✙.O3.✙

Si no puedo borrar las estrellas, no me pides que olvide tu huella. Muero cada noche y cada día, llorando mi camino hacia la luna.
¿Como es que no hay otra manera?
No quiero vivir sin ti


Abrió los ojos aturdido, sobresaltándose al recordar todo lo que había soñado. Taehyung se irguió sobre su espalda para sentarse en el borde de su cama, sin dejar de visualizar las repentinas imágenes de aquel acontecimiento que pronto llegaron a su mente.

Tragó de su propia saliva, pasando una de sus manos por su rostro. Descubrió las gotas de sudor acumuladas en su frente, todavía seguían deslizándose por el tabique de su nariz. Su entrepierna estaba palpitando y aunque hizo un gran esfuerzo por no mirar hacia abajo, no pudo evitarlo, dolía demasiado. Su pene estaba duro, hinchado y apuntó de explotar en su bóxer. Todo por culpa de aquel sueño húmedo que había tenido con el chico de la librería.

Lo había excitado tanto que ahora tenía una grave erección.

Al principio pensó que solo se trataba de un desconocido, no pudo ver muy bien su rostro debido a que se mantuvo borroso. Y cuando finalmente descubrió de quién se trataba, fue realmente extraño. No sabía que suponer ante esta situación, era difícil de entender.

Se supone que se debía sentir avergonzado, como un pervertido. Nunca creyó que tendría tantos deseos sexuales escondidos. Jamás había tenido en cuenta el sexo antes, prácticamente seguía dentro de un convento.

Todos soñamos a veces con algunas personas y en ocasiones nos sentimos atraídos por ellos, sin importar el género correspondiente o la edad que tengan. En ningún momento de su vida, soñó con tener relaciones sexuales con alguien. Indiscutiblemente podía confirmar ahora cuanto necesitaba satisfacerse en pleno acto carnal.

Nunca espero que fuese el primero en recibir. De hecho, debido a la anticuada cultura hipermasculina de su país, tomar el rol de ser pasivo en una relación del mismo sexo, se considera un tabú.

Aparecieron sus cuerpos desnudos como si nada. No fue tan raro como pensó, incluso cuando mostró desnudez al igual que el contrario, no sintió pudor e incomodidad al respecto.

Dejarse completamente expuesto fue como una desventaja, pero al saber que había compartido el mismo deseo, la situación cambió a una en la que no pudo percibir la inseguridad atormentarle.

Descifrar adecuadamente este tipo de sueño no era nada fácil.

Casi todo el tiempo soñamos con lo que nos sucede diariamente, recordamos momentos que a veces se pierden con el paso de los años conforme uno va creciendo y aparece de forma difusa varias veces.

Taehyung soltó un bostezo largo y perezoso, recién estaba despertando. Todavía sentía el sueño invadir sus pensamientos y sabía que no debía sucumbir ante estos de nuevo.

Se levantó de su cama como pudo debido al dolor de su erección. Estrujó sus ojos con uno de sus dedos y cuando fue a dar un paso hacia adelante para caminar, se detuvo al sentir como su pie había pisado algo que no tenía nada que ver con la superficie del suelo.

Bajo pesadamente su vista para ver de qué se trataba y no esperó encontrar el libro que había terminado de leer en la noche tirado de par en par, ahora siendo aplastado por su enorme pie. Lo tomó rápidamente para impedir que se estrujaran las páginas.

Por suerte una vez al recogerlo y hojear cada una de ellas, soltó un suspiro de alivio al notar que no se habían doblado ni arrugado ninguna. Después de todo, era el libro que el guapo Jeon le recomendó que leyese, por nada del mundo podía permitirse destrozar aquel detalle que...

En un solo segundo, Taehyung abrió los ojos en demasía, buscando un punto fijo en la blanca pared, en el que pudiera apoyarse. Entró en un debate mental en el que descubrió algo demasiado raro que estaba dispuesto a averiguar.

El libro que leyó la noche anterior trataba de una historia que hacía referencia a la gente sombra. Practican la habilidad de entrar en los sueños de otra persona, pudiendo así comunicarse con ella. Incluso pueden manipular el entorno y los acontecimientos que se van produciendo dentro del sueño.

Taehyung fue testigo de ver a Jeon en su sueño cómo una especie de animal salvaje que quería jugar con su cuerpo. Sus ojos negros, vacíos pero llenos de brillo lo embobaron. Sus colmillos filosos cómo cuchillos, garras parecidas a la punta de una aguja. Un carácter posesivo, extremadamente dominante. Cada vez que escuchaba su áspera voz, se sentía poseído.

No quería decir que pensará que Jeon tuviera algo con que ver con la Gente Sombra, solo tuvo ese tipo de sueño producto al libro que había leído antes de dormirse.

Taehyung colocó el libro en su mesita de noche una vez que lo sostuvo contra su pecho con fuerza, sintiendo un extraño sentimiento recorrerlo por dentro.

Taehyung se dirigió al baño para hacer sus debidas necesidades.

Cuando se miró al espejo al terminar de lavarse el rostro con un poco de agua fría, cerró el grifo mientras analizaba su reflejo. Todas las mañanas en las que despertaba solían ser iguales que la anterior, pero este día era totalmente diferente. Este día sentía que soñó algo inesperado que iba a cambiar por completo su vida.

Aun podía sentir el tacto de unos dedos, la textura de unos labios, la humedad de una lengua y los arañazos de unas garras por cada rincón de su cuerpo.

Siente que ha sido profanado mientras dormía y aunque suene muy de locos, quería volver a repetirlo. Sin importar que se haya tratado de un simple sueño, disfrutó cada momento que estuvo a su lado.

De manera automática, deslizó su mano derecha hacia abajo para adentrarla en su bóxer y agarrar su miembro. Lo que estaba a punto de hacer le dio mucha vergüenza ajena, pero la única manera que tenía de aliviar su erección, era masturbándose.

No era su primera vez haciendo esto. No recordaba las veces que lo había hecho, aun así, se sintió algo torpe al intentarlo de nuevo. Con su mano derecha empezó a tocar su miembro, masajeo toda su longitud para luego hacer presión sobre la punta con los dedos.

De inmediato se llevó su mano izquierda a la boca para callar sus gemidos. Estaba seguro que al escucharlos, se avergonzaría más de la cuenta. El flujo de la propia excitación le ayudo a humedecer su miembro, por lo que la masturbación fue más suave y placentera. Aceleró sus movimientos y se aseguró de repetir la acción varias veces para estimular sus genitales.

No dejaba de pensar en Jeon y en el sueño que había tenido con él. Era bastante vergonzoso recordar todo lo que hicieron. Jamás imaginó que un fetiche tan sádico le iba a gustar tanto. De tan solo volver a visualizar todo lo que ocurrió, el orgasmo invadió su cuerpo y en cuestión de segundos, derramo un espeso líquido blanquecino en la palma de su mano.

-¿Profesor Kim?-escuchó una voz que lo llamó y al mismo tiempo interrumpió sus pensamientos en el proceso.

Taehyung parpadeó unos segundos, llevando una de sus manos a su rostro para golpear suavemente sus dos mejillas. Dirigió su vista al frente, encontrándose con uno de sus estudiantes delante suyo.

El joven Park Jimin lo miraba con una ceja alzada mientras aguantaba cada aza de su mochila.

Hace cómo media hora, Taehyung había finalizado sus clases, dejando en su último turno una orientación de un proyecto. Sus estudiantes deberán investigar sobre la vida y obra de Agatha Christie, una escritora bastante famosa que escribió más de ochenta novelas policíacas.

Cuando se retiró de la universidad no tuvo muy en cuenta fijarse que caminos eran lo que estaba transitando para llegar a su casa. Inesperadamente, ahora mismo se encontraba en la esquina donde estaba ubicada la librería.

Sí, la misma librería en la que trabaja el empleado Jeon. Con cuál había tenido un sueño húmedo.

-¿Cómo fue que llegue aquí...?-susurro Taehyung para sí mismo frotando su rostro con ambas manos.

Quería esconderse bajo una piedra en estos momentos y que la tierra lo tragase.

No sabe si fue por voluntad propia o se dejó llevar por sus pensamientos y sentimientos, pero de igual forma, algo lo impulso. Logró llevarlo de vuelta a este lugar. Suena casi imposible, pero a veces, es el propio corazón quien desea guiarte, aun cuando tengas en mente moverte a otro sitio.

Será mejor concentrarse en su alumno que lleva minutos tratando de llamar su atención.

-Joven Park que causalidad-saludo con una sonrisa nerviosa a su estudiante mientras sostenía con fuerza su maletín de trabajo-Perdona mi despiste, desde temprano me encuentro un poco distraído-se disculpó por haberlo ignorado hace unos segundos cuando lo estaba llamando.

Park Jimin era uno de los estudiantes más destacados que tenía en el aula. Sus cabellos rosa le recordaban mucho a los pétalos de los gladiolos de ese mismo tono. Sus ojos color avellana y sus mejillas regordetas lo hacían lucir tierno, tenía un aspecto adorable y era muy simpático. Se llevaba bien con todas las personas cercanas de su entorno, Incluso con los desconocidos. Aparte de que era muy bonito, tanto en físico como en personalidad, también era sumamente inteligente y astuto, siempre era el primero en levantar la mano en sus clases para responder con determinación. Dando buenas respuesta al final. Habían hablado varias veces en turnos libres, Jimin lo llenaba de preguntas en ocasiones para entender mucho mejor el objetivo de sus clases. También solía dar su opinión con respecto a situaciones que se quedaba leyendo e interpretando en silencio.

Era uno de esos estudiantes que eran únicos y especiales, que no podían quedarse ensimismados en una sola cosa. Tenía una perspectiva de verlo todo desde varios puntos de vista, lo cual era es algo muy sustancial.

-No se preocupe profesor-lo tranquilizó con una sonrisa angelical, una que siempre lo habían caracterizado por ser un espíritu celestial-Todos tenemos días en los que nos gusta mejor flotar en las nubes que caminar por las calles-comentó de forma comprensible entendiendo como debía de sentirse. Varias veces había estado también perdido en su propio mundo, solo cuando era necesario concentrarse en algo de suma importancia, lo hacía de forma inmediata-Justamente iba a pasarme por la librería que está a la vuelta de esa esquina para buscar un buen libro de Agatha Christie que pueda ayudarme con el trabajo-señaló con uno de sus dedos la dirección sin dejar de sonreírle-¡¿Qué le parece si me acompaña?! Puede así recomendarme algunas obras suyas-en sus ojos pudo notar un destello brillante.

Prácticamente le estaba diciendo en modo de súplica: "Por favor acompáñame."

El problema no es entrar en la librería con uno de sus mejores alumnos para ayudarlo. Lo que le impide más bien mover sus pies, es el solo imaginar cómo será todo al toparse con Jeon después del sueño que tuvo. Aparte de que también se había masturbado pensando en él en su propio baño para bajar la erección que le había provocado.

Podía decirse que era un tipo de acosador, pero ahora había desbloqueado un nivel nuevo.

Siempre iba los viernes a verlo en la librería y el haber soñado algo tan sexual con Jeon, lo único que hizo fue confirmarle lo muy pervertido que ahora se había vuelto.

A su edad era normal que lo catalogaran con ese nombre, nunca había sido besado ni tocado por nadie, pero ahora le atraía alguien incluso menor que él. La descripción prácticamente le venía como broche de oro, pero se rehusó a aceptarlo. No era como esos hombres repugnantes que a veces conocía. Jamás había pensado en tener sexo, ni siquiera ha visto porno. Cuando sus pocas amistades hablan de sus experiencias sexuales, él siempre hace oídos sordos y se marcha, no era lo suyo escuchar algo tan privado y personal. Para algunas personas es un tema que les complace conversar, pero tampoco hay que soplárselo a los cuatro vientos.

Al menos era el único que no se sentía cómodo con ello. Tampoco se consideraba un perdedor por tener tan solo 30 años y seguir como una flor de loto en un estanque, sin una rana que quisiera trepársele.

Si de verdad había alguien con quien le gustaría tener sexo, la respuesta lógicamente sería con Jeon, pero claramente no lo conocía y seguramente era heterosexual, igual que lo eran todos en este país tan cerrado que tenía forma de clóset.

Las cosas que uno desea no suelen llegar rápidamente como la lluvia, incluso si intentas agarrar las gotas con la palma de tus manos, la humedad se secará pronto.

El amor implica tomar riesgos. Por eso es mejor ser cuidadoso, si hay algo más doloroso que la traición o la infidelidad, es la ilusión.

Mantener un fragmento de esperanza en el corazón aun sabiendo que los sentimientos no son recíprocos, es un dolor insoportable con el que apenas uno puede lidiar. Que te ilusionen o que tu mismo te ilusiones, cualquiera de esas dos opciones, no importa el orden.

Siempre será el mismo resultado, la decepción.

Por eso Taehyung se iba mantener como si nada hubiera pasado. Era la mejor manera de enfrentar su problema, además de que estaba completamente seguro de que no volvería a repetirse.

Esta vez no habrán más sueños húmedos, ni más jodidas erecciones.

-Por supuesto, no será ningún problema, estaré encantado de ayudarte-sonrió Taehyung aceptando su propuesta, aún no muy convencido del todo, pero trataría de sobrellevarlo.

Jimin estuvo más que satisfecho con la respuesta de su profesor de literatura. Le parecía una persona increíble. Le encantaba mucho su forma de ser, como se expresaba y como actuaba, eran admirables

Jimin se mantuvo a su lado dando pequeños saltitos de emoción, sintiendo que iba compartir un día espléndido junto a su profesor.

Vaya que fue una sorpresa encontrar al profesor Kim cerca de su destino, estuvo casi todo el día pensando en que libros debía de comprar para realizar el trabajo orientado. Tal vez no era una coincidencia, el universo se había encargado de ponerlo justamente en su camino para que lo ayudase con sus inquietudes.

En realidad, el universo solo quería jugar con Taehyung, guiándolo directamente a la boca del león.

El pelirosa se encontraba soltando chispas de felicidad, mientras que Taehyung se mantuvo temblando por los nervios, aumentaban con cada paso que daba. No podía casi respirar o tragar saliva para humedecer su garganta y ya desde hace rato la sentía reseca.

Pararon una vez que llegaron a la entrada de la librería, donde Jimin fue el primero en entrar. Aguanto la perilla de la puerta para esperar a que su profesor también pasara.

El aire se sintió de pronto más denso y la temperatura más elevada de lo normal, aunque el aire acondicionado siempre estaba puesto dentro para no sofocar a ningún cliente en los días de verano. Suelen ser muy calurosos, el resplandor del sol te puede cegar los ojos, te bañas en sudor y los rayos del sol se vuelven tan intensos que pueden hasta romper piedras y cocinar cabezas.

En Seúl el clima variaba muchas veces, Taehyung adoraba más la época de invierno. Le fascinaba usar suéteres y abrigos anchos con colores pasteles, sus tonos favoritos.

Jimin sabía que su prioridad número uno al estar aquí en este lugar era comprar unos cuantos libros de Agatha Christie, pero al ver tantas repisas y estantes repletas de arriba hacia abajo, con libros de diferentes tamaños y grosores, se quedó anonadado. Con la boca medio abierta y con los ojos grandes leyó cada cartel pegado que había a un costado de los estantes. Cada da uno tenía escrito con letras enormes las categorías clásicas de la literatura, por lo que sonrió cuando localizó una de sus favoritas.

De terror.

Se fue corriendo dejando atrás al profesor Kim, quien se mantuvo en la entrada sosteniendo su maletín. No era pesado, tan solo traía consigo unos papeles importantes y la planificaciones de algunas de sus clases.

Miró hacia todos lados y solo logró ver a un anciano leyendo un libro de historia antigua, un tema que casi siempre gustaba a los mayores de edad. Les fascinan las épocas, como la Dinastía de Goryeo y Joseon, muy famosas y transcendentales que caracterizaban los rasgos históricos de Corea del Sur. También habían un trío de chicas sentadas en una mesa que estaban leyendo libros de romance, muy clichés en las adolescentes que buscan informarse, de tal forma que puedan adquirir experiencia antes de enfrentarse a una relación amorosa.

Y por último localizó a Jimin en la sección de Terror, el cual parecía estar muy ocupado buscando algo apropiado para su disfrute personal. Le echó un vistazo a la caja registradora y se dio cuenta que el puesto estaba vacío. No había nadie atendiéndola y eso le pareció muy raro.

Avanzó hacia esta cuidadosamente, siendo precavido y asegurándose de vigilar cada rincón para no espantarse.

Cuando se detuvo enfrente de la caja, soltó un suspiro de alivio al darse cuenta que no estaba Jeon por ningún parte. Tal vez estaba ocupado acomodando libros en el almacén o puede ser que no haya venido a trabajar.

Antes de pudiera tranquilizar su estado por completo, Taehyung vio entonces como alguien surgió por el otro lado de la caja, aguantando un par de libros.

-Al fin...-escuchó suspirar al azabache, quien se llevó sus manos al rostro para secar el sudor de su frente.

Dejó reposar los libros en la meseta.

Se había tardado demasiado en abrir un paquete que había enviado temprano en la mañana.

Taehyung se quedó sin habla, ninguna de las suposiciones que tuvo en mente habían sido correctas. Jeon solo había estado agachado en el suelo, por eso no pudo verlo antes.

Al menos se paró dándole la espalda, por lo que el castaño aprovechó esa oportunidad para escaparse sin ser visto.

Llegó hasta donde estaba Jimin con pasos apresurados. Casi se tropieza de no ser porque se apoyó contra un estante para equilibrarse. Las piernas aún le temblaban y sus manos no pararon de sudarle.

Sin duda le aterraba volver a ver su rostro. Tan solo de ver su espalda y escuchar su voz, perdió el control de manera abrumante.

Considerando mejor la idea de su alumno, hubiera sido mejor no haber aceptado su pedido. No hacía falta recapacitar, se encontraba en el mismo lugar donde trabaja el chico de su sueño, el que lo provocó de cierta forma.

Era el causante de hacerlo sentir tan abrumado.

¿Qué pensaba conseguir viniendo aquí primeramente?

Nada, absolutamente nada, solamente avergonzarse más de lo que ya estaba.

-¡Mire profesor Kim!-exclamó Jimin con entusiasmo, pero en tono bajo para no molestar a los clientes de la librería, aun así, quiso expresar su felicidad mostrándole los libros que había escogido-Voy a llevarme "It"- enseñando la portada del libro para luego pasar los siguientes-"Drácula", "La Casa Infernal" y "El gato negro"-leyó los títulos chillando de alegría.

Las obras de terror son extraordinarias, sobre todo si eres fan de esas temáticas fuertes que impliquen baños de sangre o seres malignos que viven en casas encantadas.

Taehyung no es alguien que guste mucho de este tema en particular, siendo sinceros era bastante miedoso. Ver películas de terror lo hacía gritar y seguramente leyendo un libro, le darán muchos más escalofríos al imaginar todo. Sigue pensando que los policíacos son mejores, asesinatos y casos misteriosos que se han de resolver mediante códigos, acertijos o pistas. Me gustan de este estilo aparte de las novelas románticas.

-Parecen estar muy buenos, seguro que no te van a aburrir-respondió confiado dándose cuenta del gusto literario que tenía el pelirosa-Espero que no se te haya olvidado porque estás aquí, ¿verdad?-inquirió alzando una ceja, cruzando los brazos con una sonrisa.

Claramente quería reprocharle que lo primero que debía hacer era cumplir con lo primordial.

-Me distraje un poco, pero no se me olvido-Jimin de manera divertida tocó su sien con uno de sus dedos para demostrarle que aún estaba en su mente-¿Cuál debo buscar?-pregunto dudoso sosteniendo sus libros entre sus brazos, moviéndose hacia la sección de Misterio.

Taehyung siguió a Jimin olvidando por completo la situación por la que había pasado anteriormente. Se enfocó en buscar en los estantes las obras de Agatha Christie que tenía en mente.

Taehyung paso sus dedos por el lomo de algunos con suavidad para leer con tranquilidad los títulos que tenían escritos. Lo primero que pasó por su mente al tomar un par de libros, fue el día en el que Jeon se inclinó para agarrar el que le había indicado.

Ahora no lo necesitaba, alcanzaba muy bien la parte media del estante. Sin embargo, deseó que en ese instante, volviese a aparecer para ayudarle.

-Aquí tienes-extendió los libros para que Jimin los tomará, pero al verlo tan cargado con los demás que iba a llevarse, decidió mejor aguantarlos.

De todas formas, sabía que tarde o temprano volvería a toparse con Jeon, era quien atendía la caja registradora.

Su corazón comenzó a bombear con intensidad y sus mejillas empezaron a arder. Los nervios no se detenían, se hacían cada vez más fuertes. No sabe todavía cómo pudo mantenerse de pie al verlo de nuevo. Su cabello negro, sus tatuajes, sus piercings. Se lo comió con los ojos en segundos. Tuvo que girar la cabeza para mirar hacia otro lado, no quería mostrar evidente rostro colorado.

-¿Jimin?-aquello fue la razón por la que Taehyung volvió a la normalidad, se quedó perplejo al ver como Jeon y el pelirosa se miraron con una sonrisa alegre y nostálgica, como si no se hubieran visto en un largo tiempo.

Y entonces el primer sentimiento que atacó a Taehyung fue confusión, al mismo tiempo algo de celos. Era evidente que se conocían a la perfección, la reacción de ambos lo describía demasiado.

Jimin conocía a Jeon, y viceversa, pero, de dónde se conocieron y que tipo de relación tenían. Era lo que quería saber, estaba al borde de un precipicio.

Si se entera de algo que prefiere mejor no imaginar o saber, será mejor tirarse de una vez al vacío.

-Cuanto tiempo, hace años que no te veía, aunque es imposible no reconocerte-un tono de burla surgió en la voz de Jimin, como si quisiera probar que se conocían de toda una vida.

-Es que me mude hace un mes a Seúl para asumir el trabajo de mi abuelo. Era el dueño de esta librería-aunque Jeon lo dijo con una sonrisa, su voz salió melancólica-Puedo pagar mi colegiatura y mis necesidades vendiendo libros ahora.

Taehyung apretó sus labios y trato de no decir nada al respecto, le había dolido ver el rostro del contrario, pudo ver con claridad la tristeza que sus ojos escondían y quería decirle, aunque fuese una vez, que todo iba a estar bien.

Optó mejor por quedarse callado mientras se ocultaba detrás de Jimin. Abrazó los libros sin darse cuenta de la fuerza que ejerció al apretarlos contra su pecho. Uno de ellos se le cayó al suelo junto con todos los demás al tratar de impedirlo.

Llamar la atención al parecer era lo que mejor se le daba bien, no soportaba comportarse de esta manera tan vulnerable cuando él estaba presente.

-Hey, déjame ayudarle señor-fue casi como el primer día en el que pudieron interactuar.

Ahí estaba de nuevo su chico azabache, con el mismo uniforme laboral que siempre llevaba puesto. Siguió cada uno de sus movimientos con la mirada. Observó cómo se agachó para recoger los libros que había tirado.

Cuando estuvo apuntó de agarrar el último que quedaba en el suelo, sus manos se tocaron y aunque fue una impresión suya, sintió como los dedos de Jeon acariciaron los suyos por un pequeño instante.

-Gra-gracias...-tartamudeo hablando apenas viendo como el azabache le sonreía.

Le brindó una mirada fugaz que lo hizo evaporarse en el aire.

-Volvemos a vernos de nuevo, señor descuidado-dijo de manera burlona, relamiendo sus labios para saborear un poco el piercing que tenía en su boca.

Taehyung nunca se esperó que lo reconociera, aunque había sido precisamente ayer cuando se vieron más de cerca. Incluso interactuaron un poco y le había recomendado un libro.

De alguna manera, el que lo haya recordado, hizo que Taehyung se sintiera muy especial. No sólo eso, también le había puesto un apodo.

No podía ser más feliz.

-¿Estás bien profesor?-preguntó Jimin un poco preocupado.

No pudo ayudarle debido a que aun cargaba con una buena cantidad de libros en sus manos, pero en cuanto vio a su amigo socorriéndolo, se sintió aliviado.

-Si...-Taehyung asintió levemente tratando de llevar su vista hacia otro lado.

No podía dejar de sentirse atraído ante la mirada intimidante del azabache.

-¿Se conocen?-preguntó Jimin con una sonrisa en el rostro, sintiendo mucha curiosidad al respecto a ver una chispa inusual en ambos.

-Oh no, solo... -el castaño se ruborizó al escuchar con atención el tono que usó su alumno al preguntar aquello.

Taehyung comenzó a balbucear tragando saliva, soltando cosas incoherentes.

-Mucho gusto, me llamo Jeon Jungkook y estoy a cargo de esta librería-se presentó esbozando una sonrisa ladina.

Al fin Taehyung pudo conocer su nombre completo. Estaba realmente contento.

Ya iba siendo hora de aferrarse a esta pequeña esperanza, aunque fuese poquita.

El chico que le atraía había dado el primer paso y era su turno de dar el siguiente.

-En-en..cantado de conocerlo... -carraspeó un poco su garganta para recomponer su voz-Me llamó Kim Taehyung.

Le costó llegar a este punto de partida, pero lo había logrado. Jeon Jungkook, su interés romántico, su primer amor y ahora su conocido, estaba formando parte de su vida.

Cada uno tomó un par de libros para llevarlos en dirección a la caja registradora.

Jungkook se aseguró de tomar su puesto de trabajo, apuntando y revisando todos los libros que Jimin iba a comprar.

-¡Oh por dios!-exclamo histérico-Me falto tomar un libro que me había pedido un compañero de clase, cómo vaya con las manos vacías mañana me mata-chillo espantado de solo pensarlo-¡Enseguida vuelvo!-se apresuró a decir alejándose con rapidez.

Taehyung soltó una risita al ver lo despistado que era su estudiante, esperaba que encontrará lo que le habían pedido. Sin darse cuenta, se percató de que Jimin lo había dejado a solas con Jungkook. Un grave error, ahora estaba demasiado asustado como para volver a hablar.

-Es bueno tenerte aquí de nuevo-soltó el azabache con una sonrisa lasciva. Se acercó al rostro de un muy confundido Taehyung para hablarle en la oreja-Mi presa favorita-expresó seductoramente.

De todas las cosas que nunca se pudo imaginar, fue que Jungkook mostrará su verdadera identidad . Era descabellado pensar que el azabache estuvo involucrado desde un principio en su sueño. Actuó todo este tiempo como un intruso cauteloso, observándolo de igual manera como el también había hecho cada que venía a la librería.

-Tu...-dijo algo dudoso sin separándose de manera abrupta del contrario para mirarlo fijamente a los ojos.

No notó ninguna señal de que estuviese mintiendo al respecto, Jungkook solo le sonreía juguetón.

-Supongo que el libro que te recomendé te gusto, ¿no es así?-inquirió en tono burlón flexionando sus musculosos brazos para inclinarse, quedando así nuevamente cerca del castaño-Tuve que deambular por tu subconsciente, fue la única manera de manifestar nuestras emociones-empujó su lengua contra su mejilla viendo cómo Taehyung se mantenía totalmente callado-A no ser que te haya resultado desagradable. Parece que te he infundido miedo en estos momentos-no pudo evitar analizar su rostro-No soy una especie de monstruo, solo deseo lo mismo que tú ansias-extendió una de sus manos para acariciar los labios de Taehyung con uno de sus dedos-Adorarte.

Taehyung está consciente de que Jungkook se aseguró de perturbarlo en aquel sueño, para enseñarle lo que realmente escondía por dentro. Cuando estamos dormidos y somos consumidos por el sueño, nos mostramos más abiertos, tanto mental como espiritualmente. El cerebro se encuentra en reposo, procesando todo lo que el día pudo ofrecerle. Taehyung se volvió demasiado influenciable ante las fuerzas externas que Jungkook aplicó. Todo fue mediante el libro que le entregó ayer, ese había sido el mediador, el detonante, la invitación que hizo entrar a Jungkook de forma voluntaria en sus sueños. Lo más irónico de todo, es que a pesar de haber experimentado un fenómeno tan inusual, le había parecido mágico.

¿Este era la clase de romance que quería experimentar? No tenía ni la menor idea.

Solo ansiaba a Jeon Jungkook.

-Supongo que tendré que hacerte olvidar lo que paso-suspiro agotado dándole unos segundos al castaño para lo pensará mejor.

Jungkook tenía una actitud arrogante y divertida, sabía muy bien como amenazar al castaño de forma inocente.

Ya había caído por completo en sus encantos, solo era cuestión de tiempo que Taehyung se ofreciera en bandeja.

-Vuelve...-murmuró nervioso apretando sus manos hasta hacerlos puños, tratando de conseguir algo de valentía-Vuelve a mis sueños-exigió como si fuese una súplica.

Jungkook sonrió satisfecho al escuchar aquella respuesta proveniente de esos deliciosos labios que se moría por devorar de nuevo.

-Allí nos veremos precioso-aseguró hablando en tono bajo para que pudiera solamente escuchar su voz.

De una forma u otra, estaban dispuestos a seguir lo que habían empezado.

Lo que es prohibido, es tentativo.








Un tabú completamente adictivo.








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4942 palabras.

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