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46. Café y Lavanda









"El amor es tan poderoso que hace a tu mente olvidar dolores y hasta deformar el tiempo y espacio"
—TIME












—Esta lista, señorita Brand —dijo una de las estilistas que acababa de colocar un pequeño gancho a lado izquierdo de mi cabello.

—Gracias.

Me levante del asiento sintiéndome algo mareada, mis nervios que deseaba ocultar no me estaban ayudando mucho. Al ponerme de pie junto a esos tacones de color crema, vinieron unos cuantos más a deshacer unas cuantas arrugas del vestido que llevaba, era uno sencillo, aunque debía de decir que el rosa pastel me hacía ver mucho más pálida y la idea de que la basta llegara por encima de mis rodillas me hacia sentir expuesta pues percibía el temblor de mis piernas al caminar. Tuve que añadir un blazer del mismo color pues sabía que además de que mi cuerpo se enfriaría debido a mi ansiedad, tenía la idea de protegerme por lo que se coloco un pequeño agarre dentro de este donde Will me ayudó a colocar una pequeña soga y un arma filuda.

—Acompáñame —dijo Will en el umbral de la puerta siendo hora de retirarnos.

Camine detrás de él con pasos torpes a cada movimiento que daba. A pesar de que Newt me dijo que intentara no consumir las píldoras que Violeta me dio hace una semana, no podía evitar usarlas.

Will se dio cuenta que no iba a su ritmo por lo que volteo y fue hacia a mi rápidamente al ver que también me detuve en seco mientras me apoyaba en una de las paredes del gran pasillo.

—Vamos, Brand. Tu puedes hacerlo. Solo respira. —escuche decirlo mientras su imagen en mi campo visual se estaba haciendo distorsionada.

No pude aguantar más y saque el pequeño frasco del bolsillo de mi saco, colocando las tres pequeñas pastillas en mis manos.

—¿Quieres agua? —cuestionó pero al terminar su frase, ya las había ingerido todas. — O tal vez no.

—Estaré bien, vayamos.

Will sin más me ayudó a seguir sus pasos, hasta que llegamos a la salida que nos había indicado el equipo de Shawn, ya que habían algunos pasillos que se acercaban más rápido hacia la Base A.

Se encontraban al menos unos diez agentes de la justicia, cada uno con su vestimenta propia y armas de diferente tipo. Hans estaba junto a los tres gobernadores, cada uno resguardado por dos agentes al igual que lo sería yo, y los dos que faltaban serían los que irían primero, guiándonos hacía el lugar de encuentro.

Suspiré, deseando fuertemente solo estar en mi habitación junto a Harry después de todo un día de trabajo. Hablando, riendo, sintiendo el calor de su rostro junto al mío y abrazándonos hasta quedarnos dormidos. Ni tres calmantes podían transmitirme esa paz ahora.

—Neith —un llamado atrás de mi me hizo despertar de mi transe y al igual que todos, volteamos ante ese murmullo.

Y ahí estaba Harry al final del pasillo viniendo decidido hasta a mi, su ceño fruncido y su necesidad de mirarme, me hacían compartir su mismo sentir. Llegó tan rápido que ni siquiera me di cuenta en el momento que tomó mi rostro para besarme en frente de todos.

En cuanto se separó de mi, plante otro beso en sus labios que ni aún así me dejaron satisfecha de querer más de él. Voltee rápidamente, notando como todos seguían perplejos ante la situación pero en cuanto me vieron todos ellos voltearon avergonzados.

—Te dije que no vinieras aquí —suspiré acariciando su mejilla.

—Solo vine a desearte suerte. Estas fría, cariño. ¿Puedo hacer algo? —cuestionó tomando mis manos y tratando de calentarlas.

—Estaré bien, gracias por estar aquí.

—Tenía que hacerlo, te estaré esperando aquí. —dijo dando un cálido beso en mi frente.

—Es hora, Brand —murmuró Will a unos metros de mí.

—Te veo después, Harry.

—Te amo.

Y luego de un fuerte apretón de muestras manos y un pequeño beso, fue que me soltó cuando se dio el aviso de que avanzáramos. Voltee y esperaba verlo lo antes posible.

Mientras más nos adentramos a la base A, más caía en cuenta que las cosas aquí parecían no haber cambiado, o tal vez era porque mis memorias aún se guardaban aquí.

Las pastillas habían aliviado mis temblores, sin embargo, el frío aún embargaba mi cuerpo. Ni siquiera me di cuenta el momento que llegamos por estar concentrada en mi mente, y si mi corazón antes estaba acelerado, ahora lo estaba a mil por hora pues ver a Garret de nuevo en la entrada del gran salón solo me hacía entender lo tan cerca que ahora estaba de Shawn.

—Pueden pasar —dijo una de las señoritas que abrieron las puertas en nuestro delante.

Todo se sentía tan tenso que encontré un segundo de huida cuando Garret me reconoció y me envió una pequeña sonrisa a la cual yo se la devolví. Garret siempre fue bueno conmigo aunque su lealtad siempre sea a lado de los Mendes.

Hans y los ahora subgobernantes entraron primero junto a los agentes, para luego ingresar a lado de Will y otro agente más. El salón, como la mayoría de ellas, era de un color blanco pero las luces tenues acentuaban un ambiente cálido aunque en este momento no lo pareciera. Una mesa larga se encontraba en medio de esta, a un extremo pude visualizar que no sólo nosotros veníamos con guardias sino que ellos también.

Después de tanto tiempo pude volver a ver a Shawn y este también a mí. Su cabello había crecido ligeramente, y parecía ser lo único que había cambiado en él, pues su porte y mirada firme seguían ahí. Sus ojos cafés parecían arañar mi piel, y cuando decidí encararlo fue cuando mi tiempo dejó de avanzar pues cada recuerdo regresó de golpe, como un balde lleno de trozos de hielo. Y el pesar aumento al momento que palpe de que él había perdido un hijo y ni siquiera lo sabía.

—Qué bueno volver a reunirnos, Hans. —expresó Shawn mientras mantenía su mano izquierda sobre el botón de su saco negro.

—Lo mismo digo, presidente —dijo Legrand en cortesía.

—Podemos comenzar, por favor —anunció el castaño haciendo un ademán con su mano para que todos tomaran asiento alrededor de la gran mesa..

Los guardias de cada base se quedaron resguardando la espalda de cada uno mientras los señores del parlamento por parte de Shawn tomaban asiento y nosotros proseguimos a hacerlo de igual manera.

Las mismas mujeres que nos abrieron las puertas, volvieron a nosotros, esta vez con una bandeja de bebidas que repartieron a cada uno mientras colocaban sus informes sobre la mesa. Mis manos entrelazadas debajo de la mesa parecieron hacer un llamado incesante al calor pues fue cuando colocaron mi bebida al frente mío, este se diferenciaba de los demás pues era el único que emanaba una ligera capa humeante y un único olor que se me hizo familiar al instante.

Era un té de lavanda.

El mismo que hace un tiempo Shawn me había preparado luego de ese juicio infernal. Sabía que él había pedido aquella bebida para mí pues era la única que lo tenía, ni siquiera habíamos intercambiado palabras cuando él ya parecía saber que estaría inquieta desde antes de venir aquí. Mi orgullo no me dejaba tomar de aquella bebida pero mi cuerpo me lo exigía y con una mueca de disgusto proseguir a tomar la taza de mármol entre mis manos que ahora encontraban el calor que suplicaban, con algo de desespero tome varios sorbos de este pues sabía lo bien que me hizo sentir la última vez que lo ingerí.

—Ahora que estamos divididos, creemos que como nosotros, ustedes también tienen desventajas y es por eso que los citamos aquí. —aclaró Shawn hacia Hans —En esta situación no debemos permitirnos algo como esto, perdimos empleados, las empresas de mis socios no generan productos nuevos y de calidad tan rápido como antes, muchos de mis investigadores se fueron con usted, señor Legrand. Incluida una de las mejores y con la que se supone que debimos seguir trabajando. No sólo afecta a nosotros si no también a toda su tripulación.

—Su gente se fue por lo mismo de su injusticia con ellos. Quiere tener devuelta a la cara de la rebelión y a sus trabajadores pero tienen un costo adicional. No podemos confiar debido a los acontecimientos anteriores y espero no sean indiferentes con ello. —respondió Hans ante todo el parlamento.

—Hablamos de empresas que generarán ganancias en el futuro de sus hijos, ellos serán los que brindaran ayuda cuando lleguemos al nuevo planeta. ¿Qué más riqueza podría querer su gente? —cuestionó uno de los hombres sentado a la derecha de Shawn.

—No permitiremos que sus vidas dependan de lo que ustedes quieran ofrecerles. Es su derecho ser independientes con su propio dinero y me disculpa pero los derechos no deberían estar en juego sobre la mesa. Están estipulados desde hace más de cien años, haber huido del lugar donde fueron escritos no nos hace editores de ello. —confrontó Raisa quién estaba frente mio.

—No cuando fueron ellos mismos quienes firmaron el contrato. Le recuerdo que no se puede romper algo con lo que estuviste a favor de aceptar. Aquí están todas las firmas de esos tripulantes, por lo que puedo decirle que es imposible que hayamos dañado sus derechos. —declaró la mujer de labial rojo quien entregó lo papeles a Phil quien se encontraba más cerca a ella.

—Todos ellos firmaron por la necesidad de sobrevivir, señores. Haber jugado con las emociones de todas esas personas para su beneficio propio esta siendo falta a su derecho a decidir. Incumplieron desde mucho antes que ellos llegarán a firmar estos contratos. Señor Mendes, no aceptaremos nada a menos que cambien esas condiciones. —aclaró Hans con el ceño fruncido.

Uno de los acompañantes de Shawn se dispuso a querer hablar, sin embargo, este lo detuvo con un ademán de su mano.

—Tiene razón. Se les dará ganancia a sus tripulantes si eso desean, se abrirá una cuenta bancaria para cada uno que desea registrarse pero el treinta por ciento de su dinero será beneficiado con la empresa con quien se trabaje ya que es imposible que dejemos pasar el hecho de que aceptaron un trabajo sin remuneraciones. —dijo Shawn mientras veía como anotaba en unas cuantas hojas.

Hans y los demás suspiraron, susurrando entre ellos al igual que el equipo de Shawn lo hacía luego de su declaración que parecía no estar acorde a lo que habían hablado.

—Elimine esos contratos. —contradije ante lo dicho por Shawn, obteniendo la mirada de todos en la mesa —Requieren mi ayuda para completar el trabajo con el señor Mendes, tanto que fueron capaces de ejecutar a un civil por mi. Un costo alto que dejó daños colaterales, por lo que yo pido un costo aún más grande, eliminen esos contratos del sistema, de escritos en papeles, de todo. Y no sólo volveré a trabajar con ustedes sino que les doy una oportunidad de crear un nuevo contrato que será filtrado por el señor Legrand y todo mi equipo para aceptarlo —dije decidida aún con la mirada puesta en Shawn.

—Un nuevo contrato, señores. Mi compañera está siendo justa, no veo porque no aceptarlo. —comento Raisa en apoyo.

—¿Qué pasa si no aceptamos? ¿Estaría dispuesta a arriesgar la vida de toda su tripulación, señorita Brand? —cuestionó uno de los hombres de traje.

—No es vida si los condenó a una eternidad de injusticias por su gobierno. Creo que tanto como yo preferirían morir antes que ello. —hablé de manera firme, haciéndoles saber que aunque mi comentario fue un arma de doble filo, no lo iba a cambiar por el miedo.

—Haber ejecutado a un civil frente a los ojos de los tripulantes los hace el lugar a que menos quisieran ir pero si dan beneficios a sus familias y en el futuro también, creo que serían capaces hasta de pensarlo. —declaró Hans.

—Aceptó su condición —dijo Shawn hacia mí después de un suspiro amargo —Ahora acepte los míos, trabajará a mi lado todo el tiempo que se necesite incluso en la noche si es necesario.

—La señorita Brand se ha convertido en alguien importante aquí, por lo que si le sucede algo no dude en que nadie se quedara de brazos cruzados, señor Mendes. —expresó Legrand.

—Puede venir con cuantos agentes sea necesario, irse cuando ella lo desee pero mientras haya trabajo que realizar es mi deber obligarla a que se quedé. No perderemos un año más en esto. Decida, señorita Brand. Después de sus tales condiciones me creo que esto es lo menos que puede aceptar. —expresó Shawn hacia mí.

Asentí lentamente pues aunque me disgustaba la idea de estar a su lado nuevamente, solo lo hacía al ver que había aceptado mis términos.

—Bien, trato hecho. —concluyó el castaño mientras todos se ponían de pie. —Quisiera hablar con la señorita Brand un momento, pueden esperar afuera junto a sus agentes si lo desean.

Hans me observó dudoso, sin embargo, terminó por aceptar la idea. Diciendo a sus agentes que esperarán por mí afuera del lugar, al igual que Shawn hizo lo mismo con los suyos.

Me quede de pie junto a la mesa observando como cada uno de ellos iba dejando el salón y yo solo me dispuse a contar los minutos para salir de este lugar. Vi a Shawn pasar por mi costado, caminando hacia la puerta donde finalmente la cerró y estábamos solo los dos. 

Tal y como él quería.











Hola, nuevo capítulo, está vez no demore mucho.

He visto que muchas amaron a Neith con Harry. ¿A quien aman más para que este con Neith? ¿Harry? ¿Shawn? ¿Niall? ¿El doctor asustadizo? Ahr no

El siguiente capítulo estará bueno o eso espero. No se olviden de votar y comentar, las amo ❤️.

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