Capítulo 8: "El comienzo"
Su mano tembló al desconectar el pendrive de la computadora.
Con cuidado lo guardo en el bolsillo del pantalón y cerró los ojos conteniendo la respiración. Al exhalar abrió los ojos e intento que se acostumbren a la oscuridad, con sólo la luz de la luna saliendo de la ventana.
La luz se corto de golpe mientras estaba en la computadora. Y Dios, algo dentro de ella sabía que no fue casualidad.
Unos pasos sonaron y sus instintos se pusieron el marcha. Gritar no ayudaría en nada, al contrario. Si viviera en un departamento seguramente sería más fácil de escapar de ellos...
- Cada día hay más ratas adentrándose en dónde no deben.
La voz masculina resonó en la habitación provocando un pequeño grito de terror. Temblando, se cubrió la boca no sabiendo que hacer. Estaba totalmente indefensa.
Más pasos se escucharon, hasta que finalmente todo quedó en silencio. Ahí, finalmente distinguió una gran figura masculina. Dos figuras salieron detrás de el y podía ver como sus ojos se posaban en ella.
Su mente se volvió papilla cuando uno se empezó a acercar a ella y no puso evitar agarrar lo primero que sus manos tocó en el escritorio e intento atacarlo con una lámpara. Se escucho un "click" y el grito de dolor de la mujer cuando una bala impacto en su hombro derecho.
La lámpara se cayó rompiendo la lámpara. Con lágrimas se apartó y agarro su hombro. La remera se empezó a formar una mancha roja en la zona herida y la sangre se deslizó por su brazo.
- Agarrenla -con calma hablo el hombre de cabellera blanca.
Cumpliendo se acercaron y sin delicadeza la sujetaron en cada brazo. Comenzó a sacudirse violentamente y a sollozar en un intentó de que la suelten. Ante esto, la retuvieron con más fuerza y gimió de dolor. Una mano salió de la oscuridad y comenzó a palmear sus costados. Se detuvo cuándo sintió algo y metió la mano en el bolsillo, sacando de allí un pendrive. Levantó el objeto a la altura de su rostro, visualizando una sonrisa de cuando el cazador caza a su presa.
- ¿Quien te lo entregó?
Con una valentía que ni ella conocía, le escupió en la cara.
- Pudrete bastardo.
Nuevamente la figura escondió su rostro en la oscuridad mientras limpiaba su cara. Esa mano se dentro en su saco negro y sacó un arma. La levantó y apuntó en su frente con una sonrisa.
- Entonces rezale al traidor -sin más, apretó el gatillo y la sangre salpicó.
El cuerpo cayó en el piso de madera, donde un gran charco rojo rodeo la zona de la cabeza. Los dos hombres que la estaban sujetando se apartaron para no dejar evidencia.
- Ya saben que hacer.
Asintieron y sacaron sus linternas. Se perdieron en los pasillos oscuros de la casa.
Observó unos segundos el cuerpo, sabiendo que en un tiempo se olvidaría de ese rostro, por más que lo viera en las noticias por ser una persona del medio. Desvío la mirada al pendrive.
Con esto comprobó qué estaban siendo investigados por una parte del periodismo independiente y tuvo ayuda de alguien de adentro.
Había tantas ratas que matar.
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"Lamentamos informar a nuestros oyentes sobre el asesinato de nuestra compañera de trabajo Namiko Tendo".
Esas palabras detuvieron el andar de los jóvenes. Tres chicas de secundario y dos niños de primaria miraron la televisión desde la vitrina, con más gente que se empezó a acercar por tan inesperada noticia.
"La encontraron muerta esta mañana. Al parecer fue una muerte instantánea de un disparo en la cabeza. Todo parece indicar que fue por un intentó de robo."
Ran y Sonoko miraron con horror al reconocer la foto de la mujer. Era la chica que informaba del clima. Mientras Sera, Conan y Haibara fruncieron el ceño. Conan no pudo evitar recordar cuando ayer estaba tirado en el sillón escuchando el noticiero de fondo. Específicamente a ella.
- Que horror -comentó Ran.
Las personas empezaron a murmurar y susurrar espantados por tal noticia. Una cosa era el asesinato de un ciudadano, pero la de una figura conocida era otro nivel. Otro nivel de preocupación.
- Tal vez llamen a Mouri para el caso -le susurro Haibara mirando aun la televisión.
- Si es que no esta ahí -respondió. Estaba por decir algo más, pero fue interrumpido.
- ¿No crees que tu padre ya esté ahí Ran-chan? -preguntó Sera como si del clima se hablara. Tomó un poco de sorpresa a la joven y la sospecha en los dos más jóvenes.
- ¿Tal vez?
- Entonces podríamos ir yendo, ¿Qué dices Conan-kun? -se agachó a su altura y sonrió con inocencia.
La nuca del nombrado se erizo y la niña la miró de mala manera.
- ¿Y-yo?
- ¡Si! Amas resolver casos, ¿No? -los ojos de Conan se abrieron.- Los crímenes son el lugar favorito de Conan-Kun -miró a Ran con una gran sonrisa. Esta levantó una ceja y observó al niño con lentes, quien transpiró de una manera inhumana por la mirada que le dio.
- ¡E-el tío K-kogoro resuelve todo! ¡Soy su aprendiz! -casi grito dando todo lo que pudo para sonar muy feliz e infantil posible.
- Ya lo sabemos mocoso -se quejo Sonoko.- Vamos a tu casa Ran y vemos que hacemos.
Ran asintió con una sonrisa incomoda aun abrumada por la insinuación de Sera.
Las tres chicas reanudaron el caminar. La detective miró sobre su hombro, captando la mirada de Conan. Sin evitarlo le guiño y miró a Mouri.
Conan apretó la mandíbula bajo la atenta mirada de Ai.
- Algo busca.
"Lamentamos no poder otorgar mucha información. La policía metropolitana pidió discreción y nos darán más detalles en la tarde."
Dió un sorbo a su té mientras miraba el noticiero. Su pequeña estatura infantil y pelo rubio corto era un engaño de lo que realmente era.
No pudo evitar sonreir al ver esto. Era obvio lo que había pasado.
Esa periodista sólo duró menos de un año recaudando información sobre la Organización de los hombres de negro. Una lástima. Tanto potencial perdido. Tanta información perdida.
Con esto confirmo que se estaban moviendo más rápido que años anteriores. Tal vez se estaban sintiendo amenazados.
Confiaba en el plan de su hija.
- Shinichi Kudo... -miró la foto del detective en la mesa.
Si las cosas salían bien, volvería a su cuerpo.
Y acabaría con Vermont.
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Las cartas se esparcieron en la mesa mientras el fuego rodeaba la habitación. La mujer estaba cubierta por su capa con capucha mientras agarra las tres cartas que destacaron.
Primera carta: Caballero [Rey] de Copas.
Segunda carta: El Colgado.
Tercera carta: La Luna -carta invertida-.
No pudo evitar pasar su mano por la cara frustrada. Por Lucifer, este ladrón sólo causaba problemas a su corazón y cordura. Su anuncio de robo le dio una necesidad de tirar sus cartas al sentir que algo importante podría pasar.
Podría dejar para otro momento lo que le vendría a la tonta de Nakamori. Ella no tenía importancia. Kuroba si.
Agotada observó su bola mágica, donde se visualizaba al famoso mago de guante blanco, y detrás de el, una pequeña figura con lentes.
Al parecer, Kid conseguiría un aliado .
Oh, ¿Quieres que te diga la verdad? Me decepcionas niño. Eres detective, ¿Cierto? Descifra mi acto y robo.
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