10: Las paces
Estaba caminando por los pasillos hasta que crucé con la mirada amarillenta de Kaminari. No quería que nos lleváramos mal. Aun así comprendía su actitud, no habíamos empezado con buen pie. Ante aquel encuentro decidí acercarme a él con una pequeña sonrisa de amabilidad.
—Kaminari—él apartó la mirada de su teléfono para mirarme.
—¿Necesitas algo?—preguntó. Su tono fue más bien neutral. Se le veía decaído.
Pensé en que decirle y finalmente decidí ir directa al grano.
—Quería hablar contigo—le sonreí—Está claro que no empezamos con buen pie, pero de verdad quiero que nos llevemos bien.
Le tendí la mano como gesto amistoso y él arqueó una ceja con desconfianza. En el fondo entendía que desconfiara de mí.
—¿Crees que caeré en el mismo truco otra vez?—preguntó refiriéndose a nuestro primer enfrentamiento.
—Oh—me percaté retirando la mano con un gesto de apuro—Lo siento mucho, pero ahora llevo los guantes. No pasará nada.
Su mirada de desconfianza no desapareció y me empecé a sentir algo incómoda ante aquella situación.
—No quise hacerte daño. Sé que no es una excusa, pero mi singularidad es complicada—suspiré—Tienes que creerme.
—¿Cómo quieres que te crea?
—No lo sé—suspiré—Solo te pido que lo hagas, por favor.
Él apretó los puños y se acercó cada vez más a mí analizándome con la mirada. Parecía estar pensando en que hacer.
—Apareces de la nada con una singularidad extraña y te llevas a Kyouka ¿Quién se supone que eres?
No supe qué decir. Esperé a que él retomara la palabra. Sabía que necesitaba desahogarse.
—Se siente como si alguien desconocido te hubiera arrebatado a quien más quieres.
Era normal que estuviera enfadado. Lo notaba a pesar de no tocarle. Sentía rabia, celos y tristeza. No era una buena combinación de emociones, ni para él ni para mí que estaba justo a su lado.
—Nadie te ha arrebatado nada—dije mirándole con seriedad—Ella sigue a tu lado y lo seguirá estando, aunque no te vea de la misma manera seguirá a tu lado. En eso consiste querer a alguien, en no dejarlo tirado a pesar de todo lo que pueda suceder.
Por su expresión supe que pensaba que tenía razón, pero entendía su tristeza. Sabía que el dolor del rechazo era como una aguja clavándose en el corazón.
—No me fío de ti, ese es el problema—sus brazos estaban cruzados—Me da la sensación de que ocultas muchas cosas. Lo que ocurrió en nuestro enfrentamiento...
—Te dije que lo sentía, no puedo volver atrás en el tiempo—dije interrumpiéndole.
—Sigo sin fiarme de ti.
Fue como si su mirada amarillenta me apuñalara. Yo mantuve la compostura.
—Ambos queremos lo mejor para Kyouka, así que quiero que nos llevemos bien. Ella está preocupada por ti—finalicé. No era un mal chico y de verdad quería que nos lleváramos bien—Por favor. No te pido que te fíes de mí, solo que estemos en paz.
—¿En paz?
Yo asentí. Él pareció pensárselo y segundos después estiró su mano. Aún no parecía convencido, pero Kyouka le importaba lo suficiente para hacer ese sacrificio.
—Está bien, hagamos las paces por ahora.
Me sorprendí ante su gesto y estreché su mano con cuidado. No pude evitar sonreír al hacerlo.
—Gracias.
—Espero que la hagas feliz.
—Yo espero que tú también sigas haciéndola feliz.
Al oír mis palabras él me sonrió por primera vez y asintió antes de soltar mi mano. Antes de marcharse sé despidió con un gesto de muñeca. Al verle desaparecer por los pasillos sonreí aliviada. Me alegraba que hubiera salido bien.
Me apetecía tocar la guitarra, así que se me ocurrió coger la de Nova. Recordé que solía guardarla en el armario trasero así que eso fue lo que hice. Coger su guitarra entre mis manos fue como sentirla a ella. Era suave y desprendía un olor a caoba que de alguna manera me recordaba a ella.
Estaba preocupada por Kaminari, pero hablaría con él más tarde. Ahora necesitaba tocar la guitarra y hundirme en la música. Sin embargo, en el momento que mis dedos tocaron las cuerdas la pantalla de mi teléfono móvil se iluminó.
Al ver aquella fotografía no pude evitar sonreír con una pequeña risa. Nos la habíamos hecho hace un par de días y esa fue la mejor pose que pudimos poner. Se me hizo imposible apartar la mirada de ella durante unos minutos. Aunque no pasaron más de dos segundos antes de que una voz me interrumpiera y mi corazón se acelerara.
—Buenos días.
Nova tenía una gran sonrisa en su rostro y se acercó a mí con pasos más animados que de costumbre. Yo apagué mi teléfono móvil algo alarmada y le dediqué una sonrisa nerviosa.
—He cogido tu guitarra, espero que no te importe—comenté con una leve sonrisa acariciando las cuerdas—No he podido evitarlo. Sentía que me llamaba.
—Puedes usarla cuando quieras. Estoy segura de que harás un buen uso de ella—sonrió—Déjame afinarla antes.
Sé la di con cuidado mientras ella se quitaba los guantes. Al mirar sus manos me percaté de algo que no había visto antes. En su mano derecha tenía una cicatriz. Era como una raya vertical, aunque era muy desapercibida.
—Nunca me había percatado de que tenías esa cicatriz ¿Cómo te la hiciste?
Ella miró su mano durante unos segundos sin decir nada hasta que finalmente soltó una pequeña risa.
—Fue cuando tenía diez años—contestó—Me corté con un cuchillo mientras cocinaba. Mi madre y yo nos dimos un buen susto, no dejaba de sangrar.
—Ya veo—sonreí—Menos mal que no fue nada grave, parece profundo.
—Sí, menos mal—sonrió—Ya está afinada—dijo devolviéndome la guitarra.
Ella siempre conseguía animarme. Pasé de nuevo mis dedos por las cuerdas antes de verla de reojo sentada a mi lado. Su presencia me puso algo nerviosa después de nuestra conversación del otro día.
—¿Ha ocurrido algo? Estás animada, pero diferente—dejé la guitarra a un lado. Cada vez me sentía más confiada con ella.
—Kaminari y yo hemos hecho las paces—contestó mirando al techo sin borrar su sonrisa.
Entreabrí los labios. Me sorprendió. Sentía que Nova tenía facilidad para convencer a los demás, pero me alegró de verdad que ambos estuvieran bien. Además, seguramente eso me ayudaría para poder hablar con Denki más adelante.
—¿No te alegras?—preguntó acercándose a mí con cierta preocupación.
—¡Claro! Es decir...—su cercanía hizo que prácticamente me cayera de la silla—Me alegra mucho. Yo también intentaré hablar con él cuanto antes.
Ella iba a decir algo cuando de pronto su mirada se desvió hacia la ventana de la sala. Me giré en su dirección y vi que había empezado a llover. Sus ojos se iluminaron y se levantó de golpe tendiéndome la mano.
—¿Uh?
—¡Está lloviendo!—exclamó—Vamos fuera. Será divertido.
Ladeé la cabeza confundida. Para mí la lluvia no solía ser nada más que algo molesto cuando iba por la calle.
—Pero...
—¿No te gusta la lluvia?
—No precisamente—susurré.
—Prometo que te gustará esta vez.
Era imposible negarse ante su rostro de emoción y su gran sonrisa. Sin duda la más bella que había visto nunca.
—Está bien, pero porque me lo has prometido—sonreí.
Cogí su mano y ella la agarró con fuerzas. En pocos segundos nos encontrábamos en el porche del edificio.
—¿Ahora?
—No te resbales.
—¿Qué?
Ella estiró de mí antes de que pudiera reaccionar y nos encontrábamos corriendo bajo la lluvia como en aquellas películas románticas que tanto le gustaban a Mina.
—¡Ten cuidado de no resbalarte!
Verla correr con esa sonrisa característica de ella hizo que mi corazón se acelera con fuerzas. Nova era una persona que irradiaba luz y belleza, pero no solo físicamente, su interior también era hermoso y estaba lleno de luz y estrellas.
Fue en ese instante, en ese momento bajo la lluvia donde su rostro estaba cubierto de gotas de agua, donde me di cuenta de que quería estar a su lado sin importar que. Nos conocíamos desde hacía unos meses, ya llevamos la mitad del curso juntas, pero quería tenerla a mi lado el máximo de tiempo que pudiera. Quería seguir viendo su sonrisa día tras día.
—¿Estás bien? Siento si me he apresurado.
Me miró con preocupación y tardé en responder. Incluso bajo la lluvia su cabello como el oro seguía brillando.
—Creo que me he enamorado de la lluvia.
Me salió solo y ni siquiera me estaba dando cuenta de lo mucho que me estaba mojando. Solo la estaba mirando a ella como si fuera lo único que hubiera.
—¿Lo ves? La lluvia es hermosa.
Ella me miró sin soltar mi mano. Notaba el frescor de la lluvia en mi piel, pero no tenía frío. Aquella sensación se grabó en mi memoria como un vídeo en bucle.
—Sí, supongo que lo es.
Ella no pareció escucharme, pero mi corazón siguió latiendo con fuerzas mientras todas mis extremidades se quedaban empapadas. No había podido dejar de mirarla desde que habíamos llegado y fue como si la lluvia hubiera desaparecido.
Solo estábamos ella y yo.
¡Hola! Gracias por todo el apoyo, la historia ya ha llegado al 1K de votos. ¡Así que me alegra que os esté gustando!
Me gusta mucho la escena donde Kyouka y Nova están bajo la lluvia, espero haberla representado como quería y que os haya gustado <3
También quería mencionar que estoy preparando un extra donde Nova y Akira sé conocen ¿Creéis que se llevarían bien o qué sus personalidades chocarían?
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