T/N: "Aquí afuera te dejo una muda de ropa mía". Dice el chico, por afuera de la puerta del baño.

El sonido de la regadera siendo encendida se deja resonar. El joven suspira, y opta por irse a esperar a la sala.

Desde que aquella chica despertó, no ha dicho ni una sola palabra. Lo único que había hecho era vacilar su vista entre el chico y el departamento.

La chica está prácticamente bien físicamente. No sabe la razón por la cual estaba ahí afuera, pero no la podía dejar.

Fue algo satisfactorio cuando Mahiru le dijo "Lo siento, no voy a poder ir. Guárdamelo para mañana" ya que, así se ahorraría los problema de explicar. Además, no había preparado nada.

El chico mira la hora en su teléfono. Suspira. Ya es algo tarde. Mañana tiene que ir a la escuela, así que no quiere dormirse tarde.

Se recuesta en el sillón, y desbloquea su teléfono. Clic. Clic. Ese momo estuvo bien cabron.

...

1:30 PM. El chico se lleva la taza de café a la boca y da uno, dos, tres sorbos. Es entonces cuando escucha la puerta del baño abrirse.

Se levanta del mueble, lentamente. Voltea su cabeza hacia donde se supone está el baño.

Una chica muy hermosa está parada ahí. Su cabello verde recién mojado lo hace brillar. Su cara tiene un leve rubor, y con sus brazos vacila lo grande que está la ropa que le fue prestada.

Un suéter negro, y un pantalón para dormir. No sé parece para nada a la chica que encontró sucia. Incluso el se quedó algo atónito por su belleza.

Pero, sin quedar atontado, pregunto lo que lo mataba de curiosidad.

T/N: "¿Por qué estabas ahí sola?". Pregunto el joven, mirando a la chica.

La peliverde vacila su vista entre los ojos del chico y el piso. Juega con sus dedos, nerviosa.

El chico la observa. Sabe que está nerviosa, pero necesita saberlo.

Se levanta para ir por un café, viendo que la chica parece no tener intenciones de hablar. Pero al girar, escucha una leve voz hablar.

T/N: "¿Dijiste algo?". Hablo él.

???: "Cecilia". Declara ella. "Ese es mi nombre". Termina diciendo la peliverde, subiendo las mangas del suéter hasta las puntas de sus dedos.

El joven sonrie. Tal ves no sea la respuesta de su pregunta, pero al menos se atrevio a decir su nombre.

La chica se sienta en el sillón, después de que el chico se lo pidiera. Sus manos están algo temblorosas. Tal vez está nerviosa, o solo tiene miedo.

Y es normal, esta junto a un completo desconocido. Juega con su pelo, enrrollandolo en su dedo.

Saliendo con dos tazas, el chico las deja en la mesa de la sala. Saca una silla, y se sienta en ella.

Invita a la chica a sentarse, la cual solo se levanta en silencio y se sienta dos lugares lejos de él.

T/N: "No sabía que hacer, así que opte por un Capuchino". Comenta el chico "Espero sea de tu agrado". Dice el joven, sonríente.

La chica mira la taza, frunciendo el ceño. Está dudosa de si confiar en eso. Ciertamente está de acuerdo en que no parece un joven que sea malo, pero aún así, no lo sabe.

T/N: "¿Quieres que le de un sorbo?". Pregunta el joven, al darse cuenta de que duda de si tomar el Capuchino.

La joven niega con la cabeza repetidas veces. Decide confiar en el.

Se lleva la taza a su pequeña boca, cubriendo sus delgados labios con ella. Inevitablemente, se mancha los labios, y la
espuma le deja una especie de bigote bajo la nariz.

El chico rie, viendo eso. La chica ladea la cabeza extrañada. No sabe cuál es la razón del actuar del chico.

Dirige sus ojos al lugar donde mira el joven. Baja sus pequeños ojos, notando la gran mancha blanca que tiene bajo su nariz.

Rápidamente tapa su boca, avergonzada. Un rubor nace en su redonda cabeza.

La joven intenta limpiar todo rastro de la mancha. Se talla una, dos veces. En una parte todavía queda una pequeña mancha.

El chico, sin dejar de reír, acerca su mano a la mancha y la limpia. La chica da un salto, y se aleja rápidamente de el chico.

T/N: "Oh. Lo siento". Se disculpa él "Solo quería limpiar la última mancha". Señala el chico, rascando su nuca.

La chica se vuelve a sentar. Sabe que el no tiene malas intenciones, así que se relaja. 

Vuelve a darle un sorbo a su café, está vez, sin dejar una mancha bajo su nariz. El joven la ve, y decide dar un sorbo a su café.

No sabe que debería hacer con la chica. Al menos hoy, por lo que parece, no se ira. Tiene pensado dormise en el mueble y dejarle la cama a la chica.

Todo un caballero nuestro protagonista.

***

3:18 PM. La cabeza de la chica tambalea, demostrando que tiene sueño. El joven sonrie. El también tiene sueño, pero no tanto como para tambealearse de esa forma.

T/N: "¿Tienes a dónde ir?". Pregunta el chico, mirando a los ojos a la peliverde.

Juega con sus dedos, con su cabello, y niega con la cabeza. No tiene motivo para mentir, además, tampoco hay razones para ellos.

El chico suspira. Sabía que era algo estúpido preguntar eso, pero aún así decidió hacerlo.

Se levanta de la silla, y se dirige a su cuarto. Le indica a la chica que los siga, y ella solo se levanta, temblando, camina hacia el.

T/N: "Duerme aquí por hoy". Le dice "Yo dormiré en el sillón". Señala el joven.

La chica al escuchar eso salta. No debería tener alguna razón para darle su habitación a una completa desconocida, pero aún así lo hizo.

¡Es que T/N tiene el corazon de un ángel!

Cecilia: "Gracias". Murmura ella.

El chico sonríe, y cierra la puerta. Va hacia la sala y se sienta en el sillón. Es hora de una siesta. Ahora debe ver qué hará con esa chica mañana...

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Fin del capítulo 46

Sinceramente no sé ni como termine de escribir esto.

Me siento de la pitufiverga, estoy hablando en serio. Estoy más caliente que una persona después de ver una foto de Shrek.

Bueno, dejen que les pareció el capítulo o son geis.