Capítulo 5: "Sospecha"

- Estás insoportable.

Conan lo único que hizo con ese comentario fue ignorarlo. Se hundió más en el asiento -sinceramente en su miseria- y cruzó los brazos, dando un gesto bastante infantil a los ojos de Haibara.

Apenas había entrado al auto el ambiente alegre se volvió sombrío. Mientras Agasa arrancaba el auto, desde la ventana visualizó que Sera y Ran lo observaba. Sera con unasonrisa maliciosa y Ran con su sonrisa amable.

"¿Qué diablos planeaba?."

Esa pregunta daba vueltas y vueltas en su cabeza. No podía parar de preguntarse. Es como si algo se le estuviera escapando.

O simplemente la detective tiene un interés en su novia.

Era más facil saltar esa idea y complicarse en sobrepensar que había un plan detrás. Esa niña Mary...

- Tal vez Conan-kun no quiere venir -dijo Ayumi algo triste al lado de Haibara buscando una solución a su mal humor.

- El nunca quiere venir con nosotros -acusó Mitsuhiko asomando su cabeza por el asiento.

- Seguro tiene hambre. Cuándo tengo hambre me frustro -la cara de Genta también apareció.

- Que a vos te pase no significa que a el también, Genta.

- ¿Y por qué no? -ambos empezaron a debatir.

- Déjenlo -la voz de Haibara los calló a todos.- Solo esta actuando como un niño caprichoso -la sonrisa burlona de la niña ocasionó qué Conan frunciera el ceño y sus mejillas se sonrojaran de la vergüenza.

Porqué tenía razón.

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Acomodó sus zapatos en el casillero y la cerró. Se agachó un poco para acomodar la zapatilla que tenía puesta y levantó la mirada, encontrándose con su mejor amigo apoyado en el casillero con los brazos cruzados.

- Nos vemos luego Aoko, Kaito -se despidió Keiko pasando delante de ellos con la mano.

- ¡Adiós Keiko! -Aoko imitó su acción.- ¿Vamos?

- Te estaba esperando -comenzó a caminar, dandole la espalda. Sonrió cuándo ella lo llamó y corrió a su lado.

- ¡Oye! -regaño con un puchero.

Kaito le sacó la lengua, y la joven lo imitó. Caminaron en silencio por el sendero de siempre. Observaban a los niños jugando y el río. Por el rabillo del ojo pudo ver la sonrisa de Aoko. Se mordió el labio buscando una manera de tener más contacto físico.

Con el corazón a mil por segundo, movió su mano a la de ella. Dándose valor, las puntas de los dedos rozaron los suyos.

La respiración de Aoko se detuvo al igual qué su caminar. Parpadeó e inclinó la cabeza mirándolo. Un sonrojo hizo acto de presencia.

El mago totalmente avergonzado iba a sacar su mano, pero finalmente Aoko entrelazo sus dedos. Tragó duro y sus miradas conectaron.

- Dijiste que mañana podíamos ir por helados... -murmuró Nakamori desviando la mirada, no sabiéndo muy bien que hacer y qué era lo que realmente quería hacer o decir Kaito.

No pudo evitar sonreir con cierta satisfacción oculta. Le gustaba ponerla nerviosa y débil ante él.

- Oh, pensé que estabas ocupada.

- ¡Hoy no puedo!

Así retomaron el camino a casa, agarrados de la mano.

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"Oh no, no, no."

Nerviosa apretó con fuerza el barandal del tren, y se mordió el pulgar. Estaba llegando tarde a su reunión con Ran Mouri.

"Y todo por quedarme tonteando con Kaito..."

Sin evitarlo se sonrojó. Lo último qué esperaba cuándo se levantó es que Kaito tomé la inicitiva y finalmente se agarren de la mano. Bueno, no era algo raro entre ellos, el tema era que Kaito haya agarrado su mano, entrelazado sus dedos. No era de mostrar afecto físico a menos que sea para molestarla o coquetear con media escuela. Él era tan...


《Próxima estacion: Beika》


La voz la sacó de sus pensamientos y se concentro en mirar por la ventana a esperar bajar. Hoy quería divertirse y conocer mejor a la chica Mouri. Al fin de cuentas Kaito era un amigo, nada más.

Luego de dos minutos, el tren comenzó a bajar la velocidad hasta detenerse. Las puertas de abrieron y como era de esperar fue empujada para salir. Por más que no fuera hora pico, odiaba esto del tren, pero no había de otra. Ofendida cuando un señor le toco el trasero al salir, se sacudio la pollera aguantando las ganas de gritarle algo.

Caminando buscó la salida siguiendo la caminata de las personas. Sacó el celular de su cartera y busco la dirección que la había mandado Ran para encontrarse.

- ¡Aoko-chan!

Levantó la mirada al escuchar que la llamaban. Se encontró a Mouri caminando a su dirección con una sonrisa.

- ¡Ran-chan! -corrió hacia ella y no pudo evitar abrazarla, sorprendiendola.- ¡Lo siento! -apenada se separó y le sonrió.- Me emocioné...

- No te preocupes, yo también estoy muy feliz de juntarnos de vuelta -admitió. Ambas relajadas y contentas, salieron de la estación para ir a la cafetería.

Aoko observó Beika y no pudo evitar ver el parecido con Ekoda. No estaba tan lejos, solo media hora de distancia. Paraban de vez en cuándo em algún local de ropa, notando que ambas tenían un estilo diferente.

Finalmente llegaron y tomaron asiento.

- Admito que estoy hambrienta -comentó Aoko mirando la carta que ofrecía el mozo.

- Estamos igual, salí de Karate corriendo a bañarme.

- ¡¿Haces Karate?! -sus ojos brillaron de emoción. Ran asintió entusiasmada.- Eso es genial, que envidia.

- ¿No haces ningún deporte fuera de la escuela? -preguntó queriéndo conocerla mejor.

- No -con tristeza miró la carta.- No soy muy buena en los deportes, y dudo que mi flacucho cuerpo resista...

- ¡¿Cómo puedes decir eso?! -agarró una de sus manos mirándola con indignación. Nunca le gustó qué las personas se auto desprecien por lo que digan los demás o por baja autoestima.- Eres capaz de todo, estás perfecta.

Un pequeño sonrojo apareció en sus mejillas. Era la primera vez que alguien le decía perfecta.- G-gracias...

- Estás muy bien físicamente -Ran comenzó a analizarla con seriedad.- Piernas largas y fuertes, piel cuidada y te arreglas muy bien -una sonrisa se delizo al ver que Aoko estaba a punto de llorar.- Sos hermosa y adorable, no lo olvides...

Lo único que pudo hacer fue asentir y limpiar una lagrima traicionera que salió. Hipio un poco para tomar aire y calmar sus emociones. Aún apenada, se mordió el labio bajando la mirada. Sonrió.

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Pasó una hora de risas y chismes que pasaban en sus escuelas. Contaron su día a día a profundidad dándose cuenta qué tenían cosas en común. Aún no podían creer el parecido que tenían, al igual que sus padres.

Evitaron hablar de sus respectivos enamorados. Todavía no encontrando el momento adecuado de mencionarlos.

Al finalizar pagaron la cuenta y salieron a caminar. Tomaron el camino más largo para seguir hablando, pasando por una pequeña plaza que llevaba a la estación.

El teléfono de Aoko vibró y lo sacó. Visualizó que era un mensaje de Kaito.

- ¿Es de ese tal Kuroba? -preguntó divertida Ran al ver cómo Aoko había sonreído por el mensaje que le envió.

- S-si -afirmó, saliendo del chat, olvidándose de responderle.- ¿Quieres ver una foto de él?

- ¡Si! -emocionada esperó que busque una foto. Su emoción se quebró al ver la imagen. Pudo sentir cómo el aire se iba por unos segundos, no pudiendo creer lo que veía.

"Shinichi..."

- ¿Ran-chan?.

La nombrada pestaño y negó con la cabeza volviendo en si.- Es qué... -sonrió incómoda.- Es... Es igual a Shinichi...

Aoko frunció el ceño confundida.- ¿Qué? -levantó una ceja analizando la situación. Luego de que ambas se quedarán en silencio y mirarse, tomó una decisión.- ¿Era Kudo no?

- S-si.

- Bien -salió de galería y entro a Google. Escribió Shinichi Kudo y apretó imágenes. Y dios... Eran casi idénticos. No culparía a Ran si pensará que Kaito en realidad es Shinichi y le mintió diciendo qué estaba en el extranjero y...

- Entonces eran ustedes... -Nakamori confundida la miró. Ran pusó un dedo en su mejilla. Al finalmente poder su mente en orden, sus ojos se reencontraron.- Una vez pensé ver a Shinichi con otra chica bajo la lluvia, lo llamé pero ni volteó... Le segunda vez me di cuenta que me había confundido... Y eran ustedes...

Eso la dejo sin palabras. ¿Se habían ya visto? ¿Cuantas veces más y no lo sabían?

- Qué locura -se río la oji-violeta contagiando a la joven.- Es divertido porqué Kaito Kid también es parecido.

Pudo sentir cómo su sangre dejó de fluir un momento. Sus manos temblaron de la ansiedad que sintió.

- ¿Kaito Kid?

- Ese idiota -se cruzó de brazos recordando a ese estupido ladrón. Las veces que lo tuvo cerca no pudo evitar pensar que tenía un patecido físico a su novio. Pero solo en lo físico.- ¿Aoko-chan? -preocupada de su falta de respuesta le tocó el brazo. Parecía en una especie de trance.- ¡¿Eh?! -Aoko la agarró por los brazos y la tironeo. Sus ojos azules se llenaron de lágrimas y mordía su labio en un intentó de contener el llanto.

- S-si te digo que sospecho que K-Kaito es Kid... ¿Me creerías?.

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