EXTRA
20 años después
2141
Neith Brand
—¿Neith? ¿Cariño?
Deje el peine en mi tocador cuando escuche el golpeteo de mi puerta junto a la voz de Harry a quien fui a abrir inmediatamente.
—No entiendo porque sigues tocando la puerta si esta tambien es tu habitación —reí por lo bajo cuando esté entro con su traje de color negro.
—Es mi esencia, dulce. Tantos años tocando a tu puerta me hace sentir de nuevo un joven adolescente buscando a su novia. —mencionó tomando mis manos y dando un ligero beso en ellas —Feliz cumpleaños a mí Reina de toda Terranova.
Sus labios besaron los míos y mi memoria escasa de cuantos besos llevamos solo me hacia indicar los tantos años que llevamos juntos. Había olvidado la cuenta de ellos pero jamás podría olvidar cómo se sienten sus besos, tan llenos de amor como la primera vez.
Cumplía cuarenta y uno, mientras que él ya tenía cuarenta y dos. Habíamos crecido mucho, entre amor, peleas, reconciliaciones, detalles y un sin fin de memorias que cada día voy recolectando.
—Luces mejor que yo, eso sí. —afirmé con una sonrisa.
—¿A qué costo? Las corbatas no son mis amigas —se quejó mientras yo solo ponía los ojos en blanco.
—Tu no tienes que preocuparte por caer en estos vestidos. —contradije viendo el vestido color rosa pastel que llevaba puesto.
—Usabas vestidos largos en tus dos embarazos y nunca parabas de moverte. Y ahora que lo usas solo un día, ¿Le temes? —arqueo una ceja sin poder creerlo.
—Es diferente, Styles. En ese entonces tenía una panza gigante que evitaba que la tela se enredara en mis piernas. —justifique.
—Si quieres hacemos otro bebé y dejas tu temor. Problema resuelto. —reí apenas lo dijo.
—Si, claro. Ya te digo yo que eso no va a pasar.
Mi primer embarazo fue un torbellino de emociones, empezando con la idea de que no pude aceptarlo hasta el cuarto mes donde mi barriga abultada me exclamaba en la cara las consecuencias de mis impulsos. Fue un tiempo difícil pues temía que Harry se fuera de mi lado, incluso llegué a alejarme de él, concentrándome solo en el nuevo progreso a realizar para la civilización que había sobrevivido junto conmigo pues también había recibido la mala noticia que Cooper y Hans no habían sobrevivido.
Aún peor fue cuando supe que mi pequeña Elina no iba a tener tan siquiera buenas memorias de lo que su padre biológico había sido. Sin embargo, todo cambió cuando sin querer, Newt le contó todo a Harry. Por consiguiente, tuve a un hombre de cabello ruloso en mi puerta por la noche de un domingo de rodillas para pedirme matrimonio con un anillo casero de un metal flexible ya que apenas y lo hizo con las herramientas de su trabajo. Mis hormonas revolotearon esa noche, llorando junto a él pero que al mismo tiempo fue el mejor día de mi vida pues Harry y yo aceptamos y amamos a Elina ante el primer toque de mi pequeña barriga. Desde aquel momento supe que nada de lo que viniera podría destruirme y así fue.
En el quinto mes de mi embarazo, Harry y yo nos casamos bajo el páramo verdoso frente a los grandes pinos junto a la mitad de todos los ciudadanos de Terranova quienes nos habían acompañado en nuestra unión y que cuando Elina llegó a este mundo nuevo, la recibieron con alegría sin importar la historia familiar con la que había nacido. Su nombre no fue difícil de escoger pues deseaba que llevara a las dos mujeres más fuertes que vivirán en ella lo que ellas no pudieron. Elizabeth Mendes e Irina Brand, la combinación de ambos nombres me llevaron a escoger Elina, ambas abuelas que estaba segura que nos sonreían desde cualquier parte que se encontrasen.
Dos años después que Elina naciera, me lleve la sorpresa de que volvía a estar embarazada, esta vez de mellizos. A diferencia del primero, esa segunda etapa la pasé completamente en paz. Harry estuvo eufórico en todo el proceso pues nunca pensó que serían dos bebés, él junto a mí pequeña Elina se pasaban haciendo postres cada vez que tenía antojos o descansaban conmigo en aquellos días donde mi terquedad de seguir trabajando me tomaba un costo y aún más los últimos dos meses donde apenas podía caminar pues mi espalda no aguantaba todo el peso sostenido de dos bebés.
Ameris y Edward nacieron de manera imprevista a diferencia de Elina quien su nacimiento había sido programado. Siendo una sorpresa para mí ya que mi fuente se rompió tratando de alcanzar un libro de la biblioteca. Harry casi se desmayó de no ser por Rebecca quien le dio un poco de alcohol. Una travesía que jamás podría olvidar.
—Ustedes dos siempre escondidos de la multitud. Deja a la anfitriona disfrutar de su día. —mencionó Rebecca quien venía algo agitada después de seguro andar buscándome por cada rincón.
—Perdón, ella me atrapó —justificó Harry sonriendo de lado a lado.
—Si, si. Mis sobrinos están por acabarse todos los postres y ni hablar de Elina, es una presa entre tantos leones que quieren cortejarla.
—¿Qué? —cuestionó Harry sorprendido —Ahora bajo.
Rebecca y yo reímos ante la exasperación del ojiverde, solía ser muy celoso en cuanto a sus hijas se trataba.
—¿Qué fue lo que le dijeron que ni cuenta se dio cuando lo saludé? —preguntó Katherina llegando a mi habitación.
—Becca mencionó a los pretendientes de Elina. —respondí.
—¿Si saben que Hero y ella están saliendo, verdad? —cuestionó Kat de brazos cruzados.
—Si pero Harry no lo sabe —susurró Rebecca.
El lazo entre Rebecca y yo se unió mucho más de lo que en un principio llegue a pensar. Si le contará todo esto a mi yo de diecinueve años, probablemente jamás podría haberme creído. Todas nosotras tuvimos nuestros hijos y ahora que todos ellos alcanzaron la mayoría de edad solo podíamos recordar todo lo que habíamos pasado a su edad y ver que ellos podían disfrutar de la paz por la que tanto habíamos peleado en ese entonces.
Oí los aplausos de la gente al verme llegar al recinto, pero mi mirada se centro en mi familia, toda y cada una de ellos. Desde aquí podía notar el mirar de Elina, aquellos ojos mieles iguales a los de Shawn pero que ahora ellos me transmitían amor verdadero. Su cabello estaba sujetado con el broche carmesí que le había obsequiado como el recuerdo de un principio que me llevó a este final.
Mi Edward y Ameris tenían los mismos ojos esmeraldas que Harry, incluso si nuestros colores eran los mismos sabía que eran los de él por aquel verde oscuro y brillante que poseía. Ambos ya tenían dieciocho y solo me preguntaba como aún el tiempo seguía siendo mi mayor incógnita y mi mayor amiga.
Niall se encontraba con Sara, su esposa, y entre ellos su hija Esme. Quien a pesar de tener dieciséis, se llevaba bien con Elina quien ya tiene veinte años, la diferencia de edad me hizo preocupar si ambas primas podrían llegar a entenderse al crecer pero finalmente me había equivocado. Ambas seguían igual de unidas e incluso mucho mejor que antes.
—¡Mamá! —exclamó Elina caminando hasta mi lugar —Feliz cumpleaños —felicito mientras me daba un abrazo que yo recibí con gusto. —¡Edward! —gritó una vez más llamando la atención de su hermano quien junto a Ameris se apresuraron en venir desde el otro lado del salón.
—Mamá, ¿Recibiste el regalo que te dejamos en la mañana? —cuestionó Ameris luego de un abrazo junto a su hermano.
—El desayuno, ¿Cómo lo voy a olvidar?. Casi me ahogo con los trozos de fresa del licuado. —reí al recordarlo.
—Fue culpa de Ameris. Me puso a hacer el licuado sabiendo que no soy bueno en las mañanas. —se excusó Edward.
—Querías ser el primero en darle el regalo, ¿no es así?. Debiste dormir más temprano en lugar de estar con papá jugando a perseguir a Lola —explicó Ameris. Lola era nuestra mascota, quien se instaló en caso hace poco más de un mes.
—Aceptenlo, ninguno sabe cocinar. Debieron llamarme a mí. —dijo Elina de brazos cruzados.
—Claro, como estuviste todo el día en casa y no con Hero, debimos llamarte. —dijo Ameris sarcásticamente.
Y antes de que lo tres desataran un gran debate, decidí intervenir.
—¡Bueno! Chicos, les agradezco lo que hicieron por mamá.... —dije pero antes de terminar mi oración fui interrumpida por mis tres maravillosos hermanos.
—Mi amazonas y sus lindos frutos, estas hermosa —mencionó Nash viniendo hacia mí con un gran abrazo.
—Nash, ya te estaba extrañando —reí.
—Si, si, yo no quedó atrás. Feliz cumpleaños, bella —sonrió Niall dándome un abrazo al que recibí con gusto.
—A ti también te extrañe —sonreí disfrutando de la felicidad que me abrazaba.
—¡Bueno! ¡Hola, hola! —oí el ruido de la voz de Newt acompañado de un copa de champagne en su mano derecha mientras en la otra sostenido un cubierto con el que daba palmadas contra le vidrio para llamar las atención de todos —Solo quería decirles que mi hermana agradece a los que han asistido hoy a su celebración de cumpleaños. Como sabemos nada de esto habría sido posible sin su ayuda. Salud por ella y por los que están aquí ahora con nosotros. —reí sonrojada por lo bajo ante el pequeño discurso de Newt mientras observaba como todos levantaban sus copas y con una sonrisa todo dijeron al unísono:
—¡Salud!
Luego, todo el salón se lleno de los aplausos y sonrisas de la gente, mientras yo como cada año seguía sin creer lo tan agradecida que la gente era conmigo. Algo que sin duda no podría creer si me lo hubieran dicho hace más de veinte años atrás.
Suelo a menudo creer que esto es un sueño, sin embargo, hoy miró a mi alrededor y me devuelve al lugar donde pertenezco instantáneamente, con mi familia.
—¿En qué piensas? —susurró mi esposo detrás mío quien me dio un corto beso en la mejilla mientras me envolvía con sus brazos y apoyaba su mentón en mi hombro.
—Lo de siempre, siento que estoy volando y que nada de esto está pasando. Es muy perfecto. —divulgue.
—Hoy se derramó tu café en la mañana. No fue muy perfecto que digamos —reí por lo bajo negando con la cabeza —Te lo mereces, Neith. Ahora y siempre, dejamos atrás a nuestras familias, venimos solos a este viaje y ahora hemos formado nuestra propia familia. Perdiste mucho, casi tu propia vida, y si pasaba te llevabas la mía también. Y nada de esto podría suceder, pero estamos aquí, gracias a ti.
—Incluso después de que se acabe la vida te amaré. —dije sin tener más que hablar.
—Y ahora por tus explicaciones sobre el tiempo se que es real lo que dices —ambos reímos, dándome media vuelta para estar cara a cara con él.
—Para siempre —susurré, mientras observaba la sonrisa de Harry, acto seguido sello mis palabras con un beso que se repetiría por el resto de la eternidad en aquella desconocida dirección llamado tiempo.
Hola, hola, hace mucho no paso por aquí, los extrañe <3
Hoy les traje un regalo pequeño contando un poco sobre la vida de Neith después del final del libro. De paso, quería anunciarles que hoy ya tienen disponible el adelanto de mi nuevo libro, espero puedan pasarse un momento por ahí y darle mucho cariño <3
y además...¡ESTA HISTORIA ESTA INSCRITA A LOS WATTYS! Muchas gracias por todo y mandemos buenas vibras a este libro.
Nos despedimos de la familia Brand y demos la bienvenida a una nueva o más...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top