Enrollé mi sweather hasta mi boca para no molestar a mi superior con tontos alaridos de dolor, acerqué mi ensangrentada mano hasta la otra, y así, tomando un dopaje de adrenalina con sólo el pensamiento de sobresalir para él.

Me arranqué la primera uña.

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Una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo, un poco más y hubiera mordido mi labio. Ese dolor se filtraba por todo mi ser como una muy adictiva droga, Killer era espléndido en términos de darme poder.

-Buen chico.

Murmuré, instintivamente acariciando las páginas del libro que leía, aquella sobrecarga se concentraba especialmente en la punta de mis dedos, que maravilloso sería sí aquel idiota pudiera darme esta sensación más seguido sin tener que verlo a la cara... Fue ahí cuando caí.

-... Aunque eres listo para mantenerme cerca... Ugh, pequeña y repugnante puta...

Murmuré con debido asco, iba a necesitar mi ayuda para poder ser útil otra vez, era astuto para ponerme en situaciones que odiaba.

Sin mucha más opción me dirigí hacia el cuarto de aquel idiota, teniendo que bajar mi vista para verle, no puedo negar que eso alegró ligeramente mi ánimo.

Estaba en el suelo temblando cual hoja en otoño, sus cuencas estaban inundadas a mares de agua y aquel líquido vanta que simbolizaba la mismísima putrefacción de su alma, su remera había sido babeada por él mismo al aguantar tantos gritos... Y sus manos, dios. Simplemente hilarante; una ya no poseía uñas, la sangre no paraba de brotar al habérselas arrancado de forma tan brusca, parecía que prácticamente le habían cercenado estas. Aún le quedaban tres en su otra mano, pero por su estado, apostaría a que sólo era cuestión de segundos para que se desmaye por el shock.

Y todo eso sin contar el daño psicológico que se estaba haciendo a sí mismo, ¿quién sabe lo que pensaba este pedazo de mierda? ¿quizás sobre algo que le dije? Esperaba que sí, porque de ser el caso, podría extender aquello por un largo tiempo en busca de mi propia satisfacción.

-Aww... ¿esto es mi culpa~?

Me puse de cunclillas para estar a la altura de la miseria que era Killer, parecía apenas poder responder con miradas, patético.

-Tú sí sabes mantenerme cerca... Y es irritante, usas mis acciones a tu favor para que te de un mínimo de atención...

Murmuré Limpiando con mi pulgar una de las muchas lágrimas que recorrían su rostro, parecía atontarse hasta con la más mínima muestra de "amabilidad" que le daba, su existencia era ya un muy mal chiste para este punto.

-... ¿Y por qué? Es ridículo de tu parte, Killer. Así como tú.

Rodé mi orbe con cierta gracia, tomando al herido en mi regazo para sentarlo en su cama. Se mantuvo expectante de mis acciones por el bien de su salud, una palabra al respecto y probablemente lo empale...

Recorrí con mis manos la suya, sonriendo al ver como se quejaba al estar tan cerca de la zona cercenada.

Quería jugar un poco más con su dolor toqueteando sus dedos o haciéndole más heridas, pero no iba a tener gracia si se desmayaba, además de que aún lo necesitaba para traer a los otros dos imbéciles.

Me limité a tan sólo cubrir sus dedos sin uñas con una capa de oscuridad, eso iba a decrecer el dolor, además de que ya no iba a poder ser un inútil de mierda que no puede agarrar nada. Killer miró curioso sus dedos para luego sonreír, ugh... Era aún más horrendo sonriendo...

-Con eso aguantarás más el dolor y me dejarás tranquilo.

Comenté frío, no lo quería detrás de mí como un puto perro faldero.

-Y te recuerdo que por lo único que sigues vivo, es porque tienes trabajo que cumplir... Ya te lo había mencionado antes ¿no?

Pregunté algo con respuesta obvia, Killer asintió con aquella hueca cabeza suya.

-Heh... Lo sé, lo sé.

Parecía hipnotizado mirando con tal sonrisa sus manos, al menos era lo suficientemente listo para no decir nada al respecto de mi "amabilidad"

-Gracias, Nighty.

Dijo volteándose con esa fea sonrisa suya y... ¿rubor? Que puto asco era...

-No te recomiendo hacer lo que estás pensando, Killer. Me llegas a tocar con tus sucias manos y perderé mi paciencia.

Advertí irritado al notar como poco a poco buscaba apegarse a mí, al menos se detuvo cuando hablé, aunque me mantenía alerta en caso de que haga algo más estúpido que respirar en mi presencia.

-Como te detesto, maldita escoria. Tu trabajo actual te salva, o sino ya hubiera aplastado tu patético cráneo contra el suelo.

Murmuré con notable molestia, mis tentáculos se movían en el sitio por mis mismas emociones negativas.

-Aguafiestas.

Su irritante risa llenó la habitación, volviendo a bajar la vista a sus pequeñas e inservibles manos.

-Y vamos, sé que al menos un poquititito en el fondo me quieres.

Gruñí molesto, apuntándolo con cada uno de mis tentáculos a modo de ofensa.

-¿Quieres quedarte sin brazos ahora? No tengo problema en sacarte lenta y dolorosamente tus extremidades para sólo ver como te retuerces y ahogas en tu propia sangre.

Esa expresión de "nada" me jodía, odiaba su estúpido rostro, aborrecía su existencia entera, sólo servía como un tonto y reemplazable perro vagabundo.

-... O mejor, puedo torturarte.

Algo sencillo pero que lo dejaría más imbécil de lo que ya era, aún lo necesitaba después de todo. Tomé su inservible cuerpo con uno de mis tentáculos para dejarlo boca abajo en el aire, la sangre no tardaría en llegar a su retardada cabeza.

-Arrepientete, escoria.

Ordené ya pasado un buen rato, Killer ya se veía mareado.

-P-Pft-- ¿cuanto tiempo llevo a-así?

Preguntó entre ligeras risillas, obviamente producto del mareo.

-Bien bien, me a-arrepiento de... De uh... ¿Eso?

Se notaba que ya ni siquiera recordaba el porqué estaba dado vuelta en principio, eso me bastaba por el momento.

Decidí bajarle hasta el piso con cuidado, a apenas unos centímetros del suelo para que se cráneo no explote como me gustaría, estaba cansado.

Sin decir palabra alguna hacia Killer, me retiré del cuarto mientras frotaba mi "cuenca" con pereza, pasando hasta mi recámara; la cual estaba oculta entre partes de mi propia oscuridad para que ningún puto idiota se atreva a siquiera intentar pasar.

Día largo.