que, los dioses se enojaron y cayó el peor castigo sobre nuestra manada.
Hyori abrió los ojos y se levantó con mucho dolor, parecía ser de noche, solo recordaba que los habían atacado , que alguien le había disparado en la frente, caer inconsciente.
Al ver a su alrededor notó los cuerpos decapitados de humanos, sangre y cuerpos de niños en el suelo, su manada había sido aniquilada, corrió desesperada en búsqueda del líder, ingresó al bosque, en eso se detuvo, viendo el cuerpo del hijo de la luna sobre unas flores y decorado junto con ellas, la chica pegó un grito desgarrador y se acercó para tocar el pecho en búsqueda del alma, para poder guiarla a la luz; pero era un cuenco vacío.
Las almas quedaban en el cuerpo 24 horas hasta que aceptaban que ese cuerpo ya no les servía y debían irse.
¿Por qué estaba vacío? ¿Y la alma?
Se levantó sin comprender para seguir caminando hasta que al salir del bosque, logró ver a lo lejos un árbol de Ceiba y sobre este, un cuerpo ahorcado, era el del líder. Después de varios minutos logró bajar el cuerpo del tipo. Que ironia, ser ahorcado en un árbol sagrado como ese, que representaba la vida, bondad y unión.
—Quise liberar su espíritu para que no sufriera; pero...fue igual con el cuerpo del hijo de la luna, solo era ya un cuenco vacío, sus almas habían desaparecido. Si no son liberadas...vagan por el mundo sin paz. Estaba tan destrozada que tomé un arma que poseía guardada y me apuñalé al corazón...
—¿Te mataste?
—Si...pero no funcionó—susurró la chica—no morí. Volví a despertar, al hacerlo me encontraba en una manada, una mujer me había encontrado. Traté de matarme muchas veces; pero nada funcionaba...me di cuenta que estaba maldita, un mes después, mi cuerpo cambió por completo, fue convertida en una anciana. Entonces supe...que era mi castigo, por haber dejado que mis deseos egoístas humanas predominaran sobre lo demás.
—¿Y no te arrepientes?
—¿De qué sirve arrepentirme? —hizo una pausa—al final de cuentas, sentía que ese chico tenía razón...hay cosas que los dioses no pueden controlar ¿Sabes?—la chica alzó el rostro y contempló a la joven Wheein que ya tenía a su bebé dormido en brazos—no pueden controlar los sentimientos humanos. El amor—se levantó y sacudió su vestido—Donde sea que ellos se encontraban, siempre...volverían a enamorarse.
—No entendí lo último.
—Ellos renacieron...muchas veces.
—¿Qué?
—Sí. Yo estuve en todos sus renacimientos—la joven chamán rió—era parte de mi maldición. La primera vez...me sorprendí demasiado.
Un joven chico de cabellos blancos se encontraba cortando unas flores, en eso frunció el ceño al escuchar un sonido detrás de unos arbustos, el hijo de la luna frunció el ceño y se asomó, vio a un lobo negro el cual pegó un grito asustado y se fue de espaldas. El joven albino se rió ante la divertida reacción.
—¡Eres divertido! ¿Qué haces?—comentó el albino—¿De qué manada eres?...eres un lobo negro—susurró sorprendido—¡Guau! si existen.
—¡No te me acerques, estoy maldito!
El peli-blanco rio—no digas tonterías...me llamo Yoongi.
—¡Joven Yoongi!—habló la anciana viendo a los lados—¿Dónde está?
La chamán logró ver al chico, se acercó y luego de asomarse tras lo arbustos vio al lobo negro, el cual metió la cola entre sus patas asustado y bajó las orejas, tembloroso.
—Por favor...no me maten—sollozó el chiquillo.
La chamán frunció el ceño, notando como los ojos del albino brillaban y ofrecía una rosa al ajeno.
—Nunca quedaban juntos, los dioses siempre buscaban como separarlos, ellos formaban vidas con otras personas, se casaban y no volvían a verse. Claro, nunca volverían sus recuerdos de la vida pasada, era como un borrón y cuenta nueva. Era así cada vez que renacián, se encontraban, se enamoraban y eran separados de nuevo...sin saber que en un pasado, fueron los amantes más trágicos que la historia podía conocer.
—¿No son esos...Yoongi y Taehyung? son los únicos que tienen las mismas características-...¡Oh mis dioses!—dijo la chica abriendo la boca de forma descomunal para luego cubrirla—siento como si descubrí un enorme secreto.
—Si, son ellos. Parece que los dioses ya se aburrieron...se han dado por vencidos y optaron por quitar el castigo. Al principio era prohibido unir a los hijos de la luna pero como todo, las cosas cambian con el tiempo y se empezó a decir que casarse con un hijo de la luna, daba suerte para el líder de la manada. Es irónico ¿No?
—¿No sería divertido?
—El qué...—preguntó la joven Hyeri contemplando al jefe de la manada, el cual miraba el paisaje de las montañas a lo lejos.
—Demostrar a los dioses...que hay cosas que ni ellos mismos pueden controlar, que pueden equivocarse.
—Los dioses son perfectos.
—No...los humanos los hacemos ver como perfectos y por ende nos sentimos inferiores.
—Eso es ridículo—comentó la chica con una ceja enarcada.
—Bueno...tienes que ir a descansar, tu esposa debe estar preocupada por tí.
—¿Qué hay de tí?—preguntó la pequeña Wheein preocupada.
—¿De mí?—la chica miró a lo lejos—yo tengo un camino que seguir...creo que lo que suceda ahora, dependerá de ellos dos—sonrió con dulzura.
La pequeña Wheein sonrió y se giró para empezar a caminar, en eso se le vino una pregunta al respecto—¿Y cree que está vez ellos puedan-...—la chica se giró y al hacerlo...la chamán, había desaparecido, es como si se hubiera esfumado de la faz de aquellas tierras. Escuchó unos pasos tras suyo, sintiendo el aroma de su alfa, quien estaba un poco preocupada debido a que se había tardado mas de lo debido en regresar a casa.
—¿Dónde estabas? te has tardado.
—¡Estuve hablando con las plantas! ¡A que no sabes, encontré una papalota enooorme! casi me caigo por querer correr de ella pero nuestro bebé la agarró a tiempo...
La chica empezó a conversar de cosas que había sucedido en su pequeño viaje a la casa de una de sus amigas, su alfa sonrió con ternura dando un beso en la frente para ingresar a su respectiva cabaña.
Yoongi terminaba de poner el pequeño maletín sobre la espalda de su hijo. Taehyung contempló a Yoongi y a los demás de esa manada. Ya había terminado su época de entrenamiento y era tiempo de que volvieran a su hogar. El albino contempló al Delta.
—¿Por qué no te vienes conmigo en estos momentos?
—Aún tengo cosas que hacer aquí; pero...te prometo que iré el próximo mes ¿Puedes esperar solo un poco?
Yoongi bajó su mirada un poco desconcertado y suspiró afirmando bajo.
—Te guiaran mis chicos, después les tocará solo a ustedes, confío en que llegarás sano, Min Yoongi.
Los de la manada de Yoongi empezaron a caminar, el albino se giró para dar su camino; pero se detuvo, se giró y corrió rápido donde el pelinegro, dando un beso en los labios. Jin y Jungkook silbaron ante aquella acción divertidos. La señora Jeon enarcó ambas cejas sorprendido y la alegre Hwasa le daba manotazos a su tia en el hombro, impactada de esa situación.
—Te amo—susurró Yoongi al oído de aquel alfa—siempre te amaré.
El peli-negro se ruborizó ante aquello y cubrió sus labios, viendo al omega sonreír ,tomó a su hijo entre brazos y se empezó alejar en silencio. Taehyung bajó su mirada y pasó frustrado sus manos por el rostro. Le había prometido a Yoongi ganar su mano como era debido; pero...sin su alfa ¿Cómo demonios conseguiría semejante cosa?
Su lobo no había despertado y temía volver a perder. Ya de por si era el escalón más bajo de la manada. Contempló a lo lejos a Jin que conversaba con Jungkook, el menor parecía pegarse en el ajeno; pero Jin se mantenía un tanto reacio.
—Jin—llamó Taehyung al otro lobo—necesito un favor.
—¿Hmm?—preguntó extrañado el líder de aquella manada—¿Qué tipo de favor?
—Necesito que me ayudes...a despertar mi lado animal.
Yoongi se encontraba hincado frente al alfa, el cual le contemplaba con una ceja enarcada.
—¿Sucede algo?—preguntó Taehyung haciendo atrás un mechón de su larga cabellera negra.
—¿Es cierto que está prohibido tomar a un chico como yo de esposo? ya que soy un hijo de la luna....traeré desgracias ahora que estoy impuro.
—Las reglas están para romperse. Y si caen maldiciones, entonces las soportaré—susurró con una sonrisa ladina.
Taehyung agarró a Yoongi y lo acostó boca arriba, el menor soltó un quejido sorprendido por ese repentino accionar. Su corazón latía con demasiada fuerza y sentía que en cualquier momento saldría volando de su pecho—¿Qué me has hecho, Min Yoongi?—preguntó el alfa contemplando aquellos hermosos ojos del omega—Me vuelves loco—pronunció para empezar a quitar las prendas de su ahora esposo, el menor se retorció un poco ante aquel tacto, sintiendo sus mejillas sonrojarse.
Cuando terminaron de bajar la montañas, Yoongi se giró al ver el pico de aquella montaña y sonrió pasando a su lado animal, empezando hacerse espacio entre los demás, liderando la manada de omegas, quienes le sonrieron, dando un leve cabeceo de forma de respeto y a su lado su pequeño cachorrito que iba saltarín y alegre, aprendiendo de su papi.
Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, nacieron hijos del dios de la guerra y de la diosa luna, uno de esos hijos retó a los dioses, por lo que decidieron castigarlo al prepotente ser.
Maldiciendo por los siglos, sin permitir que se quedara siempre al lado de la persona que más amaba. Lo que no contaban los dioses, es que...hay cosas que ellos mismos no pueden controlar quitar el destino y el amor del hijo de la luna, que lo buscaría siempre en todas sus vidas y cuando lo hiciera, seguiría amando al hijo de la guerra.
Por primera vez en la historia, un joven burló a los dioses, un lobo gitano.
[Cualquier error de ortografía, redacción, avisad por favor, esto se corregirá cuando el fanfic pase a edición]
¡Recuerden el lema de la familia!
∞ Somos Sol que calienta; pero no quema 7w7r ∞
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