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36. Inesperado
2 meses antes
Bajé lo mas rápido que podía, dando pasos largos hasta llegar al área donde Newt trabajaba, encontrando a Shawn junto a dos de sus hombres y hablando con el ingeniero a cargo del establecimiento. Sabía que era él pues siempre lo veía supervisando el lugar cada vez que venía.
—Harry —lo llamé de inmediato al verlo de pie en una esquina con sus demás compañeros.
El sonido de mi voz hizo que además del ojiverde, los demás me prestarán atención.
—Neith —lo escuche decir aliviado mientras venía hasta mí.
Quise ir hacia él y preguntarle sobre mi hermano pero Shawn interrumpió mi paso con su cuerpo.
—¿Nash te lo dijo? —preguntó el castaño colocando su mano derecha en mi brazo izquierdo.
—Si, ¿Dónde está él? —cuestioné mirando a los dos hombres que ahora estaban a mi lado.
—No fue nada, Neith. Estará bien. —me dijo Harry rápidamente.
—Una de las pequeñas hélices del motor hizo contacto con su antebrazo. —añadió Shawn.
—Estuvimos dándole mantenimiento y sin querer resbaló ahí —agregó el ojiverde.
—Ya debe de estar por venir, no fue muy grave —aseguró.
—Tengo que ir a verlo...
Los murmullos detrás de mi hicieron que volteara, viendo llegar a Newt con un cabestrillo en su brazo derecho. El ingeniero le divulgó unas cuantas palabras para luego poder darme pase con Newt quién aún tenía algunas expresiones de dolor.
—Newt... ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes? —dije aliviada al darle un corto abrazo pues no quería lastimarlo.
Aunque no haya podido moverse debido a su fractura, no sentí alguna emoción suya al verme, ni aún cuando lo abracé.
—Tengo que romperme algo para que vengas hasta aquí —admitió con disgusto.
—Sabes que estaba ocupada, haría cualquier cosa si...
—¿Ocupada con que? ¿Con ese de allá?
Creí que no te agradaba y ahora me entero que hasta estás con él. —escupió, confirmando lo que había estado sospechando.
—Newt, iba a decírtelo, en verdad. Puedo explicarte si me dejas. —murmuré mirándolo a los ojos que solo me transmitían enojo.
Mi hermano tomó de mi mano, llevándome fuera del lugar hasta llegar al pasillo donde no había nadie además de nosotros.
—Me mentiste, tu nunca haces eso, Neith. —lo oí decir con decepción.
—¿Mentirte?
—¿Por qué haces como si no lo supieras? —dijo con impotencia dando un largo suspiro mientras miraba hacia sus costados buscando calmarse.
—No recuerdo haberlo hecho...
—Dijiste que el doctor no había engañado a su prometida contigo, dime de nuevo que eso es no es cierto, Neith.
Estaba tan enojado que sabía que si le decía la verdad él no sería capaz de escuchar lo demás. Le había mentido, si, y tal vez fue mi peor error.
—Si lo hizo.
—Bien. —concluyó inmediatamente para darme la espalda e irse.
—¡Newt! —corrí hasta llegar delante de él, tratando de detener sus pasos —Sé que fue una estupidez no decírtelo pero cuando eso pasó ni siquiera lo sabía... Newt, Rebecca no lo quería, no es buena.
—¿Y él si? —confrontó con sarcasmo —Ese hombre la utilizó a su antojo y ¿Piensas que no lo hará contigo?. —reclamó, dándome a entender que él llegó a hablar con Rebecca.
—¿La conociste? —cuestioné.
—Si, yo no me guardaré nada en comparación a ti, así que de una vez puedes acostumbrarte a la idea de que no eres la única quien tiene a alguien a su lado.
—No puedes hacer eso... Ella no es la persona quien dice ser, Newt. —murmure aún sin poder creer que aquellas palabras que habían salido de su boca.
—Nos enamoramos de personas equivocadas pero aquí estamos ¿no?
—Pensé que estarías de mi lado. —susurré con la voz entrecortada.
—Lo estoy, pero al igual que tu al parecer no elegimos de quien nos vamos a enamorar.
—No, no lo estás. Ella intentó lastimarme con su hermano, ahora lo hace contigo, ¿Eres tan ciego?. —dije con enojo sin aparta la mirada de él pues si no lo hacía tal vez comenzaría de llorar.
—Rebecca no tuvo la culpa de las acciones de su hermano. ¿Cómo podría creerte después de todo?.
—Newt, eres mi familia, se supone que siempre estarías conmigo. —susurré.
—Ninguno puede cumplir aquello, Venus. Será mejor darnos nuestro espacio hasta aceptarlo.
Newt se fue cabizbajo mientras yo aún estaba ahí de pie con tantas cosas por decir aún pero que el dolor en mi pecho no me iba a ser capaz de decir. Lo único que se me cruza por la mente desde ese instante es entender ¿Qué estaba haciendo mal? ¿Todo estaba siendo mi culpa?.
💫🌎💫
Actualidad
Un niño.
Finalmente Katerina y Tom conocieron el sexo de su bebé. No había nada más brillante en la base A que la alegría de ambos.
Me sentí feliz por ellos, una buena noticia jamás se debe de dejar pasar pues es una luz que a veces llega cuando más lo necesitas.
El mes pasado fue el cumpleaños de Newt, tuve esperanzas en arreglar las cosas con él pero estaba tan tomado aquel día que ni siquiera pude hablarle correctamente y tampoco lo intenté pues Rebecca no se despegó de él en ningún momento. Por supuesto, Harry llegó a salvarme aquella noche y aunque el pequeño pastelillo que había hecho para mí hermano no lo llegó a probar, en su lugar fue Harry quien lo hizo.
Shawn y yo no volvimos a hablar del tema de su familia, era muy difícil para él hacerlo, no había nada que debatir en ello. Sin embargo, tuve la oportunidad de saber que la nave llevaba el nombre de su madre, Elizabeth. Y eso era todo lo que supe, Shawn perdió a personas que amaba de una manera cruel y despiadada, no sólo tenía marcas superficiales sino también interiores y esas parecían doler mucho más.
Estás semanas estaban siendo duras, reuniones de aquí para allá y eso significaba no ver a menudo a Shawn. Pasábamos varios días sin vernos y por un momento extrañé oír su voz. Aunque mi laboratorio esté cerca de su oficina parecíamos casi nunca coincidir y además de hacerme extrañarlo mucho más, estaba matando a mi intriga de saber mucho más de las bases inferiores.
La última vez que nos vimos por un largo tiempo, tuve coraje para preguntarle sobre ello, esperaba que no me contará nada pero obtuve lo contrario. Solo se limitó a decir que aquellas bases no se comparaban al de nosotros, había escasez en casi todas sus áreas y eso era sólo una parte del trabajo de que estaba realizando, sin embargo, existía la asamblea donde parecía ser tierra de nadie pues no todos eran buenos como para querer invertir en las necesidades de la gente.
Era una pelea de todos los días y yo solo estaba dando una parte con las semillas que siguen sin procesos rápidos pero creo que cada error me llevaba a un aprendizaje más, y aunque deseaba con todas mis fuerzas completarlo mucho más rápido sería una falla pues nada bueno se siembra con desesperación.
Mi preocupación por aquellas bases aún era latente pero antes de adentrarme más a ellas necesitaba una llave y esa llave aún no estaba lista.
—Neith... Oye... ¿Estás ahí? —un susurro y una distorsionada imagen de Alexis me hicieron despertar.
—No puede ser... Me quedé dormida aquí —dije para mi misma después de un gran bostezo y dejaba de lado la manta en el pequeño mueble.
—Sabía que amabas tener tu propio laboratorio pero no sabía que tanto para dormir en el —rió por lo bajo mientras me tallaba los ojos —Bueno, a lo que vine... ¡Feliz Cumpleaños! Mira lo que te hice.
—¿Qué? —murmure atónita, observando el pequeño pastel que Alexis tenía en sus manos.
—Dieciséis de Noviembre, Neith. No me digas que olvidaste que era tu cumpleaños. —reclamó con una mano en la cintura —Hoy es tu día, basta de trabajos y levántate.
Alexis tomo de mi mano dirigiéndonos hasta donde debí pasar la noche, en mi habitación.
No era de celebrar mis cumpleaños a lo grande siempre me bastó con pasarlos con mi familia pero desde que conocí a Alexis ella se encargaba de hacerlo acorde a mis gustos pero por supuesto, la primera vez que lo hizo fue en la universidad y si que fue una de las más grandes fiestas que tuve pero claro, no lo había disfrutado tanto y desde ahí Alexis pareció comprender mi personalidad.
No tenía idea de lo que tenía planeado hacer hoy pero no tenía tiempo de procesarlo pues ni siquiera me acordaba que era mi cumpleaños hasta hace unos minutos.
—Pero mira eso, ya tienes tu segunda sorpresa del día —dijo Alexis con una sonrisa al llegar a la puerta de mi habitación.
Cogí entre mis manos la caja de color crema que se encontraba en el suelo frente a la entrada, tenia un lazo envuelto y en medio había una nota. Alexis y yo entramos, corrí hasta la segunda planta donde me senté en mi cama con la caja sobre mis piernas, abrí la nota teniendo altas expectativas de aquel regalo sea de parte de Shawn pero me sorprendí al saber que no era de él.
"Ya que no hay nadie quien supere a usted en modelar mis vestidos, hoy le obsequio uno de mis más recientes modelos.
Feliz cumpleaños, Doctora Brand.
—Victor Arnault"
Sonreí agradecida, ya que para nada esperaba un obsequio de parte del señor Arnault. Me apresure en abrir la caja, quedándome atónita con el vestido blanco que estaba frente a mis ojos. No era un vestido de aquellos que se utilicen para cócteles, era uno sencillo pero maravilloso y elegante ante a mis ojos, una prenda que sin duda jamás pensé tener. Tenía pequeños vuelos en los hombros y unas cuantas capas de vuelo debajo de la cintura del vestido con un pequeño moño detrás de la cintura, la tela era suave y perfectamente planchada, un lujo total.
—No te creo que el mismo Arnault te lo regalo —dijo Alexis sorprendida al leer la nota —¿Qué esperas? Alístate y modela esta belleza única, vamos.
Reí ante la emoción de la pelirroja que no evite compartir. Se había hecho ya medio día cuando termine de ducharme y alistarme. No sabía para qué lo hacía pero si Alexis lo mandaba debía ser por algo.
El vestido caí sobre mis muslos como tal seda, y mis ojos parecían resaltar mucho más. Llevé mi cabello en una media cola y lo sujete con aquel broche de una piedra esmeralda, solo esperaba que al salir de aquí pudiera ver no sólo a Shawn sino también a Newt, aunque aquello último se me hacia algo muy improbable de ocurrir aunque mi corazón se redujera por ello.
—¿A donde me llevaras ahora? —pregunté al terminar de colocar mi collar mientras cerraba el pequeño cajón de mi mesita de noche —Alexis, al menos dame una pista —proteste al no oír su respuesta.
—Feliz cumpleaños, bella.
No puede ser él, fue lo primero que se me vino a la mente al oír aquel llamado a mis espaldas.
Algo asustada me giré sobre mis tobillos, sintiendo de nuevo el frío del suelo pues aún me encontraba descalza. Mis latidos aumentaron al saber que no era mentira que el mar había vuelto a mi lado. La mayoría del tiempo odiaba ser tan sensible y este no era la excepción, pero antes que el sollozo saliera de mis labios sentí su cuerpo abrazar el mío y por un momento deje de sentir el frío del suelo.
Mis brazos lo apretujaron como quise hacerlo desde hace meses y el aire que me faltaba había vuelto a mis pulmones. El traje gris que traía lo hacía ver como solía verlo a menudo, y sus brazos me hacían sentir de vuelta su cariño sin necesidad de decir alguna palabra.
—Lo siento, siento tanto haberte dañado, mi bella. Por favor, no quiero verte llorar por mi culpa, no otra vez.
Cerré los ojos percibiendo el gran arrepentimiento que sus palabras transmitían. Me aparté de él ligeramente, observando su triste semblante que me hizo colocar mi mano sobre su mejilla, recordando aquella violenta reacción por parte mía. Mi dedo pulgar generó una suave acaricia pero tan pronto lo hice él tomó mi mano rápidamente pero no tanto como para lastimarme.
Los ojos de Niall cayeron sobre mi mano que ahora estaba entre las suyas para luego alzar su mirada.
—Prefiero que te escondas de mí antes de tener una caricia tuya —dijo soltando una pequeña sonrisa melancólica que llegue a imitar.
—¿Tampoco puedo decirte que te extrañé o que te quiero? —cuestioné dando un largo suspiro.
—Miénteme —respondió mientras soltaba mi mano de las suyas.
—Entonces... No te extrañé y te odio mucho —murmuré escuchando la risa de Niall que resonó en toda mi habitación y que compartí la misma acción que él.
—Perdóname, Neith. Espero que lo puedas hacer algún día.
—No hay nada que disculpar, en todo caso debería de ser yo quien te lo pida, no debí reaccionar de esa manera contigo. —Niall negó ante ello.
—Estabas en todo tu derecho...
—Se que Shawn te pidió que te fueras de haberlo sabido antes tal vez... —no pude terminar pues fui interrumpida por él.
—Y tenía razón en que lo hiciera, estaba enamorado de ti, bella. Si no me iba probablemente jamás hubiera sanado y aun sigo en ello pero tu no tienes que pagarlo. —expresó, y aunque el peso se me había ido de los hombros no pasé desapercibida la idea de que Niall ya no me miraba como antes o al menos es eso lo que entendí.
—¿Estabas enamorado de mí? —cuestione pues aunque una parte de mí estaba segura de ello había otra que aún no lo creía.
—¿Quieres que mienta? —preguntó, demoré unos segundos antes de contestar, recordando lo que él prefería que dijera y por ello sólo asentí —No lo estuve, ni lo estoy pero como te dije tu no tienes porque pagarlo, estaré contigo todo el tiempo que pueda aún si amas a alguien más.
Relamí mis labios intentando nuevamente que ningún sollozo fuera a salir de mí y simplemente asentí, entendiendo su punto. En aquél momento me comprometí a hacer lo que él me pidió que hiciera, todo con tal de que su pesar no le llevará tanto tiempo sobrellevarlo.
—Siéntate —pidió señalando hacia mí cama.
Lo ejecuté, observando como cogía entre sus manos los zapatos que tenía al borde de la cama. Niall se apoyó con una rodilla en el suelo tomando de mi tobillo para luego proceder a ponerme los tacones de color crema y lo mismo con mi otro pie.
—Gracias —respondí con una sonrisa.
—Aún no agradezcas, Alexis y yo tenemos algo para ti —dijo mientras se ponía de pie y yo lo imité.
—Wow, eso sí es una gran sorpresa. —dije soltando una risa mientras bajabamos las escaleras.
—¡Por fin! Bajen rápido ya se nos hizo algo tarde —reclamó Alexis tomando de mi mano mientras salíamos de la habitación.
Debí suponer que algo grande tenía Alexis entre manos y no hablaba de la sorpresa que estaba por presentar, sino que lo haya planeado junto a Niall después de todo. Que Niall volviera estaba siendo el mejor regalo que me habían dado hasta ahora.
Alexis me llevó hasta el pasillo que se dirigía a las salas de entretenimiento pero al llegar hubo una sala en específico que estaba totalmente vacía pero decorada con globos, el piso estaba hecho de césped artificial, había una mesa larga llena de frituras y en medio un pastel de dos niveles. No tardó mucho en que mi silencio se esfumara para apreciar todo ello pues unos gritos de alegría resonaron en mis oídos y observe como cada una de las personas que apreciaba salía de su escondite. Algo tan tradicional pero lleno de gozo cada vez que ocurre.
—¡Feliz Cumpleaños, Neith! —exclamó el grupo al unísono.
Las gemelas fueron las primeras en venir hasta mí con un sólido abrazo que no dude en aceptar, luego vi a Nash acercarse haciendo la misma acción que la niñas, detrás de él venían Katerina con una abultada panza y con Tom de la mano, por supuesto también Ana estaba aquí, no como mi estilista sino como una amiga, ese cariño maternal era tan grande que no sólo lo expresaba con sus hijas sino también conmigo. Y por último, Harry también estaba aquí, recibiéndome con su sonrisa y sus hoyuelos que eran difíciles de no admirar.
Tal vez más personas a las que quería faltaban aquí pero todo el cariño que este salón desbordaba me consolaba en ello.
—Te diría que ya cumpliste veinte vueltas al sol pero olvidó que estamos a años luz de el —dijo Harry frunciendo el ceño al mismo tiempo que sonreía confundido dándome un abrazo.
—Lo sé para mí también es confuso. Ni siquiera tenía idea que era ni cumpleaños hasta esta mañana —compartí mientras nos alejábamos pausadamente.
—Trabajas mucho, Neith. Admiro eso de ti, si mi madre estuviera aquí te tomaría de ejemplo para regañarme por no ser así en la secundaria —admitió Harry soltando una risa.
—Tu madre debió tener mucha paciencia contigo —comenté mientras Harry asentía orgulloso.
—De no ser así jamás hubiera podido terminar de estudiar —dijo dando un suspiro que duró algunos segundos —Ven, no queremos tristezas en tu día.
Harry tomó de mi mano mientras caminábamos hasta la mesa donde todos comenzaron a disgustar de los postres. La mayoría de ellos tenían chocolate dentro y es que era mi sabor favorito desde que tengo memoria, podría comer hasta un brócoli que tanto detesto si este tiene chocolate encima. Algo muy asqueroso que no me atrevería a probar pero que describe perfectamente lo tan fuerte de mi amor hacia este sabor.
—Alexis mando a tapizar todo el piso de este césped porque decía que te haría recordar a casa —mencionó Nash mientras tomaba un trozo del pye de manzana.
—Tuvo razón, vivir y alejarte de el es extrañar lo verdoso del campo en las mañanas —comenté bebiendo un poco de refresco.
—Los campos eran escasos en la tierra. Y quienes los tenían iban por el pero terminaban infértiles por todos los experimentos que hacían para poder sembrar aún más. —expresó Nash mirando hacia un punto fijo con melancolía.
—Otros pueblos vecinos al mío eran casi desérticos por lo mismo. Creo que las tierras de mi madre no se tocaron por vínculos con el gobierno. —al instante de decirlo sólo pensaba en los demás que no corrieron la misma suerte que mi familia.
—Trabajaba para mí tío, el hubiera hecho de todo para no perder a una de las mejores de su tripulación. Mantenerlos contentos era su condicionamiento para que se quedarán. —murmuró con disgusto casi al final.
—Lo sé. Alguien como él debió planearlo desde antes. —dije obteniendo la mirada del ojiazul un tanto confundido —Shawn me contó sobre su familia.
Nash dejó el postre en la mesa para acercarse a mí, mirando a sus lados para asesorarse de que no había nadie cerca nuestro.
—¿Él te lo contó? —cuestionó sin poder creerlo.
—Si, tuvo una pesadilla y al despertarlo fue entonces que hablamos —respondí.
—Shawn nunca ha dicho esto a nadie más que a los que estuvieron en su casa ese día —explicó, llevándome a una rápida respuesta.
—¿Tu estuviste ahí?
—¿No te dijo sobre los que estaban en esa casa?
—Solo menciono a sus padres, a su hermana y lo que ocurrió después de que salió de su casa. —dije y entonces pensé en el porque no mencionar a Nash en la historia si él lo sabía.
—Ese día, Niall y yo nos quedamos en su casa porque mi madre tenía un trabajo en el extranjero. Se llevaba mejor con mi hermano y al no verlo por meses creo que no se resistió a aventurarse con él. —hizo una pausa, observando como al igual que Shawn, Nash cargaba un peso al contarlo —Me hubiera quedado en esa casa de no ser que mi hermano y Shawn insistieron en que los acompañé.
—Ustedes eran unidos... ¿Cómo...?
Nash cabizbajo suspiro, parecía recordar aquellos momentos que estaba segura que extrañaba a más no poder.
—Shawn cree que si no hubiéramos llegado a casa, Aaliyah seguiría aún con vida. Y a veces concuerdo con eso.
—Nash, no. Ninguno de ustedes tuvieron la culpa...
—Mi primo necesitaba a quienes culpar, todos los que estuvimos ahí fuimos su daño colateral. Él nos odiaba tanto como odiaba a su padre, no fue hasta la universidad que pudo hablarnos de vez en cuando pero con su padre, siempre fue un infierno, Neith. —expresó.
No dude ni por un segundo que así fuera.
—¡Neith! Es hora de apagar las velas —dijo Alexis detrás de nosotros —¿Qué pasó? ¿Y esas caras?.
—Recuerdos de la niñez, cariño —respondió Nash mientras la abrazaba por la cintura con una ligera sonrisa.
—¿Has visto a Shawn, por casualidad? —pregunté, inquieta por verlo de nuevo.
—Si lo hubiera visto, lo habría obligado a venir aquí aunque me matará con solo mirarme. Pero no, Neith... Lo siento. —explicó Alexis tomando mi mano y dando un apretón.
—Han sido semanas duras, apenas puedo estar contigo unas horas hoy. No te preocupes, es imposible que mi primo olvide algo así y menos de alguien que le importa. —añadió el ojiazul.
—Y por eso mismo debes apagar tus velas ahora, sino me equivocó, Nash tiene una reunión en veinte minutos. —dijo la pelirroja —Vamos, linda. A pedir un deseo.
Y así fue como lo único que deseé fue que las personas que amaba fueran felices, sobre todo incluyendo a Shawn.
Había sido una tarde que no imaginaba tener alguna vez en mi vida. Si bien no estaba el lugar repleto de gente lo estaba en mi corazón, si llegará a perder a alguien más, no sabría cuanto podría soportar.
Los regalos no se hicieron faltar, la pareja en camino de un nuevo bebé me había obsequiado un pequeño frasco de esmalte rojo, según Katerina tenía una pequeña colección de esmaltes que Tom le había regalado hace mucho tiempo. Un regalo que tal vez no tenía un gran valor relacionado con el dinero sino que uno sentimental, llegando a apreciarlo aún más pues me obsequiaron algo que tal vez era lo único que tenían para hacerlo.
Harry hizo un pequeño molde de una rosa de metal que guardo en una cajita, relatando que lo había logrado hacer con los materiales que trabajaba, amando por completo el detalle con lo que lo hizo.
Las gemelas y Ana me sorprendieron con un set de maquillaje que según en sus palabras podría usarlo las veces en que tenía que alistarme por mi cuenta, algo que probablemente me salvaría de muchos apuros.
Nash me obsequió una pequeña planta sacada del área ambiental, me sorprendí al tenerlo pero creo que mi impresión no se igualaba a la de las gemelas puesto que ellas no habían visto tan de cerca algo como esto. Es lo que las nuevas generaciones lamentablemente no llegaron a admirar.
Todos aquellos presentes fueron únicos, pero hubo uno más que no esperaba tener. Alexis lo había recibido esta mañana con el encargo de entregármelo a mi personalmente, acto que me dejó un poco confusa.
Era una cajita azul que al abrirla contenía una tarjeta del mismo color, trazadas con unas líneas blancas y a lado de este una nota que me dejó más que intrigada.
"Un regalo excepcional, para alguien excepcional.
Úselo y no olvide que uno otorga ayuda por otra ayuda.
—Hans Legrand"
¿Dónde creen que este Shawn? 👀
No diré más porque tal vez se viene lo que más han esperado. Siento que este capítulo dejó algunas dudas jajaja
De todas formas, no se olviden de votar y comentar, las amo 💫
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