Capítulo 2
N/A: Esta historia estará basada en los Arcos de Sumeru junto con Fontaine [Viajero x Harem], para las anteriores regiones tienen la otra historia. Seguiré el lore pero también agregare contenido original. Sera más seria que la historia anterior debido a que no estaba cuerdo cuando escribí esa, a demás quiero crear un verdadero peso en las relaciones.
Voy a speedrunear el lore de Sumeru, seamos realistas, es demasiado texto.
Haré otra historia que abarcará Natlan y Snezhnnaya en el futuro.
***
Time skip, mucho tiempo después del capítulo anterior.
"Desde que llegamos a la Ciudad de Sumeru, se notaba en el ambiente. La gente no veneraba a su diosa; era extraño, como si estuvieran controlados por ese dispositivo en sus orejas llamado Akasha." El viajero rubio caminaba por las calles acompañado por su compañera de viajes, que flotaba cerca de él. Ambos observaban a la multitud con cautela, desconcertados por cómo todos parecían actuar de forma mecánica.
Paimon: Paimon solo quiere llegar rápido al Bazar... Esta gente da mala espina. —La pequeña de cabello plateado se escondía en el hombro de Aether con cierta inquietud.
Aether: Tranquila, Paimon. Solo busquemos a Dunyarzad y Nilou. —Suspiró, esforzándose por mantener la calma mientras seguía su camino.
Después de unos minutos de caminar, finalmente llegaron al lugar acordado. Las dos jóvenes los recibieron con entusiasmo al verlos llegar. Aether las había conocido durante sus viajes por la ciudad y, aunque no había pasado mucho tiempo desde entonces, ambas se habían ganado su confianza. Nilou y Dunyarzad parecían ser de las pocas personas que todavía veneraban a la Reina Menor Kusanali, lo que le permitió al viajero relajarse un poco en su presencia.
Nilou: ¿El ambiente ha sido incómodo, verdad? —preguntó al notar la expresión tensa en el rostro del viajero.
Aether: —Asintió con un ligero movimiento de cabeza.— Sí, no me acostumbro a que todos se comporten como si fueran marionetas, siguiendo solo lo que dice el Akasha.
Nilou: La gente suele decir que, si el Akasha no quiere que lo sepas, entonces no necesitas saberlo.
La peli castaña que se encontraba al lado asintió a las palabras de la chica.
Dunyarzad: Exacto. Entendemos tu incomodidad, Aether, pero con nosotras no tienes por qué preocuparte, ¿de acuerdo? —Dijo mientras le tomaba la mano con una sonrisa cálida.— Si alguna vez te sientes mal, puedes tomarla cuando quieras. —Sin soltarle la mano seguía sonriendo en presencia de Nilou, la cual solo miro sorprendida el movimiento de la chica.
El simple gesto relajó al viajero, quien se dejó caer en una de las bancas del bazar, agradeciéndoles por la acogida.
Aether: Por cierto, ¿cómo va el asunto del festival...? —Con curiosidad mira a las chicas esperando una respuesta mínimamente buena aunque no se hacia ilusiones.
Paimon: ¡Eso mismo! Queremos saber qué va a pasar.
Aether: Creo que tú solo viniste por la comida, Paimon.
Los dos intercambiaron una mirada cómplice mientras las chicas reían suavemente al ver cómo su nuevo amigo podía confiar en ellas, estando tan relajado en su presencia.
Dunyarzad: —Con una expresión desanimada solo se tiende a suspirar.— Bueno... sobre el festival, las noticias no son muy alentadoras.
Nilou asintió, visiblemente decepcionada, y explicó que la Academia había rechazado la solicitud para realizar el evento. Aether frunció el ceño, sorprendido por la oposición constante de los sabios hacia la celebración en honor a la Arconte. Cada vez le resultaba más extraño el odio que sentían hacia la Reina Menor Kusanali y, más aún, ¿por qué nadie sabía dónde estaba?
"Al principio solo quería encontrar a la Diosa de la Sabiduría para hacerle tantas preguntas sobre mi hermana... Pero ahora empiezo a pensar que debo intervenir y buscar o incluso tener que rescatar a la Arconte Dendro."
Ese pensamiento resonó en su mente, trayendo consigo recuerdos difusos. "Si no me equivoco, creo que incluso la vi en uno de mis sueños... Aquel árbol extraño que emanaba una luz cegadora..." Las palabras que escuchó en esa visión aún rondaban su memoria: "Mundo... olvídame."
Nilou: A pesar de insistir, la Academia no cedió, y no queremos provocar más problemas con los sabios. Si queremos descubrir la verdad, tenemos que ser cuidadosos.
Aether: ...
Un breve silencio se hizo entre ellos hasta que Paimon decidió romperlo.
Paimon: Por cierto, Dunyarzad, Paimon se pregunta por qué Dehya no te está acompañando hoy. —La pequeña hada habló con curiosidad mientras tomaba un bocado de la comida que el viajero había traído para ella.
Dunyarzad: Le dije que estaría bien con Aether. Aunque tuve que insistir bastante para que me dejara sola por un día... casi no lo aceptaba. —Soltó una pequeña risa, pero luego su expresión se tiñó de tristeza.— Se lo pedí como un deseo egoísta... Después de todo, no creo que me quede mucho tiempo.
Un pequeño silencio de algunos cuantos segundos se formo hasta que el viajero supo asociar a que se refería.
Aether: ¿La enfermedad...? —Hablo en voz baja casi queriendo equivocarse.
Dunyarzad bajó la cabeza, intentando forzar una sonrisa que ocultara su dolor. Sabía bien que nunca había existido una cura para esto y que su día llegaría tarde o temprano, pero ahora que era feliz no sabia que mas hacer para cargar con el dolor que sentía como sangre fluyendo en sus venas a la fuerza.
Se escuchó un pequeño quejido antes de que la pelirroja se uniera con un tono de voz medianamente molesta.
Nilou: ¡No! Aunque fuera así, no digas esas cosas... —Nilou se mostró visiblemente preocupada.— ¡Ya verás que encontraremos algo que podamos hacer!
Ambos estaban inquietos. Conocían bien la situación de su amiga y lo que enfrentaba, pero le habían prometido que la harían feliz, sin importar lo que pudiera ocurrir.
Dunyarzad: Vamos... —Esbozó una sonrisa dirigida a ambos.— No lo digo para que se preocupen. Solo quiero pasarla bien con ustedes, ¿de acuerdo? —Lo que menos deseaba era pasar tal vez sus últimos días preocupando a las personas que quería.
Aether y Nilou asintieron, aunque la preocupación seguía reflejada en sus rostros.
El tiempo transcurrió entre risas y comida, hasta que la noche cayó sobre la ciudad. Finalmente, Dehya apareció para recoger a Dunyarzad. El tiempo que pasaban por mas que fuera poco, era suficiente, era valioso, era igual de maravilloso que la primera vez que se encontró a la Arconte Dendro en su sueño mientras le decía a una pequeña Dunyarzad que todo estaría bien.
¿Así que cual era la diferencia entre más o menos tiempo? Ella era feliz, que mas podía pedirle a los dioses, incluso si le quedaba poco nada era mas valioso que esto.
Con una gran sonrisa se libro de los pensamientos deprimentes que hace unos momentos inundaban su mente.
Dunyarzad: Gracias por haber pasado este tiempo conmigo. —No pudo evitar que los chicos notaran su alegría.
Justo antes de que se fuera, Aether tomó su mano y, con una sonrisa suave, repitió las mismas palabras que ella le había dicho antes:
Aether: "Tómala cuando quieras."
Dunyarzad lo miró sorprendida,un tanto ruborizada, pero luego apretó su mano correspondiéndole sin querer soltarse. Por un momento, pareció que no quería marcharse. Sin embargo, al cabo de unos instantes, su figura desapareció en el horizonte, llevada por Dehya mientras alzaba su mano despidiéndose de sus amigos a lo lejos.
Ya solos, los viajeros se quedaron junto a Nilou, quien miraba el cielo nocturno con una mezcla de emociones difíciles de disimular.
Ella mira a Aether con la sutileza característica en su expresión, diciéndole mil de sus preocupaciones incluso sin hacer uso de la voz.
Nilou: ¿Te gustaría pasear un rato más por el Bazar? Me haría bien tu compañía... —La joven lo invitó con una sonrisa melancólica. Después de todo, tenía muchas cosas en mente, y Aether era la persona perfecta con quien hablar.
Aether: —Tan radiante como la luz de las estrellas esa noche el chico le sonrió sin negarle una sola palabra a la chica.— Me encantaria pasar mi tiempo contigo.
Aunque no lo he mencionado, el joven viajero tenia una apariencia bella que se combinaba perfectamente con el color de sus pupilas doradas como la luz de la luna, era obvio que en muchos de sus viajes encanto a varias señoritas en las distintas regiones, de hecho incluso la misma Nilou en un principio se interesó en él por la misma razón, sin embargo, no tardo en querer mas a la persona detrás de todos esos títulos; el chico capaz de cambiar los destinos ella quería tomarlo como su destino. Verlo tratarla con amabilidad y comprendiendo sus aficiones a tal punto de apoyarla desde que llegó, le generan un sentimiento interno en constante crecimiento como una mariposa después de la crisálida.
Al cabo de un rato, el chico sacó unos aperitivos mientras caminaban y conversaban.
Aether: Toma, Paimon. —Le extendió la mano ofreciéndole una brocheta. Luego miró a Nilou con una sonrisa suave.— ¿Quieres una también?
La joven bailarina le devolvió la sonrisa mientras aceptaba el ofrecimiento. Después de un rato, Paimon decidió dejarlos solos, entretenida explorando otros puestos de comida.
Nilou: Gracias por acompañarme, Aether. Desde que llegaste, me has hecho muy feliz. No sabes cuánto aprecio todo lo que has hecho por mí. —Ahora se sentía mas segura expresándole su afecto al rubio.
Aether: No es para tanto, Nilou. Si no fuera por ustedes, dudo que pudiera encontrar algo de calma. —Él confiaba en ella, él estaba en paz con ella y eso la hacia feliz.
Ella sonrió con ternura.
Nilou: Entonces, me alegra ser tu alivio.
Aether: —Cerró los ojos un momento, mostrando una expresión serena.— Sí, eres mi alivio.
Nilou se ruborizó, pero no dejó de sonreír. Continuaron caminando hasta salir del bullicioso Bazar y llegaron a unas bancas a las afueras de la ciudad. Mientras se sentaban, Nilou comenzó a expresar sus preocupaciones. Aether la escuchaba atentamente, comprendiendo cada palabra, y esa comprensión le brindaba a Nilou un profundo consuelo. Aunque siempre había contado con amigos, el viajero era como una estrella fugaz en su vida, y ella se sentía como una niña ilusionada, pidiendo un deseo a las estrellas: que Aether nunca se marchara.
Continuaron conversando sobre el problema del Festival.
Aether: ¿Sabes? Creo que deberían seguir adelante con el Festival Sabzeruz. No me gusta que los sabios tengan tanto control, ni siquiera para impedir algo tan importante. —Se notaba la frustración en su voz.
Nilou, con un gesto tímido, tomó la mano de Aether. Aunque la vergüenza la invadía por lo que acababa de hacer, no pensaba apartarla. Por alguna razón, ese pequeño contacto la hacía sentir un poco más valiente.
Aether: ¿Nilou? —Miró curiosa a la chica.
Nilou: A decir verdad el plan esta en marcha, no dejaremos que los Sabios se salgan con la suya. —Decidida le cuenta al chico que de todas formas se hará el Festival en el Gran Bazar con o sin autorización.
Nilou: Se que podemos contar contigo, a demás realmente me siento emocionada porque me veas bailar. —Con timidez sigue confesando mas y mas emociones.
El chico solo sonríe con los ojos cerrados en dirección a la chica, sintiendo paz reflejada en su expresión.
Aether: Estaré ahí para verte, Nilou.
Y así acabo la noche del viajero, se despidió de la chica para luego ir a buscar a Paimon, se fueron a quedar a una posada cerca de la Academia para variar debido a que solo estaban usando la relajatetera todo el tiempo cosa que el agradecia pero aun conservaba la sensación que tenia de estar al aire libre así como al comienzo de su travesía cuando encontró a Paimon en la costa de Mondstatd.
Muchas dudas le seguían invadiendo la cabeza las noches que pasaron antes de que llegara el tan esperado festival, el chico seguía preguntándose donde podía encontrar a la Reina Menor, hasta que en un sueño volvió a escuchar su voz. Sabía que algo estaba mal, con solo entender que odiaban a su Diosa era mas que obvio, pero si lo peor que se imaginaba era cierto... Juraba que no perdonaría a los que lastimaran a la Reina Menor, después de todo ansiaba verla desde la primera vez que su voz le hizo presencia en las islas de la Manzana Dorada.
"Mundo... Olvidame, es la única pista que he tenido de ella, pero realmente espero que no le este pasando nada malo, si es asi no me importaría tener que enfrentar a cualquier Dios si es necesario." —Mirando hacia el tejado de su habitación el viajero simplemente cerro los ojos para irse a dormir, volvió a tener el mismo sueño con aquel árbol radiante, pero esta vez...
Ardía en llamas, llamas similares a las que alguna vez vio cuando trato de irse de este mundo la primera vez.
***
N/A: Asi es gente, me redimí después de convertir la anterior historia en una película para adultos, así que si, esta tendra seriedad ademas Aether no sera un pelotudo que no se da cuenta de las cosas, habrá romance y del bueno, no simplemente será por el simple hecho de que nuestro prota exista y ya, sin mas que decir me despido, pasenla bien.
PD: Los extrañe.
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