✙.O1.✙

¿De qué está hecho tu corazón?
Dime que no está vacío, que yo tengo el mío lleno de ilusiones contigo.




Cuenta la mitología griega que durmiendo plácidamente en una cama de madera, proveniente de una cueva, se encuentra rodeado de amapolas a Morfeo. Reconocido por ser el dios que incita el sueño en los mortales.

Durante el estado de descanso de algunos hombres comunes y corrientes, hacía aparición de forma voluntaria en sus más profundos sueños. Otorgándole la capacidad de crear visiones o imágenes mentales a su antojo. Tomaba cualquier tipo de apariencia, con el propósito de enviarles mensajes significativos que tuvieran en cuenta para mejorar sus vidas.

Kim Taehyung no supo leer muy bien la señales del universo. Hasta que finalmente fue consumido por un sueño lúcido.

En cada libro de romance que la literatura nos ha ofrecido, conocemos que el amor siempre es el comienzo y el final de una historia. Los momentos más felices y hermosos son los que ocurren cuando compartimos con esa persona en específico. Nos demuestra lo realmente especial que podemos llegar a ser en su vida. Se vuelve un trabajo muy importante el brindar cariño hasta el último aliento de nuestros contados días.

Es un difícil sentimiento que no se puede definir de un modo consistente. Abarca una gran diversidad de usos que a veces cuesta creer lo inmenso que puede llegar a ser dentro de este mundo.

Los seres humanos desarrollamos distintas actitudes para entender el amor. Representamos todo el afecto que podemos tener hacia otros, incluso hacia uno mismo.

En ocasiones llega a ser extremadamente poderoso e incluso irresistible. Debido a la fuerte manifestación que puede llegar a tener una vez siendo expuesta.

Nuestro comportamiento también puede cambiar drásticamente sin darnos cuenta.

¿Sabes que es más fuerte que el amor?

El deseo pasional e íntimo que puedes llegar a tener con una persona. Es una emoción del romanticismo que transciende.

Desde otros puntos de vista algunos piensan que es solamente una faceta en la que nos vemos obligados a continuar nuestra propia reproducción para conservar la especie.

No deberían pensar que por tan solo considerarnos seres humanos, tenemos la responsabilidad de vivir como fábricas de bebés. Uno tiene que tener en cuenta el deseo y la satisfacción erótica que el cuerpo a veces exige.

Es cierto que tenemos instintos de supervivencia presentes, pero en el amor pasional, no existe la obligación ni el deber, simplemente aparece sin previo aviso para darnos un mayor placer.

El corazón es nuestro potenciador más importante. Es él quien decide elegir a la persona que se quedará a tu lado. El tiempo suficiente como para hacerte olvidar hasta tu propia existencia.

Por eso es que Kim Taehyung desde muy joven, con tan solo dieciocho años, soñaba con enamorarse de alguien que lo amará.

Tenía aspiraciones como cualquier clase de adolescente a ese edad, pero nunca había sido del todo extrovertido como la mayoría. En vez de ir a fiestas y juntarse con algunos compañeros de su academia, pasaba todo su tiempo libre leyendo libros o intentando adelantar uno que otro proyecto investigativo que en el colegio constantemente pedían. Era reservado y no le gustaba meterse en ningún tipo de problema que pudiera manchar su expediente.

Siempre evadió los grandes grupos activos, llenos de abundante carisma. Les emocionaba probar cosas nuevas y correr riesgos, sin importar que fuesen peligrosos para su vida, divertirse y experimentar era lo primordial. Taehyung solía denominarlos como auténticos lunáticos por esas características.

Muchos de esos jóvenes se interesaban más por tener relaciones sexuales que románticas, esto conllevaba a que la desesperación por tener sexo pudiese desarrollarse en algún momento sin tener presente la protección. A veces cuando les resultaba una tarea difícil integrarse a una comunidad, algunos decidían probar cantidades de sustancias. Lo mismo fuesen cigarrillos que bebidas alcohólicas. También consumían diferentes tipos de narcóticos cuando presentaban baja autoestima, puesto que sus días y situaciones al parecer eran complicados de enfrentar.

Terminaban siendo llamados a la oficina del director por varios señalamientos. Cuando rompían las reglas dictadas del reglamento escolar, recibían castigos para hacerlos entrar en razón.

Si no eran lo suficientemente educados como para respetar los niveles educativos que la enseñanza les ofrecía, entonces la última alternativa que tenían era la expulsión.

Taehyung creció siendo un adolescente tranquilo, pacífico y por sobre todo soñador. Pasaba tiempo con sus padres, aunque llegó un punto en el que empezó a mostrar independencia de ellos. Le fascinaban las materias que daba en el colegio y le gustaba entretenerse estudiando, de esa manera tan eficiente obtenía buenos resultados. Su rendimiento escolar era impecable y extraordinario.

Su lugar favorito era lo biblioteca sin lugar a dudas. Podían perfectamente encontrarlo sentado leyendo libros a cualquier hora del día. A pesar de que tenía leves inclinaciones por las ciencias, amaba la literatura.

Las temáticas que más le atraían, tenían mucho que ver con parejas que se esforzaban de gran manera para estar juntas cuando conocían el gran símbolo del amor. Justo como apreció en el libro "Romeo y Julieta" una vez. Clásica novela escrita por William Shakespeare que lo envolvió realmente en mundo de emociones intensas.

Apreciaba el amor como un sentimiento mágico, aunque también podía convertirse en una terrible tragedia.

Por supuesto que ambas cosas eran muy difíciles de entender para alguien tan inexperto como él, pero de lo que sí estaba seguro, es que algún día quería experimentar también una gran historia de amor.

Una que fuese totalmente diferente a la de los cuentos que había leído antes, una que fuese únicamente suya.

Deseaba que la magia se desbordase, como también deseaba ser víctima de una maldición que lo afectase.

A su manera quería descubrir el mundo que lo rodeaba, superando cualquier tipo de obstáculo. Aprendería mejor de sus errores, con el único propósito de enfrentar su inesperado futuro. Era un anhelo muy complejo que pocos entendían, pero a esa edad al menos tenía algo por lo que alcanzar a pesar de todo.

Uno tiene que tener cuidado con lo que desea, en algún momento puede pesar.

Lo que nunca se imaginó que al pasar los años encontraría a alguien bastante interesante. No era lo que se esperaba. Más bien, no comprendió el sentimiento en un inicio.

Tal vez sí que lo hizo, pero estaba aterrado de sentirlo.

Apenas se le podía acercar.

Detenidamente, Taehyung se dedicó a observarlo de nuevo desde no muy lejos. Ya se había convertido en una rutina que practicaba todos los viernes sin falta alguna.

—Es tan guapo...—susurró soltando un suspiro de enamorado, sintiendo que pronto iba a derretirse.

Hizo todo lo posible por ocultar su rostro con un libro para tratar de no ser tan evidente, pero estaba equivocado.

Se dio cuenta unos minutos después que lo estaba sosteniendo al revés.

—Que torpe eres Kim Taehyung—se reclamo así mismo murmurando.

Rápidamente y con los dedos temblando, lo volteó para no parecer ridículo, pero fue demasiado tarde. Varias personas que pasaron por su lado desde luego lo miraron con rareza.

—Ah, es que estaba tratando de descifrar un código—soltó una risita nerviosa dando una tonta excusa que justificara lo de hace un rato.

Tras su desesperación y pasar un poco de vergüenza por su torpe comportamiento, se le resbaló el libro sin darse cuenta.

—Mier-...—intentó maldecir pero no pudo terminar su frase, puesto que recordó su posición como profesional pedagógico.

No podía simplemente soltar cualquier cosa vulgar por ahí.

Cayó directamente el objeto contra el suelo, provocando por consiguiente un estruendo que llamó aún más la atención de casi todos los presentes.

No debió está vez escoger un libro de gran grosor, de por si eran realmente pesados e incómodos de sujetar con las manos.

Solo a él se le pudo ocurrir semejante estupidez.

Taehyung solo quería asumir el papel de un simple cliente que buscaba libros para leer. No pensó que se vería como un incompetente. Tampoco estaba seguro de que realmente la compra fuese su verdadera intención. Debería serlo, pero su hipnotizante distracción lo tenía demasiado ensimismado.

No podía apartar la vista de él por más que quisiera.

—Aquí tiene señor—la voz de aquel joven vibró en sus oídos.

Nunca le había dirigido la palabra antes y fue como escuchar a varios ángeles cantar en el cielo. Al menos eso pensó porque de verdad sintió que estaba flotando en el aire.

En qué momento apareció enfrente suyo y se agachó para recoger el libro que antes había tirado por culpa de su descuido.

Aquel musculoso brazo fue extendido para sostener el libro.

Taehyung no tardó ni un solo segundo en tomarlo de vuelta, pero sin querer y con mucha intención, sintió una fuerte calidez cuando rozó uno de sus dedos con los suyos. Prácticamente todo paso a la velocidad de la luz, pero para él ese pequeño instante, había durado largos siglos.

En lugar de decirle algo en respuesta, Taehyung realizó una leve reverencia en señal de agradecimiento. No podía articular bien las palabras que trataba de expulsar por la boca. Estaba seguro que de solo un intento saldrían de forma atropellada.

Lo ponía realmente nervioso.

Taehyung apretó el libro con fuerza, como si estuviera tratando de abrazarlo. Hizo un esfuerzo por calmar su agitado corazón que estaba suplicando por salir corriendo. Sus orejas estaban calientes al igual que sus mejillas y esperaba que el contrario no notará su evidente sonrojo.

Antes de que sus piernas se convirtieran en una suave gelatina temblorosa, con ayuda de uno de sus brazos se apoyó de un estante que tenía cerca suyo. Recompuso su postura nuevamente volviendo a mantener el equilibrio.

No sabía cómo volver a respirar.

Cada vez que veía a ese joven chico, el alma se le salía del cuerpo.

Tenía que apartar la mirada a veces para no fijarse en la contraria. Era terriblemente cegador el brillo que sus ojos emitían.

Lo petrificaban por completo.

No conocía su nombre exactamente, pero al menos pudo comprobar su apellido por la placa identificativa que solía llevar puesta en la parte derecha de su pecho.




"JEON"





La primera vez que llegó a este sitio fue por pura coincidencia, todo comenzó con un día lluvioso y nublado. Fuertes corrientes de aire en sintonía con las gotas de lluvia caían como una cascada enfurecida.

Al regresar del trabajo, Taehyung se tuvo que resguardar en esta librería cercana para evitar mojarse. En sus planes nunca estuvo coger un resfriado que afectará gravemente su salud, aún recuerda la última vez que atrapó uno. Se pasó prácticamente una semana entera tumbado en la cama. Por eso no se atrevió a lidiar con la lluvia sin un paraguas que lo ayudase. Para la próxima tendría en cuenta llevar uno consigo, si de casualidad una situación como esa se volviese a repetir.

Por pura coincidencia, un atractivo chico se encontraba atendiendo la caja registradora.

Y de pronto el olor de la lluvia desapareció de sus fosas nasales. En cambio, Taehyung descubrió que todo el ambiente olía a aromatizante. Ni siquiera estaba tronando y sentía varios rayos impactando contra su cabeza, como si estuvieran tratando de expandir la electricidad por todo su cuerpo.

No sé consideraba el tipo de persona que analizaba mucho a otra, pero esta vez algo parecía diferente.

Desde un principio se fijó en sus cabellos largos y negros, en su estatura alta, en su piel clara y en sus ojos de color marrón oscuro. En su rostro pudo apreciar dos piercings, uno en su ceja izquierda y otro en su labio inferior. Ambas resaltaban muy bien con su expresión neutra y despreocupada que sin duda le daban un toque misterioso. En el cuello le sobresalía un tatuaje, no era muy grande ni tampoco pequeño, pero el tamaño era lo suficientemente visible. Pudo identificar la cabeza de un león solo hecho con tinta negra. A lo mejor no estaba completo o no quería rellenarlo con colores en absoluto. De igual manera, lo hacía lucir un tanto amenazante y Taehyung no dejó de preguntarse una sola cosa.

¿Ese tipo de animal representará algo de su persona? Cuánto le gustaría saberlo.

El joven azabache traía puesto una camiseta roja, un saco de mangas largas negro que hacían una perfecta combinación con sus pantalones oscuros. Un estilo elegante que nunca había visto antes en los encargados de las librerías.

Pensó tal vez que él era una excepción bastante formidable.

Lo primero que le atrajo de ese azabache fue su apariencia. Se podría decir que fue amor a primera vista, una extraña y simple conexión que solamente Taehyung había sentido.

Es verdad que uno no puede fijarse todo el tiempo en un hermoso rostro o en el aspecto que pueda tener el cuerpo. Dejarse llevar solo por la vista no es como uno debería enamorarse realmente. En algunas circunstancias puede resultar engañoso, sin embargo, muy en lo profundo, Taehyung no podía evitar sentirlo perfecto.

Todo de él le parecía ideal, era totalmente diferente al resto, le producía demasiada curiosidad. Sus ojos, su nariz, sus cejas, su boca y sus rasgos. Además, era alto y tenía un físico bastante bueno.

Todo era perfecto y se preguntaba con cierta duda, si de verdad tenía algún defecto.

Tal vez tenga varias fallas en su carácter y personalidad, las que por supuesto no conocía aun y dudaba mucho poder conocerlas. No se puede juzgar a nadie sin siquiera saber su verdadero origen.

Tampoco era necesario sacar conclusiones precipitadas, al final la mente es quien lo idealiza todo, sin tomar en cuenta la versión original.

Realmente no pueden culparlo, a pesar de tener treinta años de edad, Kim Taehyung seguía teniendo una cara dulce y juvenil. Usualmente esto causaba que la gente lo confundiera con un estudiante de secundaria, lo cual a veces era un problema. En ocasiones hasta debía mostrar su tarjeta de identificación cuando sospechaban que era un menor. Le gustaba vestirse de forma informal y causal. Usaba muchos suéteres y jeans, que de cierta forma lo hacían ver incluso más joven de lo que aparentaba.

Su imaginación iba más allá de lo realista. Solía fantasear a menudo debido a los libros que siempre leía. Desde niño, el mundo de las letras lo había atrapado de inmediato y gracias a ello pudo convertirse en profesor de Literatura al terminar de graduarse.

Ahora impartía clases en una prestigiosa universidad en la que asistían estudiantes con gran coeficiencia intelectual. En serio adoraba enseñarles a todos lo hermosa que era su asignatura. Poder compartir un arte tan apasionante como lo es la literatura, era sin duda exquisito para el conocimiento.

Debido a su arduo trabajo, no había podido hacer muchos amigos como hubiese querido. Ni qué decir sobre tener relaciones amorosas, nunca se le dieron realmente bien, y eso que todo el tiempo se esforzaba al máximo por encontrar la correcta.

La búsqueda sí que tardo muchos años, por esa razón se había vuelto muy inseguro consigo mismo. Se volvió prisionero de sus propios pensamientos negativos.

Lo caracterizaban por ser algo distraído, pero era bastante lindo y amable con todos. Al menos eso es lo que le decían sus compañeros de trabajo en el horario de almuerzo cada que compartían. Habían ocasiones en que eran sus mismos estudiantes los que lo elogiaban de manera positiva con una gran sonrisa.

Taehyung nunca se había enamorado de alguien que valiera la pena, pero las cosas cambiaron drásticamente para su suerte.

Sin darse cuenta sintió los aleteos de las mariposas dentro de su estómago, las cuales había esperado todo este tiempo. Por fin habían hecho presencia, haciéndole saber que por fin había encontrado a la persona indicada. Pero...

Conquistarla iba a ser una misión imposible.

En realidad, aún no podía confirmar del todo que esta sensación fuese verdadera. Ni siquiera conocía al chico, es decir, lo había visto varias veces en esta librería, pero jamás se inmutaba en saludarlo si quiera. Solo se quedaba hecho una piedra, justo como en este preciso instante.

¿Sería muy atrevido de su parte, hablar con él después de que terminará su turno de trabajo?

No tenía ningún tipo de confianza con ese tal Jeon. Si le empezaba a hablar de repente como si nada, tal vez lo llegaría a asustar y no quería eso. Incluso podría acusarlo de ser un acosador, no estaba muy lejos de convertirse en uno.

Eso podría resultar muy incómodo para ambos.

La verdad es que nunca tuvo en cuenta que su "primer amor", si es que podía llamarlo de esa forma, resultaría ser un chico, que estaba seguro que debía ser mucho menor que él. Se le notaba por su aspecto a pesar de tener una gran altura.

Para sentir el amor por primera vez, Taehyung jamás pensó en los estereotipos ni tampoco buscaba algo en específico, simplemente ansiaba con todo su corazón sentir aquel sentimiento.

El problema principal es que Corea del Sur es un país donde la mayoría de sus habitantes no soy muy abiertos con las relaciones homosexuales. Desprecian mucho a las personas que gustan de su mismo sexo. Aparte de que no lo entendían, eran demasiado estrictos con sus costumbres. La sociedad siempre se ha caracterizado por ser extremadamente correcta y conservadora en varios sentidos. Los homosexuales eran como una mancha que no podían ser capaces de limpiar. Su mera existencia en la vida es lo que al parecer les perjudicaba.

Taehyung no estaba avergonzado de gustar de un hombre. En realidad era curiosa esta sensación y a pesar de que le asustaba un poco, tarde o temprano seguro que iba a poder comprenderla mejor. El comienzo será muy duro, de por sí se vuelve tímido cuando conoce a alguien nuevo. Ahora que el universo le había otorgado está gran oportunidad para descubrir lo que es el amor de verdad, no sabía por dónde empezar.

Constantemente sus latidos se intensifican a cada segundo que pasaba. Los podía escuchar con claridad. Sentía su corazón bombear con fuerza, más fuerte de lo habitual. Le provocaban enormes vibraciones que se extendían por toda su sangre.

Taehyung mantuvo los ojos abiertos, sin dejar de perforar el suelo. Alguno de estos días terminará haciéndole un hueco.

Sus mejillas ardían en demasía y en serio pensó que le estaba dando una fiebre muy alta.

No paró de jugar con sus dedos, seguían temblando al igual que sus piernas.

Lamió sus labios y mordió su boca sin darse cuenta, haciendo todo lo posible por detener los nervios que crecían.

Lo estaban volviendo loco.

Todo era culpa de ese joven azabache. Era el responsable de hacerle sentir semejantes sensaciones. Se había convertido en la víctima de sus provocaciones.

Lo ponía en un estado frenético, haciéndolo sentir indefenso y al mismo tiempo a gusto. Como si quisiera tratar de buscar refugio.

¿Sería lindo si salieran juntos?

Si, Taehyung ya estaba adelantándose a los acontecimientos con mucho apuro. No podía detenerse una vez que su mente comenzaba a fantasear.

Aun si no comparten las mismas edades y son totalmente diferentes en cuanto a personalidades, en verdad quería conocerlo.

¿Será posible algún día?

Dentro de cada historia todo inicia con enamorarse a primera vista, pero en la vida real, eso jamás resultaría.

Era imposible que llegase a pasar algo entre ellos dos, incluso si se trataba de amor, sería una situación molesta y asquerosa para el azabache si un hombre se sintiera atraído por él.

La única decisión que había tomado hasta ahora era seguir firme. Iba a a mantenerse como un cliente normal y corriente, era lo único que podía permitirse.

A lo lejos por lo menos iba a quedarse admirándolo.

No podía ser, pero sí.

Se había convertido en un acosador.

—¿Vas a comprar el libro señor? —preguntó el azabache con una leve sonrisita, interrumpiendo repentinamente al muy distraído castaño de sus pensamientos.

¿Se habrá dado cuenta de que lo estuvo apreciando todo este tiempo?

Taehyung no había sido capaz de cerrar los ojos desde que lo vio. Siguió mirándole con mucha intensidad, perdiéndose dentro su propio mundo. Uno en el que solamente se encontraba ese bombón.

—Ah... —Taehyung abrió la boca para tratar de decir algo, pero volvió a cerrarla con rapidez al darse cuenta que se había mantenido como un tomate sembrado en el suelo.

Fue muy vergonzoso.

Taehyung acababa de quedar por segunda vez como un ridículo delante de la persona que le atraía. Estaba cien por ciento seguro, de que el azabache pudo confirmar lo extraño que era.

Taehyung negó con la cabeza en respuesta a la pregunta anterior que le había hecho el azabache, quien no dejó de analizarlo de arriba hacia abajo con una divertida sonrisa. La cual para Taehyung se volvió muy difícil de evadir, puesto que era realmente brillante y cálida.

—¿Quiere que le recomiende algún libro señor? —preguntó esbozando una sonrisa ladina.

El azabache pasó la punta de su lengua en sus labios, automáticamente lamiéndolos con suavidad. Taehyung al presenciar aquella escena, se ruborizo a más no poder. Notó de nuevo como el contrario acariciaba de forma lenta el piercing que traía puesto en la boca.

¿Lo estaba tratando de seducir?

Porque estaba funcionando.

Taehyung se limitó a asentir con la cabeza, sonriendo con los labios sellados, nuevamente sin poder decir alguna palabra. Ni siquiera podía pensar en una.

Jeon agitó su mano haciendo un movimiento en el aire para que el castaño lo siguiera hasta un estrecho pasillo, donde se encontraban varios estantes repletos de viejos libros.

—Todos los que están en esta sección son realmente especiales—mencionó aquello sonriendo levemente con orgullo, señalando con uno de sus dedos la repisa de arriba.

Los libros almacenados en la vieja estantería estaban en posición vertical. Todos acomodados con el lomo hacia afuera mientras que su otro extremo encaraba la pared. Los títulos estaban inscritos en la parte exterior y al leerlos con tranquilidad, Taehyung se dio cuenta que cada uno parecía más prometedor que el otro, pero hubo uno en especial que le llamó la atención.

Leyó en la portada del libro el título siguiente: "DreamWalker". Pudo percatarse de que también tenía un símbolo bastante peculiar en el centro.

Dos alas con una flor en el medio.

Taehyung se paró de puntitas para tratar de alcanzarlo, pero como estaba un poco alto, no pudo ser capaz de tomarlo debido a su mediana estatura. En cambio, el azabache al verlo en aquella situación tan tierna y graciosa, no dudó en ayudarlo.

Sin ejercer ningún tipo de esfuerzo, Jeon bajó el libro que el castaño había seleccionado. Esperaba que le resultará de su agrado al lector.

Le entregó el objeto a continuación para luego dirigirse a la caja registradora con Taehyung siguiéndole el paso detrás suyo.

Puede que tal vez no sea lo que este pensando, pero Taehyung no dejó de sentir lo muy amable que Jeon se portaba con él. Le había recomendado una buena lectura y estaba más que feliz.

No quería malinterpretar las cosas, aunque existe la posibilidad de que este detalle solo haya sido para que comprará algo y dejase de molestar con su presencia, pero no podía romper sus ilusiones de esa manera.

A veces uno tiene que vivir de falsas esperanzas.

Cuando Taehyung por fin pagó lo que le debía por el libro, le agradeció nuevamente con una reverencia. Aún su voz y su corazón no estaban preparados todavía para establecer una conversación.

Sin nada más que hacer, se retiró de la librería soltando un suspiro de alivio, dándose cuenta al salir que había tardado varias horas. Estaba empezando a anochecer. No supo por cuánto tiempo estuvo metido ahí dentro, pero pareció haber sido una eternidad.

—Increíble, menuda impresión le he causado—resopló Taehyung con pena girando la vista por un segundo hacia la entrada del local.

Se marchó sin mirar hacia atrás, tratando de no pensar en lo tonto que se había mostrado, pero al menos algunas cosas resultaron positivas. De tantas veces que había venido a la librería, no esperó que esta vez Jeon hablara directamente con él. En verdad le había gustado mucho.

Gracias al cielo no tardó en llegar a su apartamento. Hacía más de un mes que lo había comprado después de mudarse de la casa de sus padres para comenzar a independizarse como todo un adulto responsable. Fue muy buena idea tomar un taxi en vez de esperar a que el autobús público pasará a recogerlo. Pudo haberse quedado toda la noche sentado en la parada esperando, pero se encontraba demasiado agotado como para perder su preciado tiempo.

Al llegar a casa no sintió mucha hambre, por lo que tomó primero una ducha para refrescarse y quitar cualquier impureza que trajera consigo.

Saliendo luego del baño una vez limpio e impecable trayendo puesto un pijama, decidió prepararse una taza de té para beberla con calma antes de irse a la cama, con tal de calentar un poco la temperatura de su cuerpo.

No tardó en aterrizar en su suave colchón, dio unos saltitos encima de este que lo hicieron sentirse bastante reconfortado.

Justo cuando estuvo apuntó de acomodarse en la cama, se acordó del libro que había comprado antes en la librería. Al menos quería darle una pequeña hojeada para conciliar el sueño.

Rápidamente fue en busca de su bolso, el cual había dejado reposar encima de su mesa de estudio. En cuanto encontró el libro pudo comprobar que no tenía muchas páginas, su contenido a lo mejor conseguía leerlo en minutos.

Se metió nuevamente en la cama,  arropándose bien con sus finas sábanas. Acomodó su cabeza en la esponjosa almohada, encontrando la posición perfecta para empezar a leer con calma el prólogo de la historia.

Parecía estar relacionada con viajes astrales, proyecciones extracorporales producidos por gente sombra. Quienes se encargan de hackear la mente y de alterar los pensamientos de una persona para que pensarán determinadas cosas.

Solo esperaba que esta noche no tuviera ninguna pesadilla.

De todas formas, dudaba tenerlas. En su mente solo se encontraba una persona en específico, que lo tenía bastante entretenido.

—Espero que Jeon duerma bien—susurró con simpatía pasando una página.

Cuando finalmente terminó de leer el último texto del libro, cerró los ojos lentamente, entregándose por fin...

En los brazos de Morfeo.

Mejor dicho, en los brazos del joven Jeon.



.



.




.






4370 palabras.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top