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Despertando por la mañana, la niña se frota los ojos mientras bosteza. Mira a sus lados, dónde la luz de afuera se adentra.

Hay platos en la mesa frente a ella. Platos para dos personas. Dos platos, dos vasos, y dos pares de palillos.

Entrecerrando los ojos, vuelve a frotarlos, para comprobar si tal vez está viendo mal. Reposa sus manos, y abre por completo los ojos.

Los pares para dos personas siguen ahí. La chica frunce el ceño. ¿Por qué hay cosas para dos personas?, se pregunta ella.

Vive sola, no hay razon alguna como para que haya cosas para dos personas.

Su hombro duele, como si tuviera un peso encima. Arqueando una ceja, gira su cabeza hacia el lado izquierdo, dónde siente el pesar.

Sus pupilas se agrandan al ver la cabeza de un chicos reposando sobre su hombro. El niño descansa plácidamente sobre ella, abrazando su cintura con los brazos.

Ahora lo recuerda. Ayer, después de cenar, los dos se acomodaron en el sillón. Solo fue cuestión de sueño el que hizo que al final los dos se quedarán dormidos.

La cara de la chica se ruboriza. No sabe que hacer, no quiere quitarlo, pero verlo así la pone muy nerviosa.

Su corazón late tan rápido que incluso parece que se va a salir de su plano pecho.

Autor: (Dou)

Intenta levantarse, sin hacer mucho movimiento, para no despertar al chico. Aunque esté nerviosa, no puede despertarlo cuando se ve que duerme tan plácidamente.

No puede, no puede levantarse sin moverlo.  Además, que la esté abrazando dificulta las cosas.

Siente su calida respiración pasar por su cuello, la cual le provoca cosquillas y hace que su pequeño cuerpo tiemble.

Se mantiene quieta, petrificada al no saber que hacer. Quiere quitarse, pero a la vez no.  Sus pensamientos se revuelven, dentro de su pequeña cabeza.

Si cuerpo tiembla, su cara se deforma. Y el chico solo mantiene su cara serena mientras duerme.

Mahiru: "T-T/n". Murmura la chica, sacudiendo levemente al joven.

El chico gruñe, y pone más fuerza en sus brazos.

La nariz del joven se hunde en los delgados brazos de la chica, vacilando los movimientos de sus dedos.

Masajea el estómago de la joven, hundiendo sus dedos en el. La joven chilla, al sentir las cosquillas.

El joven suspira, entreabriendo sus ojos. Detiene su masajese, y mira directamente los hilos rubios que topan su vista.

Hace un quejido, antes de mover su mano hacia unos de estos sedosos hilos. Al tocarlo, masajea suavemente el hilo rubio, cuidando  no maltratarlo.

Despeja si vista, moviendo a un lado todos los hilos sedosos y de color rubio que están arriba suyo.

Sacude. Sacude.

T/N: "¿Mahiru...?"

Mahiru: "Buenos días...". La joven lo saluda, con un cara serena, pero muy ruborizada.

El chico se reincorpora en el sillón. Talla sus ojos con los puños cerrados y bosteza.

Actúa como si dormir juntos fuera de lo más normal.

El chico se levanta, y camina hacia el baño. Mientras que, la joven solo observa ensimismada.

Su cara arde, y sus orejas ahuman. Está más que nerviosa, pero aún así, pudo mantenerse serena.

Tal vez, hoy no pueda mantenerse del todo cuerda para el festival.

***

El chico ruborizado, vestía un yukata, color azul y minuciosos detalles. Quiera llevar ropa normal, más sin embargo, Mahiru no lo dejo.

Se supone que ese festival es conocido por qué la gente viste los famosos "Yukatas", así que no le permitiría llevar ropa de vestir.

La puerta de la habitación del chico chilla, haciendo notar que la puerta está siendo abierto.

Volteando lentamente hacia atrás, el chico ve a una joven de baja estatura, pelo rubio, y no tan dotada...

Vestida con un hermoso Yukata, el cuál hace resaltar su belleza.

T/N: "Ese Yukata te queda muy bien". Señala el chico, sonríente.

Mahiru: "G-gracias". Balbucea Mahiru, tapando sus labios.

Los jóvenes salen del departamento, es hora del festival. Ya que, ya es de noche.

***

T/N: "En serio que te reluce con toda la luz que hay aqui". Comenta el joven, con una sonrisa leve.

Mahiru: "No es necesario decirlo". Dice la chica, con sus mofletes levemente rojos.

La gente dice "Wow, ella es tan hermosa".

Y entre muchos más alagos, lo cual provoca que la chica se ponga nerviosa.

Pero, esto no termina aquí.

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Fin del capítulo 44.

Holaa. Banda, el Takitokashi y yo hicimos un server de discord. ¿Quien se une?

Puto el que no responda.

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Takitokashi, tu no lo sabes, pero te harás mi esposa.