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44. Daga
"¿Puede el diablo mismo crear algo tan divino como lo es el amor?"
—TIME
Después de una semana de la rebelión. Neith había sido dada de alta, sin embargo aún guardaría reposo en su habitación. La mayoría de esas noches estuvieron acompañadas de su hermano y Harry, pero en el día se encontraba ella sola entre cuatro paredes. Siendo la peor parte pues era cuando su mente la torturaba aún más.
Quién haya visto a la doctora Brand en esos momentos era capaz de decir que era alguien muerto en vida. Su dolor traspasaba su cuerpo, heridas emocionales que la dejaban en la deriva y heridas físicas que solo mostraban lo poco que sentía por dentro.
Las pocas veces que salía de su habitación, recibía las tristes miradas de los tripulantes, y aunque todos se sentían impotentes al no poder ayudar a la mujer quien dio voz para su liberación. Neith sólo pensaba que su vida había sido expuesta y que cada mirada parecía saber toda su información, sin embargo, había algo que ellos no poseían de ella.
—Por dios, señorita Brand. ¿Qué está haciendo? —preguntó una de las enfermeras que se había aparecido en uno de los tópicos por simple casualidad pues a esa hora de la tarde la mayoría de médicos se encontraban en una reunión con Legrand.
—¿Cuál... Cuál es su nombre? —cuestionó Neith tratando de apoyarse en la pared y al mismo tiempo sujetando una jeringa en su otra mano.
—Rodríguez. Violeta Rodríguez... Señorita no...
Neith hizo un ademán con su mano a que la enfermera detuviera sus pasos aún asustada con la escena. La castaña soltó la jeringa, cayendo este mismo al suelo mientras Neith corrió hacia el baño más cercano donde devolvió lo poco que había comido al retrete. Violeta vio la escena, corriendo detrás de la mujer que derrochaba debilidad, ya que apenas podía apoyarse en el suelo.
—Necesita descansar. Pediré que traigan un poco de suero a su habitación. —dijo la enfermera sujetando a Neith de la cintura para que se pusiera de pie.
—No... Quise hacerme una prueba de sangre... —expresó la castaña aclarando su garganta.
—¿Porqué? Fue dada de alta, señorita Brand. Solo está teniendo un poco de malestares, las pastillas las producen. —indicó Violeta saliendo del baño con Neith.
—Solo iba a dejar la muestra sin mi nombre... Por favor, no quiero que nadie lo sepa. —dijo la castaña en un ligero sollozo mientras Violeta la ayudaba a sentarse.
La enfermera observó a Neith con tristeza pues no por nada ella estaba ahí, y por su súplica pareció ser algo serio. Dispuesta a ayudar, Violeta se colocó de cuclillas delante de la ojiverde para que pudiera observarla mejor y no hiciera tanto esfuerzo en mirarla desde arriba.
—Esta bien... Puede confiar en mi.
Neith suspiro y asintió, pues aunque ella quiso hacerlo sola, supo que necesitaba algo de ayuda. Decidiendo a última instancia fiarse de Violeta ciegamente.
—Creo que estoy embarazada... —Neith trago saliva ya que no era capaz de ni siquiera pensar que pudo haber dicho aquella palabra.
El aire comenzaba a faltarle, y un ataque de pánico era lo menos que necesitaba en ese momento. Por lo que trato de respirar adecuadamente aunque le resultará difícil.
Violeto cogió entre sus manos un papel anotando lo que Neith describía.
—¿Porqué cree eso?
—No he tenido mi periodo y creo que no lo he tenido desde hace dos meses... He tenido muchas náuseas y... Las pastillas, no se que tanto habrán dañado, no tengo idea, por favor que nada de aquí salga a la luz...
—Señorita, si le hago un análisis de sangre no podrá pasar desapercibida. Apenas y la primera mujer que acaba de dar a luz aquí fue la única en embarazada hasta ahora... —confesó Violeta hacia Neith quien solo cerró los ojos —Pero puedo hacerle un ultrasonido, si lleva dos meses sin su período debe de ser visible. Pronto acabará la reunión, hagámoslo rápido, ¿esta bien?.
Neith asintió, siendo ayudada por la enfermera quien la llevó a otro cuarto que a diferencia del anterior era uno más oscuro. Se acostó, aún aterrada con el posible resultado, sus manos estaban frías y fue cuando recordó aquella noche del té junto a Shawn. Se sentía sola y todo lo que era capaz de ver es que estaba enfrentando todo ello sin nadie a su lado pero era el precio de su secreto.
El gel frío en su abdomen la hizo congelarse aún más, bajando las mangas de su abrigo para buscar calor en sus manos. Violeta procedió a colocar la sonda en la piel de Neith, repasando cada lado del vientre hasta que encontró un rastro.
—Ahí... Esta embarazada, doctora Brand. —confirmó Violeta con una ligera impresión.
Neith no supo que decir, está vez no sólo oyó su propio latir, sino también su respiración, como si aquellos inaudibles sonidos acapararan toda su zona auditiva. El tiempo fue lento, tan lento que hasta en el pestañeo de sus ojos se podía apreciar pequeñas partículas en el aire. Todo sentido de Neith pareció haberse dilatado y su mundo cambió.
La ojiverde giro a su derecha, viendo más de cerca la pantalla, observando cómo su bebé era apenas del tamaño de una uva.
—¿Cuánto tiempo tiene? ¿Está... Está bien? —cuestionó Neith dando un fuerte suspiro.
—Apenas dos meses. Su saco amniótico está débil, y el latido...
Violeta encendió el sonido, dando como resultado los latidos del bebé, apenas bombeando. Causando inquietud en ambas mujeres.
—El latido es igual de bajo. Dijo que tomaba pastillas, ¿Cuáles son?
—Suelo tomar demasiadas estos días... Yo... No tenía idea... No la tenía...
—No es su culpa... Yo le enviare unas nuevas más tarde, y evite tomar las que tiene ahora.
El sonido del tumulto se hizo presente y ambas supieron que era hora de irse. Neith desconcertada asintió ante la enfermera, acomodando su ropa y levantándose de la camilla con mucho esfuerzo.
—Por favor...
—Nada saldrá de aquí, ni siquiera al señor Legrand. Se lo prometo.
Neith salió de aquel cuarto tan rápido como entró. Y en su tambaleante camino a su habitación solo pensaba en lo que ahora vivía dentro suyo, no supo si estaba feliz o triste por todo ello, solo sabía que nada en ella estaba bien, ni siquiera el bebé que ahora estaba esperando.
Esa noche, Neith fue incapaz de conciliar el sueño pues aún rondaban las palabras de que aquél bebé que no sólo era de ella sino también del hombre que ahora todos odian. ¿Cómo sentir consuelo ante ello?. Y aún sabiendo todo el daño que Shawn había causado, quería que él estuviese ahí, solo por el poder que tenía de hacerla calmar porque aún en aquel enfrentamiento, mirar a Shawn detuvo su tiempo, detuvo su pensar, y la única medicina no mortal para su bebé ahora estaba lejos, un antídoto que no era capaz de ni crearse en el cielo o en el infierno.
Neith nublada por su dolor pidió que Shawn estuviera ahí con ella. Si hubiera podido, gritaría el nombre de él hasta tenerlo consigo. Una parte de ella lo odiaba a morir y otra solo podía ver a alguien que gritaba ser amado, ser salvado.
Por supuesto, Neith nunca había sufrido tanto en su vida, repercutiendo en ella consecuencias imposibles de manejar.
Bastaron cuatro días para que Neith perdiera a su bebé ante un aborto espontáneo. Las pastillas, su depresión, sus ataques de ansiedad, fueron demasiado para un ser que apenas iba creciendo.
Lucho ella sola en la bañera mientras solo podía ver la sangre correr. Violeta y ella fueron testigos de aquella perdida que ni los nuevos medicamentos pudieron parar. Desde un principio todo ello estaba perdido, y Neith se había hundido aún más de lo que estaba.
—No... No... ¡No! —grito Neith en desasosiego.
Sus lágrimas se confundían en el agua que caía hacia la bañera, las manos de Neith temblaban al verlas llenas de sangre al igual que sus piernas y la ropa mojada que ahora traía. Apesar del dolor que sentía en su abdomen y vegija, era más el pesar de perder a su pequeño amor lo que la hacía sufrir.
—¡Neith! ¡¿Qué ocurre?! —exclamó Harry detrás de la puerta exhasperado.
—¡No entres! ¡Busca a Violeta Rodríguez! ¡Solo ella! ¡Ahora!.
Harry estuvo confundido pero la urgencia de Neith hizo que dejara sus pensamientos atrás y buscará a aquella enfermera. Esa noche solo fueron ellas dos en ese baño, aunque Violeta le propuso a Neith acabar con aquel secreto pues se había convertido en algo difícil de ocultar, Neith se abstuvo de inmediato.
Tuvo la fuerza para mentir hacía Harry diciéndole que fue solo uno de sus otros ataques, fue fuerte para caminar e ir a la enfermería como si por dentro no hubiera dolor.
Esa noche no volvió a hablar ni durante todo el proceso que hizo Violeta para mantenerla estable.
Neith después de tanto tiempo sintiendose como alguien débil, entiendo que aquella pesadilla no sería capaz de soportar alguien quién lo fuera en realidad. Esa noche, ella se convirtió en alguien más fuerte, encontrando algo por que luchar aunque en ese instante ya se hubiera ido.
La ojiverde no había disfrutado de lo que se supone que era un signo de alegría pero amo cuanto ella pudo. Y aún ese secreto siguen en ambas mujeres.
Shawn iba a ser padre y Neith no quiso pensar en lo que él hubiera sido capaz de hacer si se hubiera enterado.
Por lo que su secreto se encuentra bajo llaves hasta el día de hoy al igual que su intensa agonía.
💫🌎💫
Narra Neith
(Actualmente)
¿Ellos me habían mentido? ¿Ellos en realidad nunca me quisieron?. Más y más preguntas rondaban en mi cabeza cada día. Niall, Nash, Alexis, mi mejor amiga; todos ellos lo sabían y nunca lo dijeron, ¿Porqué? ¿Qué razón había?. Deseaba saber la respuesta aún si me ganaba otra decepción más, pero mientras tanto, aún me permitía extrañarlos.
Aquél broche verde de una hermosa Esmeralda era mi único recuerdo de todo lo que aquellas personas trajeron conmigo. Esa tarde me vestí con aquel broche en mi cabello y me fui con el,. Y hasta hoy, solo sigue reposando en mi cajón.
Lo llegué a utilizar cuando me enteré que estaba embarazada, pues tenerlo en mi, me hacía recordar a todos esos momentos risueños con ellos y sobretodo con él, que aún su nombre pesaba en mis labios.
Ver aquella piedra después de esos cuatro días me colocaba en otra perspectiva, otra realidad. Soñando cómo todo hubiera sido diferente si la tierra no hubiera muerto, como Shawn hubiera sido feliz, como los dos habríamos enfrentado la idea de ser padres. La esmeralda me llevaba a mis sueños más profundos, donde era feliz, donde mi bebé llegó a ver la luz del sol, donde la sonrisa de Shawn jamás desaparecía y donde su lado humano jamás desaparecía.
Pero ahora me tocaba apegarme a mi realidad, donde sentir dolor se había hecho costumbre y donde los rayos de alegría eran aprovechados al máximo.
—Mira quién está ahí... Saluda a tu tía, vamos cariño.
Escuche a Katherina entrar a mi habitación con el pequeño Hero tratando de caminar y mantener el equilibrio en las manos de su madre.
—Pensé que era su madrina —bufé acercandome al niño para tomarlo entre mis brazos.
—Madrina, tía... Da igual, eres su familia —mencionó Kat acomodando el fino cabello de Hero.
—Hola pequeñito... ¿Cómo estas? —sonreí.
Hero solo empezó a balbucear y reír para mí, imitando su última acción ante tan tierna escena.
Pará este entonces, ya habían unas cuantas gestantes aquí y en el A. Sin embargo, todas ellas sólo fueron voluntarias y el número es contado con los dedos de una sola mano pues la situación de ahora era difícil de manejar pero al mismo tiempo necesitabamos una nueva generación para así irnos poblando hasta llegar a nuestro destino.
Usualmente llevaba a Hero todas las semanas a los pequeños parques artificiales donde iban niños de once o doce años, apesar de que ellos eran mucho más mayores que Hero, solían jugar con él. No sólo era un lugar para los niños sino también para los adultos como Olga que también visitaba el lugar a menudo.
—¿Cómo se siente hoy? —cuestionó Olga desde su silla mientras yo estaba sentada en el pasto con Hero.
—Mejor que otros días —sonreí de lado.
—Me alegro por usted. ¿Cómo está el joven Styles? Déjeme decirle que estaba por pensar que le había dado una oportunidad al doctor que me atendió esa vez. —dijo Olga con picardía a lo cual yo reí.
—Bueno, si lo recuerda creo que le asustaba fácilmente, hasta ahora. Se que esta aquí y siempre que aparezco es como si tuviera algo en sus pies que lo hace tropezar. —comenté, volviendo a reír ante esas escenas chistosas.
—Tiene varios pretendientes señorita Brand. Solo los fuertes parecen poder tener su corazón.
Aunque Olga no lo haya mencionado con mala intención, lo primero que llegó a mi mente fue Shawn. Con un débil sonrisa baje la mirada para acomodar el calcetín de Hero a quien se le acostumbraba salir de sus pequeños pies ya que los rozaba entre sí.
—¿Tenía más familia en la base A? —preguntó Olga cambiando de tema.
—No... Bueno, no eran mi familia pero eran como una. Sus nombres eran Clara y Emilia, gemelas. —dije con nostalgia.
—¿Tiene idea del porqué no bajaron?
—No pero creo que va más allá de la lealtad. Su madre, Ana, siempre buscaba lo mejor para ellas y allá ellas tienen un lugar asegurado. Creo que cuando tienes hijos no estas dispuesta a arriesgar por algo incierto.
—Eso es correcto. Ellas también la extrañan, delo por hecho.
—Doctora Brand —un llamado de un agente en apuros llamó nuestra atención.
—¿Qué ocurre? —pregunté mientras me ponía de pie inmediatamente.
—El presidente, Mendes ha enviado un mensaje.
Hola, hola, capítulo nuevo.
Si esto no les puso blandito el corazón, no se que más pueda hacerle. Neith iba a ser mamá :(
¿Alguien más se había dado cuenta que las gemelas no llegaron a estar con Neith?
Amor puro a Violeta.
Dinámica ✨
-¿Qué creen que sea el mensaje de Shawn?
Está un poco difícil que acierten pero quien se acerque más a la respuesta tendrá una dedicatoria.
Creo que esta será la última Dinámica pues falta maso menos unos diez capítulos para llegar al final 👀
No se olviden de comentar y votar ❤️
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