Palabras.

Palabras.

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¿Por qué putas no? Es decir, ¿quieres escribir? Hazlo. Nada te lo impide. Además de la realización inmediata de que literalmente nadie que no haga parte de tu cerrado grupo de amigos siquiera se molestará en echarle un vistazo a lo que estás haciendo. Verga, de hecho ni siquiera la mayoría de ellos lo hará.Pero, en serio, ¿qué más da? ¿Qué importa? ¿Acaso importa que un puñado de adolescentes calenturientas prefieran leer fan-fiction erótico del estilo "Chapulín Colorado x Goku" a tragarse las palabras delirantes de un veinteañero fracasado? ¿Acaso importa el hecho de que si intentas vivir del arte vas a morir de hambre después de chuzarte una droga desconocida en la esquina del callejón de un McDonald's? ¿Acaso importa que pienses que quizás exageraste un poco las palabras en esa última frase y por ende el impacto que querías generar perdió un poco de su valor? Probablemente sí, de hecho. Pero ya me dio paja pensar en otra cosa que escribir. No se vive del arte pero, carajo, es divertido hacerlo. Aunque a veces te quede un poco regular. Este es un pequeño proyecto personal que empecé tras meterme a un curso de escritura al que entré más que todo como excusa para intentar batallar contra mi creciente procastinamiento. Ya veremos cómo nos va con eso. Super-bebés espaciales, detectives y prostitutas, ancianos disfrazados de piratas disparándole a mafiosos en el pecho. "Palabras" es una pequeña obra antológica repleta con relatos surreales, algunos más que otros, donde el principal objetivo es practicar, practicar y seguir practicando. Un proyecto creado por diversión y con el fin de seguir mejorando mi escritura, pero también interesado en traer historias lo suficientemente atrapantes como para dejar tus ojos pegados a la pantalla a pesar del absoluto caos desatándose entre sus líneas.…

Osoris

Osoris

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Perros muertos que ruedan por la colina. Fallecer se ha vuelto un concepto abstracto. En Osoris, la muerte es preferible a todo lo que cause la más mínima incomodidad. Porque en Osoris la muerte no importa. La metrópoli que nadie consigue encontrar sigue moviéndose, firme, sin pensar nunca en lo demás.En un baldío neón, poblado por androides infinitos, un robot samurái se embarcará en un camino de violencia... Para vengar su propio fallecimiento.…