✙.O2.✙

Tic tac, lo llevamos muy lejos. No quiero decir adiós, deja de matar nuestro fuego. El tiempo está corriendo. ¿Cómo pudiste hacernos esto? Estábamos volando.


Taehyung percibió que veía borroso, como si una capa de neblina espesa estuviera cubriendo toda su vista. A medida que intentó recuperarse, trató de mover alguna de sus extremidades, pero sintió que su cuerpo, estaba completamente paralizado.

Probó nuevamente recomponerse, sin embargo, resultó en vano. Hasta su mente se encontraba totalmente ida de lo que en verdad estaba pasando.

La temperatura del ambiente no era cálida ni fría. Simplemente era tibia y a decir verdad, la sintió reconfortante.

No había ni una gota de aire.

Incluso se aseguró de inhalar y exhalar para conseguir algo de oxígeno, pero no consiguió llevar nada a sus pulmones.

Parecía todo tan vacío y desolado que estaba absolutamente confundido. No sabía si lo que estaba experimentando en estos momentos, era real o un sueño.

Sin hacer ningún sobresfuerzo, volvió a visualizar todo de nuevo, donde se percató finalmente en qué sitio se encontraba realmente.

Estaba acostado en una cama que tenía un dosel con cuatro postes que se alzaban sobre las esquinas. Estaban unidas entre sí mediante barras laterales, donde habían enganchadas unas cortinas que tapaban tanto el techo como los lados posteriores del amueblado. Las telas de las sábanas eran del mismo tono que el de las cortinas. Rojo carmín, intenso y brillante como un rubí.

Era como si estuviera en una especie de habitación, aunque no pudo confirmarlo con exactitud por el velo rojizo que le impedía ver el exterior.

De repente, las cortinas se deslizaron y un rostro desconocido apareció, volviendo a acomodarlas como antes. Era la figura de un hombre, de eso no había dudas. Se subió a la cama gateando como un auténtico felino hasta donde Taehyung estaba tendido. Mostrando al descubierto su desnudo cuerpo en cuanto se acercó lo suficiente.

Taehyung se quedó perplejo al ver cada definición muscular que portaba consigo el contrario. Tenía un atractivo abdomen con unos pectorales grandes. Brazos musculosos con unos bíceps de pura fibra que eran excesivamente voluminosos. Piernas y muslos fuertes con una hombría enorme llena de venas sobresaliendo como marcas.

Por alguna extraña razón, Taehyung se sintió desfallecer.

Apreció el cuerpo de aquel sujeto de cabellos negros como una obra de arte. Podría jurar estar viendo una escultura cincelada en mármol que definitivamente, era increíble. Lo único que no soportó, fue ver qué su rostro estaba borroso. Como si estuviera censurado a propósito, mientras que todo lo demás si era visible para sus ojos.

El desconocido llevó una de sus grandes manos al muslo de Taehyung para acariciar su piel. Dándose el castaño cuenta que su cuerpo también estaba de igual manera expuesto como Dios lo había traído al mundo.

Taehyung no supo en qué momento se había quedado desnudo por arte de magia. Y por más que quiso, fue incapaz de cubrirse. Nunca lo habían observado de esta manera y ahora que fijaba su vista en ese extraño, sintió muchos escalofríos cuando lo vio acercarse a su rostro.

-Tu serás mío bebé-susurró ronco en su oído.

Agarró los cabellos de Taehyung con fuerza para echar su cabeza hacia atrás y lamer su cuello en el proceso.

Su otra mano se mantuvo ocupada en el muslo de Taehyung, el cuál se tensó un poco por la manera en la que lo estaba empezando a manosear. De pronto y sin explicación alguna, le comenzó a gustar.

El desconocido dejó de tocar su muslo para acariciar entonces el pecho de Taehyung lentamente con la yema de sus dedos, trazando un caminito en dirección hacia abajo. Dibujó por todo su estómago varios círculos transparentes que seguramente solo él podía verlos. Cada que su mano bajaba, las cosquilleos de Taehyung aumentaron de gran manera y se convirtió poco a poco en una sensación que erizó por completo todos los bellos de su cuerpo.

Sin siquiera notarlo, llegó hasta su pelvis, donde finalmente pasó suavemente sus dedos hasta llegar a su miembro.

De pronto las caricias se volvieron un poco más fuertes. Taehyung tuvo que morder su labio inferior para evitar dejar escapar un gemido al sentir como esa mano desconocida envolvía todo su pene.

¿Ser suyo...?

¿Acaso quería marcarlo de por vida para demostrar cuanto le pertenecía?

Es posible que haya captado con exactitud el mensaje. Sin embargo, Taehyung no podía reclamarle ni abstenerse a nada, por la simple razón de que en estos momentos no se reconocía así mismo. No sabía porque razón no podía levantarse ni salir corriendo. Era como si todas las extremidades de su cuerpo le pesaran y estuvieran totalmente adormecidas.

Todo estaba en pausa para él, hasta que sintió los toques de aquel sujeto de nuevo y entonces fue capaz de reaccionar como deseaba.

Cada que esa persona susurraba cosas en su oreja con sensualidad, Taehyung tenía que apretar los labios y cerrar los ojos para resistirse. Sentía que en cualquier momento iba a correrse, pero debía buscar la forma de poder contenerse.

La pregunta que ahora mismo no podía responderse y le estaba preocupando.

¿Por qué sentía tanto placer al ser tocado por un desconocido?

Puede que lo conozca de algún lado, lo presiente, pero no podía identificarlo. El contrario al parecer estaba muy satisfecho con lo que hacía. Taehyung se llenó de dudas, de interrogaciones y de sensaciones que nunca antes había sentido.

Tal vez aquel sujeto no quería ser descubierto por él, tal vez solo quería que se diese cuenta de quién era realmente.

-Mgh...-Taehyung soltó un leve jadeo al sentir como aún su cabeza seguía echada hacía atrás, por culpa de esa lengua húmeda que no parecía querer detener las lamidas en su cuello.

-Vamos a divertirnos, bebé-le avisó con voz ronca pegándose a su oído, en donde aprovechó la cercanía unos segundos para lamer el lóbulo de su oreja.

Taehyung notó como el contrario escondía la cabeza en su cuello, donde empezó a morderlo de manera fuerte con sus dientes, los cuales parecían prácticamente los colmillos de un animal salvaje. Taehyung solo consiguió estremecerse aún más cuando sintió los dientes ajenos clavándose en su piel de forma ruda. Por más que intentó, no pudo empujarlo para detenerlo, en cambio, grito de dolor casi desgarrando su garganta. Los colmillos no pararon de perforar su sensible tejido hasta que aparecieron varios hilos de sangre. Fue tanta la fuerza que ejerció el contrario en la mordida que provocó que Taehyung empezará a desangrarse en la zona de su cuello. Llevó sus dos manos hasta ese sitio y lo apretó con tanta fuerza que Taehyung pensó que iba a morir estrangulado.

-Tu cuerpo y tú son míos-vociferó con tono demandante retirando sus filosos sables.

El desconocido no paró de mirarlo, como si le quisiera dejar en claro hasta dónde podía llegar su nivel dominante y agresivo. Con su respectiva mano apretando todavía el cuello de Taehyung, dejó que su sangre manchara su palma un poco, para luego retirarla y a continuación llevarla directamente hasta una parte que desde rato quería explorar.

Dejó caer la cabeza de Taehyung en la cama una vez que finalizó la tarea en su cuello. Justo cuando Taehyung se tomó el atrevimiento de parpadear y de coger un respiro, rápidamente el desconocido tomó sus piernas y las elevó hasta la altura de sus hombros para poder separarlas.

Taehyung no sabía cuáles eran sus verdaderas intenciones, pero no tenía ni una pizca de miedo a pesar de todo lo que estaba ocurriendo. Tampoco era como si estuviera actuando por su propia voluntad, pero muy dentro de su ser, esto era sin duda el mejor placer.

Menuda locura.

Automáticamente las propias piernas de Taehyung lo traicionaron, puesto que en cuestión de segundos ya se encontraban rodeando la cintura del contrario. Él cual con una de sus manos llenas de sangre, prosiguió a untar un poco en su entrada con tal de humedecerla. Como si se tratará de un lubricante, pero utilizándolo de una forma morbosa y repugnante.

Taehyung gimió en respuesta una y otra vez sin detenerse, abriendo su boca sin ser consciente de que dejó salir un chorro de saliva en señal de que todos esos roces, lo estaban volviendo loco.

Desde el punto de vista de Taehyung, todo lo que estaba haciendo aquel hombre de rostro borroso era asquerosamente placentero. No entendía sus acciones sádicas y al mismo tiempo no comprendía porque le gustaban tanto.

¿Acaso era un vampiro...?

Criaturas que solo ansiaban ante todo beber la sangre de los humanos para saciar su sed.

Por mucho que trató de buscar una respuesta lógica, nunca lo vio bebiendo exactamente de aquel líquido. Aun cuando se mantuvo chupando su cuello como si fuera una golosina.

Solo estaba jugando con el ADN de Taehyung. Manchó todo su ano por los costados hasta que tuvo el atrevimiento de meter sus dedos dentro de su rosado orificio.

-¡Ahh...!-lloriqueó el castaño soltando un gemido debido a la intromisión.

Los ojos de Taehyung se llenaron de lágrimas al sentir la sensación de un dedo introduciéndose lentamente en su interior. Terriblemente incómodo y molesto, pero es cuestión de minutos, terminó siendo muy satisfactorio.

Dos, tres, cuatro, cinco, casi toda la mano de ese sujeto de cabellos negros estaba penetrando toda su entrada. Los sintió moverse constantemente una y otra vez en forma de tijeras. Logrando así expandir un poco más sus paredes haciendo algo de espacio.

-Mierda-masculló entres dientes esa voz ronca que lo excitaba.

Taehyung intentó verlo mientras entrecerraba un poco sus ojos, los cuales se mantenían aun vidriosos por culpa de sus lágrimas.

Una vez que el azabache empezó a simular embestidas con sus dedos en el interior de su trasero. Taehyung gruñó al sentir como sus paredes anales se apretaban y se contraían. Antes de lo previsto, los retiraron como si nada, dejándolo con más ganas.

Si Taehyung tuviera al menos la oportunidad de observar su rostro con más detenimiento, tal vez esa aquel rostro borroso habría desaparecido. Necesitaba descubrir quien era ese hombre, pero no fue capaz de llevar a cabo su plan cuando unos labios se impulsaron hacia los suyos hasta besarlos. Los belfos ajenos se abrieron constantemente, besándolo con tosquedad.

Los labios temblorosos de Taehyung apenas pudieron corresponderle de la misma forma, ni siquiera lo estaba intentando guiar, solo quería devorarlo.

El labio inferior de Taehyung fue mordido y jalado con fuerza por aquellos filosos dientes. El azabache dejo leves mordidas en su boca hasta dejarlos totalmente rojizos. Su forma de besar era hambrienta. No se tomaba ningún tiempo para enseñarle.

Taehyung comenzó a sentir unos pellizcos en sus pezones que lo hicieron abrir la boca para quejarse en un jadeo, uno que no alcanzo a liberar por completo, debido a que el contrario lo aprovecho para introducir su lengua. Llegó a su cavidad bucal, donde acarició con su escurridiza lengua la suya, humedeciéndola y haciendo una exquisita mezcla con sus salivas.

Taehyung estaba a punto de ser engullido por la boca ajena.

El beso siguió sin detenimiento, dejando a Taehyung casi sin fuerzas. Sentía que poco a poco se ahogaba, por culpa de esa boca que al parecer, no estaba dispuesta a soltar la suya.

-Será una noche larga bebé-susurró contra sus labios al romper el beso por unos pequeños segundos.

Manoseo descaradamente sus pezones de manera circular, apretando la punta y jalando después de esta un poco con sus dedos.

Si lo sigue torturándolo de esta forma, sin duda será una noche larga y calurosa. La temperatura que antes no se había sentido en lo más mínimo, a medida que pasó el tiempo, empezó a cambiar drásticamente.

El azabache remplazo sus dedos por su traviesa boca que no tardo ni un segundo en morder sus pezones, lo cuáles se encontraban muy duros debido a la excitación. Continuó con sus mordidas, pasando luego su lengua sobre la punta del rojizo pezón, con la intención de lamerlo. Succionó y chupo descontroladamente, enviando descargas eléctricas al cuerpo de Taehyung. Quien aferró sus manos contra las sábanas hasta arrugarlas. Al igual que los dedos de sus pies se retorcieron sobre el aire, mientras abrazaba el estómago del impaciente desconocido que no detuvo ninguna de sus acciones. Dejándolo sumamente extasiado, debido a sus estimulaciones.

Taehyung sintió como colocó sus dedos en su cintura, acercándolo más a su entrepierna. Observó como aquel sujeto tomaba su propio miembro para masturbarse, con la intensión de bañarlo con sus fluidos y con la sangre para facilitar mejor la penetración.

No tardó en llegar, enseguida el interior de Taehyung latió por la hombría ajena golpeando todo su interior.

En ningún momento el dolor invadió su cuerpo, al contrario, solo podía sentir como sus paredes amoldaban ese pene tan duro y caliente. Brindándole punzadas satisfactorias por dentro.

Los empujes empezaron fuertes y los recibió con gusto. Sus músculos internos se apretaron alrededor de ese palpable pene, que no dejó de moverse.

-Me tienes mal, bebé-el azabache jadeó dejando escapar una risita juguetona de sus labios.

Parecía estar muy satisfecho al ver como el cuerpo del castaño reaccionaba ante sus movimientos y toques. No paró de gruñir por la sensación placentera que le provocaba el sumiso castaño. El azabache se dirigió nuevamente a su cuello para lamer la sangre restante que había quedado.

Y no dudó en usar sus colmillos para hacerlo gritar otra vez.

Los cortes regresaron, volviéndose aún más terribles que antes. Incluso marearon un poco a Taehyung y al mismo tiempo, los siguió pidiendo. Era muy doloroso sentirlos, como navajas incrustándose hasta lo mas profundo. Sus ojos se cristalizaron, Taehyung empezó a lloriquear soltando gritos ahogados, debido a que al contrario seguía moviéndose dentro suyo mientras perforaba su sensible piel. Aunque sus labios succionaron gran parte de las heridas, ardían demasiado.

-Precioso-escuchó decirle y luego una fuerte embestida lo hizo arquear su espalda-Gime para mi precioso-habló alejándose de su cuello, aguantando su cintura con sus manos, que eran tan grandes lo envolvían como si fuera una manta.

-Tan bueno...-Taehyung acató su orden sin queja alguna.

No fue realmente necesario, prácticamente se obligó así mismo a hacerlo.

Aun con la garganta herida por culpa de sus mordidas, Taehyung se deshizo en gemidos y jadeos sonoros para complacerlo. Perdió toda su cordura cuando las embestidas aumentaron. El choque entre sus entrepiernas se hizo más fuerte cada que sentía como empujaba su pene dentro de su orificio, hacia adelante y hacia atrás. En ese momento, Taehyung solo pensó en dejarse embestir por el otro tanto como quisiera, ya le importaba que un desconocido lo estuviera follando. Tan solo sabía que iba a disfrutar de sus impulsos carnales.

Taehyung alzó sus manos y las colocó a un lado de su cabeza, entregándose por completo ante su merced.

-Si-sigue...-gimió en respuesta formando una sonrisa con sus labios, que nunca espero mostrarle.

No entendía nada de lo que estaba pasando.

El azabache también estaba sonriendo con gusto al verlo tan débil y excitado, por eso aprovecho esta oportunidad para seguir con su cometido.

-¡¿De quién eres bebé?! -vocifero levantando una mano para golpear su rostro húmedo y rojo mientras lo seguía embistiendo con mucha brusquedad.

-¡Solo tuyo¡-grito Taehyung soltando gemidos, importándole poco el manotazo que le había dado en su mejilla, solamente se concentro en recibir sus excitantes embestidas-Ah...

El desconocido gruño pasando sus garras por todo su abdomen, rozando su piel canela, como si un millón de agujas puntiagudas estuvieran dibujando una obra maestra. Lo araño con entusiasmo sin intención de detenerse, ocasionando que Taehyung volviera a llorar de dolor. La barbilla del castaño fue sujetada por una de las manos del azabache, quien se inclino hacia su rostro y para lamer las lágrimas que aún se deslizaban de sus ojos. La lengua ajena se movió por sus párpados, por su nariz y por sus labios, en donde se detuvo para poder besarlos.

La sensación de sus labios al unirse fue apasionante, completamente lleno de deseo. Tan profundo y exquisito que era imposible no sentirlo profundo. No tenía sabor, su textura no podía describirla con exactitud y fue entonces que se preguntó.

¿Esto es una ilusión?

Antes de que Taehyung pudiese pensar una respuesta clara, su cuerpo de nuevo se retorció cuando volvió a ser penetrado sin piedad alguna.

-Partiré tu maldito culo-habló aquel sujeto proporcionándole embestidas con tanta fuerzas que su trasero comenzó a palpitar por el ardor.

Taehyung no supo cuando fue que se adaptó a su duro y largo miembro, pero esta vez resulto mucho más placentera la penetración. Descubrió que había llegado hasta alcanzar su punto dulce, aquella zona sensible que solamente el contrario podía profanar como quisiese. Su hombro fue mordisqueado luego del beso y sintió como el pene ajeno llegaba a su estómago, debido a los profundos empujes.

De su abdomen salieron unas gotas de sangre que mancharon su torso. El azabache se acerco para empezar a chupar este y lamerlo, dejando marcas muy notorias en su piel de diferentes tamaños.

-Tan hermoso-aquel susurro lo derritió.

Taehyung pudo escuchar claramente como lo halago.

-Sexy...-dijo sin pena alguna, lamiendo sus labios y mordiendo la comisura de su boca con desesperación.

A pesar de que Taehyung aún no podía ver su rostro, su cuerpo, su voz y cada uno de sus movimientos estaban más allá de los limites, lo tenían completamente aturdido.

-Voy a marcarte bebé-le aclaró en un susurro mientras su larga lengua acariciaba sus mejillas.

Taehyung jadeo al sentir como el azabache acariciaba su piel con su mano. Lo siguió mordiendo en cualquier parte de su cuerpo sin dejar que parase de gemir.

-Te voy a llevar al infierno-advirtió sobre sus labios.

Cuanto le gustaría conocer aquel magnifico paraíso.

-Llévame...-suplicó el castaño en tono suave, chocando de nuevo contra su boca.

No era capaz de verse, pero de seguro que, si se mirara en un espejo en estos momentos, verá sus mejillas rojas y sus ojos llenos de lágrimas. Ese reflejo de sí mismo, le iba mostrar cuan sumiso y desvergonzado estaba siendo.

La velocidad de las embestidas volvió a aumentar de gran manera, pero ninguno jadeo de placer. Se mantuvieron ocupados ahogándose en medio de una guerra de lenguas. Cada uno succiono la boca contraria para mordisquearla y lamerla con desesperación. Ambos labios necesitaban urgentemente atención del otro, así que se besaron lentamente y con mucha pasión.

-¿Te gusta bebé?-interrumpió el beso para morder su labio inferior y jalarlo entre sus dientes.

A Taehyung le excitaba su endemoniada voz. Incluso sus leves susurros aniquilaban los tímpanos de sus oídos. Le gustaba como acariciaba y apretaba su cintura mientras sus manos seguían tocando sus muslos.

-Si...-jadeo sofocado.

Taehyung emitió por todo el lugar gemidos cargados de placer.

El desconocido unió su frente con la suya. Guio nuevamente sus manos hasta sus pezones para frotarlos y apretarlos con fuerza, poniéndolos más duros.

El cuerpo desnudo de Taehyung estaba hecho gelatina, sintiéndose cohibido y sensible con cada caricia.

-Es adictivo estar dentro de ti-gruñó el azabache.

Taehyung sintió otra vez de manera inexplicable, el calor invadir todo su cuerpo.

-Yo también-gimió con placer admitiendo cuanto le gustaba-Me siento adicto a que estés...dentro de mí-soltó chillidos lastimeros.

Se volvió difícil volver a hablar, pero había sido sincero con su confesión.

Taehyung mordió sus labios con presión cuando sintió como los dedos agiles del azabache, de nuevo maltrataron sus pezones. La rudeza de sus toques, la profundidad de su miembro en su trasero, su problemática lengua. Todas aquellas combinaciones al mismo tiempo lo desquiciaron.

-¡Ah maldición!-lo embistió una y otra vez.

Los quejidos complacientes de Taehyung hacían que se excitara más de la cuenta. No podía parar.

-¡Por favor...!-el castaño volvió a gemir suplicante, pegando gritos y dejando salir largos jadeos cada que lo embestía ferozmente.

Le brindó fuertes estocadas, desgarrando y perforando su interior, donde sus paredes anales se mantuvieron apretándose una y otra vez contra el falo del azabache.

-Más...-lloriqueó rogando por más, envuelto en un mar de gemidos.

Taehyung no iba a cansarse de sus métodos. Se había convertido en un masoquista. Solo deseaba ahora ser suyo para siempre. Lo estaban cogiendo con tantas ganas que no podía tan siquiera respirar o articular alguna palabra. Lo único que hizo fue gemir repetidas veces, las que fuesen necesarias para hacerle saber lo bien que se sentía.

-Eres sin duda mi presa favorita-expresó el azabache encantado.

¿Estaba sonriendo mientras lo miraba?

No importaba que Taehyung no pudiese verlo. Sabia con plena seguridad que lo estaba haciendo. No había que ser un adivino para no darse cuenta, de lo mucho que el azabache lo disfrutaba.

-Tu presa...-suspiró fogoso y casi sin aliento, sonriendo levemente por su comentario.

Las mejillas de Taehyung estaban ardiendo, seguramente debía de tenerlas enrojecidas.

Las gotas de sudor aparecieron bañando todo su cuerpo. El vapor y el calor del ambiente, eran como estar atrapados en un horno caliente.

El sudor de Taehyung se esparció por cada zona de su cuerpo. Cuando su piel hizo contacto con la del contrario, fue como si un fresco lo abanicara con lentitud y al mismo tiempo lo abrigara con calidez.

Dejarse llevar al inframundo y sentir las llamas del calor que poco a poco los consumían en el mismo trono de satanás, no era una mala idea.

El interior de Taehyung se retorció de alegría por el placer que constantemente le obsequiaron esas duras embestidas. El azabache apretó sus muslos con la palma de sus manos. Su lengua prosiguió a invadir su abdomen como si fuera una rutina sagrada que no podía pasar por alto.

Taehyung jadeó soltando un suspiro de satisfacción al notar como la larga longitud del contrario, encajaba a la perfección con el agujero de su trasero.

-Eres tan hermoso de cerca.

Taehyung sintió sus respiraciones mezclarse y sus alientos chocar contra la piel del otro.

El azabache se dedicó a escuchar sus gemidos con entusiasmo. Como si fuera una melodía agradable para sus oídos.

Taehyung no sabía si aquel extraño era hermoso, pero le pareció encantador y algo aterrador. Estaba dispuesto a entregarle toda su alma, aunque eso significara perderse así mismo.

Taehyung volvió a gritar, abriendo más la boca.

Las estocadas del azabache no se detuvieron en ningún momento, y le excitó tanto, que no dejo de gemir con más fuerza. Incluso el sonido de los chapoteos de las penetraciones, se combinaron con los suyos.

Formando una maravillosa sinfonía.

-Te castigaré-el azabache prosiguió con sus bruscas embestidas, desbaratando el trasero ajeno.

Empezó a salir algo de sangre de la entrada del castaño. Sintió como el interior de su ano sufría, el daño se intensificaba. Un líquido escurridizo se deslizó por sus nalgas. Apenas pudo soportarlo, pero al menos el contrario se encargó de apaciguar el dolor masturbando su miembro.

Cada embestida lo hacía jadear. Sentía como el pene ajeno entraba y salía, una y otra vez. Penetraba su entrada de tal manera que formó una sincronización perfecta, demasiada excepcional.

Compartían los mismos deseos y pensamientos. Como si estuvieran conectados.

Taehyung no pudo controlar su propia voz debido a las embestidas. Solo dejo hacer lo que su cuerpo ahora mismo le apetecía. Se había vuelto su droga favorita, una que no iba a parar de consumir.

El pene del azabache dentro de su ano, se sentía malditamente bien. Taehyung se lamió los labios, probando un poco del sudor que caía de su frente.

El saber que alguien más comparte este mismo deseo. Es como descubrir un tesoro. Del cual necesitas regocijarte toda la vida.

-Sabes cómo persuadirme.

Todo lo que le hacía o le decía, despertó en Taehyung una gran curiosidad. Una que nunca había sentido con nadie más.

Diablos, esa lengua era un castigo exquisito. Solo con tocar un punto en específico, todas sus extremidades se contraía del placer. El azabache realizó círculos con su lengua en uno de los pezones del castaño. Lamió con rapidez, dejándolos más húmedos de lo que ya estaban. Los chupó repetidas veces llenándolos más de saliva.

-Tu cuerpo es fácil de leer, bebé-soltó una risita burlona.

Y no se equivocaba, Taehyung era como un libro abierto, solamente con leer una de sus páginas, podía descifrar lo que iba sentir a continuación.

En verdad todo de él le fascinaba.

Es ridículo pensar que el dolor nos hace mal a todos, pero si lo aplicas de otra manera y con diferentes intenciones, el dolor puede convertirse en el mayor placer de todos.

Del que no hay escapatoria.

-¡Mgh!-Taehyung tuvo que presionar sus labios para no gritar como una gata en celo cuando el azabache mordió uno de sus pezones.

Los jaló con fuerza, haciendo algunos movimientos bruscos con su cabeza. Luego de maltratarlos como quiso, los empezó a lamer de arriba hacia abajo con mucha rapidez, brindándole más sensaciones eléctricas.

Volvieron a crecer cuando fue embestido sin previo aviso, haciendo que sus gemidos salieran naturales y realmente eróticos de su boca. Subió el tono de las embestidas. Taehyung sintió como el miembro ajeno iba a llegar a parar hasta su estómago.

¿Será posible?

El miembro del azabache era tan ancho y largo que alcanzó su punto más profundo. Taehyung tenía miedo de que atravesará todos sus órganos hasta hacerlo sacar por la boca.

Eran tan fuertes las embestidas que no podía pensar con claridad aquello.

Los fuertes gemidos y el choque de sus cuerpos eran los únicos sonidos que reinaban en esa habitación. Al igual que los chasquidos de sus besos y los chapoteos de sus penetraciones. Sin duda la mejor pieza que podían haber compuesto. El azabache siguió dándole estocadas rápidas, jadeando por lo bien que se sentía estar adentro del castaño,

Taehyung explotó en gemidos. Seguidos por una ráfaga de embestidas fuertes que no parecían querer detenerse.

No dejo de brindarle estocadas. El miembro del azabache empezó a ponerse más duro y exigente. Sangre salía del trasero de Taehyung, manchando las sabanas. Como dolía, ardía, su interior estaba completamente rojo, pero a Taehyung no le importaba en lo más mínimo. Tan solo sonreía y miraba con atención al desconocido. No quería despegar sus ojos de él, habían hecho una inexplicable conexión.

Deseaba que lo siguiera quebrando poco a poco, que recorriese todo su cuerpo, que hiciera lo que quisiese consigo.

Llegando casi al clímax, Taehyung pudo ser capaz de moverse por fin. Aprovechó para rodear el cuello ajeno, acercándose al rostro de aquel sujeto. Lo observó con más detenimiento y fue en ese entonces que su vista, volvió a la normalidad. Apreció esos ojos llenos de lujuria. En cuanto los vio parpadear, cambiaron de color por un segundo, haciendo que la esclerótica se volviera negro y el iris a rojos por el placer que estaba sintiendo. Luego volvieron a su color natural.

Aun con lágrimas en los ojos, Taehyung notó con claridad, cómo se tornaban de otro color más oscuro y brilloso.

Cuando se fijó en su aspecto verdadero, se dio cuenta de quién era realmente. Era él, el chico de la librería que siempre veía y por el cual se sentía atraído. Tenía su tatuaje de león en el cuello y sus mismas perforaciones, no había dudas de que era él.

-Jeon...-pronunció con dificultad.

Taehyung se percató de que el azabache estaba desapareciendo poco a poco enfrente suyo. No estaba en excelentes condiciones como para detenerlo, aunque se esforzó por alcanzarlo, sus manos traspasaron el cuerpo de Jeon.

Taehyung solo pudo verlo desvaneciéndose en el aire, recibiendo como despedida, una sonrisa malévola de parte suya.

Ahora sabía el significado del león en su cuello. Lo primero a que se le vino a la mente, fue la ferocidad con la que lo trató. La fuerza que mostró en cada uno de sus movimientos. Lo controló como si tuviera la autoridad para hacerlo. Ese era su poder personal, demostrar que tenía la capacidad de hacer lo que le viniera en gana. Inconscientemente lo manipuló a su manera, haciendo que se volviera adicto a todo su ser.

Si estaba bajo un hechizo o una maldición, justo como la bella durmiente, no quería que acabase tan pronto.

Deseaba seguir viviendo este momento de liberación, antes de despertar...



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4716 palabras.

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